30 de julio de 2016

De "La supremacía izquierdosa"


De “La supremacía izquierdosa”

Zoé Valdés

Me siento en la obligación moral de responder brevemente a un artículo de mi querida Fabiola Santiago publicado en El Nuevo Herald. Fabiola Santiago describe (y se vale de un medio de comunicación masivo) cómo se ha sentido marcada y víctima desde niña por lo que ella llama la “supremacía cubana” para contar de qué indebida manera una lectora y comentarista de uno de sus artículos, a la que ella nombra por su apellido, no sabemos si es real o verdadero, la insulta por sus opiniones sobre Donald Trump.

Bien, no sé si Fabiola Santiago se dio cuenta que al escribir su artículo respondiéndole a una comentarista a través de un periódico (y no de un simple comentario como debió de haber hecho) desde su posición de renombrada periodista, está también ella ejerciendo la “supremacía cubana” tal como se ejercía en la Cuba de los Castro cuando los periodistas se veían en la obligación ideológica y exclusivamente por razones políticas de denunciar o chivatear a los opositores o disidentes en las páginas del Granma. No sirvió de nada que Fabiola Santiago escapara siendo niña de Cuba, la “supremacía cubana” ya la llevaba inoculada dentro.

Pero como en este caso se trata de un periódico del sur de la Florida, tirante a la izquierda “demócrata”, Fabiola Santiago también hace uso de lo que yo llamo la “supremacía de la izquierda”, la “supremacía demócrata”, que si no se pertenece a ellos aunque tampoco se pertenezca al lado contrario ya sitúan a los demás en ese lado adverso, por descontado “aborrecible e infernal”, y del que no se salva uno jamás -según sus rígidos análisis amparados todos por una ideología.

Yo he conseguido, con mucho esfuerzo y gimnasia mental, situarme fuera del estercolero, ni con los indios ni con los cowboys, tan manipuladores son unos como otros. Sin embargo, por dar mis opiniones sobre los Clinton, sus seguidores también me han querido linchar verbalmente. Por el contrario, los amigos que votarán por Trump, han respetado mi derecho a criticarlo, como lo he hecho y seguiré haciendo. Por cierto, estos últimos no han quemado ni pisoteado banderas americanas como sí hicieron públicamente los fanáticos clintonianos. Aunque francamente “le peuple” -sea del bando que sea- siempre nos da la sorpresita…

A esa “supremacía de la izquierda” responde la mayoría de los periódicos de Estados Unidos, las editoriales, las casas disqueras, y casi toda la cultura progre de ese país, que de un tiempo a esta parte es la cultura más inculta que se haya conocido jamás en la faz de la tierra. Ignoran su historia y denigran  de su propia cultura, al parecer siguiendo las pautas del Comité Central de La Habana. Para la mayoría de esos izquierdosos, educados en esas universidades americanas que dan pavor (ya lo decía Fidel y Raúl te lo cumplió porque cuán castristas son), lo hemos visto con nuestros propios ojos, resulta más grande una cantante revolucionaria y robesperriana que se desgañitó toda su vida cantando himnos comunistas representantes de una dictadura, como la Omara Portuondo, que una Celia Cruz o una Olga Guillot.

Estas dos últimas, más por trabajadoras que por afortunadas, pudieron imponer su estilo a la par que sus opiniones, porque su arte era tan inmenso que en vida nadie pudo derrumbarlas y mucho menos eliminarlas. Y allí estuvieron hasta su muerte. Incluso si así, nada fue para ellas un camino de rosas. La señora Portuondo (que yo sí padecí en Cuba y de la que se salvó Fabiola Santiago) tuvo que esperar a que estas dos reinonas murieran para usurpar un lugar que no le corresponde, con el apoyo, por supuesto, del presidente Obama (el mismo que estrechó la mano de Raúl Castro y pidió hacerse una foto con el aChesino de la Plaza de la Revolución, sí, el prematuro Nobel de la Paz), que la invitó a cantar en la Casa Blanca, en lugar de invitar a Lucrecia o a otra artista exiliada que al menos haya mantenido una posición loable  a la hora de opinar sobre Aquella Cochiquera que es Cuba.

Esa “supremacía demócrata” de una gran parte de la prensa norteamericana es la que funciona así: cuando un autor cubano del exilio publica traducido en Estados Unidos, como ha sido mi caso, en lugar de referirse a la obra traducida prefiere subrayar sin venir a cuento que el autor es un anticomunista (marcándolo con una “mancha en el expediente”, ¿les recuerda algo?); y esa misma “supremacía de la izquierda” es la que le brinda espacios a los artistas y escribidores defensores y representantes de una ideología de idólatras extremistas en sus instituciones liberales, antes que brindárselos a los exiliados, que son los que pagan impuestos y los que tienen todo el derecho a opinar y votar en libertad como jamás pudieron hacer en Cuba.

Zoé Valdés.

Nota: Por escribir este post, por el que no cobro nada, se me cerrarán algunas puertas, otras más. Por el que escribió Fabiola Santiago desde una posición privilegiada arremetiendo contra una cubana exiliada ferviente defensora de Trump probablemente se le abrirán algunas puertas. No es culpa de ella ni mía. Se llama: Sistema. Eso define muy bien a quienes hoy en día se parecen y están más próximos a los hermanos Castro, lo que no quita que Trump en algún momento llegue a competir con ellos, pero eso todavía está por verse.


Gracias a mi amiga Elsa Rodríguez por publicar este comentario de Zoé en Facebook y que me he atrevido a reproducir.

29 de julio de 2016

Deborah Sampson, la mujer -que según Meryl Streep- inspira a Hillary Clinton


Deborah Sampson, la mujer que
-según Meryl Streep-
inspira a Hillary Clinton

ABC, Madrid

 Se empeñó en que la llamaran Robert Shurtleff, pero al final pasó a la historia como Deborah Sampson, su nombre original. En la última convención demócrata, la que ha convertido a Hillary Clinton en la primera mujer aspirante a la presidencia de Estados Unidos, (¿?) Meryl Streep recuperó la identidad de esta dama del siglo XVIII: «Nos queda fuerza dentro, ¿verdad?», se preguntó la actriz. «¿Qué hace falta para ser la primera mujer en algo? Tener valor. Determinación. Deborah Sampson fue la primera en recibir una bala por nuestro país».

La mención de Meryl Streep no es casual, pues Deborah Sampson es el equivalente americano de Agustina de Aragón. Deborah tuvo la valentía de combatir en la Guerra de Independencia contra los ingleses 1775-1783), lo hizo durante 17 meses y haciéndose llamar Robert Shurtleff. Así, vestida de hombre, se ganó la admiración de todas las mujeres.

 Como ocurre con los toreros, sus hazañas bélicas se cuentan por heridas de guerra. Cada cicatriz, una medalla. Deborah participó de numerosas escaramuzas durante la Guerra de Independencia contra los ingleses. Un mal día, en el campo de batalla, sufrió dos heridas de bala y un corte en la frente. Estuvo a punto de morir, e incluso pidió a sus compañeros que la abandonasen a su suerte, Pero un soldado la recogió en su caballo y consiguió salvarse.

A Deborah le quedó una bala en la pierna para siempre y la sensación de haber cumplido por su país. En el pelotón la conocían como «Molly», que significa algo así como «la niña». No está claro si se lo decían por ser imberbe o porque en el fondo sabían de su condición femenina.

En el último verano de contienda, el secreto de Deborah (Robert para sus compañeros) se vino abajo. Tal y como se explica en el libro «Masquerade: The life and times of Deborah Sampson», la valiente soldado enfermó y fue atendida por el doctor Bernabé Binney. Deborah se desvistió y descubrió la tela que utilizaba para minimizar sus curvas. El doctor le guardó el secreto, pero a cambio la llevó a su casa para que la atendiera su mujer y otra enfermera.

El atrevimiento de Deborah Sampson se entiende mejor (o no), tras conocer las líneas maestras de su juventud. Su madre era bisnieta de un gobernador, vivían relativamente bien pero no contaban con una figura paterna. Deborah creció pensando que su padre desapareció cuando en verdad les abandonó para marcharse con otra mujer al condado de Lincoln.

Según su biógrafo, Deborah era una mujer más alta de lo normal, superaba el metro setenta y no tenía demasiado pecho. Sin su padre cerca, se ganó la vida trabajando como criada. Su madre murió pronto y se decidió alistarse al Ejército para participar en los últimos 17 meses de guerra. Cuenta su biógrafo Hermann Mann, autor de «The female review: life of Deborah Sampson», que cuando terminó la contienda Deborah obtuvo una pensión de 8 dólares mensuales.Por contra, su marido, que ejercía de enfermero y nunca pisó el campo de batalla, recibió un paga diez veces superior.

Los dos fueron moderadamente pobres. A comienzos del siglo XIX Deborah comenzó a dar conferencias explicando su trayectoria, convertida en un ejemplo que ha sobrevivido al paso del tiempo.

28 de julio de 2016

El curioso origen de soplar velas en los cumpleaños

 
El curioso origen
de la costumbre de soplar velas
en los cumpleaños

Una vez cada doce meses, el día de nuestro aniversario, todos saboreamos ese momento. Nos colocamos delante de una deliciosa tarta, llenamos de aire nuestros pulmones y soplamos con todas nuestras fuerzas para apagar las velas cuidadosamente colocadas sobre la superficie del pastel. No existen muchos rituales que se repitan con tanta exactitud en tantos países distintos. Es algo tan natural y tan asimilado que el origen de esta tradición ha quedado casi enterrado en el olvido y son pocos los que conocen su historia.

Gracias al blog God Fruits  conocemos la posible procedencia de esta costumbre. Una de las versiones más extendidas nos transporta a la Alemania del siglo XVIII. Por aquel entonces era común un festejo llamado 'Kinderfest': sobre el dulce del niño homenajeado se colocaban dos velas, una para representar la luz de su vida y otra que simbolizaba los años venideros. Las llamas debían estar encendidas durante todo el día y eran reemplazadas cuando quedaban consumidas. Al final de la jornada se apagaban de un soplido. Se creía que el humo que despedían las velas al apagarse ayudaba a trasladar a Dios el deseo que todos tenemos derecho a pedir por nuestro cumpleaños.

Según esta tradición estaríamos colocando un número erróneo de velas sobre nuestras tartas, ya que actualmente suele utilizarse una por año cumplido. Nuestro ritual se parece más al explicado en un manuscrito alemán del siglo XVIII que asegura que se empleaba una vela por año, además de una una adicional en el centro. En Google Books puedes consultar de forma gratuita una copia en inglés de este libro. Encontrarás la descripción mencionada en la página 15.

Sin embargo, Alemania no es el único posible origen de las velas de cumpleaños. Otra versión nos lleva mucho más atrás, a la Antigua Grecia. Entonces se ofrecían dulces con forma redonda a Artemisa, diosa de la Luna, con velas sobre ellos. Estos manjares representaban el ciclo lunar completo y el fuego de las velas se apagaba de un soplido para que el humo despedido llegase a la divinidad, una vez más transportando los deseos de los mortales.

Lo que sí sabemos es que durante cierto tiempo la tradición de soplar velas en cada aniversario fue considerada pagana, dado que para los cristianos era costumbre conmemorar la muerte de los santos en lugar de su nacimiento. Cuando la Iglesia estableció la Navidad como celebración relevante, recordando la llegada al mundo de Cristo, las velas de cumpleaños se sacudieron poco a poco su mala reputación. En nuestra época sólo está mal vista por los más puntillosos, que denuncian que es una manera de 'compartir' los gérmenes que pueden caer sobre la tarta cuando soplamos.

ABC, Madrid

27 de julio de 2016

Infancia en Cuba ¿Desgracia o privilegio?


Infancia en Cuba
¿Desgracia o privilegio?
 
Alejandro Rodríguez
El pasado fin de semana celebramos en Cuba el Día de los Niños. Oficialmente hubo el mismo tipo de festejo que cuando el día es de jóvenes o mujeres, es decir, asamblea teatral en La Habana, dedicada a los símbolos de la Revolución, y un discurso viejo que espanta de tan solemne.
 
Como si hubiesen nacido bajo bombas, los pequeños que vimos en la TV juraban lealtad, compromiso y darle continuidad a un sistema social que apenas conocen, cual máquinas perfectas del deber. Ninguno quería juguetes electrónicos, parques modernos, postre después del almuerzo, nuevas asignaturas o programas dinámicos de estudio, sino más Revolución, salvar del grosero reguetón a nuestra cultura tradicional, y la misma vieja tángana por mochilas con Elpidio Valdés en vez de Spiderman.
 
Sin embargo, la falta de naturalidad con que el oficialismo asume la fecha, no debería ser razón suficiente para aprovechar la ocasión y mostrar un panorama infantil tan o más ajeno a la realidad que el anterior.
 
Las dificultades relacionadas con la precariedad económica son obvias, pero a pesar de ellas en Cuba los niños siguen siendo un sector bastante protegido, por el Estado y por la cultura popular, que apenas les dejan enterarse del desastre a su alrededor.
 
Yo fui niño aquí en una época puñetera (década del 90), y aun así tengo gratísimos recuerdos de mi infancia.
 
Puede que sea un criterio basado en mi propia personalidad, pero no recuerdo amargura siquiera en aquella ocasión en que se me pusieron los dedos de los pies cianóticos, porque los pies de los niños crecen y las primeras zapatillas no.
Para nosotros el Período Especial (versión jodida de la actualidad…) no fue otra cosa que una fiesta. Tanto gusto me daba entonces ir a las recién estrenadas tienda en divisas por las primeras zapatillas (que olían a nuevo, a yuma), que marcar la plantilla en un pedazo de cartón para que la remendona del barrio me cosiera unos tenis con suela de neumático de camión.
 
En la inocencia aquella no veíamos el clarísimo trabajo que pasaban nuestros padres para que siguiéramos siendo niños.
 
¿Hubo o hay trabajo infantil? Algunos dicen que sí, que hay niños en Cuba que sudan para empujar sus míseras economías familiares, pero yo, que sudé, creo que en realidad lo que hice fue divertirme en aquel montecito de marabú donde mi padre logró sacar medio saco de arroz y varias mazorcas de maíz que vendimos en el acto a un costado de la carretera. Y también vendí limones, y pollos vivos y conejos flacos, pero el rostro de ese niño no era una cara abusada de esas que típicamente ilustran el trabajo infantil en los folletos de la ONU.
 
En el barrio vi una vez a tres hermanos almorzarse un aguacate. Luego vi, mientras vacacionaba en un campismo popular, a otros dos hermanitos guajiros con una jaba de nylon tocando puertas, pidiendo algo para comer. Y después otro, en Obispo, pidiendo dinero a tres de la madrugada.
 
Pero el hecho de que recuerde esos casos, casi sus rostros, significa que no se trata de algo común, porque lo común insensibiliza, y no ha pasado. Cuando surjan grupos auténticos de la sociedad civil cuyo objetivo sea salvar niños del hambre y la explotación, entonces valdrá calificar de desgracia el panorama infantil cubano.
 
Un dato curioso es que quienes defendieron siempre los valores de la familia, afectada por tantos años de excesiva intromisión estatal en la educación de los niños, se quejan ahora de que la familia tendrá que hacerse más presente frente al deterioro del sistema educacional. No los entiendo.
 
No veo desgracia o privilegio significativo en crecer en Cuba con escuelas y sin juguetes. Pudiéramos haber tenido más y mejores juguetes, pero igual hubiésemos podido crecer alejados de una escuela.
 
En fin, que la pregunta del título fue solo una trampa para arrastrarlo hacia estas reflexiones incoherentes, sobre las cuales tengo una sola certeza: cuando el asunto es la vida de los niños, la propaganda ideológica y la política se vuelven más asquerosas que de costumbre.
alejo3399.com

26 de julio de 2016

Santa Ana en la Enciclopedia Católica


Santa Ana
en la Enciclopedia Católica

Ana (Hebreo, Hannah, gracia, también escrito Ann, Anne, Anna) es el nombre tradicional de la madre de la Bienaventurada Virgen María.

Toda nuestra información concerniente a los nombres y las vidas de los Santos Joaquín y Ana, los padres de María, es derivada de literatura apócrifa: el Evangelio de la Natividad de María, el Evangelio de Seudo Mateo y el Protoevangelium de Santiago. Aunque la primera forma de este último, en el cual directa o indirectamente parecen estar basados los otros dos, retrocede hasta cerca de A.D. 150, podemos difícilmente aceptar como fuera de duda sus varias afirmaciones con su sola autoridad.

En el Oriente el Protoevangelio tiene gran autoridad, y los Griegos, Sirios, Coptos y Arabes leen porciones de él en las fiestas de María. En el Occidente, sin embargo, fue rechazado por los Padres de la Iglesia hasta que sus contenidos fueron incorporados por Jacobus de Voragine en su “Leyenda Dorada” en el siglo trece. De allí en más la historia de Santa Ana se esparció por el Oeste y fue ampliamente desarrollada, hasta que Santa Ana se convirtió también en una de las santas más populares de la Iglesia Latina.

El Protoevangelium da la siguiente versión: “En Nazaret vivía una rica y piadosa pareja, Joaquín y Ana. No tenían niños. Cuando en un día de fiesta Joaquín se presentó a ofrecer sacrificio en el templo, fue rechazado por cierto Rubén, bajo el pretexto de que un hombre sin descendencia era indigno de ser admitido. Tras esto Joaquín, inclinándose con dolor, no volvió a su hogar, sino que se fue a las montañas a hacer su planteo a Dios en soledad.

También Ana, al saber la razón de la prolongada ausencia de su marido, clamó al Señor que la liberara de la maldición de la esterilidad, prometiendo dedicar su niño al servicio de Dios. Sus oraciones fueron escuchadas; un ángel se le presentó a Ana y dijo: “Ana, el Señor ha visto tus lágrimas; tu concebirás y darás a luz y el fruto de tu vientre será bendecido por todo el mundo”. El ángel hizo la misma promesa a Joaquín, quien volvió con su mujer. Ana dio a luz una hija a la que llamó Miriam (María)”.

Aún el nombre de la madre de María parece dudoso, desde el momento que esta historia es aparentemente una reproducción del relato bíblico de la concepción de Samuel, cuya madre también se llamaba Ana..

El renombrado Padre Juan de Eck de Ingolstadt, en un sermón sobre Santa Ana (publicado en París en 1579), pretende conocer aún los nombres de los padres de Santa Ana. Los llama Stollanus y Emerentia. Dice que Santa Ana nació después que Stollanus y Emerntia carecieran de hijos por veinte años; que San Joaquín murió poco después de la presentación de María en el templo; que Santa Ana entonces se casó con Cleofás, de quien devino en madre de María Cleophae (la esposa de Alfeo y madre de los Apóstoles Santiago el Menor, Simón y Judas y de José el Justo); tras la muerte de Cleofás se dice que se casó con Salomas, de quien le nació María Salomae (la esposa de Zebedeo y madre de los Apóstoles Juan y Santiago el Mayor).

La misma leyenda espúrea se encuentra en los escritos de Gerson (Opp.III, 59) y en los de muchos otros. En el siglo decimosexto se produjo una animada controversia sobre los matrimonios de Santa Ana, en la cual Baronio y Bellarmine defendieron su monogamia. El Griego Menaea (25 de Julio) llama a los padres de Santa Ana, Mathan y María, y relata que Salomé y Elizabeth, la madre de San Juan el Bautista, eran hijas de dos hermanas de Santa Ana.

De acuerdo con Ephiphanius, algunos entusiastas mantuvieron aún hasta el siglo cuarto, que Santa Ana concibió sin la acción de un hombre. Este error fue revivido en Occidente en el siglo quince. (Anna concepit per osculum Joachimi.)

En 1677 la Santa Sede condenó el error de los Imperiali quienes enseñaban que Santa Ana se mantuvo virgen en la concepción y nacimiento de María (Benedict XIV, De Festis, II, 9).

En el Oriente, el culto de Santa Ana puede ser ubicado hacia el siglo cuarto. Justiniano I (d. 565) tuvo una iglesia dedicada a ella. El canon del Oficio Griego de Santa Ana fue compuesto por Santo Theofanes (d. 817), pero las partes más viejas del Oficio son adscriptas a Anatolio de Bizancio (d. 458).

Su fiesta es celebrada en el Este el 25º día de Julio, el que puede ser el día de la dedicatoria de su primera iglesia en Constantinopla o el aniversario de la llegada de sus supuestas reliquias a Constantinopla (710).

Se encuentra en el más viejo documento litúrgico de la Iglesia Griega, el Calendario de Constantinopla (primera mitad del siglo octavo). Los Griegos mantienen una fiesta conjunta de San Joaquín y Santa Ana el 9 de Setiembre.

En la Iglesia Latina Santa Ana no era venerada, excepto quizás en el sur de Francia, antes del siglo trece. Su imagen, pintada en el siglo octavo, que fue encontrada recientemente en la iglesia de Santa María Antigua en Roma, debe su origen a la influencia Bizantina.

Su fiesta (26 de Julio), bajo la influencia de la “Leyenda Dorada”, se encuentra por primera vez en el siglo trece, e.g. en Douai (en 1291), donde se veneraba un pie de Santa Ana (fiesta de la translación, 16 de Setiembre).

Fue introducida en Inglaterra por Urbano VI, 21 de Noviembre de 1378, momento desde el cual se esparció por toda la Iglesia Occidental. Fue extendida a la Iglesia Latina universal en 1584.

Las supuestas reliquias de Santa Ana fueron traídas desde Tierra Santa a Constantinopla en 710 y se conservaban todavía en la iglesia de Santa Sofía en 1333.

La tradición de la iglesia de Apt en la Francia austral pretende que el cuerpo de Santa Ana fue traído a Apt por San Lázaro, el amigo de Cristo, fue escondido por San Auspicio (d. 398), y encontrado nuevamente durante el reino de Carlomagno (fiesta, Lunes después de la octava de Pascua); estas reliquias fueron traídas a la magnífica capilla en 1664 (fiesta, 4 de mayo).

La cabeza de Santa Ana fue conservada en Mainz hasta 1510, cuando fue robada y llevada a Düren en Rheinland.

Santa Ana es la patrona de Bretaña. Su figura milagrosa (fiesta, 7 de Marzo) es venerada en Notre Dame d’Auray, Diócesis de Vannes. También lo es en Canadá, donde es la patrona principal de la provincia de Quebec, siendo bien conocido el santuario de Santa Ana de Beaupré.

Santa Ana es la patrona de las parturientas; es representada sosteniendo a la Bienaventurada Virgen María en su regazo, quien a su vez lleva en sus brazos al niño Jesús. Es además patrona de los mineros, al compararse Cristo al oro y María a la plata.

FREDERICK G. HOLWECK
Transcripto by Paul T. Crowley
En Memoria de las Sras. Margaret Crowley y Margaret McHugh
Traducido por Luis Alberto Alvarez Bianchi

24 de julio de 2016

Albert Rivera: un político que da pena

 


La tara de Rivera:

un político que da pena

rodeado de una tribu de vengadores


Carlos Dávila
@ESdiario.com

España no puede pasarse todo el verano sin un Gobierno en efectivo. Sin un Ejecutivo que mande y pueda tomar decisiones trascendentales. Por ejemplo: ¿qué ocurriría aquí si sucediera un atentado como el del viernes en Munich? Ya, ya sabemos: condenas irrefutables, horror, indignación general… Las generales de la protesta, pero todo sin un gobierno en condiciones de adoptar medidas como las que sin duda alguna adoptará Alemania en horas.

Un Gobierno en funciones firma cuatro documentos de trámite y poco más, pero no tiene atribuciones para mandar, ordenar y, siquiera, pactar, políticas de represión tan duras como exigiría una situación parecida. Por tanto, ese rumor muy extendido de que agosto prolongará la excepción causa espanto. Y más espanto aún produce el comportamiento de quienes no tienen otro mandato electoral que hacer posible una legislatura política sin ambages y en toda regla.

Es esta que comienza una semana decisiva que, la verdad, no pinta bien. Ahora hablan en el PSOE los veteranos de otras guerras que se temen que su jefe actual se haya convertido en un irresponsable histórico. A su lado, más que en el costado del PP, se mueve un presunto líder, Albert Rivera, corriendo de micrófono en micrófono incapaz de callar ni debajo del agua, un presunto líder que, a medida que pasan los meses, parece una lechuga verde, verdísima, sin madurar.

Rivera se está arreando patadones sin fin en su propio tafanario, despistando a su propio electorado, aquel que le votó hace un mes esperando de él otra conducta, no desde luego ésta de urgir al Rey a que arregle Su Majestad la penosa situación de inestabilidad en que nos hallamos. Al margen de que este hombre inmaduro y procaz en sus manifestaciones políticas no se haya leído la Constitución, la pregunta es: ¿un presunto líder de este jaez puede condicionar la vida de un país de casi cuarenta y cinco millones de habitantes?

Lo peor que puede causar un político no es rechazo, sino pena, lástima por su indocta preparación, y esa sensación es la que destila un Rivera que, además, se ha rodeado de una tribu de vengadores que, una vez que les fue mal en otros partidos, el Popular sobre todo, quieren ahora hacérselas pasar canutas a quien presumen que fue su ejecutor: Mariano Rajoy. Siete meses después de la primera vuelta electoral aquí ya nadie traga con ese: “Rajoy, no; los demás, ya veremos” que parece la consigna inveterada de Ciudadanos, nada original por cierto porque es idéntica a la que sigue pregonando Pedro Sánchez a quien ya no le quedan alrededor más que cuatro o cinco paniaguados que sin su jefe al frente, volverán a sus territorios de origen sin más cargo que una modesta secretaria o sección en el partido local .

Tanto que PSOE y Ciudadanos hablan, aún con sus pírricos resultados de junio, del pueblo y se arrogan su representación, ¿están cayendo de verdad en la cuenta de lo que el país en general está sintiendo hacia su comportamiento? Hace unos días que Rubalcaba apoyaba sin meandros el manifiesto de ministros que en su tempo fueron importantes y que ahora tiemblan ante cada decisión que toma su todavía líder, y advertía, por activa y pasiva, que así no se puede seguir.

Rubalcaba conoce, porque fue titular de Interior, que un país débil, sin un Gobierno fuerte y consensuado generalmente, es toda una tentación para la pléyade de miserables yihadistas que ahora mismo invaden Europa sin que muchos se atrevan a considerarles los enemigos brutales que ellos mismos han declarado. Aquí, en España, donde aún quedan algunos partidos, los estalinistas de Pablo Iglesias en cabeza, sin condenar la actividad criminal de estos terroristas: ¿qué harían en el caso nada improbable de que España volviera a ser la víctima de la brutal sinrazón de estos asesinos?

España ahora mismo se parece más a una broma política que a una Nación estable, seria, con fundamentos. En cinco días volverán a desfilar por el despacho de Felipe VI una procesión de políticos que, si hacemos caso, y hay que hacérselo, de sus manifestaciones, no tienen la menor intención de apoyar un Gobierno, corto en su representación parlamentaria, pero amplísimo, porque así lo depara la Constitución, en su capacidad para trabajar sin la provisionalidad de un asterisco.

Esta monserga pertinaz de que Rajoy no se mueve, ya no cala; lo que sí ha calado es que a Podemos, a Ciudadanos y desde luego al PSOE, les molesta Rajoy. Si este, tras haber agotado su flema galaica, se marchara a ganar dinero a su Registro de la Propiedad, sus tres oponentes acometerían la tarea de desgastar a su sucesor. O sea, al PP. Ocurrió cuando Suárez tiró la toalla y a Calvo Sotelo apenas se le dio un segundo de respiro.

España no está para ocurrencias, ni, mucho menos para las chanzas pesadas de unos políticos arrogantes que sin  haber ganado nada en su trayectoria, están dispuestos a colocar a todo un país en almoneda o lo que es aún más grave: en grave riesgo. La semana, ya lo digo, es decisiva, pero no hay mucho que esperar de ella.  

Eslovenia, la joya escondida de Europa

 
Eslovenia,
la joya escondida de Europa
Carlos J. Zapata

Aunque pasa por ser uno de las países más pequeños de Europa, no es menos cierto que Eslovenia atesora un sinfín de recursos turísticos de primer orden, que enamorará a cualquiera que lo visite. Enclavada en una zona que a lo largo de los siglos ha sido tierra de paso entre la Europa Oriental y Occidental, y que fue dominada por numerosos pueblos, como los griegos, romanos, venecianos, eslavos, alemanes, austriacos, e italianos. La Eslovenia actual, ha sabido escoger lo mejor de cada uno de ellos para presentarse al mundo como un gran país que tiene mucho que ofrecer, y que cuenta con la ventaja de tener al euro como moneda, lo que nos facilita su visita.

Lo primero que llama la atención cuando se llega al país es seguramente su paisaje, con las vertiginosas vistas de los picos alpinos, aquí llamados Alpes Julianos, montañas y valles, entre los que destaca el único Parque Nacional del país: Triglav, un verdadero Edén con ríos cristalinos donde se puede hacer rafting; lagos, cascadas y senderos a cientos. Si hay algo que subrayar en la idiosincrasia del pueblo esloveno es precisamente su amor por la naturaleza, que siempre intentan proteger y conservar. No es de extrañar que Eslovenia sea el segundo país más boscoso de Europa.

Por eso nuestra primera incursión en el país será visitar Triglav. Para ello conducimos por una de las carreteras más impresionantes de Europa: la que va de Kranjska Gora hasta Bovec, en pleno Parque. Son 13 km de una subida dura y en zigzag, que tiene la particularidad de llamarse Ruska Cesta (Carretera Rusa). El nombre se debe a que fueron los prisioneros rusos durante la I Guerra Mundial los que la construyeron. Después de tantas vueltas y revueltas, se llega al puerto o paso de Vrsic, donde hacemos una parada para disfrutar de las vistas y empezamos ya a descender por el valle del río Soca, no sin antes visitar el monumento al Dr.Julius Kugy, un alpinista y escritor que cantó las bellezas de este parque.

Al llegar a la pequeña población de Trenta entramos en el Centro de Interpretación del Parque, con museo y audiovisuales que enseñan todos los rincones y curiosidades del mismo. Desde aquí podemos hacer pequeñas excursiones y elegimos una que va hasta la granja Kekec, muy conocida en este país por ser aquí donde se rodó una de las películas más famosas que se han hecho en Eslovenia. Se trata del filme: "Buena suerte, Kekec", que describe la historia de una niña ciega y su amigo. Una película que te retrotrae a los filmes de la época de Joselito.

Proseguimos por el parque, y paramos en Kobarid, que ha pasado a la historia porque fue aquí donde se dio una de las batallas más encarnizadas a lo largo de la I Guerra Mundial. Merece la pena visitar su museo de la guerra, y hacer el recorrido por las trincheras de Kolovrat, algunas muy bien restauradas, donde se puede entender lo dura que debió de ser la lucha en las trincheras. Testigos de toda esta batalla fueron dos personajes que a la postre se hicieron mundialmente famosos aunque por motivos diferentes. Por un lado el teniente Erwin Rommel, que posteriormente fue conocido como el "Zorro del desierto", y, por el otro lado, el escritor Ernest Hemingway, que fue herido durante la guerra cuando conducía una ambulancia, y que posteriormente lo describiera en su libro "Adiós a las armas" en 1929.

Dejamos el Triglav, para conocer al región vinícola de Goriska Brda. Numerosas bodegas ofrecen catas en esta región de suaves colinas, salpicadas por algún que otro ciprés, que nos recuerdan el paisaje toscano. Entre medias, pueblecitos con encanto como el de Stanjel o el de Smartno con sus restos de muralla y una torre del S.XVI, invitan a conocerlos.

Muy cerca de aquí, y pegada a la frontera italiana, se encuentra la población de Lipica. Un pueblecito pequeño que pasaría desapercibido si no fuera porque aquí se crían los famosos caballos "lipizanos". Caballos con un característico color blanco, que han servido a lo largo de los siglos para la Escuela Española de Equitación de Viena. Lo curioso del caso, es que los caballos originarios eran caballos andaluces, de los que en 1580 el archiduque Carlos II de Austria importó nueve sementales y veinticuatro yeguas, ya que se consideraba a la raza española la mejor de Europa.

Nuestro siguiente destino es la región conocida como la tierra de Karst. Una meseta calcárea con miles de cuevas, galerías, ríos, cavernas, y simas subterráneas en un frenesí de accidentes naturales únicos en Europa. Imprescindible visitar la cueva de Skocjan, con su río subterráneo "Reka" y un cañón de más de cien metros de profundidad, cruzado por el puente "Cerkevnik", que hará que los visitantes se sientan como protagonistas del "Viaje al centro de la Tierra" de Julio Verne. No es de extrañar que esta cueva fuera premiada por la Unesco en 1986, como Patrimonio Natural Mundial.

Para terminar el recorrido elegimos el marco incomparable de la costa eslovena. Son 47 km de costa, pero con ciudades encantadoras como Koper, Izola y, sobre todo, Piran, la joya de la costa Eslovena y la más visitada. Ubicada en una península estrecha que se adentra en el mar, su casco histórico parece sacado de su hermana mayor: Venecia. El encanto reside en sus calles, plazas, su paseo marítimo lleno de restaurantes, en los que es obligatorio estar al atardecer, para disfrutar de su puesta de sol.

 

                          Liubliana: la capital verde europea 2016

Ubicada entre los impresionantes Alpes Julianos y la costa del Adriático, se encuentra la capital de Eslovenia, una ciudad que se asienta a los pies del castillo medieval, construido a partir del siglo XII. Rodeada de altas montañas y bosques, con nieves perpetuas de los Alpes, y con el río Ljubljanica que le atraviesa, adornado con hermosos puentes y edificios de todos los estilos, la capital eslovena ofrece un equilibrio perfecto de ciudad grande y pequeña a la vez. Además casi todo el centro de la ciudad se ha cerrado al tráfico habiendo sido habilitadas zonas peatonales más amplias, y carriles bici, dando así prioridad a los peatones, ciclistas y al transporte público. En suma una ciudad que parece hecha a la medida del hombre. Gracias a ello, Liubliana ha sido premiada como Capital Verde Europea 2016.

Reproducido de larazon.es

Padre Nuestro


 
Padre Nuestro

Aunque a primera vista no exista respuesta,
seguiré rezando y hablando contigo.
Aunque pasen los días y las nubes sigan presentes.
Aunque discurran las noches y las estrellas no brillen.
Aunque amanezca la aurora y el rocío no me sorprenda.
Aunque pida calma y las tormentas asolen mi alma..
 
Confiaré en Ti, Señor, porque eres palabra que nunca falla.
Eres tesoro y eres vida, eres ilusión y eres esperanza.
Eres futuro y eres presente.
Eres amigo  que, en la oración, consuela, levanta,
anima, recompone, fortalece y se entrega.
Contigo, Señor, hasta la muerte.
Contigo, Señor, a tiempo y destiempo.
Javier Leoz