Antonio Muñoz Molina,
Premio Príncipe de Asturias
de las Letras
ABC, Madrid
El escritor Antonio Muñoz Molina ha sido
galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Un galardón con
el que el jurado reconoce la condición del intelectual comprometido con su tiempo.
Al galardón optaban dieciocho candidaturas
procedentes de once países, entre las que figuraban las de autores como Luis
Goytisolo o Haruki Murakami, y Muñoz Molina se impuso en la última ronda de
votaciones del jurado al autor irlandés John Banville.
Muñoz Molina es el autor más joven que gana el
premio Príncipe de Asturias de las Letras a lo largo de sus treinta y tres
ediciones.
El capitán Nemo y Julio
Verne fueron los culpables de que aquel niño de doce
años moldeara en su cabeza la idea de ser escritor. Era, más o menos, 1968, y
Antonio, Antonio Muñoz Molina, que había nacido en la localidad
jiennense de Úbeda en 1956, ya dedicaba buena parte de su tiempo, entre clase y
clase, a la lectura. Mark Twain,
Stevenson, Agatha Christie, Dumas… poblaban las horas de aquel chaval
hijo de una familia muy humilde. Su padre se dedicaba a las labores del campo y
su madre, como se decía entonces, «a sus labores».
Antonio Muñoz Molina creció escuchando a casi
todas horas la radio. Los seriales radiofónicos y los programas musicales,
sobre todo. Estudiar se le daba bien y sus profesores convencieron a sus padres
de que debía seguir estudiando, algo poco común entre los niños de clase
trabajadora de entonces.
Teatro
revolucionario
Concluido el bachillerato, Antonio Muñoz Molina se trasladó a
Madrid para estudiar Ciencias de la Información y, queriendo o no queriendo,
para meterse en política. Soñaba con escribir obras de teatro revolucionarias,
pero su primer contacto con la revolución fue algo traumático. Fue detenido en
la capital de España cuando participaba en una manifestación ante la ejecución
del anarquista Salvador Puig Antich. Aquella detención, según el escritor «acentuó
mi tendencia natural al miedo».
Pero el novelista empezaba a nacer. Antes, se
trasladó a Granada a estudiar Geografía e Historia, y en la ciudad andaluza
empezó a trabajar en el periódico «Ideal», al tiempo que preparaba su primera
novela, “Beatus ille”, que
apareció en 1986.
Novelas y
premios
Un año después, en 1987, gana el Premio de la
Crítica y el Nacional de Narrativa por “El
invierno en Lisboa” y en 1991 el Planeta por “El jinete polaco”, novela por la que vuelve a obtener el
Nacional de Narrativa al año siguiente.
Otras de sus obras más destacadas son “Beltenebros” (1989), “El
viento de la luna” (1997). En 2009 publicó “La noche de los tiempos”,
un monumental trabajo que recrea el hundimiento de la Segunda República
Española y el inicio de la Guerra civil.
En 1995 fue elegido miembro de la Real Academia
Española para ocupar el sillón «u», y leyó su discurso de ingreso, “Destierro y
destiempo de Max Aub”, un año después.
Está casado con la también escritora Elvira Lindo
y vive entre Madrid y Nueva York, donde dirigió el Instituto Cervantes.
Según sus propias palabras, «la literatura es mi afición y mi trabajo, pero no creo que sea lo más
importante de la vida, ni mucho menos que se baste para darle sentido. Más que
la literatura me importa el bienestar de las personas que quiero. Creo que el
escritor continúa el oficio inmemorial de los narradores de cuentos, que daban
forma mediante relatos orales a la experiencia compartida del mundo. Contar y
escuchar historias no es un capricho, ni una sofisticación intelectual: es un
rasgo universal de la condición humana, que está en todas las sociedades y
arranca en la primera edad de la vida».
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