21 de mayo de 2013

MENSAJE DE ESPERANZA LÓPEZ A TODAS LAS TERESIANAS


 
1915-2015
Mensaje de Esperanza López, Presidenta de

la  A.A.A. Teresianas

QUERIDAS TERESIANAS,

Cuando los cielos se iluminan de forma especial; cuando los jardines florecen con diversos colores… cuando  el tiempo invita a pasear… es que llegó el mes de las flores, el mes de mayo.

Eso significa que las Teresianas vamos a dedicarle al menos una tarde a la Virgen María para hacerle nuestro Ofrecimiento de Flores, como todos los años, rezar el rosario y compartir un rato.

Y como hacemos normalmente, nos reuniremos en el convento de las Hermanas Teresianas.

Tendremos una sabrosa merienda y un buen rato de “chismografía” que nunca viene mal.

Además, le daremos  gracias a Dios por nuestro nuevo Sumo Pontífice, nuestro Papa Francisco, argentino, campechano, sencillo… y rezaremos por él y por Benedicto XVI cuyo legado ha sido muy valioso.

Se acercan también aniversarios importantes como los cien años de la llegada de las Teresianas a Cuba y los 500 años del nacimiento de Ntra. Santa Teresa de Jesús… eso lo iremos informando según todo se vaya organizando. Desde luego necesitaremos las oraciones y la cooperación de todas.

Te esperamos en el Ofrecimiento de flores. Anota la fecha. Recuerda nuestra cita y disponte a cantarle a nuestra madre del Cielo. Ella nos está esperando,
                                                              ESPERANZA

Sábado 25 de mayo de 2013
3:00 p.m.
Convento de las Hnas. Teresianas,
2921 SW 122 Avenida,
Miami, FL

¡Nos vemos!

Dibujo: Laura Panero

RICHARD WAGNER, AÑOS DIFÍCILES




Richard Wagner,
años difíciles

En 1842, Wagner se trasladó a Dresde y vivió allí durante los siguientes seis años, siendo finalmente contratado como director de la Real corte sajona. Frecuentó los círculos artísticos de la ciudad y  su estancia en Dresde terminó por la implicación de Wagner en un movimiento político.  En los estados alemanes independientes   de la época, se estaba haciendo fuerte un movimiento nacionalista,  reclamando libertades constitucionales y la unificación nacional alemana.

Wagner representó un papel entusiasta en el ala progresista de este movimiento, recibiendo invitados anarquistas y radicales en su casa. El descontento generalizado en Dresde llegó a su punto más alto en abril de 1849,  cuando el rey Federico Augusto II de Sajonia rechazó una nueva constitución. Estalló una insurrección  en la que Wagner tuvo un papel menor. La incipiente revolución   fue rápidamente sofocada emitiéndose órdenes de arresto contra los revolucionarios. Wagner tuvo que huir, primero a París y después a Zúrich,  donde se estableció.

Wagner pasaría los doce años siguientes en el  exilio en Zúrich. Tras terminar Lohengrin,  la última de sus óperas de este período, acudió desesperadamente a su amigo Franz Liszt  a quien le pidió velar para que esta ópera fuera representada en su ausencia. Así, Liszt dirigió en persona el estreno en Weimar (Alemania)  en agosto de 1850.

En aquel tiempo, Wagner se encontraba en una situación muy precaria, marginado del mundo musical alemán, sin ingresos y con pocas esperanzas de poder representar las obras que elaboraba.  Mientras tanto, su mujer, Minna, que había apreciado poco sus últimas óperas después de Rienzi, cayó paulatinamente en una profunda depresión; la salud de Wagner se resintió en gran medida debido a nervios sobreexcitados, lo cual dificultó que continuara componiendo.

En la primavera de 1854, Wagner conoció las obras del filósofo Arthur Schopenhauer,  acontecimiento que el compositor denominaría más tarde como el más importante de su vida. Comenzó a componer Tristán e Isolda para la cual tuvo dos fuentes de inspiración. La primera  fue precisamente la lectura  de  las obras de Schopenhauer.  

Sus circunstancias personales facilitaron que se convirtiera a lo que él creía que era la filosofía de Schopenhauer, una visión profundamente pesimista de la condición humana. Mantendría su adhesión a Schopenhauer durante el resto de su vida, incluso cuando mejoró su fortuna. Una de las doctrinas de Schopenhauer era que la música ostentaba el papel supremo entre las artes y  Wagner adoptó rápidamente dicha afirmación.
   
Al mismo tiempo, mantenía un romance con la poetisa y escritora Mathilde Wesendonck, mujer de un comerciante de sedas, la que fue su segunda fuente de inspiración. Se conocieron en  Zúrich en 1852. Otto, el marido y  seguidor de la música del compositor, puso a su disposición una casa de campo en su finca.  Durante el transcurso de los siguientes cinco años, el compositor se fue enamorando de la esposa de su patrón. Aunque parecía que Mathilde correspondía parte de sus sentimientos, esta no tuvo intención de poner en peligro su matrimonio. Sin embargo, la relación inspiró al compositor para dejar a un lado su obra sobre el ciclo del Anillo (que no retomaría hasta doce años más tarde) y comenzó a trabajar en Tristán,  basada en la historia de amor  entre  Tristán e Isolda.

El difícil romance finalizó en 1858, cuando Minna interceptó una carta de Wagner a Mathilde.  Tras la confrontación resultante, Wagner abandonó Zúrich en solitario, con destino a Venecia.   El año siguiente se trasladó una vez más a París para supervisar la producción de una nueva revisión de Tannháuser,  estrenada gracias a los esfuerzos de la princesa Paulina de Metternich.   El estreno de esta versión en 1861 fue un fracaso total, debido a disturbios causados por miembros del Jockey Club de París.  Las siguientes representaciones fueron canceladas y el compositor tuvo que abandonar apresuradamente la ciudad.
  
 Y es que en  París nunca se podía representar un ballet en el primer acto de una ópera, ya que los miembros del exclusivo e influyente Jockey Club acostumbraban a llegar tarde al teatro, luego de terminar  su acostumbrada opípara cena. Wagner se negó a cambiar el orden de los actos en su ópera y cuando los del Jockey Club llegaron al teatro ya el ballet había concluido. La rechifla fue general y Wagner decidió no representar mas ninguna ópera en Paris.

En 1861 levantaron la prohibición política que había sobre Wagner en Alemania después de haber huido de Dresde. El compositor se estableció en Prusia,  donde comenzó a trabajar en Los maestros cantores de Núremberg, idea que había tenido durante una visita a Venecia que había realizado con el matrimonio Wesendonck.  

A pesar del estreno fallido de la versión de Tannhäuser de París, la posibilidad de que El anillo del nibelungo nunca fuera terminada y la infeliz vida personal que tenía en la época en la que la estaba escribiendo, esta ópera es su única comedia madura.

Entre 1861 y 1864, Wagner intentó producir Tristán e Isolda en Viena.  No obstante los numerosos ensayos, la ópera no fue representada y se ganó la reputación de ser «imposible», lo que incrementó los problemas financieros del compositor.  En 1862, el matrimonio se separó definitivamente,  aunque él (o al menos sus acreedores) continuó manteniendo financieramente a Minna hasta su muerte en 1866. Wagner afirmó no estar capacitado para viajar a su funeral debido a un «dedo inflamado».

Fuente: wikipedia.org

FRASE DE SABIDURÍA

La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.
 
- Miguel de Cervantes (1547-1616) Escritor español.

20 de mayo de 2013

VEINTE DE MAYO, POEMA DE ALFREDO CEPERO




VEINTE DE MAYO

Por Alfredo M. Cepero
  
Veinte de mayo de mil novecientos dos: 
Júbilo, campanas, promesas y esperanzas.
Veinte de mayo de dos mil trece:
Hoja perdida en el calendario de los hombres sin patria.
Y entre ambas fechas, un pueblo sin miedos ni dobleces,
que no teme a tiranos ni se deja encarcelar la palabra.
Esos son los cachorros de Gómez y Maceo,
de Agramonte, Martí y Estrada Palma.
Esos somos nosotros, los del martirio y el camino,
los cubanos de la pluma y de la espada.

Somos los hijos, los nietos, los bisnietos
de los ojos que humedecieron la mañana
cuando en El Morro ondeó por vez primera
la bandera de la estrella solitaria.
Cuando se hicieron mas fértiles los surcos
y mas altas se hicieron las montañas,
porque al fin, Cuba era madre que se daba en fruto
para los hijos de su propia entraña.

Atrás habían quedado Mal Tiempo y Palo Seco,
santificados por el halo heroico que deja la metralla.
Maceo era ya savia de un árbol en San Pedro
y Martí era en Dos Ríos piedra angular de la patria.
Los fusiles eran piezas de museo
y la guerra era una historia legendaria,
como una fragua que templó el carácter
o una epopeya que fundió las almas.

Y aquel veinte de mayo, primavera de los campos
que era también primavera de la República  estrenada,
ya no clamaba por la digna heroicidad de los mambises
sino imploraba la disciplina de las manos solidarias.
Era el tiempo del obrero y del maestro,
del arado y de la mocha, del pico y de la pala.
Era el tiempo de las flores frescas y los soles altos,
del heroísmo silencioso y de las manos honradas.
Había llegado la hora de que los prohombres de la dignidad
pusieran la justicia "tan alta como nuestras palmas".

Pero la paz no tuvo apóstoles como la guerra,
ni la pluma logró estar a la altura de la espada,
y los campos de batalla fueron camposantos
para la gallardía de la Cuba en Armas.
Era una cosa la libertad ganada
y otra muy distinta la libertad heredada.
El peligro no hace puros a los hombres
pero los levanta por encima de la miseria humana.
Con la última carga, la última bala, 
la última batalla,
los budas tropicales comenzaron a mirarse la panza.
El ministro y el policía, el embajador y el amanuense,
llegaban con patente de corsario
 o esgrimiendo el sable del pirata.
¡Todo era lícito! ¡La isla era de corcho! ,
y a bailar La Chambelona con las "vacas gordas" 
o las "vacas flacas".

Pero hubo también los laboriosos y los justos,
los que amaban a Cuba sin proclamas,
los que bajo el sol reverberante hacían patria
abonando con su agrio sudor la dulce caña.
Y los maestros, que como profetas cívicos
iniciaban al niño en la Biblia de la Democracia.
Y el intelectual que se quedó sin puesto en el gobierno
porque se atrevió a mantener su dignidad empinada.
Y el estudiante obseso de justicia,
a quien llamaron loco 
porque puso el pecho para parar las balas.
Fueron todos la palabra inconclusa, 
la promesa frustrada
y prueba fehaciente de Cuba crucificada.

Y en esta noche de las ciento once angustias,
en el año ciento once de Cuba Republicana,
en que otra vez impera el orden de fusil y fusta,
y una vez mas la libertad anda descalza,
en los pechos cubanos se alza la pregunta,
que es ruego y juramento de la piel al alma:
Patria querida, Cuba del insomnio,
danos la fuerza luminosa de la llama,
y la humildad edificante de los predestinados,
para que como hermanos de la misma casa,
marchemos juntos en vigor y amor
hacia el lecho añorado de tus playas.
 
De su libro "Calendario de la Ausencia", su poema "20 de Mayo", escrito y leído por el autor durante un acto en conmemoración de la fecha, organizado por el Centro Patriótico Cubano de Washington y celebrado el 20 de mayo de 1969 en la Universidad de George Washington en la capital norteamericana.

Cuarenta y cuatro años hace que oí a Alfredo Cepero declamar este poema. Casi medio siglo después   me encuentro de nuevo con sus versos. Pienso con tristeza es estos largos años en los que han mantenido su vigencia y que nos han prolongado  en demasía el añorado encuentro con la Cuba del insomnio y con el lecho añorado de sus playas. Mas terrible aun es pensar en los años que todavía nos falten.

JOSÉ JULIÁN MARTÍ PÉREZ


 
JOSÉ JULIÁN MARTÍ PÉREZ
 
  
Por Carlos Cabezas, (varias fuentes)

José Julián Martí Pérez nació en la habanera calle de Paula el 28 de enero de 1853, hijo de Mariano Martí Navarro, natural de Valencia y de Leonor Pérez Cabrera, de Tenerife, Islas Canarias. Aprendió el amor a Cuba en especial con su maestro, el poeta Rafael María Mendive, cuando en 1865 se convirtió en su alumno en la Escuela Superior Municipal de Varones, de la cual Mendive era director.

Simpatizó con la Guerra de 1868, al año fue llevado a la cárcel acusado de infidencia y en 1870 lo condenaron a 6 años de trabajos forzados en las habaneras canteras de San Lázaro por sus ideas independentistas.

Del presidio fue enviado el 13 de octubre de ese mismo año a continuar su condena en la finca El Abra en Isla de Pinos, donde leyó la Biblia que le influenció más tarde para escribir "El Presidio Político".  Al año siguiente, lo desterraron a España.

Entre enero de 1871 a octubre de 1874, José Martí obtiene entre Madrid y Zaragoza los títulos académicos de Bachiller, Licenciado en Derecho y Licenciado en Filosofía y Letras. De España, donde dejó muchos amigos, amores y admiradores, parte a finales de 1874 -con pasaporte falso- hacia Francia y, en París, se entrevistó con Víctor Hugo.

En 1875 viajó a México, donde se casó con la camagüeyana Carmen Zayas Bazán, con quien en 1878 tuvo a su único hijo, José Francisco Martí y Zayas-Bazán. Por la crisis del matrimonio Carmen marchó de Cuba a Nueva York en varias ocasiones con el niño.

Desde México comienza su peregrinar por tierras de Sudamérica: Guatemala, Venezuela, Honduras y El Salvador. En Guatemala alcanzó gran notoriedad como profesor y orador. Allí conoció a María García Granados, a quien le dedicara el famoso poema "La Niña de Guatemala" quien, según él, murió de amor.

En 1878 regresó a Cuba por la amnistía general. Usó su segundo nombre y apellido haciéndose llamar Julián Pérez pero, nuevamente, fue descubierto conspirando y vuelto a expulsar a España.

En 1881 se trasladó nuevamente a Nueva York. Carmen y el niño se reunieron ese año con él, ocasionándose el rompimiento definitivo, que tuvo lugar al regresar Carmen inesperadamente a La Habana ese mismo año, viaje para el cual obtuvo pasaporte del consulado español en Nueva York, a espaldas del Apóstol y ayudada por un amigo de Martí, de ahí sus versos: “… y para el cruel que me arranca el corazón con que vivo…”. Nunca más padre e hijo se abrazaron.

Ese mismo año fue a Venezuela, pero otra dictadura lo obligó a partir y regresó a Nueva York donde vivió hasta 1895. Allí contactó a militares cubanos como el general Calixto García.

Se dedicó a preparar la guerra para la independencia de Cuba y creó el Partido Revolucionario Cubano con ese fin. Buscó el compromiso de los generales Máximo Gómez y Antonio Maceo, entre otros. Pronunció discursos y recaudó dinero en diferentes lugares de Estados Unidos y América Latina.

Organizó una expedición que fue abortada por los norteamericanos en el Puerto de la Fernandina, debido a que se dejó llevar por el afecto y confió en quien no era digno de esa encomienda. Ante el fracaso buscó alternativas y dio la orden de alzamiento, trasladándose a República Dominicana donde junto a Máximo Gómez escribió el Manifiesto de Montecristi y partió con él para Cuba.

Desembarcó en Playitas, al sur de Oriente y junto a Gómez se encontró con Antonio Maceo en La Mejorana, donde tuvieron una reunión altisonante, pero al día siguiente fue al campamento de Maceo y éste lo recibió junto con su tropa, a la que le pasó revista.

Muere en batalla el 19 de mayo de 1895 en Dos Ríos, junto estaba su compañero Ángel de la Guardia o Angel Guardia, quien no lo pudo evitar. Posteriormente ningún mambí pudo rescatar su cuerpo. Fue un día lluvioso y no pudo ver cumplido su deseo de "morir de cara al sol".

NOTA INFORMATIVA SOBRE EL HIJO DE MARTI:

Enrolado en la expedición Castillo-Roloff, José Francisco desembarca en Cuba en marzo de 1897. Se distinguió en el combate de Tunas de Bayamo, donde al morir el capitán Juan Miguel Portuondo se hace cargo del cañón, afectándole los tímpanos lo que le ocasiona una sordera que padecería durante toda la vida.

Al término de la Guerra de Independencia había alcanzado el grado de capitán del Ejercito Libertador. Desempeñó distintos cargos públicos en la Cuba Libre, hasta su muerte en octubre 22 de 1945. No dejó descendencia.