A veces ni de pan vive el hombre
Lic. Amelia M Doval.
El origen de las comunidades no es un dilema para arqueólogos o refutantes del desarrollo de la especie, si en algo coinciden creyentes y ateos es que las civilizaciones se aglomeran cerca de las fuentes de agua y de la regiones propicias para la agricultura. Ninguna comunidad puede sobrevivir si no está garantizada la manera de alimentarse.
La comida es el sustento básico para el desarrollo de las áreas de población, la necesidad de sustentarse es una preocupación innata en el ser humano, si vamos a buscar literatura sobre el surgimiento del hombre una clásica muestra sería recurrir al Popol Vuh, el libro sagrado de los mayas que habla de la creación mitológica, el hombre surge del maíz. Si este libro ya en el siglo XVI, traducía una versión histórica donde las culturas precolombinas encontraban su origen en el hombre ligado a la agricultura, estamos ante la evidencia clave que siempre ha sido un tema recurrente y preocupante: la carencia de alimentos básicos. Lo insólito es que existieran y existen países que durante todo el devenir de la humanidad, comer, en la más burda expresión de la palabra es un milagro. En algunos gobiernos la principal función no es favorecer a su pueblo, sino aumentar sus arcas y su egolatría.
El narcisismo gubernamental no es compatible con el pensamiento lógico-económico para dirigir un país. En Cuba hay un dicharacho popular referido a que todas las criaturas vienen con un pan bajo el brazo, una manera de decir en el argot popular que Dios no deja a ningún nacido que pase hambre. La lógica a veces no coincide con la realidad por eso hay niños en África que viven y mueren con desnutrición, en los primeros años se alimentan de la leche materna pero, ya pasada la etapa normal para este proceso, se revierte el valor nutritivo quedando desamparados ante las carencias. Tanta riqueza mineral no ha dejado espacio para cumplir con un deber social.
Volviendo a Cuba es curioso que en una isla tan fértil la agricultura sea un eslabón perdido, y si mencionamos el tan necesario alimento de multitudes que es el pan podríamos hacer un discurso contra el gobierno por su ausencia total de gestión. Comencemos por valorar el salario promedio de la población activa, excluyamos a los discapacitados, a los ancianos que en la isla se comienzan a sentir en esta categoría los mayores de 65 años, pues su estándar de vida promedio siempre será por debajo de lo normal. Un salario básico estaría entre los 244.00 pesos cubanos al mes, así que al año serían unos 2928.00, algo realmente espantoso si lo comparamos con el esfuerzo extrahumano a que deben enfrentarse cada día. Mas continuemos, como usar esta moneda es imposible para adquirir productos básicos pero clasistas como la carne, el arroz, aceite y demás, mejor vamos a nutrirnos con pan, algo que todos los pueblos tienen como alimento básico aunque no dietético pero, ¿quién piensa en dietas con el estómago vacio?
En el mercado nacional cada libra de pan cubano cuesta 10 pesos, en una sumatoria rápida sería una libra diaria, durante siete días, un total de 70 pesos que en un mes de 30 días sumarían 300 pesos y en un año de 365 días se estarían gastando 3650 pesos cubanos, en pan. Realmente se me descompone la ecuación, hay solo dos opciones: una no comer pan, otra... Bueno, la otra no sé cual sería porque si fuera una persona sola con un salario promedio comería algunos días pero de todas maneras no me alcanzaría para el año entero, lo que me preocupa realmente es qué puede hacer una madre soltera con un hijo, un salario de 244 al mes después de haber estudiado su carrera e incorporarse a la sociedad para aportar sus conocimientos, porque tiene límites la existencia, come pan, viste al niño, compra lo de la libreta, va al cine, toma un ómnibus; son demasiados los cuestionamientos, sin tener en cuenta lo complicado de conseguir leche para un niño o niña mayor de 7 años y ni contar, como diríamos en buen y desesperado español callejero, si el muchacho tiene que tomar leche evaporada, la cantidad de latas que por ley puede adquirir es inferior a los días que componen un mes.
Como la lógica, ya decía, no siempre funciona, en este caso la matemática no es un asunto claro, sería mucho más práctico acortar los meses e incluso los años, al acomodo de un régimen incapaz por si mismo de producir. Los campos cubanos están desiertos en todos los sentidos por la incapacidad directiva, aunque existe una ley que prohíbe el éxodo de una provincia a otra siendo como un castigo regional o un fatalismo geográfico a nivel patriótico revolucionario. Nada es más enmarañado por lo oscuro que discernir una realidad inoperante pero obligatoria; aunque parezca un cuento triste para niños, es un dilema tormentoso para padres pudorosos vivir en una sociedad deshonesta.
La bolsa negra, un mecanismo impúdico, generado por y dentro de un gobierno para manipular la subsistencia en un país fantasmagórico, se reclama el derecho de ser la línea directiva básica de una economía, impone los precios, es el balance entre la oferta y la demanda, siempre dejando abierta la puerta de la ilegalidad para cuando las gestiones monetarias sobrepasen los límites de la ganancia establecida como lógica por los propiciantes. Después de intentar sin llegar a descubrir la forma real para dar solución al problema alimentario a los cubanos, podemos dejar por sentado que ni siquiera de pan a veces puede vivir el hombre .
Lic Amelia M Doval
Miami, Fl 4-21-10
dovalamela@yahoo.com
El origen de las comunidades no es un dilema para arqueólogos o refutantes del desarrollo de la especie, si en algo coinciden creyentes y ateos es que las civilizaciones se aglomeran cerca de las fuentes de agua y de la regiones propicias para la agricultura. Ninguna comunidad puede sobrevivir si no está garantizada la manera de alimentarse.
La comida es el sustento básico para el desarrollo de las áreas de población, la necesidad de sustentarse es una preocupación innata en el ser humano, si vamos a buscar literatura sobre el surgimiento del hombre una clásica muestra sería recurrir al Popol Vuh, el libro sagrado de los mayas que habla de la creación mitológica, el hombre surge del maíz. Si este libro ya en el siglo XVI, traducía una versión histórica donde las culturas precolombinas encontraban su origen en el hombre ligado a la agricultura, estamos ante la evidencia clave que siempre ha sido un tema recurrente y preocupante: la carencia de alimentos básicos. Lo insólito es que existieran y existen países que durante todo el devenir de la humanidad, comer, en la más burda expresión de la palabra es un milagro. En algunos gobiernos la principal función no es favorecer a su pueblo, sino aumentar sus arcas y su egolatría.
El narcisismo gubernamental no es compatible con el pensamiento lógico-económico para dirigir un país. En Cuba hay un dicharacho popular referido a que todas las criaturas vienen con un pan bajo el brazo, una manera de decir en el argot popular que Dios no deja a ningún nacido que pase hambre. La lógica a veces no coincide con la realidad por eso hay niños en África que viven y mueren con desnutrición, en los primeros años se alimentan de la leche materna pero, ya pasada la etapa normal para este proceso, se revierte el valor nutritivo quedando desamparados ante las carencias. Tanta riqueza mineral no ha dejado espacio para cumplir con un deber social.
Volviendo a Cuba es curioso que en una isla tan fértil la agricultura sea un eslabón perdido, y si mencionamos el tan necesario alimento de multitudes que es el pan podríamos hacer un discurso contra el gobierno por su ausencia total de gestión. Comencemos por valorar el salario promedio de la población activa, excluyamos a los discapacitados, a los ancianos que en la isla se comienzan a sentir en esta categoría los mayores de 65 años, pues su estándar de vida promedio siempre será por debajo de lo normal. Un salario básico estaría entre los 244.00 pesos cubanos al mes, así que al año serían unos 2928.00, algo realmente espantoso si lo comparamos con el esfuerzo extrahumano a que deben enfrentarse cada día. Mas continuemos, como usar esta moneda es imposible para adquirir productos básicos pero clasistas como la carne, el arroz, aceite y demás, mejor vamos a nutrirnos con pan, algo que todos los pueblos tienen como alimento básico aunque no dietético pero, ¿quién piensa en dietas con el estómago vacio?
En el mercado nacional cada libra de pan cubano cuesta 10 pesos, en una sumatoria rápida sería una libra diaria, durante siete días, un total de 70 pesos que en un mes de 30 días sumarían 300 pesos y en un año de 365 días se estarían gastando 3650 pesos cubanos, en pan. Realmente se me descompone la ecuación, hay solo dos opciones: una no comer pan, otra... Bueno, la otra no sé cual sería porque si fuera una persona sola con un salario promedio comería algunos días pero de todas maneras no me alcanzaría para el año entero, lo que me preocupa realmente es qué puede hacer una madre soltera con un hijo, un salario de 244 al mes después de haber estudiado su carrera e incorporarse a la sociedad para aportar sus conocimientos, porque tiene límites la existencia, come pan, viste al niño, compra lo de la libreta, va al cine, toma un ómnibus; son demasiados los cuestionamientos, sin tener en cuenta lo complicado de conseguir leche para un niño o niña mayor de 7 años y ni contar, como diríamos en buen y desesperado español callejero, si el muchacho tiene que tomar leche evaporada, la cantidad de latas que por ley puede adquirir es inferior a los días que componen un mes.
Como la lógica, ya decía, no siempre funciona, en este caso la matemática no es un asunto claro, sería mucho más práctico acortar los meses e incluso los años, al acomodo de un régimen incapaz por si mismo de producir. Los campos cubanos están desiertos en todos los sentidos por la incapacidad directiva, aunque existe una ley que prohíbe el éxodo de una provincia a otra siendo como un castigo regional o un fatalismo geográfico a nivel patriótico revolucionario. Nada es más enmarañado por lo oscuro que discernir una realidad inoperante pero obligatoria; aunque parezca un cuento triste para niños, es un dilema tormentoso para padres pudorosos vivir en una sociedad deshonesta.
La bolsa negra, un mecanismo impúdico, generado por y dentro de un gobierno para manipular la subsistencia en un país fantasmagórico, se reclama el derecho de ser la línea directiva básica de una economía, impone los precios, es el balance entre la oferta y la demanda, siempre dejando abierta la puerta de la ilegalidad para cuando las gestiones monetarias sobrepasen los límites de la ganancia establecida como lógica por los propiciantes. Después de intentar sin llegar a descubrir la forma real para dar solución al problema alimentario a los cubanos, podemos dejar por sentado que ni siquiera de pan a veces puede vivir el hombre .
Lic Amelia M Doval
Miami, Fl 4-21-10
dovalamela@yahoo.com
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