-En una entrevista concedida a la Agencia EFE, el colombiano Fernando Botero, uno de los más importantes artistas vivos latinoamericanos y el más cotizado, dijo que su obra es muy extensa porque lleva muchos años trabajando: «Nada me divierte más que pintar».
«Soy un trabajador incansable; no considero la pintura un trabajo, no es una obligación, lo hago por placer; no he encontrado más que me divierta más que pintar», comentó el artista. Botero explicó que se encierra a diario doce horas en su estudio parisino trabajando.
«Por eso mi obra es tan extensa; llevo casi sesenta años como pintor profesional», subrayó. Aunque pasa temporadas en sus estudios de Nueva York y en verano en Italia, la “segunda patria” de Fernando Botero es París. «Es mi lugar favorito, llevo casi cuarenta años viviendo aquí; París es la segunda patria para todos los pintores», reconoció. Pese a la pasión que siente por la pintura, Fernando Botero reconoció a Efe: «Yo había querido ser escultor toda la vida, pero para ello tenía que dejar de pintar».
«Hoy en día me considero más pintor que escultor, en el sentido de que he dedicado más tiempo de mi vida a la pintura. La diferencia entre pintura y escultura es que cuando pinto un cuadro sólo yo intervengo, sin embargo, en una escultura pueden llegar a intervenir varias manos artesanas”. El pintor de Medellín reconoció que la inspiración le viene de forma espontánea. «Uno no sabe hasta el mismo día qué va a pintar. De pronto digo: “este tema me apasiona, voy a hacer algo sobre él”, y ya está. Lo maravilloso del arte es no saber qué vendrá».
Los característicos personajes de Botero se han convertido desde hace años en la marca del arte latinoamericano en todo el mundo. Sin embargo, remarca que la mayor parte de los artistas latinoamericanos siguen actualmente corrientes internacionales (abstraccionismo, conceptualismo, minimalismo,…), si bien él se define como “un pintor figurativo y local”.
De su paso por España en el año 1952, Botero recordó que visitaba casi a diario las salas del Museo del Prado, situado justo enfrente de la pensión donde se alojaba, para copiar las pinturas de Goya, Tintoretto o Tiziano, y admitió que Velázquez es sin duda el artista español que más sensaciones le transmite.
Ilustración, Google
«Soy un trabajador incansable; no considero la pintura un trabajo, no es una obligación, lo hago por placer; no he encontrado más que me divierta más que pintar», comentó el artista. Botero explicó que se encierra a diario doce horas en su estudio parisino trabajando.
«Por eso mi obra es tan extensa; llevo casi sesenta años como pintor profesional», subrayó. Aunque pasa temporadas en sus estudios de Nueva York y en verano en Italia, la “segunda patria” de Fernando Botero es París. «Es mi lugar favorito, llevo casi cuarenta años viviendo aquí; París es la segunda patria para todos los pintores», reconoció. Pese a la pasión que siente por la pintura, Fernando Botero reconoció a Efe: «Yo había querido ser escultor toda la vida, pero para ello tenía que dejar de pintar».
«Hoy en día me considero más pintor que escultor, en el sentido de que he dedicado más tiempo de mi vida a la pintura. La diferencia entre pintura y escultura es que cuando pinto un cuadro sólo yo intervengo, sin embargo, en una escultura pueden llegar a intervenir varias manos artesanas”. El pintor de Medellín reconoció que la inspiración le viene de forma espontánea. «Uno no sabe hasta el mismo día qué va a pintar. De pronto digo: “este tema me apasiona, voy a hacer algo sobre él”, y ya está. Lo maravilloso del arte es no saber qué vendrá».
Los característicos personajes de Botero se han convertido desde hace años en la marca del arte latinoamericano en todo el mundo. Sin embargo, remarca que la mayor parte de los artistas latinoamericanos siguen actualmente corrientes internacionales (abstraccionismo, conceptualismo, minimalismo,…), si bien él se define como “un pintor figurativo y local”.
De su paso por España en el año 1952, Botero recordó que visitaba casi a diario las salas del Museo del Prado, situado justo enfrente de la pensión donde se alojaba, para copiar las pinturas de Goya, Tintoretto o Tiziano, y admitió que Velázquez es sin duda el artista español que más sensaciones le transmite.
Ilustración, Google
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