29 de septiembre de 2014

Llanto de lluvia, poema de Elsa M Rodríguez

  Llanto de lluvia

¿Lloras? Le pregunto al cielo
Será porque estás sufriendo
De ver como este mundo
Se va poco a poco destruyendo
¿Tienes algún desvelo?
¿Qué es lo que te hace sufrir?
Será que no ves consuelo
Y es muy triste el porvenir.

Llora, llora como yo lo hago
Limpiando mi alma en ello
Aunque a veces prefiero
Tener del sol un destello.
Tú puedes mostrar tu enfado
Por las cosas que están mal
Yo no me voy a quejar
Porque sé que este es mi hado.

Aún así me interesa, saber
Porqué así tú te enfadas
Lanzando las turbonadas
Con rayos y centelladas,
Pues si yo lo quiero hacer
Cuán horrible me vería
A nadie la agradaría
Verme tan exasperada.

De cualquier forma, lo harás
Seguirás llorando a mares
Mientras yo seguiré tratando
De imitarte en tus lamentos,
Mostrando mis sentimientos
Igual como tú lo haces
Para calmar mis pesares
Pero con menos tormento.

Elsa M. Rodríguez

27 de septiembre de 2014

Huellas de Santa Teresa

Huellas de Santa Teresa

La iniciativa turística «Huellas de Santa Teresa» es una ruta de peregrinaje por las 17 ciudades teresianas de España, de las que nueve se encuentran en Castilla y León.

La ruta fue presentada en el marco de la Feria Internacional del Turismo (Fitur), que se celebra en Madrid, en un acto al que asistieron, entre otras personalidades, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz; la consejera de Cultura y Turismo, Alicia García; y el alcalde de Ávila, Miguel Ángel García Nieto, en representación de los 17 ayuntamientos, que al finalizar suscribieron el acuerdo.

El ministro anunció además que será uno de los primeros visitantes de la ruta teresiana que comienza en Ávila y discurre a través de Medina del Campo, Malagón, Valladolid, Toledo, Pastrana, Salamanca, Alba de Tormes, Segovia, Beas de Segura, Sevilla, Caravaca, Villanueva de la Jara, Palencia, Soria, Granada y Burgos, informa Ical.

Coincidiendo con el 499 aniversario del nacimiento de ‘La Santa’,  ‘Huellas de Teresa de Jesús’, se ha creado ya una ruta turística que une las diecisiete ciudades en las que existen fundaciones conventuales de la mística abulenses. Ya se puede empezar a sellar la credencial para peregrinos que, imitando el funcionamiento de la ‘compostelana’, permite obtener una distinción a aquellos que visiten un mínimo de cuatro municipios de dos comunidades autónomas diferentes.

 
Tanto la credencial como los sellos se pueden obtener en las oficinas de turismo de cada una de las localidades incluidas en la ruta. Por orden cronológico de cada fundación son: Ávila, Medina del Campo, Malagón, Valladolid, Toledo, Pastrana, Salamanca, Alba de Tormes, Segovia, Beas de Segura, Sevilla, Caravaca de la Cruz, Villanueva de la Jara, Palencia, Soria, Granada, y Burgos. Todas ellas recibieron el pasado 14 de octubre de 2013, en un acto celebrado en la iglesia del convento de La Santa, la distinción de ‘Ciudad Teresiana’ por parte de los Carmelitas Descalzos.

Punto de unión

En el acto de presentación de dicho itinerario, también estuvo presente el obispo de Ávila, Jesús García Burillo, quien invitó a los peregrinos a ser “caminantes con espíritu”, con el mismo “espíritu misionero” que hizo que Santa Teresa recorriera el país “superando todo tipo de dificultades”. Para ello, propone visitar los distintos conventos “llevando en la mano el Libro de las Fundaciones”. “Yo creo que la ruta tendrá un gran éxito en España y fuera de España”, añadió.

Sigue la huella

Además de la credencial, que se puede descargar en la web www.huellasdeteresa.com, se ha publicado una guía en la que se recoge información sobre cada ciudad y la ubicación de cada oficina de turismo –en ellas se obtendrán los sellos–. Cada uno puede diseñarse su propia ruta, pero el punto final siempre debe ser Ávila, ya que en este municipio será donde los peregrinos recojan su distinción. Todavía no sé ha comunicado en qué consistirá ese reconocimiento.

El logotipo elegido representa la huella de un pie, acompañado por un punto que simula la marca que deja el báculo de Santa Teresa. Se podrá ver en las distintas placas de bronce que cada municipio colocará alrededor de los lugares más vinculados con Santa Teresa. Además, en todos los accesos de cada localidad se colocarán carteles informando de que se entra a una ciudad teresiana.

Toda la información sobre la ruta, en inglés y en español, se puede encontrar en la web www.huellasdeteresa.com. La página ofrece la posibilidad de que cada persona diseñe su propio itinerario de ciudades a visitar y obtenga su planificación personalizada en un archivo PDF. También se puede descargar la credencial y la guía, así como acceder a los perfiles que se han abierto en Facebook y en Twitter (@HuellasTeresa).
Editado: abc.es y www.huellasdeteresa.com 
 

26 de septiembre de 2014

La vida cristiana es simple, pero no fácil

La vida cristiana es simple,
pero no fácil

VATICANO, 23 Sep. 14 / 06:25 pm (ACI/EWTN Noticias).- La vida  cristiana es “simple”, escuchar la Palabra de Dios y ponerla en práctica, no limitándose a “leer” el Evangelio, sino preguntándose de qué modo sus palabras hablan a la propia vida. Lo dijo el Papa Francisco en la homilía de la Misa  de la mañana celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta.

Las palabras que decía sonaban nuevas, como “nueva” aparecía la autoridad de quien las pronunciaba. Palabras que tocaban el corazón y en las cuales tantos percibían “la fuerza de la salvación” que anunciaban. Por esta razón, observó Francisco, las muchedumbres seguían a Jesús. Pero también estaban aquellos que lo seguían “por conveniencia”, sin demasiada pureza de corazón, tal vez sólo por las “ganas de ser más buenos”.

El Santo Padre, señala la nota de Radio Vaticano, explicó luego que en dos mil años no es que este escenario haya cambiado mucho. También hoy muchos escuchan a Jesús como aquellos nuevos leprosos del Evangelio que, “felices” con su nueva salud, “se olvidaron de Jesús” que se las había devuelto.

“Pero Jesús seguía hablando a la gente y amaba a la gente, amaba a la muchedumbre hasta tal punto que dice: ‘Estos que me siguen, esa muchedumbre inmensa, son mi madre y mis hermanos, son éstos’. Y explica: ‘Quienes escuchan la Palabra de Dios, la ponen en práctica’. Estas son las dos condiciones para seguir a Jesús: escuchar la Palabra de Dios y ponerla en práctica. Esta es la vida cristiana, nada más, ¡eh! Simple, simple. Tal vez nosotros la hayamos hecho un poco difícil, con tantas explicaciones que nadie entiende, pero la vida cristiana es así: escuchar la Palabra de Dios y ponerla en práctica”.

He aquí porqué –como lo describe el pasaje del Evangelio de Lucas– Jesús replica a quien le refería que sus parientes lo estaban buscando: “Mi madre y mis hermanos son aquellos que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica”.

Y para escuchar la Palabra de Dios, la Palabra de Jesús –dijo el Papa– basta abrir la Biblia,   el Evangelio. Pero estas páginas – afirmó – no deben ser leídas, sino escuchadas. “Escuchar la Palabra de Dios – indicó Francisco – es leer eso y decir: ‘¿Pero qué me dice a mí esto, a mi corazón? ¿Qué me está diciendo Dios a mí, con esta palabra?”. Y nuestra vida cambia”.

“Cada vez que nosotros hacemos esto – abrimos el Evangelio, leemos un pasaje y nos preguntamos: ‘Con esto Dios me habla, ¿me dice algo a mí? Y si dice algo, ¿qué cosa me dice?’ – esto es escuchar la Palabra de Dios, escucharla con los oídos y escucharla con el corazón. Abrir el corazón a la Palabra de Dios”.

“Los enemigos de Jesús escuchaban la Palabra de Jesús, pero estaban cerca de él para tratar de encontrar una equivocación, para hacerlo patinar, y para que perdiera autoridad. Pero jamás se preguntaban: “¿Qué cosa me dice Dios a mí en esta Palabra?”. Y Dios no habla sólo a todos; sí, habla a todos, pero habla a cada uno de nosotros. “El Evangelio ha sido escrito para cada uno de nosotros”.

Ciertamente, prosiguió el Santo Padre, poner después en práctica lo que se ha escuchado “no es fácil”, porque “es más fácil vivir tranquilamente sin preocuparse de las exigencias de la Palabra de Dios”. Pistas concretas para hacerlo –recordó– son los Mandamientos, las Bienaventuranzas. Contando siempre con la ayuda de Jesús, incluso cuando nuestro corazón escucha y hace de cuenta que no comprende. Él, dijo el Papa, “es misericordioso y perdona a todos”, “espera a todos, porque es paciente”.

“Jesús recibe a todos, también a aquellos que van a escuchar la Palabra de Dios y que después lo traicionan. Pensemos en Judas: ‘Amigo’, le dice, en aquel momento en que Judas lo traiciona. El Señor siempre siembra su Palabra, sólo pide un corazón abierto para escucharla y buena voluntad para ponerla en práctica”.

25 de septiembre de 2014

Crímenes de la revolución castrista

Crímenes de la revolución castrista:
La causa 829 de 1960
Por Pedro Corzo

La lucha contra el castrismo tiene una cosecha de mártires aterradora. Muchos cayeron en combates, otros miles fueron ejecutados ante el paredón sin haber sido sometidos a un proceso judicial que garantizara sus derechos, murieron en las prisiones o simplemente se cuentan como desaparecidos.

Sin embargo hubo un juicio, que aunque en cierta medida era similar a procesos anteriores, marcó la pauta de cómo el régimen procesaría en el futuro a sus enemigos. Fue un enjuiciamiento masivo por la gran cantidad de encausados, también porque el gobierno difundió ampliamente el juicio, como parte de una extensa e intensa campaña de terror que se inició desde los primeros días que los Castro accedieron al poder.

La causa 829 de 1960, involucró a mas de cien personas, en su mayoría campesinos. Algunas de los indiciados habían sido figuras notables en el proceso insurreccional. Las autoridades le dieron al juicio una proyección nacional, fue trasmitido por radio, y el público que presenció el proceso, eran en su mayoría miembros del ejército rebelde y antiguos compañeros de lucha de algunos de los procesados. La sede del espectáculo fue el teatro del regimiento Leoncio Vidal de Santa Clara.

Héctor Caraballo, recuerda que la mayoría de los familiares de los presos se aglomeraron en las proximidades del inmueble y que cercanos a ellos, estaban los partidarios del régimen que gritaban desaforadamente paredón. Señala Caraballo que las madres y esposas de los procesados, en su mayoría campesinos de apariencia muy humildes, le pedían a los oficiales que custodiaban la entrada del teatro que les permitieran pasar para ver a sus deudos, derecho que le fue otorgado a muy pocas personas.

En varios lugares de la isla hubo protestas, pero las más fuertes fueron en Santa Clara, el estudiante Luis Salvador Albertini cuenta que cientos de sus compañeros se concentraron en la iglesia del Buen Viaje con el fin de marchar por las calles de la ciudad para reclamar que la vida de los enjuiciados fuera respetada, pero que como la convocatoria había sido pública, el gobierno organizó a sus partidarios que armados de cabillas de hierro y bates de pelota, golpearon brutalmente a los que se manifestaban.

Los acusados no contaron con una defensa apropiada. La mayoría de los familiares de los incriminados no fueron informados de la fecha del juicio, como tampoco de las sentencias, porque aquella noche no se dictó veredicto alguno, aunque cinco hombres fueron fusilados.

El sacerdote Olegario Cifuentes los acompañó en el autobús en el que fueron trasladados hasta el paredón de la finca La Campana, fertilizado, antes y después, con la sangre de muchos cubanos. El padre Olegario habló con ellos, les pidió que se confesaran y se ofreció para llevar un mensaje a sus familiares. Una carta, minutos antes de caer ante la descarga, le fue entregada por el comandante del ejército rebelde Plinio Prieto, quien antes de morir dijo, “Tengo fe en Dios y en los Hombres”.

Porfirio R. Ramírez, Presidente de la Federación de Estudiantes Universitario de la Universidad Central de Las Villas, FEU, también capitán del ejército rebelde, fue uno de los fusilados. Su asesinato pasó desapercibido para las organizaciones estudiantiles extranjeras y para la propia FEU cubana, ya que en ese momento estaba integrada a la maquinaria opresora del castrismo. Los ejecutores ya contaban con cómplices, en Cuba, y fuera de la isla.

Otros ejecutados fueron el capitán Sinesio Wahs Ríos, campesino que se había alzado en armas contra el régimen anterior y que había confiado en la Revolución, junto a él cayeron José A. Palomino Colon y Ángel Rodríguez del Sol, hombres de la zona que solo conocían del trabajo, pero que sabían defender sus derechos.

El crimen encerraba un mensaje. Un dirigente estudiantil que había estado alzado en esa zona durante el régimen anterior, un líder sindical que había sido comandante del ejército rebelde y que era muy querido en la región, y tres hombres naturales de la comarca que disfrutaban del respeto y la simpatía de los habitantes del territorio. Tanto el juicio como la ejecución tenían implícito una amenaza para los campesinos que habían demostrado con su respaldo a los alzados que no estaban de acuerdo con lo que estaba ocurriendo en el país.

Un mensaje que no cumplió su objetivo, porque El Escambray se convirtió en un reducto firme y heroico de la resistencia contra el comunismo. Cientos de hombres en esas montañas y en otros lugares de la isla lucharon por años sin armas, ni recursos, enfrentando a miles de efectivos militares de la dictadura que contaban con todos los medios, incluyendo helicópteros, que desde el aire masacraban a campesinos que simplemente querían ser dueños de sus tierras y de sus vidas.

Plinio Prieto Ruiz

Laida A. Carro  
El Veraz, Puerto Rico
En la Cuba de 1959 no tenía edad para poder analizar la convulsión social, política, económica, cultural y religiosa que estaba experimentando mi pais, ni tampoco tenia la capacidad de poder ser interprete de sus protagonistas. Hoy, como activista por los derechos humanos en Cuba y en honor a un triste acontecimiento al cual estoy vinculada por lazos familiares debo pronunciarme acerca del periodista y politico cubano Jose Pardo Llada, quien recientemente regreso a Cuba tras 43 años de ausencia y ha hecho declaraciones publicas muy lamentables sobre la realidad de un país que ha sufrido demasiado.
 
En 1960, mi abuela, María Caridad Ruiz, madre de PLINIO PRIETO RUIZ, maestro de inglés alzado en el Escambray con el grado de Comandante, primero contra Batista y luego contra el régimen de Fidel Castro, presenció en la ciudad de Santa Clara uno de los numerosos eventos que inculpan a Pardo Llada de instigar el asesinato de sus propios compatriotas.
El 12 de octubre de 1960, mi tío Plinio fue ejecutado diez días después de haber sido apresado junto a cuatro patriotas cubanos mas: Porfirio Ramírez, Sinesio Walsh, José Palomino Y Ángel Rodríguez Del Sol. El crimen ocurrió antes de dictarse sentencia en un juicio donde mas de 200 cubanos fueron acusados de conspirar con el fin de desestabilizar al gobierno comunista de la isla.

A continuación, reproduzco un fragmento de la entrevista hecha a mi abuela María Caridad Ruiz Delgado en el exilio, publicada por el periódico AVANCE el día 3 de marzo de 1961, solo cinco meses después de sufrir lo que han padecido miles de madres cubanas durante casi 46 años:

«El abogado que nosotros designamos no pudo ver a Plinio antes del juicio, pues los tenían incomunicados. Solo lo vio en el acto de la primera y única sesión. Plinio no declaró nada en el juicio, que empezó a las 3 de la tarde. En Santa Clara había una gran tensión popular. Era un espectáculo trágico lo que se veía en las calles. Habían llevado como 130 acusados, los cuales fueron detenidos -muchos de ellos- en sus propias casas, acabados de bañar y de afeitarse. También sacaron de La Cabaña y de El Morro a otros. Los familiares de todos esos presos, muchos de ellos guajiros faltos de recursos hasta para lo mas necesario, deambulaban de un lado para otro, llorando e implorando. En las iglesias del Carmen y del Cristo del Buen Viaje se reunieron mujeres y hombres para orar por ellos, pero el alcalde sacó camiones de Obras Publicas cargados de gentuza y apedrearon las iglesias, mientras unos cuantos iban a la casa donde yo estaba hospedada y abrieron mis maletas y me tiraron las ropas por dondequiera, preguntando sarcásticamente si yo iba a pasear. En el parque las autoridades reunieron al pueblo y a traves de los micrófonos gritaban "PAREDON y PICADILLO".

Querían que los descuartizaran. Yo pude ver a mi hijo por última vez con alguna familia, eran las 11 de la mañana del día 11 (1960). Pero antes había estado haciendo gestiones inútiles con esa finalidad. Muchos me decían que los iban a matar, pero otros me inyectaban esperanzas. Al juicio no dejaron entrar a los periodistas americanos, pero si entraron los rusos y Pardo Llada. Pardo Llada, en una trasmisión por radio de ese día, y mucho antes del juicio, anunció que serían condenados a muerte cuatro acusados; tanto es así que solo tenían preparados cuatro ataúdes en el lugar de la ejecución.

Fui a ver a Cardet, Presidente del Tribunal, pero solo me recibió una hermana suya, la que llorando me dijo que Cardet nada podía hacer porque Juan Escalona, ayudante de Raul Castro, había traído la sentencia ya hecha desde La Habana.

Mi entrevista con Plinio fue terrible. Él me preguntó por su esposa y por sus hijos. Me dijo que en Cumanayagua, cuando lo detuvieron, le quitaron su reloj pulsera y su cadena, y me recomendó las recogiera porque eso pertenecía a sus hijos. Un tipo alto venía cada rato para decir que cortaran la entrevista. Así, fue la última vez que vi a mi hijo Plinio.

Permitieron que un padre de la Iglesia La Pastora los acompañara, Plinio se confesó y los demás lo imitaron. El Padre me dijo que había tenido mucho valor. Nosotros supimos la noche del fusilamiento cuando fuimos al Escuadrón 31, porque en ninguna parte nos daban noticias. Pensamos que nos entregarían los cadáveres, pero no. Los llevaron al cementerio y los metieron en unas fosas abiertas a la entrada del mismo. Les pusieron una tarjeta con los nombres, pero no dejaron entrar a nadie. El cementerio estaba lleno de milicianos y milicianas. Al otro día logramos entrar y arreglar la sepultura de Plinio poniéndole una cruz. El pueblo, sin embargo, trepó por las tapias y cubrió de flores las cinco tumbas. Sobre la de Ramírez había una corona que figuraba una mano en actitud acusadora».

La señora Ruiz no puede contener el llanto, y nosotros respetamos su silencio, Pero reponiéndose, nos pide que hagamos constar que, en su desesperación, acudió a muchas personas, pero que nadie pudo servirla en sus demandas a favor de su hijo, porque todos temen al terror y a las represalias del régimen imperante.

Agrega la señora Ruiz Delgado que también Gutiérrez Menoyo trató de eliminar físicamente a Plinio, para lo cual quiso utilizar a dos guajiros que habían llegado a ser oficiales en la guerrilla de Plinio, pero que al hacer la reorganización de las fuerzas, después de la victoria, habían sido relegados y quedaron como soldados de fila. Menoyo les ofreció restituirles los grados si asesinaban a Plinio, pero ellos rehusaron la encomienda.

Muchos detalles más nos ofreció la madre de Plinio Prieto en su nerviosa y prolija conversación, pero es imposible recogerlos todos en un reportaje, como el que hacemos. Para ella no existe otro tema sobre el cual versar que no sea el martirio de su pobre hijo. La tratan de consolar los que le quedan vivos, pero ellos también están transidos de dolor y son incapaces para contener el llanto, que los une a los tres en una comunión de amarguras.

Tras la lectura de esta patética narración el lector podrá darse cuenta cómo se juega con la vida de los hombres y cómo se asesinan sin piedad tras juicios simulados con sentencias dictadas a priori, las cuales son conocidas y anunciadas por los comentaristas radiales que lamen las botas del dictador, con muchas horas de anticipación a la comparecencia de los acusados ante sus titulados jueces.

Algún día, no muy lejano por cierto, la Justicia de los Hombres caerá implacable sobre estos desalmados y la Historia tendrá para ellos el calificativo terrible que les corresponde como causantes de tanto dolor, de tanta sangre derramada, y de tanto luto en la familia cubana

24 de septiembre de 2014

Santa María de la Merced

Santa María de la Merced

María Teresa Villaverde Trujillo
ashiningworld@cox.net

 
Los Mercedarios se dedicaron al rescate de los desprovistos de libertad: presos, refugiados, encarcelados, perseguidos. San Pedro Nolasco, fundador de los Mercedarios, nació cerca de Toulouse, en Francia, hacia el año 1180. En su adolescencia se instaló en la ciudad de Barcelona. El primer testimonio de su presencia en aquella ciudad data de 1203, cuando entristecido al ver el estado miserable en que eran reducidos los cristianos convertidos en esclavos de los moros, -entonces dueños de gran parte de España- se hizo comerciante para viajar fácilmente por el territorio ocupado y comprar esclavos. Pero, a pesar de todos sus esfuerzos, no dejaba de aumentar el número de esclavos. Pedro llegó a pensar en retirarse del mundo para llevar una vida contemplativa, pues se sentía impotente para frenar la situación.

Durante una de sus noches de oración, del 1 al 2 de agosto de 1218, la Virgen María le inspiró para que fundara una orden religiosa que se dedicaría especialmente a la redención de los esclavos que además de haber perdido la libertad, estaban en peligro debido a los sufrimientos por las presiones para que abjuraran de su fe y asumieran el Islam.

La Orden fue aprobada por el Papa Gregorio IX el 17 de enero de 1235 y en el año 1272 los redactores de la constitución establecieron que la Orden asumiría el nombre de "Santa María de la Merced". La Real, Celestial y Militar Orden de Nuestra Señora de la Merced y la Redención de los Cautivos es más conocida como “Orden de la Merced o Padres mercedarios”

Ilustración: Imagen de Nuestra Señora de la Misericordia. A su derecha, San Ramón Nonato y a su izquierda, San Pedro Nolasco, que con la guía espiritual de San Raimundo de Peñafort, fundó la Orden Mercedaria.

Maria Teresa Villaverde Trujillo
ashiningworld@cox.net

Rescatado de nuestros archivos.
Publicado anteriormente el 24 de septiembre de 2010

Creyentes o no, tengamos hoy una oración o un pensamiento especial para nuestros hermanos que sufren prisión en las cárceles cubanas, y por todos los encarcelados en el mundo.