1 de agosto de 2009

Protestas contra un film inexistente

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Desde hace semanas están circulando profusamente mensajes electrónicos avisando sobre un filme que con el nombre de «Corpus Christi» presenta a Cristo y sus apóstoles como homosexuales. A la vez, estos mensajes conminan a sus lectores a seguir distribuyendo su contenido y hacer campaña en contra de tal aberración. Si la noticia fuera cierta, es muy lógico que los cristianos nos lanzáramos a tal campaña e hiciéramos oír nuestra voz desmintiendo dicha blasfemia.

Pero la noticia no es cierta. La película «Corpus Christi» no existe. Si quiere comprobarse la veracidad de ello, basta con abrir la página www.Snopes.com, que se encarga de esclarecer, desmentir o ratificar el contenido de la gran parte de los mensajes electrónicos que inundan la red.

Sin embargo, en el año 2007 se filmó en España una película de título parecido: «Teresa, el Cuerpo de Cristo», a la que se pueden aplicar igualmente grandes objeciones morales. La película en sí dice estar basada en la vida de santa Teresa de Jesús, cuyo misticismo es proverbial y que en sus momentos de éxtasis tuvo visiones y conversaciones con Jesús. El fin tergiversa estos hechos y pretende darles un carácter de relación erótica y pasional de la Santa con Nuestro Señor. Al tiempo de su estreno, La Comisión de Obispos Españoles emitió su más definida desaprobación. Ignoro si ha sido exhibida en los EEUU.


Ana Dolores García

Efemérides

Pola Negri

Nunca vi un filme de Pola Negri pero oí a mi madre hablar mucho de ella. Como sospecho que ya este blog no tendrá lectores de su generación y que a los de la mía y las generaciones posteriores les es desconocida esta famosa actriz de la época del cine mudo, me atrevo a seleccionar su vida para ilustrar la efeméride de hoy.

Pola Negri, nacida en Polonia el último día de 1894 con el nombre de Barbara Apolonia Chałupiec, emigró a los Estados Unidos para convertirse en una de las más conocidas divas del incipiente cine hollywoodense. Murió en San Antonio, Texas, el 1 de agosto de 1987.

De niña estudió ballet en Polonia y llegó a pertenecer al Ballet Imperial. Motivos de salud le impidieron seguir cultivando ese arte para el que había demostrado tener grandes dotes, y se matriculó entonces en la escuela de Arte Dramático de Varsovia. Su posterior estancia en Alemania le abrió las puertas del cine mudo. Allí, además de sus intervenciones teatrales, conoció al director de cine Ernst Lubitsch, quien dirigió sus primeros éxitos del celuloide, entre ellos «Carmen» (1918) y «El Gato Montés», basadas ambas en libretos operáticos. Lubitsch la catapultó a la fama mundial.

En 1923 se trasladó a Hollywood, agrandando la lista de sus triunfos al lado de los más conocidos galanes de la época. De esta etapa fueron: «La bailarina española», «Sombras de París» y «Hotel Imperial» que sobresalen entre los muchos títulos de su filmografía. Su fuerte acento polaco eclipsó su estrella a la llegada del cine sonoro y regresó a Alemania.

Se casó dos veces, y en ambas oportunidades con aristócratas europeos. Su segundo marido fue incluso un príncipe ruso. Sus veleidades amorosas dieron pábulo a romances con Valentino y Chaplin, con quienes compartió protagonismo en sus filmes. Durante su última estancia en Alemania, en cuyo país continuó haciendo cine, se llegó a hablar de sus intimidades -luego desmentidas-, con el propio Adolf Hitler.

Regresó a Estados Unidos en los comienzos de la década de los 40 y aquí permaneció hasta su muerte en 1947. El misterio en que vivió sus últimos años y su semejanza con Norma Desmond, nombre ficticio del personaje central de «Sunset Boulevard» (El Ocaso de una Vida), hacen pensar a muchos que el filme haya podido estar basado en la vida de Pola Negri. Es precisamente muy cerca de esa avenida, en el «Hollywood Boulevard», que se encuentra una estrella en homenaje a su carrera fílmica.

Breve escena del filme «Una mujer del mundo»: (copie y pegue)
http://www.youtube.com/watch?v=4WWqXvVbznE

Ana Dolores Garcia
Ilustración. WEB

31 de julio de 2009

Doscientos Años


Las Hermanas de la Caridad de San José, cuya Casa General radica en la vecina ciudad de Emmitsburg, aquí en Maryland, están celebrando este fin de semana los 200 años de la fundación de su Instituto por Elizabeth Seton.

La historia de Elizabeth Ann Baley Seton es bien particular y edificante. Nacida en el seno de una familia perteneciente a la Iglesia Episcopal, religión que practicó hasta ya convertida en madre de cinco hijos, abrazó la fe católica y su santidad movió a la Iglesia a proclamarla como tal.

Habia nacido en Nueva York, en 1774, y allí vivió su niñez y juventud. A los 20 años contrajo matrimonio con un acaudalado armador de barcos, pero la situación económica comenzó a deteriorarse al igual que la salud de Guillermo Seton y decidieron partir a Italia aceptando la invitación de una familia amiga. Fallecido el esposo, Elizabeth Ann y sus hijos continuaron al amparo de los Filicchi durante algún tiempo. Ya para entonces, y movida por la piedad y el gran testimonio cristiano de aquella familia que tan abiertamente los había acogido, Elizabeth había comenzado a sentirse llamada hacia la fe católica.

De regreso en los Estados Unidos, Elizabeth, cristiana ferviente, se siente muy atraída por el catolicismo. Es rechazada por su familia que no comprende su búsqueda, e Isabel soporta múltiples pruebas personales y familiares. Por fin, el 14 de marzo de 1805 es recibida en la Iglesia Católica.

A la vez que mantiene una vida espiritual intensa y una preocupación constante por la educación de sus hijos, sostiene su deseo de dedicarse completamente a las obras de caridad. En 1809 funda en la diócesis de Baltimore, bajo la advocación de San José, el Instituto de las Hermanas de Caridad para la educación de las niñas. Se le sugirió trasladarse al pueblo de Emmitsburg. Alli fundó la que pasó a ser la primera escuela parroquial en este país y el Instituto de las Hermanas de la Caridad de San José, que pronto se une a la Orden de las Hermanas de la Caridad fundada en Francia por San Vicente de Paul y Santa Luisa de Marillac.

En Emmisburg, cerca de la escuela antigua y la vieja y pequeña iglesia donde se reunía la congregación, se levantan hoy la Casa General de la Orden y la hermosa basilica del Santuario, donde descansan los restos de su fundadora, santa Elizabeth Ann Seton, la primera santa nacida en Estados Unidos canonizada por la Iglesia el 12 de septiembre de 1975.

Este fin de semana, valga repetirlo, es de fiesta grande en Emmitsburg.

Ilustración: web

Efemérides


Antoine de Saint-Exupéry fue un aviador en misiones de reconocimiento en pequeños aviones al uso de la época. Fue además un escritor de profunda fibra humana cuyos libros han cruzado horizontes mundiales.

Había nacido en Lyon, Francia a comienzos del siglo XX. Sus padres lo enviaron a estudiar a Suiza y, mientras completaba estudios y comenzaba a incursionar en la aviación, compartía el tiempo plasmando en letras sus experiencias de piloto.

Tras su servicio militar se enroló en la aviación civil y luego de un breve viaje a Nueva York se unió a las fuerzas aliadas durante la II Guerra Mundial. Servía como piloto en misiones de observación en una amplia zona del Mediterráneo. Fue así que encontró la muerte el 31 de julio de 1944. Ese dia, en un vuelo ente Córcega y Marsella, su avión se precipitó al mar y comenzaron las conjeturas sobre su desaparición.

En 1998 se encontró un brazalete de plata por un pescador al Este de la isla de Riou, cerca del lugar de la desaparición en la costa de Marsella. Fue identificado como perteneciente a Saint-Exupéry pues estaba grabado con los nombres de su esposa y sus editores, y había quedado enganchado a una pieza de tela de su traje de piloto. Pero no fue hasta el año 2004 que el Departamento de Investigaciones Arqueológicas Submarinas francés confirmara que los restos del avión extraídos el año anterior de la zona donde se encontró el brazalete pertenecían al avión de Saint Exupéry, al comprobarse que el número de matrícula de los restos correspondía con el del avión del escritor.

Pese al hallazgo, las razones por las que el avión de Saint-Exupéry se estrelló seguían siendo un misterio. Podía haber sucedido que lo hubiesen derribado, que hubiese perdido el control, que se hubiera producido un fallo mecánico, o sobrevinieran problemas de oxígeno o un ataque cardíaco. En 2008 un piloto alemán llamado Horst Rippert confesó que había sido quien derribó el avión. Sus palabras fueron: «Pueden dejar de buscar. Fui yo quien abatió a Saint-Exupéry» y agregó «Fue después cuando supe que se trataba del escritor. Yo esperaba que no fuera él, porque en nuestra juventud todos habíamos leído sus libros y los adorábamos».

«El Principito» (Le Petit Prince), publicado en 1943, es su relato corto más conocido. Lo escribió mientras se hospedaba en un hotel en Nueva York y fue publicado por primera vez en los Estados Unidos. Ha sido traducido a ciento ochenta idiomas y dialectos. Puede parecer un libro infantil por la forma en la que está escrito y por la historia en un principio simple, pero en realidad el libro es una metáfora en el que se tratan temas tan profundos como el sentido de la vida, la amistad y el amor.

Editado de Wikipedia
Ilustración: web

30 de julio de 2009

El gato negro y la mala suerte

María Dominicis

Cuando fue domesticado por primera vez en Egipto, hace unos 5000 años, el gato ocupaba lugar preferente en la sociedad.

Todos los gatos, especialmente los negros, eran tenidos en muy alta estima por los antiguos egipcios, y la ley los protegía contra los malos tratos y la muerte.

Tal era la idolatría que inspiraba el gato en Egipto, que la muerte de uno de estos animales hacía que toda la familia que le había albergado le guardara luto, y tanto ricos como pobres embalsamaban los cadáveres de sus gatos con el mayor lujo, envolviéndolos con un fino lienzo y colocándolos en sarcófagos de materiales valiosos, como el bronce e incluso la madera, todo un lujo en un Egipto tan carente de árboles.

Los arqueólogos han exhumado cementerios enteros de gatos momificados, en los que abundaban los negros. Impresionados por la supervivencia del gato, animal capaz de soportar numerosas caídas desde gran altura y salir ileso de ellas, los egipcios originaron la creencia de que el gato tiene siete vidas, e incluso nueve según otros.

La popularidad del gato se extendió rápidamente a través de las civilizaciones. Textos en sánscrito de más de dos mil años de antigüedad hablan del papel de los gatos en la sociedad india. Se dice que en China, hace unos 2500 años, Confucio tenía un gato como animal de compañía predilecto.

Alrededor del año 600 de nuestra era, el profeta Mahoma predicaba con un gato en sus brazos y, más o menos en la misma época, los japoneses empezaron a mantener gatos en sus pagodas para proteger los manuscritos sagrados.

En aquellos siglos el hecho de que un gato negro se cruzara en el camino de una persona era signo de buena suerte. La idea de que un gato negro da mala suerte es relativamente reciente, aunque su raíz está en la Europa de la Edad Media.

La característica independencia del gato, junto con su testarudez y su afición a buscarse la comida aunque fuera robando, unida al repentino aumento de su población en las grandes ciudades, contribuyeron a su caída en desgracia. Los gatos callejeros eran alimentados a menudo por ancianas pobres y solitarias, y cuando se propagó en Europa una oleada de histeria, en la que muchas de esas mujeres carentes de hogar fueron acusadas de practicar la magia negra, los gatos que les hacían compañía —especialmente los negros— fueron considerados culpables de brujería por asociación de ideas. (En vista de esto, cabe preguntarse si el pobre gato negro DA mala suerte o TIENE mala suerte.)

En Francia, cientos de gatos negros eran quemados mensualmente hasta que, en la década de 1630, el rey Luis XIII puso fin a esta vergonzosa práctica.

Dado el largo tiempo —varios siglos— durante el cual los gatos negros fueron sacrificados en toda Europa, es sorprendente que todavía haya gatos negros en el mundo. ¿Será por lo de las siete vidas?

Aun en tiempos modernos, los pobres gatos negros son víctimas de supersticiones. En los Estados Unidos, los “shelters” o refugios para gatos sin hogar no dan en adopción gatos negros en los días anteriores a Halloween. El motivo son las prácticas supersticiosas y hasta ritos satánicos que se realizan con ellos.

Maria Dominicis
Ilustracion: web


Algunos datos están tomados del libro: “Las cosas nuestras de cada día”, de Chatles Panati.


El último Presidente


LA HABANA, (www.cubanet.org) - 18 años después de suicidarse la República al adoptar el rumbo totalitario, el 5 de abril de 1977, en la ciudad de Miami, se suicidaba el doctor Carlos Prío Socarrás, último presidente constitucional de la República de Cuba.

Su abuelo materno, Carlos Socarrás y Acosta, fue lugarteniente del general Antonio Maceo, y se lanzó al campo de batalla luego que soldados españoles mataron a machetazos a sus hermanos insurgentes. Así pues, el hecho de haber nacido en un hogar de vocación mambisa facilitó su temprano interés por los asuntos socio políticos del país.

Como todos los jóvenes de su generación -generación del 30 o primera generación republicana-, compartió los ideales de soberanía plena y antiimperialismo, alimentados por la frustración de una Enmieda Platt que limitaba nuestra independencia.

No abrazó Carlos Prío las ideas marxistas que entonces proliferaban en los predios universitarios. Era de los que veía la solución a los problemas nacionales dentro de un marco institucional democrático como única garantía de respeto a los derechos civiles y políticos. No aceptaba que el remedio a los males del país pasase por una dictadura, aunque ostentara el pomposo nombre de dictadura del proletariado.

Fue un activo líder estudiantil, destacándose por su participación en la lucha contra la dictadura de Gerardo Machado y Morales, ex general del ejercito mambí, que gobernó Cuba en el período 1924-1933.

Presidente del Directorio Estudiantil Universitario (DEU), pasó dos años en prisión debido a actividades antigubernamentales. Durante el gobierno de Ramón Grau San Martín (1944-1948), fue designado ministro de Trabajo, y posteriormente primer ministro. Fue, además, miembro de la Asamblea Constituyente de 1940, y senador de la República. Puede decirse que de aquella hornada de líderes antimachadistas, su figura emergió llena de prestigio y simpatía popular.

En los comicios generales de 1948 resultó electo presidente de la República junto a Guillermo Alonso Pujol como vicepresidente.

El gobierno de Carlos Prío ha sido el más criticado de todos cuantos tuvo la República. Siguiendo preceptos leninistas, la revolución cultural ha difundido la idea de que nuestra vida nacional nació el primero de enero de 1959. Así, pues, la etapa prerrevolucionaria constituye una pesadilla que por horrenda y tenebrosa no merece ni siquiera mencionarse. Una retahíla de intelectuales se encarga de tergiversar, ocultar y manipular el pasado de modo que el presente, aún siendo imperfecto o malo, resulte preferible.

Lo históricamente cierto es que en aquella República, que pese a sus deficiencias marchaba a la vanguardia del progreso continental y mundial, el gobierno de Prío representó un peldaño en la escalada de éxitos hacia el desarrollo material y espiritual del pueblo de Cuba.

Queriendo garantizar una política de cordialidad entre los cubanos su gobierno garantizó el regreso de todos los exiliados políticos, entre ellos, el de Fulgencio Batista. El hombre que le daría el golpe de estado el 10 de marzo de 1952.

Se creó el Banco Nacional de Cuba y de Fomento Agrícola Industrial (BANFAIC). El primero, con múltiples funciones de incalculable provecho, entre ellas la de ser agente financiero y consejero económico del estado, así como la de ejercer un efecto compensatorio sobre la banca privada. El BANFAIC, destinado a crear, fomentar y mantener las facilidades financieras a fin de desarrollar y diversificar la producción.

Otras leyes complementarias de la Constitución de 1940 implementaron el Tribunal de Cuentas y el de Garantías Constitucionales. Ambas instituciones encaminadas al reforzamiento del estado de derecho y la fiscalización de la gestión gubernamental para evitar la corrupción.

La violencia callejera y la corrupción administrativa fueron dos males que ensombrecieron la obra de gobierno del doctor Carlos Prío Socarrás.
La primera no ofrece lugar a dudas. Esta representada por la violencia política cuya corriente siempre arrastra buena dosis de agresividad civil.

No pocos grupos que originalmente hicieron causa común en la contienda antimachadista, ahora luchaban entre sí a punta de pistola, escenificando enfrentamientos armados y las más diversas formas de brutalidad y salvajismo.

El gobierno priista, cuyos máximos exponentes habían participado en la batalla revolucionaria, no era el más indicado para luchar contra un mal con el cual tenía complicidad histórica. Aunque justo es decir que los primeros grupos de "gatillo alegre" eran anteriores a los gobiernos auténticos. Lo más curioso es que tales grupos se llamaban a sí mismos "revolucionarios", como motivo de orgullo común, y cada uno se consideraba único depositario de tal atributo. Algunos derivaron en vulgares asaltadores de bancos, como forma de prolongar el hábito guerrero adquirido en la lucha revolucionaria.

El mal no es privativo de Cuba. Son desgracias que arrastran las revoluciones cuando no hay repartos de piñatas entre sus protagonistas.

En cuanto a la corrupción, el fenómeno es más complejo. Al abrigo de una libertad de expresión reconocida hasta por sus más enconados enemigos, los adversarios políticos de Prío le atribuyeron a su gobierno los más escandalosos robos, pillajes, malversaciones y un alto grado de nepotismo. Sin embargo, fue bajo su mandato que se aprobó la creación del Tribunal de Cuentas, así como la ley contra el gangsterismo.

Uno de los más furibundos acusadores de este gobierno fue Eduardo Chibás, y lo pagó con la vida cuando, imposibilitado de demostrar la culpabilidad del ministro de Educación, Aureliano Sánchez Arango, a quien acusaba de ladrón, optó por darse un pistoletazo en el vientre. Hasta un desconocido y recién graduado abogado de nombre Fidel Castro acusaba al presidente de malversador, sin que por ello fuera molestado o perdiera un pelo del cabello.

Algunos personajes acusados de ladrones envejecieron y murieron en el exilio, y no precisamente nadando en riquezas, lo cual contradice la tesis de un pasado de fraude, peculado y malversación.

Lo rigurosamente cierto es que durante el mandato de Carlos Prío existía una absoluta libertad de expresión, y el cubano gozaba de todos los derechos democráticos consagrados en la Constitución. El entonces presidente de la República pudo decir que en su gobierno había derecho hasta para calumniarlo. Pero dejemos que sean los propios protagonistas quienes hablen.

En el alegato "La historia me absolverá", el entonces joven Fidel Castro decía:
"Os voy a referir una historia. Había una vez una República. Tenía su Constitución, sus leyes, sus libertades; presidente, Congreso, tribunales; todo el mundo podía reunirse, asociarse, hablar y escribir con entera libertad. El gobierno no satisfacía al pueblo, pero el pueblo podía cambiarlo y ya sólo faltaban unos días para hacerlo. Existía una opinión pública respetada y acatada, y todos los problemas de interés colectivo eran discutidos libremente. Había partidos políticos, horas doctrinales de radio, programas polémicos de televisión, actos públicos y el pueblo palpitaba de entusiasmo".

Todo ello parece conceder legitimidad a la siguiente invocación de Carlos Prío a José Martí.

"Padre y Apóstol, óyeme: que de la vacía cuenca de tus ojos corran lágrimas de dicha, pues en esta isla tuya, en esta patria que tu has alimentado antes de que naciera, ningún cubano sufre persecución, ni presidio ni tortura porque piense, porque hable: por respeto a ti, padre y Apóstol, hasta el insulto y la calumnia crecen libremente bajo las alas de tu bandera".

Este 20 de mayo de 2007, cuando se cumplen 105 años del nacimiento de la República, es fecha propicia para el recuerdo de nuestro último presidente constitucional. Aquel que, pese a los errores y defectos de su gobierno, pudo decir que bajo su mandato las cárceles estaban vacías de presos políticos, y la familia cubana, en pleno, unida al abrigo de las palmas y bajo el sol radiante de la patria.

Oscar Mario González, 2007

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Efemérides


Asedio y captura del Castillo del Morro por los ingleses

El Castillo del Morro, terminado de construir en 1630 sobre una gran roca a la entrada de la Bahía, hacía esta fortaleza casi inexpugnable para los cañones de la época. La defensa del Morro fue designada por el Concilio de Guerra de La Habana, al capitán de navío nacido en Santander, España, Luis Vicente Velasco. Este valiente oficial español, de unos 50 años de edad, resistía con sus hombres una y otra vez las arremetidas de los ingleses.

Pasaban los días, las bajas de los británicos se hacían cada vez mayores, y el Morro no obstante hallarse bastante dañado, seguía en pie rechazando su ocupación. El conde de Albermarle en vista que no podía rendir a los defensores del Morro, envió un grupo de zapadores para que dinamitaran la fortaleza. Terminada la labor de los dinamiteros, Albermarle le envió un mensaje a Velasco para que se rindiera, a lo que este valeroso oficial le respondió que no se rendía, que tenia que tomar la plaza peleando.

El 30 de julio se escuchó un gran estallido en el Morro, y por el boquete que abrió la metralla entraron las tropas inglesas. La lucha dentro del fuerte cuerpo a cuerpo fue encarnizada, no obstante el destacamento español se había desorganizado debido a la explosión. En esta lucha cayó gravemente herido Velasco, y según expresara después Albermarle, lo envió a un hospital de campaña para ver si le salvaban la vida. El capitán Luis Vicente Velasco, que defendiera con dignidad y heroísmo el Morro "Castillo de los Tres Reyes" por casi dos meses, murió al siguiente día.

Una misión histórica





Se suponía que Neil Armstrong estuviera dispuesto a dormir porque la caminata lunar ya se había realizado. Las rocas lunares estaban almacenadas. Su nave estaba lista para partir. En sólo unas cuantas horas el módulo de ascenso del Eagle despegaría de la superficie de la Luna, algo que ninguna nave había hecho antes, y Neil necesitaba estar completamente lúcido. Se acurrucó sobre la cubierta del motor del Eagle y cerró los ojos. Pero no podía dormir.

En el reducido módulo a Buzz le correspondió el mejor lugar, el piso. Se estiró tanto como pudo en su traje espacial y cerró los ojos. No sucedía nada. Es comprensible. En un día como ese dormir era imposible.

Abandonan al Eagle en la órbita lunar aunque no sin que antes Collins --católico-- dejara escrito en una de las paredes internas: ``Nave espacial 107. La mejor creada. Que Dios la bendiga''. A las 6:35 del 22 de julio encienden los motores del módulo para iniciar el regreso al planeta Tierra; y en poco tiempo el Columbia se sitúa en una trayectoria de caída, que concluiría en 60 horas al sudoeste de las islas Hawaii, en el Océano Pacífico. Amerizó el 24 de julio, exactamente 8 días, 3 horas, 18 minutos y 35 segundos después que el Saturno V abandonó la rampa del Complejo 39 en Florida. La tripulación del portaaviones USS Hornet, un veterano de la Segunda Guerra Mundial, recoge a los astronautas ataviados con trajes de aislamiento biológico. Descansan en cuarentena hasta el 13 de agosto, cuando les permiten regresar al calor de la familia y a su vida normal.

María Teresa Villaverde Trujillo
Reproducido de El Nuevo Herald

Las golondrinas de Capistrano



Otro viaje extraordinario parecido al de las mariposas monarca, lo realizan las golondrinas que vuelven cada primavera a la Misión de San Juan Capistrano en California. Llegan estas aladas viajeras desde Goya, Argentina, el 19 de marzo día de San José, y se marchan en octubre de regreso a Goya. Es un vuelo de más de 7,500 millas que realizan en 30 días. Veranean las aladas en el norte de Argentina y empiezan su vuelo de regreso a California el 18 de febrero.

Estas aves vuelan a velocidades de hasta 100 kilómetros por hora, y avanzan 200 kilómetros por día aproximadamente. Una vez que han completado su viaje redondo estos pájaros habrán hecho un vuelo tan largo como un viaje alrededor del mundo. Las aves han venido recorriendo puntualmente seis mil millas desde Goya, Argentina, hasta California, a lo largo de más de cien años.

La Misión, bautizada con el nombre de San Juan Capistrano -un teólogo del siglo XVIII- fue fundada el 1 de noviembre de 1776, habiendo sido la séptima misión fundada por el Fraile Junípero Serra. La capilla de esta misión es la única que permanece de todas las que se construyeron en California dónde celebró misa el Fraile Serra, y se considera la iglesia más antigua del Estado. Es la séptima Misión de 21 misiones españolas establecidas en California por los Padres Franciscanos.

España gobernó California hasta 1821 cuando México obtuvo su independencia. En 1845, la Misión fue vendida por $710 a Don Juan Forster. Su familia vivió en la Misión durante veinte años. En 1865, Abraham Lincoln devolvió la Misión a la Iglesia Católica. En la actualidad, es uno de los centros históricos, culturales y educativos más importantes de California.

Maggie Guaty Marrero
Cancún, México
28 de julio, 2009

28 de julio de 2009

Efemérides



Johann Sebastian Bach nació en Eisenach, Turingia, el 21 de marzo de 1685 y murió en Leipizig el 28 de julio de 1750. Fue un organista y compositor alemán, miembro de una de las familias de músicos más extraordinarias de la historia, con más de treinta y cinco compositores famosos.

Su fecunda obra es considerada como la cumbre de la música barroca y sigue siendo fuente de inspiración e influencia para posteriores compositores desde Mozart hasta nuestros días, por quienes es considerado como «el padre de la música». Sus obras más importantes están entre las más trascendentales de la música universal. De ellas cabe mencionar La Pasión según San Mateo y Los Conciertos de Brandeburgo.

Cuba: el sable del General Ochoa



Hace apenas dos semanas se cumplieron veinte años del fusilamiento del General Armando Ochoa y otros altos jefes militares cubanos. El aniversario ha pasado sin pena ni gloria allá, tal como corresponde cuando el gobierno considera que los acontecimientos deben ser borrados o al menos olvidados. No sé hasta que punto puedan ser realidad las conjeturas que expresan estos comentarios, pero aquí las dejo tal como han aparecido hoy en el periódico madrileño. (adg)

Vicente Botín, «El País», Madrid, 28/7/09
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba (FAR) nunca han utilizado sus fusiles para reprimir a la población. El eficaz aparato policial de la dictadura ha hecho hasta ahora innecesaria su intervención. Pero el grado de insatisfacción de los cubanos es cada vez mayor. El Gobierno teme que se produzca una revuelta popular como el maleconazo de 1994, sólo que esta vez no sería para pedir democracia y libertad, sino el final del permanente periodo especial en que vive la isla desde el hundimiento de la Unión Soviética, y que se ha agravado en los últimos meses por la escasez de alimentos y los cortes de luz. En las calles de La Habana han comenzado a aparecer carteles con la leyenda "Abajo Raúl". En la próxima crisis cubana, los oficiales tendrán que decidir adónde apuntan.

El dilema es cómo van a responder las FAR en el caso de que miles de personas se lancen a la calle para pedir alimentos. Salvo la cúpula militar que goza de las mismas prebendas que la nomenclatura, los oficiales del Ejército cubano y sus familias sufren las mismas penalidades de la población civil. Por si fuera poco, no se han recuperado todavía del malestar que les produjo el fusilamiento del general Arnaldo Ochoa, el militar más popular, el más condecorado, el vencedor de la guerra de Angola, distinguido con el galardón de Héroe de la República de Cuba, que fue ejecutado úécomo un delincuente hace 20 años, el 13 de julio de 1989.

El general Ochoa y tres altos oficiales, el coronel Antonio de la Guardia, el mayor Amado Padrón y el capitán Jorge Martínez Valdés, fueron procesados en un juicio sumarísimo por el delito de alta traición a la patria y a la revolución y ajusticiados. La conmoción que produjeron aquellas ejecuciones y las subsiguientes purgas que se llevaron por delante, entre otros, al poderoso ministro del Interior, el general José Abrantes, permanece en el inconsciente colectivo. Con aquellas muertes, los hermanos Castro reforzaron su poder al matar dos pájaros de un tiro: por un lado, borraron las huellas que implicaban al Gobierno cubano en el narcotráfico; y por otro, se deshicieron de un rival en un momento muy peligroso para la revolución, tres meses después de la visita a la isla de Mijaíl Gorbachov, cuando la perestroika se discutía abiertamente en los cuarteles.

En 1975, Cuba desplegó el primer contingente de los más de 40.000 soldados que fueron enviados a luchar a la lejana Angola. La muerte del Che Guevara en Bolivia y el fracaso de la insurgencia apoyada por Cuba en América Latina llevaron a Fidel Castro a dirigir a otras tierras el concurso de sus "modestos esfuerzos". Las legiones cubanas se desplegaron en el Congo, Eritrea y sobre todo en Angola. Pero el Gobierno cubano, a pesar de la ayuda soviética, no contaba con los recursos necesarios para financiar esas guerras. El coronel Antonio de la Guardia dirigía entonces el Departamento MC (Moneda Convertible) del Ministerio del Interior. Desde Panamá, donde operaba, había tejido una compleja trama de sociedades comerciales para aprovisionar a Cuba de equipos y tecnología, difíciles de conseguir debido al bloqueo estadounidense. Todo ese entramado sirvió de sostén a las tropas expedicionarias en Angola, que se autofinanciaron con el contrabando de oro, diamantes, marfil y también con droga, algo común en las guerrillas de América Latina.

En su libro Dulces guerreros cubanos, Norberto Fuentes asegura que Fidel Castro estaba al tanto de las operaciones de narcotráfico y pone en boca de su hermano Raúl estas palabras: "Fidel dice que en definitiva todas las guerras coloniales en Asia se hicieron con opio. Entonces nada más justo que los pueblos devolvamos la acción, como venganza histórica".

En 1983, el presidente de Estados Unidos Ronald Reagan afirmó que funcionarios cubanos de alto rango estaban involucrados en el narcotráfico. Fidel Castro dio la callada por respuesta. Pero seis años después, a comienzos de 1989, la DEA, la agencia antidroga del Gobierno estadounidense, descubrió que el departamento MC del Ministerio del Interior cubano estaba implicado en una operación del cartel colombiano de Medellín, dirigido por Pablo Escobar, para enviar un cargamento de cocaína a Estados Unidos. La bomba tanto tiempo oculta podía estallar de un momento a otro. Fidel Castro podía ser acusado de complicidad en el tráfico de drogas. El comandante tenía que hacer algo sonado para despejar cualquier duda sobre su honorabilidad.

El 12 de junio de 1989 el general Arnaldo Ochoa y sus más próximos colaboradores fueron detenidos y acusados de narcotráfico. La sorpresa, sobre todo en los cuarteles, fue general. Sólo unos pocos enterados estaban al tanto de los hechos y se imaginaron que era una maniobra de distracción. Dariel Alarcón Ramírez, alias Benigno, superviviente de la guerrilla del Che en Bolivia, entonces muy cercano al poder, escribió en su libro Memorias de un soldado cubano. Vida y muerte de la Revolución que "corría el rumor por todo el Palacio de que iban a juzgar a Arnaldo (Ochoa), Tony (Antonio de la Guardia) y los demás para aplacar a los norteamericanos y, sobre todo, para sacar a Fidel del atolladero. Después los escondería en algún sitio, bien protegidos. Se habló mucho de Cayo Largo para Ochoa. La verdad es que no estábamos preocupados".

Durante el juicio, retransmitido por televisión, el propio Ochoa se mostró despreocupado al principio y luego arrepentido. "Creo que traicioné a la patria y, se lo digo con toda honradez, la traición se paga con la vida", le dijo a su conmilitón, el general Juan Escalona Reguera, fiscal de la causa.

La autoconfesión del general Ochoa, algo común en todos los procesos estalinistas, como ha ocurrido recientemente con Carlos Lage y Felipe Pérez Roque, formaba parte de la farsa. Pero contra todo pronóstico, Arnaldo Ochoa y sus compañeros de armas fueron condenados a muerte y fusilados. La sorpresa fue mayúscula. Brian Latell, analista de la CIA en temas cubanos, escribió en su libro Después de Fidel. La historia secreta del régimen cubano y quién lo sucederá que Fidel Castro urdió la crisis. "El único crimen de Ochoa -escribe Latell- fue cuestionar la autoridad de Castro (...) Fidel pensó que Ochoa debía ser condenado por crímenes realmente horribles (...) para así excluir toda posibilidad de alguna reacción violenta de los militares (...). Los cargos de narcotráfico eran una cortina de humo".

Durante los 20 años que han transcurrido desde aquellas ejecuciones, los oficiales del Ejército cubano, principalmente los capitanes y comandantes educados en los ideales que encarnó el general Ochoa, han visto cómo los hermanos Castro y los altos oficiales de las FAR han seguido celebrando el banquete de la victoria, mientras el pueblo cubano iba de peor en peor. Ahora que la fiesta toca a su fin, los oficiales jóvenes temen perder su derecho de primogenitura sin la esperanza de poder ocupar las vacantes que inexorablemente van a dejar los viejos generales. Asisten, como el resto de la población, a los funerales de una revolución que les ha condenado a vivir miserablemente en casas ruinosas, castigados por los apagones y la falta de agua; padecen las deficiencias de un sistema de salud seriamente enfermo, y hacen largas colas en las bodegas para comprar los productos cada vez más escasos de la libreta de racionamiento. Y tienen también que resolver, es decir tienen que robar como los civiles para poder sobrevivir. En medio de esa debacle crece cada vez más la posibilidad de un estallido social o de un nuevo éxodo hacia Estados Unidos, y con ello la probabilidad de que les ordenen salir a la calle para "defender" a la revolución de las víctimas que ha creado la propia revolución.

El general Arnaldo Ochoa murió fusilado hace 20 años, sin que su sable hubiera sido utilizado nunca contra la población civil. Los que llegado el caso se vean obligados a empuñarlo tendrán que decidir en qué dirección van a dirigir el mandoble.

Vicente Botín fue corresponsal de Televisión Española en Cuba y es autor del libro Los funerales de Castro.

Colaboración de Gladys Gutiérrez

Medjugorje


Santa Sede reduce a estado laico a sacerdote promotor de Medjugorje
ROMA, 27 Jul. 09 (ACI).- La Santa Sede decidió reducir al estado laico al promotor de las supuestas apariciones marianas de Medjugorje (Bosnia), el ahora ex sacerdote franciscano Tomislav Vlasic.

La historia de estas apariciones, aún no reconocidas por la Iglesia Católica, comenzó en 1981 en este pueblo bosnio, donde seis niños dijeron haber visto a la Virgen María. Pronto, el entonces P. Vlasic se presentó como el director espiritual de los "videntes" y señaló que la Virgen los ha visitado unas 40 mil veces en los últimos 28 años.

Aunque las apariciones no cuentan con el reconocimiento oficial de la Iglesia Católica, miles de fieles peregrinan anualmente al lugar.

Por su parte, el Ministro General de los Franciscanos, Padre José Rodríguez Carballo, señaló que Vlasic también ha sido retirado de esta orden; y precisó que la laicización de este ex sacerdote le prohíbe cualquier tipo de ministerio público o hablar sobre temas religiosos, incluyendo las supuestas apariciones de Medjugorje, bajo pena de excomunión.

Fuentes confiables sostienen que Vlasic estaba bajo sospecha de "herejía y cisma" y estaba acusado de "propalar doctrinas cuestionables, manipular consciencias, misticismos sospechoso, desobediencia a las órdenes legítimas y desacato contra el sexto mandamiento".

Reproducido de ACI, martes 28 de julio de 2009
Ilustración: web

27 de julio de 2009

El milagro del Caballero de París


Después de algunos años de silencio, al emblemático Caballero de París se le ha erigido una estatua de bronce de tamaño natural a la entrada del antiguo convento de San Francisco de Asís en la localidad de la Habana Vieja.

Los capitalinos opinan que la decisión de perpetuar la figura de tan singular personaje mediante una escultura, y en general su exaltación, está asociada a la necesidad de promover el turismo, lo cual conlleva al rescate de las tradiciones, entre otros aspectos. Los habaneros están muy claros. Definitivamente el gobierno está necesitado de dólares, y para obtenerlos no reparará en levantar tantas estatuas como sean necesarias, trátese de John Lennon, el Gallo de Morón, El Caballero de París o el Burro de Bainoa, si se requiriera.

Mas, lo que nunca se imaginaron los funcionarios de la Oficina del Historiador de la Ciudad ni los sesudos y oráculos del Departamento de Orientación Revolucionaria (DOR) del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, sin cuya anuencia no se mueve un dedo en materia cultural e ideológica, es que la efigie del Caballero de París se convirtiera, como de hecho ha sucedido, en algo objeto de fe y veneración por parte de la población cubana y extranjera en la Isla.

Por extraño e insólito que pueda parecerle a algunos, a la estatua de nuestro parisino amigo se elevan peticiones y plegarias en sencilla actitud litúrgica, consistente en acariciar los dedos de las manos y la barbilla y la posterior despedida entre sentidas bendiciones. Siempre mirando de frente; nunca dándole las espaldas.

Pero, además, suelen acudir las parejas de recién casados luego de cumplimentar las formalidades en la notaría o en la iglesia. También las muchachas quinceañeras, antes o después de la fiesta, o haciendo un paro en plena celebración, van a tirarse unas fotos a los pies de aquél que fuera uno de los más incansables caminantes que ojos humanos hayan visto. Todo ello bajo un sol amarillo brillante que no conoce de distingos, y que lo mismo alumbra al Historiador de la Ciudad que al cantador de sones y guarachas para turistas extranjeros, y para otros que, siendo de aquí, viven tan bien y hasta mejor que los turistas extranjeros.

Al caballero de bronce y mejor andador de la república se acercan los extranjeros para pedirle lo que clama todo hombre de cualquier sociedad libre: salud, dinero y amor.

Al caminante de oscura capa y barba desaliñada acuden los de adentro para implorarle por la unión familiar, la conclusión de una permuta, el éxito en la travesía por el Estrecho de Florida o el triunfo en el bombo.

Y allí está él, erguido sobre los adoquines a la entrada del viejo convento; convertido en santo protector del amor y la familia por obra de una canonización que muchos dicen empezó por los turistas y luego tomó fuerza entre los nacionales. Para algunos todo fue urdido por el gobierno.

Sin embargo, los que por razones de edad tuvimos el gozo de ver al caballero en sus andanzas y hasta de cruzar con él algunas palabras, contemplamos su estatua con alguna dosis de insatisfacción. La escultura de metal que se levanta frente a la iglesia no permite evocar el recuerdo de aquel caballero andante de porte gallardo y semblante callado y apacible, que con su capa y su cartapacio de viejos papeles bajo el brazo, andaba La Habana acompañado de sus sueños y fantasías, y del cariño espontáneo de la población.

Este Caballero de París que representa la estatua del viejo convento, da la impresión de ser algo atlético. Su andar no es pausado sino más bien apresurado y asustadizo. Como el del "cederista" (miembro del Comité de Defensa de la Revolución), que siempre anda con la guardia en alto, acechando al enemigo y acechado por éste. Hasta calzando botas como aquel otro que también está canonizado por los pobladores del caserío de Higueras, en Bolivia.

¡Cuán diestro y habilidoso el hombre de hoy no sólo para fabricar computadoras, sino para construir falsos profetas y dioses de barro!

Oscar Mario González, Grupo Decoro

Esta información ha sido transmitida por teléfono, ya que el gobierno de Cuba controla el acceso a Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como fuente.

Ilustración: web

Efemérides



Enrique Granados y Campiña, nació en Lérida, España, el 27 de julio de 1867. Era hijo de padre cubano y de madre gallega. Por su vinculación estilística con las obras de Chopin, Schubert, Schumann y Grieg suele encuadrársele en el neo-romanticismo. Virtuoso pianista e inspirado compositor, se le considera uno de los músicos nacionales de España, gracias a sus varias composiciones de marcado aire español, como sus 12 danzas españolas para piano, la ópera Goyescas -inspirada en los cuadros de Francisco de Goya-, 6 piezas sobre cantos populares españoles y Tonadillas, entre otras obras.

El 24 de marzo de 1916 el barco inglés en que viajaba de Londres a Barcelona fue torpedeado por un submarino alemán, en lo que aparentemente fue una confusión. Granados consiguió ponerse a salvo en uno de los botes salvavidas, pero al divisar a su esposa entre las olas se lanzó sin éxito al agua con la intención de salvarla y ambos perecieron ahogados. Fue su primera y última travesía en barco.

Ilustración: web

26 de julio de 2009

Viena



Wien, la ciudad del Danubio, de Sissi, de Strauss, de María Teresa y de los Habsburgo, es quizás la que más atrae la atención de quienes visitan las capitales del antiguo Imperio Austro-Húngaro. Personalmente, el verme en ella fue un sueño satisfecho.

La huella de los Habsburgo se hizo notar no solamente en la grandiosidad de su imperio, sino también -y de modo suntuoso-, en Viena. Quedan de entonces tres espléndidos palacios: Schonbrunn, Hofburg y Belvedere, la Ópera, incontables palacetes de nobles cortesanos, hermosísimas plazas y amplios jardines. Por su parte, la Edad Media nos legó el casco antiguo y la impresionante catedral de San Esteban.

El románico, el gótico, el barroco y el neoclásico conviven y comparten el esplendor de una ciudad única que nos lleva a evocar -a ritmo de vals- los grandes salones palaciegos, o asombrarnos ante los dieciséis hijos de María Teresa y la visible anorexia de Sissi, su soledad y los devaneos de Francisco José; la tragedia de Mayerling y la muerte violenta de una emperatriz que no fue feliz. Recordar a Mozart, el genio que encontró en Viena días de gloria y de miseria, y que descansa en ella -perdidos sus huesos- mientras su música resuena por el mundo haciéndolo inmortal. Y contemplar el Danubio, no tan azul como lo vio Strauss, pero con un mismo hechizo misterioso.

Toda una amalgama histórica que no pudimos digerir a plenitud en apenas dos días. Embriagada por Viena, coroné mi corta estancia en ella probando su famosa tarta de chocolate creada por Franz Sacher en 1832, y que ya también es emblema de esta ciudad maravillosa.

Foto: Palacio de Hofburg
Foto y texto: Ana Dolores García

Leche, agua y sombra


Las palabras de Raúl Castro el 26 de julio de 2007 fueron bautizadas por la población como el discurso de “la leche”, por su llamado a elevar la producción láctea. En aquel otro —que hizo un año después— voló más bajo y sólo prometió la solución de los problemas del agua en la provincia de Santiago de Cuba. Todo parece indicar que su alocución de este domingo será recordada por la frase inicial “estoy seguro de que ninguno de ustedes me puede ver, verán si acaso una sombra; ese soy yo”.

El General no hizo ningún anuncio extraordinario, ni aludió al ramo de olivo que una vez dijo estar dispuesto a extender a la administración norteamericana. Tampoco detalló proyectos de futuro, ni medidas para salir de la crisis, mucho menos confirmó la celebración o no del sexto congreso del Partido Comunista. Apenas se limitó a informar sobre próximas reuniones de los órganos de gobierno, donde —parece ser— se tomaran algunas decisiones. El sol holguinero encontró una plaza llena de pullovers blancos y rojos, presidida por un anciano orador sin mucho que decir. Los aplausos sonaban ausentes de entusiasmo y a través de la pantalla de mi televisor noté el deseo compartido de terminar, cuanto antes, con la formalidad de la celebración.

Al regresar a casa, los miles de presentes en este acto habrán tenido muy poco que contar, como no fuera la travesura del contraluz, que hizo verse en penumbras a alguien que nunca ha brillado con destellos propios. Este ha sido el discurso de la “sombra”, porque la claridad es algo que no pueden domesticar los autoritarios y que poco caso le hace a los uniformes militares. Tiene razón Raúl Castro: ya no podemos verlo, pues el crepúsculo que él representa carece —desde hace mucho tiempo— de cualquier tipo de luminosidad.

Yoani Sánchez
Reproducido de www.penultimosdias.com
Ilustración: El Nuevo Herald

¡Felicidades, abuelos!



No sé si se seguirá celebrando actualmente por la sociedad cubana fuera de la Iglesia, pero desde hace muchos años el día en que los católicos conmemorábamos la festividad de Santa Ana y San Joaquín, era, tradicionalmente, «el día de los abuelos».

Su Santidad Juan Pablo II abogó en 2000 por una sincera celebración para reconocer el papel de los abuelos en la familia. Ahora ya se habla oficialmente de un «Día Mundial de los Abuelos” cada 26 de julio. En España, la «Organización Internacional Edad Dorada», (¡qué titulo más sugerente!) impulsa desde luego la celebración y este año ha comenzado la campaña anticipadamente.

A tal efecto, un vocero a nombre de la Asociación recalcó lo siguiente en uno de esos actos que se realizaron para enfatizar la importancia de la fecha. Reproduzco sus palabras:

«Queremos hacer del día 26 de julio la fiesta de la gratitud, un día en el que los abuelos se vean reconocidos, en el que sean los protagonistas, el centro de la familia y de la sociedad... Hoy en cada bolsillo hay un teléfono. Sólo una llamada para decir te quiero abuelo o qué guapa eres abuela, es suficiente, aunque puestos a pedir sería incluso mejor compartir con ellos una merienda, o una comida, o un paseo por un sitio bonito…».

Y Lina Morgan, la popular y sempiterna actriz cómica, dirigió también su mensaje a los medios de comunicación presentes en la sala. Según Lina Morgan –y debe ser verdad aunque nunca pude disfrutar de los míos-, los abuelos nos dan «el cariño más desinteresado, la sabiduría "de la buena" la paciencia del santo Job, y las tortillas de patata más ricas del mundo... y todo eso, y más, lo hacen en silencio, sin esperar nada a cambio, y con la mejor de las sonrisas.»

¡Felicidades, abuelos!

Ana Dolores García
Ilustración: web

Mitos del asalto al Cuartel Moncada



Libro desmiente versiones sobre el asalto al Cuartel Moncada

La muerte del combatiente revolucionario Abel Santamaría aparece como un
hecho terriblemente desgarrador en los capítulos de la historia oficial
cubana. Hecho prisionero durante el asalto al Cuartel Moncada de
Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1953, fue torturado por las fuerzas
militares, que terminaron sacándole los ojos para mostrárselos luego a
su hermana Haydée, hecha prisionera también durante la fallida operación.

Pero el libro The Moncada Attack: Birth of the Cuban Revolution (El
ataque al Moncada: nacimiento de la revolución cubana), que resume 31
años de investigación del profesor cubanoamericano Antonio de la Cova
sobre el suceso, desmiente las versiones de tortura que han proliferado
hasta hoy, incluido el episodio sangriento de los ojos de Abel.

"La tortura de los rebeldes capturados es uno de los mitos del
Moncada", explicó De la Cova. "Los primeros 35 prisioneros son
ejecutados de inmediato, entre 8 y 11 de la mañana de ese día, y tanto
médicos como funerarios entrevistados dicen que ningún cuerpo mostraba
signos de haber sido vejados".

El investigador argumenta que entrevistó a los doctores Eric Juan Pita y
Rolando Pérez Saínz de la Peña, que se hallaban en el Hospital Militar
de Santiago de Cuba, así como a Manuel Bartolomé, dueño de la funeraria
que recogió los cadáveres de todos los rebeldes, y que sus testimonios
resultaron coincidentes en negar las evidencias de tortura.

"Santiago de Cuba contaba entonces con un equipo de médicos forenses
muy capacitados y honestos y hubieran dado la alarma'', indicó de la
Cova, quien considera que de ambas partes en conflicto "hubo alevosía y
desmanes".

De acuerdo con la pesquisa historiográfica, el Servicio de Inteligencia
Militar (SIM) tomó fotos a todos los rebeldes muertos, cada uno junto a
un fusil.

Cuando en 1959 las fuerzas revolucionarias tomaron el poder y ocuparon
los archivos del SIM, debieron obtener la foto de Abel Santamaría, quien
fungía como segundo jefe del movimiento liderado por Fidel Castro.

"Nunca se ha publicado la foto de Abel muerto", añadió. "Reto al
gobierno cubano a que publique esa foto y reproduzca todos los
certificados de defunción que redactaron los médicos forenses".

Pasajes y protagonistas del histórico acontecimiento son contrastados en
las 400 páginas del libro, que acaba de publicarse bajo el sello de la
editorial University of South Carolina Press. De la Cova, un exiliado
cubano que emigró en 1961, sustentó sus investigaciones documentales con
115 entrevistas con participantes en los sucesos: 14 asaltantes, 47
militares y policías y 54 civiles, políticos, abogados de la defensa y
otros protagonistas. Un total de 132 libros y documentos producidos por
editoriales cubanas forman parte también de las referencias bibliográficas.

"Comparando las versiones de los rebeldes es que he podido encontrar la
verdad de lo que sucedió allí", expresó el académico de 56 años,
profesor de Estudios Latinos en la Universidad de Indiana. Este es el
primer estudio sobre los acontecimientos del Moncada --el único ataque a
un cuartel de regimiento en la historia de Cuba-- que incluye
testimonios de personas que pelearon en ambos bandos.

Wilfredo Cancio Isla,
El Nuevo Herald, 26 de julio de 2007
Ilustración: web