9 de junio de 2013

VIUDA E HIJA DE PAYÁ SE EXILIAN EN MIAMI


 
Viuda e hijos de Oswaldo Payá
se exilian en Miami

Por Redacción CaféFuerte

La viuda del conocido opositor Oswaldo Payá Sardiñas, Ofelia Acevedo, y los dos hijos del matrimonio que permanecían en Cuba tomaron el camino del exilio.

"El pasado jueves 6 de junio arribó a la ciudad de Miami la señora Ofelia Acevedo Maura, viuda de Oswaldo Payá, fundadora y miembro del Consejo Coordinador del Movimiento Cristiano Liberación, en compañía de su hija Rosa María, también miembro del Consejo Coordinador del MCL, de su hijo menor Reinaldo y de otros miembros de su familia", indicó un comunicado divulgado este sábado por la organización.

El grupo familiar se acogió al programa de refugiados de Estados Unidos, considerando las crecientes amenazas y el acoso a que han sido sometidos desde la muerte de Payá y el activista Harold Cepero, el 22 de julio del 2012.

"Ofelia se encontraba bajo mucha presión allí, muy afectada emocionalmente y ellos han tomado la decisión de venir a este país", dijo José Miguel Martínez, miembro del MCL y ex prisionero de la Causa de los 75. Martínez, quien fue un cercano colaborador de Payá, dijo que la familia prefirió mantener en privado su decisión y el viaje a Miami, al margen de la publicidad.

El arribo de Acevedo, Rosa María y Reynaldo Isaías a Miami les posibilita reunirse con el hijo mayor de Payá, Oswaldo José, que se encontraba ya en el exilio desde finales del pasado año. Los tres jóvenes estuvieron muy activos dentro de Cuba después de la muerte del padre e incluso intentaron asistir al juicio del político español Angel Carromero en un tribunal de Bayamo, pero las autoridades se lo impidieron.

Acoso y presiones gubernamentales
Rosa María Payá, quien realizó una gira internacional pidiendo una investigación para esclarecer la muerte de su padre, regresó a La Habana el pasado 16 de abril después de cumplir un itinerario por Europa y Estados Unidos.

En reiteradas ocasiones durante su gira, Rosa María denunció el acoso y las presiones gubernamentales sobre su familia en Cuba, así como las dificultades que ella enfrentaba para hallar empleo en la isla.

El comunicado del MCL indica que la organización continuará trabajando por impulsar los cambios reales que conduzcan a una verdadera democracia en Cuba y se escuche el reclamo de libertad que más de 25 mil ciudadanos suscribieron con el Proyecto Varela, en el 2001.

"Trabajamos con amor en la propuesta de la oposición conocida como El Camino del Pueblo que expresa los objetivos comunes del movimiento democrático cubano. Es la hoja de ruta hacia los derechos que imposibilita se escamoteen, con el cambio fraude, los pasos auténticos que traigan la libertad y la prosperidad a nuestro país, con todos y para el bien de todos", manifestó el comunicado, publicado en el sitio digital del MCL.

La agrupación informó que continuará tomando acciones, desde dentro y fuera de la isla, para implementar la investigación internacional independiente que esclarezca públicamente las muertes de Oswaldo Payá y Harold Cepero.

Hasta el momento, la familia Payá no ha hecho ninguna comparecencia pública tras su llegada a Miami.

ANTONIO MUÑOZ MOLINA, PREMIO PRÍNCIPE DE ASTURIAS DE LAS LETRAS



Antonio Muñoz Molina,
Premio Príncipe de Asturias
de las Letras
 ABC, Madrid

El escritor Antonio Muñoz Molina ha sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Un galardón con el que el jurado reconoce la condición del intelectual comprometido con su tiempo.  

Al galardón optaban dieciocho candidaturas procedentes de once países, entre las que figuraban las de autores como Luis Goytisolo o Haruki Murakami, y Muñoz Molina se impuso en la última ronda de votaciones del jurado al autor irlandés John Banville.

Muñoz Molina es el autor más joven que gana el premio Príncipe de Asturias de las Letras a lo largo de sus treinta y tres ediciones.

El capitán Nemo y Julio Verne fueron los culpables de que aquel niño de doce años moldeara en su cabeza la idea de ser escritor. Era, más o menos, 1968, y Antonio, Antonio Muñoz Molina, que había nacido en la localidad jiennense de Úbeda en 1956, ya dedicaba buena parte de su tiempo, entre clase y clase, a la lectura. Mark Twain, Stevenson, Agatha Christie, Dumas… poblaban las horas de aquel chaval hijo de una familia muy humilde. Su padre se dedicaba a las labores del campo y su madre, como se decía entonces, «a sus labores».

Antonio Muñoz Molina creció escuchando a casi todas horas la radio. Los seriales radiofónicos y los programas musicales, sobre todo. Estudiar se le daba bien y sus profesores convencieron a sus padres de que debía seguir estudiando, algo poco común entre los niños de clase trabajadora de entonces.

Teatro revolucionario
Concluido el bachillerato, Antonio Muñoz Molina se trasladó a Madrid para estudiar Ciencias de la Información y, queriendo o no queriendo, para meterse en política. Soñaba con escribir obras de teatro revolucionarias, pero su primer contacto con la revolución fue algo traumático. Fue detenido en la capital de España cuando participaba en una manifestación ante la ejecución del anarquista Salvador Puig Antich. Aquella detención, según el escritor «acentuó mi tendencia natural al miedo».

Pero el novelista empezaba a nacer. Antes, se trasladó a Granada a estudiar Geografía e Historia, y en la ciudad andaluza empezó a trabajar en el periódico «Ideal», al tiempo que preparaba su primera novela, Beatus ille, que apareció en 1986.

Novelas y premios
Un año después, en 1987, gana el Premio de la Crítica y el Nacional de Narrativa por El invierno en Lisboay en 1991 el Planeta por El jinete polaco, novela por la que vuelve a obtener el Nacional de Narrativa al año siguiente.

Otras de sus obras más destacadas son Beltenebros” (1989), “El viento de la luna” (1997). En 2009 publicó “La noche de los tiempos”, un monumental trabajo que recrea el hundimiento de la Segunda República Española y el inicio de la Guerra civil.

En 1995 fue elegido miembro de la Real Academia Española para ocupar el sillón «u», y leyó su discurso de ingreso, “Destierro y destiempo de Max Aub”, un año después.

Está casado con la también escritora Elvira Lindo y vive entre Madrid y Nueva York, donde dirigió el Instituto Cervantes.

Según sus propias palabras, «la literatura es mi afición y mi trabajo, pero no creo que sea lo más importante de la vida, ni mucho menos que se baste para darle sentido. Más que la literatura me importa el bienestar de las personas que quiero. Creo que el escritor continúa el oficio inmemorial de los narradores de cuentos, que daban forma mediante relatos orales a la experiencia compartida del mundo. Contar y escuchar historias no es un capricho, ni una sofisticación intelectual: es un rasgo universal de la condición humana, que está en todas las sociedades y arranca en la primera edad de la vida».

REFLEXIÓN



…Cuando se acercaba a la entrada de la ciudad,
resultó que sacaban a enterrar a un muerto,
hijo único de su madre, que era viuda;
y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba.
Al verla el Señor, le dio lástima y le dijo:
 «No llores.» Se acercó al ataúd, lo tocó
(los que lo llevaban se pararon) y dijo:
«¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!»
El muerto se incorporó y empezó a hablar,
y Jesús se lo entregó a su madre.
Lucas 7, 11-17

No todo está perdido,
aunque a simple vista te parezca un fracaso,
sigue apostando por lo que haces.
Siembra amistad aunque recojas rechazo.
Sonríe a los que te rodean
aunque se queden perplejos de tu felicidad.

No todo está perdido,
defiende aquellos valores 
que sin ser aplaudidos
son cimientos de una nueva sociedad.
Cristo, no lo olvides, 
necesita gente como tú:
gente que no esté muerta en vida.
Corazones que, por amar sin engaño,
sean traspasados
por la ingratitud o el desprecio.
Manos que, por dar sin esperar,
permanezcan abiertas hacia lo divino.

No todo está perdido,
 el Señor siempre estará a nuestro lado,
saldrá en las horas amargas
a nuestro encuentro.
Nos dará vida
cuando estemos desgastados,
consuelo,
cuando  nos agarre el desconcierto,
esperanza cuando al sembrar,
veamos que no hay fruto alguno,
ilusión, cuando al avanzar
el pesimismo sea alforja
 de nuestro duro viaje.

No todo está perdido.
El Señor  nos dice:
¡A ti te lo digo, levántate!
De tu frialdad y cobardía,
de tu tristeza y de tu cerrazón,
de tus caídas y de tus combates,
de tus ideas y debilidades.
¡Levántate,
hombre o mujer, niño o joven!
¡Levántate,
que no todo está perdido!

Javier Leoz, betania.es