28 de abril de 2013

LAS DAMAS DE BLANCO EN LA ERMITA DE LA CARIDAD



LAS DAMAS DE BLANCO
EN LA ERMITA DE LA CARIDAD EN MIAMI

Ana Dolores García

Este domingo Berta Soler no desfiló con las Damas de Blanco en La Habana ni participó en la Eucaristía de la iglesia de Santa Rita.  Otras compañeras suyas sí lo hicieron, tanto en La Habana como en Santiago.  Pero Berta no estaba en Cuba sino en Miami. Venía de regreso de Europa, de recoger el Premio Sajarov que hace ya ocho años  se habían ganado las Damas de Blanco por su continuo desafío a un gobierno que no respeta los derechos humanos de su pueblo. 

Por ello, hoy,  desde un tercer lugar se elevaron también al cielo las plegarias de las Damas de Blanco, rodeadas esta vez por quienes desde lejos las hemos acompañado con nuestras oraciones.   Y porque como hoy estaban en Miami, no podían dejar de acudir a la Ermita de la Caridad, la casa construida por los cubanos para alojar a nuestra Virgencita y repetirle cada día que vele por Cuba.  
  
Fue una Misa dedicada en recuerdo a Laura Pollán, la fundadora del grupo. Y también fue un acto de solidaridad con todas ellas.  En este domingo del amor en el que el P. Rumín  nos insistía sobre el valor de los gestos, en expresión del amor que nos identifica como cristianos, los asistentes puestos de pie recibimos a Berta con un prolongado aplauso. Un gesto bien elocuente.  Reyna Luisa Tamayo las acompañaba y también escuchó una emocionada ovación. 

Se reconocía igualmente la presencia de varios miembros del grupo de los 75 que fueran encarcelados en la Primavera Negra de 2003  y de líderes del exilio. Y de periodistas, cámaras al hombro, a quienes más de una vez el P. Rumín les pidiera fueran más discretos en su trajín de plasmar la constancia gráfica.   

La homilía del P. Rumín estuvo llena de palabras fuertes al referirse a quienes socaban la libertad y los derechos del pueblo; elogiosas a las Damas de Blanco, que portando flores defendían pacíficamente esos derechos, y aún así soportaban asedios y golpizas; y evangelizadoras, al referirse al texto de san Juan que se acababa de proclamar:  «…Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos, será que os amáis unos a otros».

La Oración de los Fieles incluyó plegarias por Laura Pollán, por todos nuestros mártires, por los presos de conciencia, sin olvidarnos tampoco del hermano pueblo de Venezuela.  


Berta Soler encabezó la Procesión de las Ofrendas portando una bandera cubana, a la que seguía un ánfora con agua de mar recogida en Cuba, de ese mar que baña las costas donde vivimos quienes formamos un mismo pueblo.

De algo más nos enteró el P. Rumín: en el mural de la ermita, donde Teoc Carrasco quiso plasmar toda la historia de Cuba en hechos y figuras, se puede ver una embarcación con balseros, cuyo nombre, sorpresivamente, es Laura. Feliz coincidencia que puede tomarse también como homenaje impensado a Laura Pollán, pues Teok Carrasco terminó de pintar el mural en 1977. 


A la conclusión de la Eucaristía, el P. Rumín anunció la presencia del músico Jorge Luis Piloto, autor de una bella canción dedicada a Laura Pollán, y de Amaury Gutiérrez, que la popularizó con su voz y su guitarra y que también se unió al homenaje a Laura Pollán con su interpretación.

Canción a Laura Pollán: 
http://www.youtube.com/watch?v=VdWAQVpx0FE

EL ERROR DE CHÁVEZ



EL ERROR DE CHÁVEZ

Por Elsa M. Rodríguez

El fallecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, dejó como su heredero o continuador de su gobierno a Nicolás Maduro. Todo el mundo, especialmente los venezolanos se han podido dar cuenta de que este hombre no era la mejor elección ya que a pesar de los exabruptos de Chávez, su petulancia y alarde de grandeza, no se puede negar que algo tenía él que convencía a buena parte de la gente en su país, especialmente, claro está, a aquellos a los que beneficiaba de una u otra forma, mediante dádivas o prebendas, pero este Nicolás Maduro no es ni siquiera parecido al difunto, a pesar de que imita sus gestos y hasta algunas veces su voz. Solo nos falta escucharle cantar alguna vez cuando se presente como el otro ante las cámaras de televisión para su programa favorito: Aló, Presidente.

Las razones de Chávez para nombrar a este individuo que no era ni con mucho el mejor preparado dentro del séquito de sus adláteres, son algo complicadas de entender, pero luego de saber la influencia que tienen los Castro sobre Maduro, considerando que ya en los años ochenta Maduro estuvo en la isla preparándose bajo la supervisión de la plana mayor de Castro como un posible cuadro político para el futuro, es fácil de entender de que no fue Chávez quien tomó la decisión, sino los hermanos Fidel y Raúl desde Castrolandia.

Maduro es más fácil de manejar por los caminos trazados por los ancianos comandantes, por eso, y porque ese empeño de Chávez en ir a curar su enfermedad en Cuba no es muy comprensible, es que pensamos que Chávez fue engañado por los Castro y ¿quién sabe? Puede que en alguno de sus salones médicos se decidiera el futuro venezolano y se terminara con la vida de alguien que no era tan simple de manejar como lo es Maduro. 

Sí, pensándolo bien, pudiera ser que Chávez cometiese el error de pensar que en Cuba iban a ayudarle para curar su enfermedad, y sin embargo allí le dieron un pasaporte express hacia el otro mundo. ¡Nadie sabe!

Elsa M. Rodríguez
Hialeah, FL.



3 comentarios:

  1. Anónimo 4/28/2013
    Reconozco que es muy arriesgado decir que en Cuba mataron a Chávez porque les convenía más Maduro ya que éste desde hace tiempo fue entrenado por ellos y sería el títere perfecto para controlarle desde Cuba. Eso no lo sabe nadie, pero lo cierto es que tampoco sabemos si Chávez de haberse tratado en otro lugar con más transparencia y mejores medios podría haberse salvado. El tiempo dirá.
    Elsa M. Rodríguez
     
  2. Elsa tu conjetura tiene sentido, puede ser posible, de Cuba se puede esperar cualquier cosa, no dudo nada.
     
  3. Claro que es muy posible, Elsa y Maggie. La Historia nos demuestra que Fidel ha sabido siempre deshacerse de aquellos a quienes ya no necesita o le estorban. La lista es larga: Frank País, traicionado, Humberto Sorí Marín, fusilado, Manuel Urrutía, calumniado y destituido com Presidente, Huber Matos, encarcelado, Camilo Cienfuegos, desaparecido misteriosamente, Ernesto Guevara, enviado a una muerte segura en Bolivia, los hermanos Ochoa.... ¿No podrían intuir los Castro que Maduro, mucho más ignorante que Chávez, sería más fácil de manejar?

HATUEY Y LOS HATUEYES DE HOY



Hatuey y los Hatueyes de hoy

Por Carlos Cabezas

Uno de los primeros hombres que bañó con su sangre la tierra cubana ante la conquista española, fue sin duda, el cacique Hatuey. Proveniente de la vecina isla de La Española, Hatuey llegó a Cuba con el fin de concientizar a sus pacíficos pobladores del peligro tan grande que representaban para ellos, esos extranjeros de allende el mar.

La tarea fue difícil para el cacique indómito, pocos le creyeron. La geografía jugó un papel oportuno para los conquistadores españoles. La palabra de Hatuey solo pudo ser escuchada por caciques de la región oriental del país. No era fácil escudriñar dentro de los corazones de aquellos que no experimentaron en carne propia, los sufrimientos y padecimientos que Hatuey relataba.

Pueblo y familia cautiva por soldados con armas que escupían fuego, no era un concepto a digerir por hombres pacíficos que lanzaban flechas para cazar y para defenderse de otros como ellos, nada pacíficos, que incursionaban cada cierto tiempo en sus territorios.

De ahí que la misión de Hatuey no pudo desarrollarse a cabalidad, muy pocos se opusieron al colonizador y menos aún tomaron la iniciativa en la batalla. Más tarde Pánfilo de Narváez pacificó la isla, entiéndase arrasó con quienes se le opusieron.

Los conquistadores comprendieron pronto la labor que Hatuey desarrollaba entre los suyos, en términos modernos lo hubieran calificado de ideólogo. Por ello su captura se convirtió en prioridad. Lo persiguieron, acosaron y tomaron prisionero.

Lo que sucedió es de todos sabido, fue quemado vivo en las proximidades del río Yara. Los detalles debieron haber sido muy ricos para la historia. No obstante fue un diálogo el que trascendió, imbricado con elementos reales y leyenda: ¿quieres ir al Cielo?, preguntó un fraile al indio rebelde antes de ser quemado. Hatuey respondió con una pregunta: ¿y los españoles van al cielo?, el sacerdote afirmó. La respuesta del cacique fue lógica: si ellos van yo no quiero ir.

Nadie quiere ir en otra vida al mismo lugar de quienes le están asesinando en ésta, porque repetirían el crimen. Cualquiera de nosotros en circunstancias parecidas, hubiera respondido igual. Hatuey no rechazó la doctrina del Reino de los Cielos. Rechazó al hombre cruel que lo atormentaba y pretendía continuar siendo su verdugo por la eternidad.

Los cubanos recordamos a Hatuey por la cerveza que lleva su nombre, memoria indigna. Quizás otros, con algo de cultura, lo identificamos con el poema del Cucalambé (Juan Cristóbal Nápoles y Fajardo): “Con un cocuyo en la mano y un gran tabaco en la boca, un indio desde una roca contempla el cielo cubano...”

Una pregunta válida es ¿dónde está Hatuey? En la etiqueta de una cerveza promocionada con palabras que despiertan al paladar, o en los versos del Cucalambé narrando su despedida de Guarina en medio de vocablos como: yagruma, atejes, corojos, siguarayas, palmas, y otros que, nos hacen latir de añoranza por la Isla distante.

Hatuey está en la patria, y ésta en mí y en ti. El cacique rebelde es el acicate que impide olvidar el sufrimiento colectivo de todo un pueblo, que vive bajo el mismo cielo que él contempló. La entrega desinteresada de Hatuey para que los cubanos no pasaran por lo que los suyos experimentaron, fue el gesto más bello de nuestra primera historia.

Hoy los conquistadores fueron reemplazados por cubanos indignos, que a nombre de una ideología, extorsionaron las mentes de muchos y mutilaron a los Hatueyes que levantaron sus voces y manos contra la dictadura.

Conocí de hogueras dentro de los cañaverales para matar a opositores; de fusilamientos a lo largo y ancho del país; de torturas y asesinatos en las cárceles: mujeres en cámaras frías, disparos que cercenaron cuerpos o desbarataron testículos; de muertos asfixiados en una rastra sellada; de niños, mujeres y hombres, que ahogaron en un remolcador, de Hermanos al Rescate desintegrados por cohetes en el aire; de hostigamiento y represión en las calles; y de mucho más, pero sobre todo, de mentes infantiles mutiladas repitiendo como loros el eslogan de turno.

Cuando creí conocerlo todo, aún me quedaban cosas por aprender. Veo encarcelados a opositores tan pacíficos, como lo fueron nuestros indios; periodistas que se atrevieron a pensar independientemente; a poetas que se negaron a ir al mismo Cielo que el opresor; a contestatarios asesinados en un accidente provocado, etc. Pero veo más, los veo a todos ellos con pupilas dilatadas por el fuego que se dispone a devorarlos, sin que renuncien al mito de Hatuey.


Carlos Cabezas 

EL DOMINGO DEL AMOR





El domingo del amor

«…Os doy un mandamiento nuevo:
 que os améis unos a otros como yo os he amado,
 amaos también entre vosotros.
La señal por la que conocerán todos 
que sois discípulos míos,
 será que os amáis unos a otros»
Juan 13, 31-35


Por ti, Señor,
amaremos aun no siendo amados,
y en medida rebosante y sin cuenta,
colmaremos y calmaremos
los corazones que necesitan paz,
las almas que se han tornado  tibias,
los pies que se resisten a caminar,
los ojos que se han quedado en el vacío.

Por ti, Señor,
mantendremos eternamente nuevo
el mandamiento que Tú nos dejaste:
amar, sin mirar a quién,
amar, sin contar las horas,
amar, con corazón y desde el corazón,
amar, buscando el bien del contrario,
amar, buscándote en el hermano.

Javier Leoz, betania.es