27 de mayo de 2013
NO OLVIDEMOS...
En este Memorial Day
no olvidemos
los territorios ocupados en Europa
los territorios ocupados en Europa
por los Estados
Unidos:
No olvidemos el sacrificio
de 104,366 valientes
soldados
estadounidenses
estadounidenses
que perdieron sus vidas
por la libertad de Europa
durante la II Guerra Mundial.
No olvidemos tampoco
a quienes
siguen muriendo
en el Medio Este
tratando de que imponer paz
sobre radicales, fanáticos y terroristas.
No confundamos
“arrogancia” con solidaridad.
Y no olvidemos
que es indigno hablar en nombre de America
pidiendo disculpas por “nuestra arrogancia”.
Al menos, debe tenerse algún respeto
por los soldados que yacen
en tantos cementerios del mundo.
MEMORIAS DEL PERÍODO ESPECIAL
Memorias del Período Especial:
La Colección
Por Alejandro Rodríguez*
Cuando se reúne una familia cubana, en
cumpleaños, bodas o tomadera sin
motivo definido, aflora siempre el recuerdo del picadillo de cáscara de
plátanos y el baño con un trapo untado en alcohol del Período Especial. De
aquella época es también “la colección”. Y cualquiera puede pensar que
coleccionar es un comportamiento natural del homo ludens, [el hombre que
juega], pero la colección cubana es única, épica, lírica, y sin duda alguna,
parte de ese patrimonio cultural escasamente documentado de los momentos más
jodidos de la historia de esta nación.
Aquí la gente siempre tuvo hábito guardador de
tarecos, de modo que ese Trastorno
Obsesivo Compulsivo de preservar sellos de cartas, monedas antiguas y/o de
remotas regiones, chapas de autos extranjeros, chapitas de cervezas, fósforos y
cualquier bobería en general, avalado como no patológico por los sicólogos, no
llegó con las carencias de la década del 90. Hasta hace poco en muchas casas
por ahí podían verse colecciones de botella de Coca Cola y de cuanta marca
nueva comenzara a entrar al país.
Descubriendo un nuevo mundo
Sin embargo, la moda de la colección en el sentido que hoy le damos la mayoría de quienes vivimos aquella furia, sí fue algo novedoso en Cuba, a juzgar por el hecho de que hasta los viejos coleccionaron. La colección cubana no fue entonces solo cosa de niños y adolescentes sin TV; las personas adultas también tenían sus propias etiquetas de pitusas Zingaro, estuches de nylon de chocolates Sapito, o de jabones Sue, o de Zap (que se pegaban a la piel como tatuajes luego de una untada de alcohol de la tienda).
Lo lindo del caso no es que se guardaran todas estas porquerías de latón de basura de hotel, lo cual es ya de por sí bastante lindo; más curioso es recordar ahora como se olían los estuches y etiquetas, como si se oliera el perfume de Jean Baptiste Grenouville, el personaje diabólico de Patrick Susking; como si el aroma sicodélico de lo hecho fuera de la URRS nos descubriera un nuevo mundo de sensaciones ignotas y deseables.
Las prendas coleccionables, pronto adquirieron valor comercial, y la gente las vendía, las cambiaba y no pocos niños del Período Especial recibieron su primer trompón durante a una vendetta por un Triunfo (estuche dorado de galletas dulces). Se ponían en álbumes, y se contaban y clasificaban, quien tuviera más y más bonitas iba delante en la inocente competencia. Los domingos por las mañanas, cuando se acababa el show de Pocholo y su pandilla, salíamos a la calle con los álbumes de estuches y etiquetas a mercantilizar lo inaudito, a darle valor a la miseria y a hacer vida social con ella. Quien no tenía álbum ponía sus valores entre las páginas de un libro de Fidel y la Religión, o en un Atlas General.
Cristalitos y agua con azúcar
Yo, además, coleccioné cristalitos de colores, y piedras que brillaban al sol. Y en mi adolescencia conocí un retrasado mental famoso que coleccionaba botones y andaba descalzo por la tierra colorada: no recuerdo su nombre, pero sí que habitaba en una comunidad del municipio Sierra de Cubitas llamada Navarro, y que presumía de poderse comer de un solo viaje dos coles (repollos) hervidos, y beberse un jarro de cinco libras lleno de agua de azúcar. Había un hambre del car ajo en aquel lugar, como en casi todos.
Ya más recientemente, adquirí un adoquín camagüeyano que fue arrancado del lugar de donde estuvo por más de cien años por los “embellecedores” autorizados de la ciudad, de modo que la colección la llevo en las venas, no la puedo evitar, como tampoco se deja evitar el recuerdo de aquellos tiempos de miseria tremenda siempre que uno ve por ahí alguna escena que los repite. El hecho de que entonces fuéramos niños nos ayuda a recordarlo con memoria sensorial, no con la otra, que siempre se presta a modificarlo todo.
Y ahora puede usted sonreír y pensar: ¡qué cosa con las cosas del Período Especial! Pues bien, yo estoy seguro que dentro de algunos lustros alguien, quizás usted mismo, sonreirá y pensará: qué cosa con la miseria aquella del internet: ¿te acuerdas, mengano, cuando pagábamos dos dólares para chatear una hora?
A mí me parece que por cuestiones sicosociales equiparables, en cierto sentido, a las teorías locas de Einstein, uno cree que en algún punto se acabó la colección en Cuba, que se acabó el Período Especial, el duro, el de verdad.
Sin embargo la colección cubana está lejos de ser
cosa del pretérito, simplemente ha mutado, como mismo mutan esos parásitos
indeseables que habitan en lo más profundo del intestino de un animal carnívoro
que camina sin encontrar presa en medio de la sequía. Todavía para mucha gente
una latica de cerveza Bucanero, por lejana y desconocida, es algo muy bonito y
merecedor de ocupar el espacio preferencial de encima del TV Panda de la sala
de su casa.
*Periodista cubano residente en Camagüey. Tomado
de su blog Alejo3399
FRASE DE SABIDURÍA
En el momento en que dejo de amar, dejo de ser.
- Gilbert Cesbron, novelista francés (1913 - 1979)
26 de mayo de 2013
EL MITO DE LORELEI
El mito de Lorelei
El risco Lorelei (Loreley o Lore-Ley) se localiza
en en el río Rin cerca de St. Goarhausen, Alemania. Se eleva sobre una fuerte
pendiente a una altitud de 120 metros desde la franja del Rin, en una sección a
la que se denomina “Rin romántico”.
En las cercanías del risco
existen secciones del río cubiertas de piedras con salientes, y sectores de
aguas poco profundas combinados con una corriente que hacen de este un lugar
peligroso. El Rin es un importante flujo de agua, y al pasar de los siglos numerosos
navegantes, especialmente los desprevenidos, han perdido sus vidas allí. En junio
de 2002 la roca de Lorelei fue declarada por la UNESCO como Patrimonio de la
Humanidad.
Su nombre proviene de una antigua
palabra germánica “Lureln”, que en el dialecto propio de la región del Rin es
sinónimo de “murmullo”, y otra antigua palabra céltica: “ley”, que significa
roca. Por
tanto, una apropiada traducción del vocablo sería “la roca que murmura”. Murmullo que producen las fuertes corrientes,
la pequeña cascada del agua y el eco que proporcionan las rocas. Y murmullo que se hace difícil de apreciar
hoy en día debido a los ruidos propios de la amplia urbanización del área y del
tránsito de embarcaciones por el río.
Esta
roca y su murmullo han inspirado numerosas leyendas y mitos similares a otros
del folclore ruso y escandinavo. Ya
en 1801, Clemente Brentano escribió una historia a la que tituló “Lore Lay”. Su relato es
el de una encantadora mujer asociada con la roca. En el poema, la bella “Lore
Lay”, traicionada por su amante, es acusada de embrujar a los hombres que
navegaban por el río y causarles la muerte. El obispo ordenó recluirla en un
convento en lugar de sentenciarla a muerte, pero mientras era conducida a su
encierro, solicitó permiso para subirse a la roca y poder despedirse del río.
Una vez sobre la roca, se lanzó al Rin buscando la muerte. Desde entonces la
roca ha retenido el eco de su nombre. Brentano se inspiró en el poeta romano
Ovidio y en el mito de Echo, de la mitología griega.
En
1824, Heinrich Heine recogió y adaptó el relato de Brentano en uno de sus más
famosos poemas, “Die Lorelei”. En él
convirtió a la bella mujer en una sirena
que, sentada en una alta roca sobre el Rin mientras cantaba y peinaba su largo y rubio cabello, distraía a los
navegantes con su belleza y su canción, y ocasionaba que estos se estrellaran contra las rocas.
Pocos años después, a los versos de Heine les
pondría música Friedrich Slicher en su canción “Lorelei” y la versión original
de Brentano quedó reemplazada en popularidad por el poema-canción de
Heine-Slicher. El tema atrajo también a Franz Lizst, quien compuso un arreglo a
la canción y el poema, además, ha
sido objeto de composición por otros
autores musicales posteriores. Incluso, fue parte de una ópera inconclusa de
Felix Mendelssohn.
En
Nueva York, específicamente en el Bronx, se encuentra un monumento a Heine,
conocido popularmente como “la Fuente Lorelei”, sobre la que se alza la mítica
sirena de su poema.
Fuente: wikipedia.org
SER DISIDENTE Y BABALAO, UN CAMINO DIFÍCIL
Ser disidente y babalao, un
camino difícil
Mientras el segundo al mando del gobierno cubano departía con los babalaos de la oficialista asociación,
por las calles de Cuba otros sacerdotes de Ifá
son mal mirados por no integrar la organización regida por la Oficina de
Asuntos Religiosos.
El primer
vicepresidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez visitó el pasado lunes la
sede de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba, días después que se divulgara el
informe del Departamento de Estado sobre la libertad religiosa, que en el
capítulo cubano reconoce algunos avances y varios lunares.
Mientras el segundo al mando del gobierno cubano departía con los babalaos de la oficialista asociación, por las calles de Cuba otros sacerdotes de Ifá son mal mirados por no integrar la organización regida por la Oficina de Asuntos Religiosos, regirse por otra Letra del Año, portar armas blancas para sus sacrificios de animales y hasta por ser disidentes, una carga que resulta bastante pesada para llevar.
El babalao Gesse Castelnau Ruiz
considera que el encuentro de Díaz-Canel con la Asociación Cultural Yorubá de
Cuba es manipulador en su esencia, ya que este grupo religioso solo acepta a
militantes del partido comunista o ciudadanos que estén comprometidos con el
gobierno.
En el municipio habanero de 10 de Octubre hay otra Asociación Yoruba de Cuba, nombrada “Lázaro Cuesta”, que lanza igualmente una Letra del Año, paralela a la que radica en La Habana Vieja. Al respecto, el sacerdote de Ifá, Castelnau refiere que hace muy poco tiempo fue a la referida organización a solicitar su carné para poder portar las armas blancas destinadas a los sacrificios animales y se lo negaron por ser un opositor activo.
Un tambor por la salud del finado ex presidente venezolano Hugo Chávez Frías, un rito de sacrificios y adoraciones por los cinco espías de la inteligencia cubana presos en cárceles norteamericanas o por la recuperación del ex gobernante Fidel Castro, han sido de las últimas tres muestras de adhesión de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba a los designios gubernamentales.
Portar armas blancas sin la debida autorización oficial, sacar a la luz la Letra del Año paralela la de la asociación oficialista, mostrar su activismo contestatario abiertamente o intentar ofrecer sus servicios religiosos a visitantes foráneos son parte de las causas del hostigamiento que han sufrido en la capital del país o provincias como Villa Clara y Holguín.
«Yo he asumido muy bien el ser babalao y disidente, yo y mi familia, donde hay cuatro babalaos más. A nosotros no nos dejan participar en actividades organizadas por esa asociación, ni queremos. A mí me han confiscado mis tambores batá para la unidad policial de la calle Zanja pues ellos dicen que tienen cosas adentro y tienen que revisarlos. Aquí no hay libertad de religión ni expresión», concluyó el sacerdote yoruba.
Una religión dividida
Iyalocha (sacerdotisa de Ifa) y Dama de Blanco, Jessica es una joven que cree en los poderes de Orula y en que todos los hombres y mujeres nacen libres y tienen los mismos derechos. Por eso lleva un fardo que le ha costado detenciones, represión de la policía y la negativa a estar en la Asociación Yoruba, con sede en la calle Prado de La Habana.
La práctica del culto a los orichas en Cuba está dividida, eso es lo que considera Jessica, quien afirma que «eso sucedió desde que abrieron la sede de la calle Prado, que es regida completamente por el gobierno cubano».
Varios babalaos y practicantes coinciden en que el gurú de la santería cubana, Lázaro Cuesta, se sentiría traicionado pues él creó la primera Asociación Yoruba de Cuba en el municipio 10 de Octubre y desde allí salió siempre la «única y verdadera Letra del Año», dice Jessica un tanto afectada.
«Muchos santeros que se respetan no van a la sede de la calle Prado, por la sencilla razón de que no pueden salir dos letras. Me atrevo a decir que el 90% del pueblo cubano que cree en Ifá se rige por la letra que sale en 10 de Octubre que fue la primera que salió».
En la actualidad Cuba tiene dos Letras del Año y para los santeros que originalmente iban a la casona de 10 de Octubre, esta dualidad es un sacrilegio.
El embajador venezolano, Edgardo Antonio
Ramírez en una ceremonia de santería ofrecida por el afamado babalawo Papo
Angarica.
Jessica recuerda que la asociación oficialista llegó a ofrecer un
Tambor (ceremonia religiosa) por la salud del mandatario Hugo Chávez y en esa
ocasión los santeros cubanos tuvieron que utilizar los tambores de la sede de
Prado pues la mayoría de los babalaos
cubanos no se prestó para semejante show propagandístico. En las imágenes podía
verse al músico Papo Angarica dando vivas al mandatario venezolano, como en
otras ocasiones lo ha hecho por la causa de los cinco espías o cualquier
mandato partidista.
«Los cristianos dicen que somos diabólicos y Chávez era cristiano, entonces, ¿Cómo iban a poner a los santeros a pedir por un cristiano? Todos el mundo se dio cuenta que era un show mediático», dice la iyalochaa Jessica Castelnau.
Reproducido de
martinoticias.com
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