Siguiendo las huellas
de Teresa de Jesús
Ávila
En
tierras abulenses se escribieron algunas de las páginas más sobresalientes de
la mística hebrea, islámica y cristiana: Teresa de Cepeda y Ahumada, Juan de la
Cruz, Pedro de Alcántara, Mosé de León, Nissim Ben Abraham o el Mancebo de Arévalo,
pero Ávila es sobre todo la ciudad de Santa Teresa de Jesús, una de las figuras
más excepcionales de la espiritualidad española. Es la ciudad de su infancia,
juventud y madurez, años de ilusiones, proyectos, puntos de partida y de retorno
de sus fundaciones.
Lugares teresianos en Ávila
Iglesia y Convento de Santa Teresa:
la casa natal de Santa Teresa
El
año 1543 al fallecer D. Alonso, el padre de Santa Teresa, comienza la ruina de
la casa en la que vino al mundo nuestra Santa. Cuando los carmelitas descalzos
deciden hacer memoria de este lugar sólo encuentran ruinas y determinan levantar sobre el solar la iglesia y convento que hoy podemos
contemplar. La iglesia es de estilo barroco. La fachada también es de estilo
barroco, con pórtico de tres arcos y frontón triangular.
La
construcción se concluyó en octubre de 1636, y es obra del arquitecto Fray
Alonso de San José, carmelita descalzo.
Junto
al presbiterio está la puerta de entrada a la “capilla del nacimiento”,
presidida por la emotiva imagen de Santa Teresa de Jesús, patrona de Ávila.
El altar mayor y su colosal retablo presiden la nave central del templo. Presenta las tallas de la visión de Santa Teresa en que la Virgen y San José le colocan un manto azul y la coronan de joyas.
Por
debajo, la gran cripta abovedada de enterramientos que es actualmente museo
teresiano,
único en el mundo para conocer su vida y su mensaje.
Sabemos que era el espacio ocupado por la casa
en la que vino al mundo Santa Teresa de Jesús. Exigencias arquitectónicas
dieron como resultado la creación de esta preciosa cripta.
El visitante que entra en el museo lo hace por un zaguán clásico, enchinado, con el escudo de la familia de los Sánchez Cepeda.
Lo
expuesto, los pensamientos teresianos y la música acorde con
el lugar, permiten al visitante descubrir la grandeza del mensaje que encierra
la vida de la Santa. El visitante puede evocar su infancia con el jardín
donde jugaba, o su madurez espiritual con la reproducción de la celda de San
José donde escribió Teresa buena parte de su obra. La proyección de esta vida
se descubre en el número de lenguas a las que se ha traducido su obra y de las
que se expone algún ejemplar, así como las numerosas obras de pintura,
estampería, filatelia y numismática que la han recordado a lo largo de los
siglos y que se pueden admirar en este museo.
Son muy valiosas las piezas escultóricas, de distintos estilos y épocas de la
historia. Destacamos un hermoso San José, una talla de Santa Teresa de Gregorio
Fernández, y la réplica del grupo escultórico que forman “el Cristo atado a la
columna y Santa Teresa de Jesús”, una de las últimas obras del genial escultor
de Castilla, Gregorio Fernández
Adosado
a la iglesia se construyó el convento, hoy residencia de una comunidad de
carmelitas descalzos y albergue de peregrinos. Cuenta con un claustro cuadrado
sobrio y elegante y una hermosa escalera volada.
Visita
virtual a la Iglesia de Santa Teresa:
http://lugaresteresianos.com