3 de octubre de 2013

El éxtasis del Tea Party



El éxtasis del Tea Party


Antonio Cano, El País, Madrid.

Desde su aparición en la escena norteamericana, en el verano de 2009, pocos meses después de la toma de posesión de Barack Obama, el Tea party ha pasado por momentos de gran relevancia, como en las elecciones legislativas de 2010, y otros de cierto repliegue, como en las presidenciales de 2012. Pero su protagonismo nunca había llegado a ser el factor dominante de la situación política del país. Hasta ahora, con el cierre de la administración federal, cuando ha arrastrado a toda la nación a un estado extremo de ingobernabilidad.  

Pocas horas antes de que se consumara la suspensión de la actividad pública, Obama decía que «una facción de un partido en una cámara de uno de los poderes del Estado no puede paralizar todo un país». Se equivocaba. Sí pudo.

Pudo, en parte, porque su radicalismo no se detiene ante consideraciones como la estabilidad política, los riesgos económicos o la imagen de una gran potencia. Pero pudo también porque al Tea Party le sobra la determinación y el arrojo que les falta a todos los demás políticos del país.

John McCain, que desaprueba por completo las tácticas del Tea Party, tenía razón cuando decía anoche que, en el fondo, los congresistas de esa tendencia no estaban haciendo más que cumplir con el compromiso asumido ante sus electores. Prometieron en sus campañas que harían todo lo humanamente posible para parar la reforma sanitaria de Obama, y eso es lo que están haciendo, todo lo posible, sin límites, sin excusas sobre intereses de Estado.

Al Tea Party se le podrá acusar de muchas cosas excepto de incoherencia. Defiende el aislacionismo en política internacional, y se plantó en el Congreso contra la intervención militar en Siria. Se opone a los anticonceptivos, el aborto y el matrimonio homosexual, y obstruyen cualquier avance en esa dirección en cualquier instancia de poder a la que acceden. Abominan del Gobierno, y lo paralizan.

Las huestes del Tea Party en Washington no son, precisamente, políticos convencionales. En su origen, muchos de ellos son simples vendedores de coches, fontaneros o médicos. Vinieron a esta ciudad para hacer la revolución, no para hacer amigos. Muchos de ellos duermen en sus despachos, entregando cada minuto de sus vidas a una labor que no es un oficio, sino un sacerdocio, una misión, una causa.

Este Washington de hoy, con el Gobierno cerrado, está mucho más cerca de su ideal. Les importa un rábano la crítica de que están dividiendo al Partido Republicano. Esta crisis es su éxtasis. No van a ceder fácilmente.

 Remitido por Antonio Montes

Francisco en Asís




 
Francisco en Asís

 
 Un intenso, conmovedor e interpelador programa aguarda al Papa Francisco mañana viernes 4 de octubre, fiesta de San Francisco de Asís, en la ciudad de este último. Con el alba, al Papa lo reciben niños discapacitados y enfermos. Poco después, en el palacio arzobispal se encuentra con pobres, con quienes posteriormente almuerza en un centro de acogida de Caritas cerca de la estación ferroviaria. Dice misa en la plaza de la basílica, a cuya cripta con la tumba en tierra del santo peregrina. Visita y ora en San Damián, en Santa Clara, en Rivotorto… Se encuentra con sacerdotes, consagrados y laicos en la catedral de San Rufino y con jóvenes en la Porciúncula. Francisco regresa, sí, a Asís.


Y es que decir Francisco de Asís, es, en efecto, decir paz, pobres, armonía, encuentro, sencillez, pequeñez, fraternidad, alegría, humildad, frescura… Es decir seguimiento a Cristo y a este crucificado, y este pobre. Decir Francisco de Asís es decir «bienaventurados los pobres, porque de ellos es el Reino de los cielos». Decir Francisco de Asís es decir Evangelio sin glosa. Es decir –ahora con palabras del escritor británico Gilbert Keith Chesterton «el cristiano que más se ha parecido y mejor ha imitado a Jesucristo». 

Y este es el ideal que el Papa Francisco se ha marcado para su ministerio apostólico petrino. Por ello, bueno será evocar la figura que, desde Jesucristo, le inspira: el mínimo y dulce, el inmenso y gigantesco Francisco de Asís.

revistaecclesia.com

Frase de sabiduría


¿Cómo es posible afirmar que la Iglesia es santa si a lo largo de su historia ha tenido tantos momentos de oscuridad? ¿Cómo puede ser santa si está compuesta de hombres pecadores?  

La Iglesia es santa porque Dios es Santo, es fiel y no la abandona nunca al poder de la muerte y del mal; es santa porque Jesucristo, el Santo de Dios, se ha unido a ella indisolublemente; es santa porque el Espíritu Santo la purifica, la transforma, la renueva constantemente; es santa, no por nuestros méritos, sino porque Dios la hace santa.

- Papa Francisco ante cincuenta mil personas en la audiencia general en la Plaza de San Pedro, ayer miércoles 2 de octubre.

2 de octubre de 2013

Los sucesos del Hotel Nacional


(La fecha de hoy en nuestros archivos)

Los sucesos del Hotel Nacional
- (80º Aniversario, 2 de octubre de 1933) -

Algo de Historia... 


-Tomado de “La Nueva Historia de la República de Cuba”, de Herminio Portell-Vilá, La Moderna Poesía, Miami, Florida, USA, 1986, (PS. 410, 416 y 417), párrafos en los que se relatan los tristes sucesos ocurridos frente al Hotel Nacional de La Habana en el convulso año de 1933. Allí se encontraban reunidos los oficiales de las Fuerzas Armadas de Cuba rebelados contra el mando del entonces sargento Fulgencio Batista y otros grupos de exaltados revolucionarios.

(…) Varios centenares de los oficiales regulares de las Fuerzas Armadas se reunieron en el enorme edificio del Hotel Nacional, donde el brigadier Julio Sanguily convalecía después de una grave operación y en el que también residía Mr. Welles (Embajador de EEUU). No estaban armados adecuadamente y su propósito era el de poder estar juntos y dramatizar su inconformidad con lo ocurrido; pero desde el 7 de septiembre el Hotel Nacional quedó rodeado de civiles armados del llamado “Ejército Caribe” y del “ABC Radical”, y  también por los soldados sublevados. El sitio del Hotel Nacional había comenzado. (…) Pocos días después. el Embajador Welles, quien había estado residiendo allí, por fin se había trasladado al “Hotel Presidente”, a unas dos millas de distancia.

El “Hotel Nacional”, construido por el gobierno de Machado, ocupaba los terrenos de lo que había sido la batería de Santa Clara, la que había estado sobre unos arrecifes que dominaban el acceso a La Habana por la costa oeste. Era una imponente estructura de doce pisos, con sótanos, jardines, piscinas, etc.

El 7 de septiembre (1933), había comenzado el sitio del “Hotel Nacional”, cuyas comunicaciones fueron cortadas por destacamentos de soldados fuertemente armados, pero sin que hubiese un ataque formal. El capitán retirado Ricardo Adam-Silva, en su documentada obra sobre la “sargentada”, indica que el propio Mr. Welles alentó a Batista para que ordenase el ataque al “Hotel Nacional”, durante una reunión que ambos tuvieron en una residencia del Reparto Kolhi, un suburbio de La Habana.

El hecho es que ya por entonces habían comenzado los contactos entre Welles y Batista, y que la resistencia de los oficiales refugiados en el “Hotel Nacional” interfería con los planes del embajador norteamericano para privar de apoyo militar al régimen de Grau San Martín y para convertir al sargento-coronel Batista en el nuevo dictador de Cuba, al servicio de los Estados Unidos.

A mediados de septiembre los amplios terrenos del “Hotel Nacional” habían sido cercados por destacamentos de soldados, al mando de los sargentos, y se habían colocado piezas de artillería y ametralladoras en lugares estratégicos. Se habían intercambiado algunos disparos y la situación planteada era de hostilidad. Los oficiales no se hacían ilusiones acerca del desenlace. Su causa no era popular a pesar de que habían sido ellos los que primeramente se habían colocado frente a la dictadura de Machado, y no tenían armamento adecuado para combatir con eficiencia.

De todos modos, en el punto a que habían llegado las cosas y sin que hubiese una autoridad superior que lograse una avenencia, no les quedaba otro remedio que combatir, y así lo hicieron.

El ataque fue el 2 de octubre y los oficiales al principio lo repelieron con las pocas armas de que disponían, pero después entró en acción la artillería pesada y hasta el crucero “Patria”, situado mar afuera, también bombardeó a los sitiados. Era la primera vez en la historia que se empleaba la artillería contra un “rasca-cielos”, y las balas perforaban las paredes, pero el edificio resistió a los cañonazos sin desplomarse.

Entre los oficiales estaban los mejores tiradores certeros del Ejército y la Marina, y el fuego de sus armas, mientras tuvieron municiones, tuvo a raya a los soldados atacantes, pero llegó el momento en que no había con qué disparar.

La Cruz Roja Cubana logró ser escuchada para una tregua que fue seguida por la rendición de los oficiales, pero al reunirse éstos, ya desarmados, en la explanada frente al edificio principal, un grupo de soldados desenfrenados, en compañía de civiles armados asesinaron a varios de los oficiales cuando esperaban ser trasladados a las mazmorras de la fortaleza de La Cabaña, donde guardaron prisión durante algún tiempo, humillados y maltratados.

Las persecuciones a los oficiales alcanzaron a los que no habían estado en el “Hotel Nacional”, pero que fueron objeto de la furia y el odio de la soldadesca sublevada y que tenía el respaldo de los civiles “revolucionarios” que no se daban cuenta de que colaboraban en la destrucción del orden y de las instituciones de la nación pero, ¿cómo esperar que aquellos cubanos dominados por la pasión política actuasen responsablemente cuando los diplomáticos y los gobernantes norteamericanos les alentaban en sus desmanes y se los aprobaban…”

1 de octubre de 2013

Proyecto en Cuba de un Santuario Nacional a la Divina Misericordia




Proyecto de un Santuario Nacional a la Divina Misericordia en Cuba

 Llega desde Camagüey el presente correo electrónico del Pbro. Iván Rodríguez Jervey, Coordinador General del Apostolado de la Misericordia en Cuba, en el que informa sobre el proyecto de la creación de un Santuario Nacional de la Divina Misericordia, e invita a la diáspora a unirse a los fieles de Cuba para reunir los fondos necesarios para ello. Estas páginas reproducen enteramente dicho mensaje y se unen a tan encomiable campaña.

Para el proyecto se proponen reconstruir el templo y convento de las Siervas de María en el Rpto. Garrido en Camagüey, confiscado por el gobierno castrista en los primeros años de su arribo al poder. Tanto el templo como el convento han sido utilizados como gimnasio por más de medio siglo, y se encuentran en un deplorable estado de deterioro general. 

Queridos hermanos en la fe, permítanme presentarme: Soy sacerdote de la Arquidiócesis de Camagüey, Cuba, donde ejerzo mi ministerio animando espiritualmente  desde el año 2000 a todo el Apostolado de la Misericordia en el país,  sin duda alguna una misión demasiado grande que no sería posible sin la ayuda y colaboración de equipos de laicos que a lo largo de la isla colaboran celosamente para que la Obra de la Misericordia se esparza con todo su vigor y fortaleza espiritual en una realidad que es bien difícil. 

Todo ese trabajo lo hemos realizado sin contar con un templo, lo cual significaba una dificultad; después de muchos años de orar, esperar pacientemente y solicitar insistentemente a las instancias del gobierno de Cuba, el 15 de septiembre de este año 2013, nos notificaron que nos devolverían un templo en la ciudad de Camagüey, de los que fueron expropiados a la Iglesia en los inicios de la revolución. Dicho templo fue convertido en un gimnasio deportivo, razón que agravó el estado del edificio por el deterioro progresivo del mal uso para el cual fue tomado involuntariamente.

El arzobispo de Camagüey, Mons. Juan García, nos entregó dicho edificio con la finalidad de convertirlo en Santuario a la Divina Misericordia, sin duda un lugar especial de gracia para toda la Isla, pues es justo en Camagüey donde vivirán las monjitas de la Misericordia de Polonia y es en esa misma provincia donde está la sede nacional de ese grupo apostólico que desarrolla toda su misión en la Iglesia cubana. Por esa razón tocamos a su puerta pidiendo la colaboración para restaurar este antiguo templo, antes dañado y ultrajado en su sentido sagrado, al que ahora queremos devolverle ese sentido para el cual fue levantado, justamente para alabar a Dios y recibir su gracia. 

Sin duda erigir un Santuario a la Divina Misericordia es abrir un manantial de gracia y bendiciones, pues en este tiempo es cuando debemos implorar a Dios su ternura, que es su misericordia, para que sane nuestras miserias; este es el sentido profundo de restaurar ese templo dañado, un signo de esperanza y consuelo divino.  

Por eso levantar este templo no fue un sueño imposible, porque para Dios nada hay imposible; fue y es un sueño que alienta nuestros corazones especialmente para aquellos que buscan sentir la  mano misericordiosa de Dios. Por esta razón quiero pedirles, aun en medio de las limitaciones de cada uno, que nos ayuden para que entre todos podamos reconstruir este sueño de sanación, que es levantar un templo a la Divina Misericordia en Cuba. La cantidad no es lo que importa. Lo que importa es la generosidad de corazón para con Dios, como dice el salmo: "Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho".  Por esto digo que lo más importante es la generosidad del corazón, no tanto la cantidad.   

Agradeciendo su apoyo a este sueño de la Iglesia y de todos los Apóstoles de la Misericordia en Cuba, e implorando de Dios, rico en Misericordia, la bendición para todos ustedes y sus familiares,

Padre Iván E. Rodríguez Jervey,
Director Espiritual y Coordinador General del Apostolado de la Misericordia en Cuba.


Para cualquier donación:
OPUS SANTA FAUSTINA CORP.
Bank of America
Número de Ruta: 063100277
Número de Cuenta: 2290 5026 3775 

Remitido por Marta Carbonell