24 de diciembre de 2013

Un filme para ver de nuevo por Navidad



Un filme para ver de nuevo
en este tiempo navideño:
“Feliz Navidad”

(“Joyeux Noël”, o “Noche de Paz”)
  
Francia (2005). Basada en un hecho real, narra cómo durante una Navidad de la Primera Guerra Mundial, concretamente en diciembre de 1914, soldados alemanes, franceses y escoceses entierran sus diferencias y sus muertos, y se ponen a jugar al fútbol. Un film candidato por Francia al Oscar a la mejor película de habla no inglesa en aquel año.

El día que Cromwell abolió la Navidad



El día que Cromwell
abolió la Navidad


La indulgencia, los excesos o la rimbombante decoración derivada de las celebraciones navideñas que inundan el ambiente en Reino Unido durante estos días no siempre han contando con el beneplácito de la clase política. Quizá una de las consecuencias menos analizadas de las guerras civiles inglesas en el siglo XVII   es la abolición de la Navidad, auspiciada por el dictador regicida, Oliver Cromwell.

Durante 13 años, en Londres no se pudo entonar un villancico, colocar una guirnalda o preparar un copioso festín para celebrar el nacimiento del Niño Dios.

A mediados del año 1645, un movimiento antinavidad comenzó a fraguarse entre el ala más purista de la sociedad que consideraba inmoral cualquier celebración externa a los servicios religiosos. Justo dos años después, el Parlamento inglés declaraba ilegal los actos asociados al Día del Jolgorio de los paganos, como se referían al 25 de diciembre.

Celebraciones inmorales

El míster Scrooge detrás de esta animadversión a la Navidad fue el puritano Oliver Cromwell, quien en 1653 se convirtió en Lord Protector (título para jefes de Estado)   y aplicó ferozmente la medida. Criado en un ambiente protestante y puritano, consideraba las celebraciones de Pascua inmorales e indignas de celebrar durante la única república inglesa de la historia.

Los árboles se guardaron o quemaron, los adornos acumulaban polvo año tras año en sus cajas y las luces sólo duraban unos minutos encendidas, antes de que el Ejército las destruyera. Otorgó poderes a los soldados para confiscar todas las comidas preparadas para las fiestas, además de imponer un férreo silencio en torno a los Christmas carols.

«No sólo se cancelaron las celebraciones debidas al nacimiento de Cristo el 25 de diciembre, sino que, para consternación general, se ordenó tratarlo como cualquier otro día laborable. El propio Parlamento celebró sesión en el mismo día de Navidad entre 1644 y 1656», afirma el escritor e investigador inglés Desmond Morris, en su libro Tradiciones de Navidad.

La obsesión por sofocar cualquier elemento vinculado a la festividad, le instó incluso a prohibir por ley la fabricación de los tradicionales mince pies,   un dulce típico de la Navidad británica a base de hojaldre relleno de frutas, pasas, almendras, especias y licor.

La irritación popular de los detractores de la ilegalización de la Navidad acabó por desencadenar disturbios en muchas ciudades, como Canterbury, donde los que se atrevían a burlar la prohibición colgando acebo de sus puertas se enfrentaban a las violentas reprimendas de los aliados de Cromwell. La Navidad no volvió hasta dos años después del fallecimiento de Cromwell  en 1658. Nada más asumir el poder, el rey Carlos II reinstauró la celebración de la Navidad con más esplendor que nunca.

El Museo de la National Army de Londres  aún conserva el cartel de la prohibición.

ABC, Madrid

Navidad, fiesta del sol invicto naciente



Navidad:
fiesta del sol invicto naciente

José Barros Guede

Nuestros antiguos antepasados, en sus ansias de vencer las tinieblas y la oscuridad de la noche y disfrutar de la vida, la luz y calor, celebraban la fiesta del Sol Invicto Naciente con manifestaciones de cantos y bailes y con reuniones comensales de familiares y amigos, en la noche del 24 al 25 de diciembre, al ver que los días aumentaban y las noches menguaban.

Hasta el siglo IV, la Iglesia celebraba su nacimiento en el día 6 o 7 de enero como la epifanía o manifestación del Jesús, salvador del mundo. La Iglesia ortodoxa griega y rusa lo sigue celebrando en dichos días. Pero a partir de dicho siglo, la Iglesia católica traslada la fecha de nacimiento de Jesús de Nazaret a la noche del 24 y 25 de diciembre para cristianizar la fiesta pagana del Sol Invicto Naciente. Pues bien, para nosotros cristianos el Sol Invicto Naciente es Jesús de Nazaret que nació en Belén  para darnos vida eterna, luz y calor moral y espiritual a los humanos que creemos y esperamos en él.

En la Navidad resuenan en nuestros oídos las palabras del ángel que dirigió a los pastores que velaban sus rebaños en las cercanías de Belén : “Os anuncio una gran alegría para todo el pueblo, nos ha nacido, hoy, el Salvador, Cristo, el Señor, en la ciudad de David, Belén. Esta es la señal: Encontrareis un niño envuelto en pañales y reclinado en un pesebre” (Lc. 2.10-12). Nosotros debemos responder diciendo o cantando: “Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad” (Lc. 2. 14).

En la Navidad, pues, celebramos la victoria del día sobre la noche, de la vida sobre la muerte, de la luz sobre la oscuridad y las tinieblas, del calor sobre el frío, de la alegría sobre la tristeza, del amor sobre el odio, del perdón sobre la ofensa y de la humildad sobre la soberbia
José Barros Guede

23 de diciembre de 2013

Versos de Mercedes García Tudurí para un villancico cubano

Versos de Mercedes García Tudurí
para un villancico cubano


Un lucero en la noche luce perdido
sobre el establo donde Cristo ha nacido.
Se escuchan en el aire cantos de fiesta
¡Gloria a Dios en el cielo, paz en la Tierra!

Viene la madruada, cubren los campos
como niebla olorosa los aguinaldos.
Suenan voces que entonan por los caminos
décimas dirigidas al que ha venido...
¡Viva la Nochebuena, viva la fiesta!
¡Gloria a Dios en el cielo, paz en la Tierra!

El Reino que nos traes es de esperanza,
cultivaremos siempre la rosa blanca.
En junio como en enero tú nos la entregas:
¡Gloria a Dios en el cielo, paz en la Tierra!

En 1913, Vuelo Cayo Hueso-La Habana



En 1913…

Vuelo Cayo Hueso-La Habana


Por Marlene María Pérez Mateo

En 1913, un 17 de mayo el aviador Domingo Rosillo de Toro ejecutó el primer vuelo Cayo Hueso-Habana en un Monoplano Morane-Saulnier, Bleriot XI. El vuelo duro dos horas y cuarenta minutos. Una hazaña para la época. Unos días después, el 22 de junio, aterrizó un aeroplano cerca del Taller Ferroviario de Camagüey, Cuba.

Domingo Rosillo de Toro (1878-1957)   hijo de padres españoles, nació en Oran, Argelia, siendo nacionalizado cubano desde la mas temprana edad. Se graduó de la Escuela de Aeronáutica de París en 1913.  A través de toda su carrera protagonizó múltiples  primicias en la aeronáutica. Fue el primer cubano en obtener una licencia internacional como piloto de la Federación de Aeronáutica. Recibió la Orden Nacional al Mérito y fue altamente reconocido por las Fuerzas Armadas Cubanas. Fue uno de los primeros en usar los vuelos como método de correos.
            
Para muchos Rosillo de Toro es el padre de la aviación cubana.   


Marlene María Pérez Mateo
Octubre 10, 2013

22 de diciembre de 2013

El "gordo" de este año



¿Cuánta suerte hay que tener para ganarse una lotería de 600 millones de dólares? En muchos países ese podría ser el monto total de un solo ganador, pero ¿entre cuántos jugadores? 

Hoy, el "gordo" de Navidad se ha paseado por España, y ha preferido dejar el segundo premio en una isla: Tenerife. Allí se ha repartido entre las gasolineras del sur de la isla, para permitir que la alegría y la suerte se compartan entre muchos.

Para otros muchos, y a pesar de los demás números que también dejan premios, la suerte nos fue adversa. No importa, como "el gordo" pasa siempre antes que papá Noel y los Magos, esperemos a ver si -con algo de suerte-  éstos últimos nos dejan algo....