17 de marzo de 2013

LOS DIEZ PENSAMIENTOS DEL PAPA FRANCISCO


Los diez pensamientos
del papa Francisco

Aborto y defensa de la vida
«Es preciso poner la cara para defender la vida desde la concepción hasta la muerte natural». «Debemos escuchar, acompañar y comprender desde nuestro lugar a fin de salvar las dos vidas: respetar al ser humano más pequeño e indefenso, adoptar medidas que pueden preservar su vida, permitir su nacimiento y luego ser creativos en la búsqueda de caminos que lo lleven a su pleno desarrollo».

«Sin estas tres actitudes, ternura, esperanza, paciencia, no se puede respetar la vida y el crecimiento del niño por nacer. La ternura nos compromete, la esperanza nos lanza hacia el futuro, la paciencia acompaña nuestra espera en el cansino pasar de los días. (...) Cuando estas actitudes no están, entonces el niño pasa a ser un ‘objeto’ alejado de su padre y de su madre y muchas veces ‘algo’ que molesta, alguien intruso en la vida de los adultos, de quienes pretenden vivir tranquilos, replegados sobre sí mismos en un egoísmo paralizante».

La familia y el papel de los ancianos
«Cuando un pueblo se olvida de cuidar a sus ancianos, empezó a ser un pueblo en decadencia, es un pueblo triste. Cuando en una familia se olvidan de acariciar al anciano, ya anida la tristeza en su corazón».

«Lo que sembrás vos con tu ejemplo es lo que vas a cosechar de tus hijos. Cuidá a los viejos, cuidá la vida de los viejos porque eso es ser familia. Y no entrés en la moda de que a los viejos se los guarda y se los desprecia. Cuidá a los chicos. Enseñáles a crecer bien para que sean retoños llenos de vida, que den flor y fruto en la vida».

Bodas homosexuales
«Está en juego la identidad y la suprevivencia de la familia: papá, mamá e hijos. Está en juego la vida de tantos niños que serán discriminados de antemano privándoles de la maduración humana que Dios quiso se diera con un padre y una madre. Está en juego un rechazo frontal a la ley de Dios, grabada además en nuestros corazones».

(Carta durante la presentación en Argentina del proyecto de matrimonio homosexual, convertido en ley en julio de 2010): «Aquí está la envidia del demonio, que pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la Tierra. No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo, sino de una ‘movida’ del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios».

Papel de los padres
«Es necesario que salgan ustedes para dialogar, para abrirse a sus hijos, para jugar con ellos, para que los chicos no se sientan abandonados por sus padres. Eso cansa, es verdad, pero es la cruz que ustedes como padres católicos deben cargar; es, sin embargo, una cruz fecunda».

Derecho a la educación
«El hijo del gaucho, el migrante del interior que llegaba a la ciudad, y hasta el extranjero que desembarcaba en esta tierra (argentina) encontraron en la educación básica los elementos que les permitieron trascender la particularidad de su origen para buscar un lugar en la construcción común de un proyecto. También hoy, desde la pluralidad enriquecedora de propuestas educadoras, debemos volver a apostar: a la educación, todo».

Papel de los laicos en la Iglesia
«Hay un problema, lo dije otras veces: la tentación de la clericalización. Los curas tendemos a clericalizar a los laicos. No nos damos cuenta pero es como contagiar lo nuestro. Y los laicos -no todos pero muchos- nos piden de rodillas que los clericalicemos porque es más cómodo ser monaguillo que protagonista de un camino laical. No tenemos que entrar en esa trampa, es una complicidad pecadora. Ni clericalizar ni pedir ser clericalizado. El laico es laico y tiene que vivir como laico con la fuerza del bautismo, lo cual lo habilita para ser fermento del amor de Dios en la misma sociedad, para crear y sembrar esperanza, para proclamar la fe, no desde un púlpito sino desde su vida cotidiana. Y llevando su cruz cotidiana como la llevamos todos. Y la cruz del laico, no la del cura. La del cura que la lleve el cura que bastante hombro le dio Dios para eso».

Trabajo y justicia social
«La dignidad la tenemos por el trabajo, porque nos ganamos el pan, y eso nos hace mantener la frente alta. Pero cuando el trabajo no es lo primero sino que lo primero es la ganancia, la acumulación de dinero, ahí empieza una catarata descendente de degradación moral. Y termina esta catarata en la explotación de quien trabaja. Esta frase no es mía, la dijo ayer el Papa (por Benedicto XVI) en una audiencia (...) Justicia por estos hombres y mujeres sometidos a la trata de personas en cualquiera de los rubros: talleres clandestinos, prostitución, chicos sometidos en trabajos de granjas y los cartoneros que no han podido todavía unificarse, como algunos de ustedes lo han podido hacer gracias a Dios».

Afán de dinero
«El poder y el dinero son como la ginebra en ayunas: marean. La altura marea. Por eso cuanto más grande seas, cuanto más poder, más dinero, más prestigio tengas, más humilde tenés que ser. Los que se creen dueños de la vida no pueden convivir en la sociedad. El único dueño de la vida es Dios».

El pecado de la vanidad
«Como ejemplo de lo que es realmente la vanidad con frecuencia digo: mirad a un pavo real, si lo miras de frente es muy bonito. Pero si da algún paso y lo ves por detrás, te das cuenta de la realidad. Quien cede a esa vanidad en el fondo esconde una miseria muy grande».

Apostolado cristiano
«Buscamos el contacto con las familias que no acuden a las parroquias. En lugar de ser sólo una Iglesia que recibe, tratamos de ser una Iglesia que sale a la calle y va hacia los hombres y mujeres que no vienen, que no la conocen, que se han ido y que son indiferentes. Para ello organizamos misiones en las plazas donde se reúne mucha gente, rezamos, celebramos la misa, proponemos el bautismo que administramos después de una pequeña preparación. Es el estilo de las parroquias y de la misma diócesis».
ABC, Madrid

EL BOLIVAR QUE CHÁVEZ NO LEYÓ


El Bolívar que Chávez no leyó


Por Daniel Romero Pernalete*

Hoy, como nunca, se habla de Bolívar. Es elemento clave en la retórica presidencial... No hay discurso, de calle o de salón, que no esté aderezado con alguna descontextualizada frase del Libertador. El Presidente, ya por ignorancia, ya por conveniencia, omite a otro Bolívar: el Bolívar civilista, el estadista, el simple ciudadano que él siempre se sintió. Y cuando uno se acerca a ese Bolívar se da cuenta de cuán lejos está de las motivaciones y ejecutorias de un proceso que pretende arroparse con su nombre.

Cuando uno contempla asombrado los esfuerzos del Presidente por someter a su arbitrio a todos los poderes, no puede menos que recordar aquella parte de su Discurso en el  Convento de Franciscanos, el 2 de Enero de 1814, en la cual afirmaba:
"Huid del país donde uno solo ejerza todos los poderes: es un país de esclavos"... Ese mismo pensamiento lo expresa catorce años más tarde, el 27 de Agosto de 1828, cuando se dirige a los ciudadanos de la Gran Colombia en los siguientes términos: "¡Compadezcámonos mutuamente del pueblo que obedece y del hombre que manda solo!". Ese es el Bolívar que Chávez no leyó.

Cuando uno revisa la invasión de militares, activos y retirados, en todos los niveles de gobierno, o escucha el discurso militarista y guerrerista del Presidente, se le viene a la memoria una lapidaria frase que Bolívar le escribió a Madariaga el 26 de noviembre de 1816:
"El sistema militar es el de la fuerza, y la fuerza no es gobierno". Esta idea permanece constante en el Libertador, quien trece años más tarde, el 13 de septiembre de 1829, le escribe a O' Leary: "Es insoportable el espíritu militar en el mando civil". Ese es el Bolívar que Chávez no leyó.

Cuando uno escucha las amenaza de Chávez de permanecer en el poder hasta más allá de lo legal y legítimamente admisible, le retumban en los oídos las palabras de Bolívar en el Discurso al Congreso de Angostura, el 15 de febrero de 1819:
"Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder"... Y cuatro años más tarde, el 15 de Abril de 1823, califica ya no la situación sino la actitud de quien se aferra al poder por todos los medios, cuando le escribe a Santander:  "Es una manía miserable el querer mandar a todo trance".
Ese es el Bolívar que Chávez no leyó.

Cuando uno advierte los esfuerzos presidenciales por torpedear cualquier consulta ciudadana que ponga en riesgo su permanencia en Miraflores, piensa en el Bolívar que en carta al Dr. Castillo Lara, el 13 de septiembre de 1829, sentencia:
"En los gobiernos no hay otro partido que someterse a lo que quieran los más". Ese es el Bolívar que Chávez no leyó.

Cuando uno tiene la paciencia y el valor de escuchar las alocuciones del Presidente, cargadas de odio, de insultos, de descalificaciones y de inquina, piensa en el  Bolívar que le escribe a Santander, el 15 de abril de 1823:
"Los intrigantes corrompen los pueblos, desprestigiando la autoridad", opinión que ratifica al mismo Santander, el 23 de febrero de 1825, cuando le escribe: "En política nada vale tanto y cuesta menos como las demostraciones de respeto y consideración". Ese es el Bolívar que Chávez no leyó.

Cuando uno observa el uso que el Presidente hace de la Fuerza Armada para amedrentar y reprimir a todo el que se niegue a tragarse el proceso, recuerda lo que Bolívar escribió en el proyecto de Constitución para Bolivia, el 25 de mayo de 1826:
"El destino del ejército es guarnecer la frontera. ¡Dios nos preserve de que vuelva sus armas contra los ciudadanos!". Ese es el Bolívar que Chávez no leyó.

Cuando uno, en suma, recorre la historia del último quinquenio, y suma las
payasadas, los desatinos, las sandeces y las malcriadeces del Presidente, uno se convence (y cada día más) de que, como Bolívar le escribía a Santander el 12 de Noviembre de 1823, "Un necio no puede ser autoridad".

Ese es el Bolívar que Chávez no leyó.


sociólogo y Profesor Titular de la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad de Oriente,  Núcleo de Sucre"
Remitido por Humberto Estrada

CINE, VIDA DE PI



"Vida de Pi"

Por Jose Antonio Varela Vidal

ROMA, 16 de marzo de 2013 (Zenit.org) - Los animales tienen una relación con los hombres que se remonta a los orígenes de la creación, en un intento de vivir en armonía dentro de los límites de cada género. El hombre ha aprendido a amaestrarlos cuando necesita que se adapten a él y colmen sus necesidades. Por otro lado, sabe proveerse de la carne, la sangre y la piel de estos cuando quiere y necesita de alimento, vestido o medicina. También puede ser una valiosa compañía en tiempos de soledad, así como un poderoso guardián o un lazarillo imprescindible. 


Los problemas se presentan cuando tienes que convivir con ejemplares indeseables para tu salud, sean ruidosos en medio de tu concentración o peligrosos para tu integridad. ¿Se imagina navegar cerca de 220 días con un tigre de bengala en alta mar? Será un periodo largo en el cual sentirá hambre, y también él… 

Es este el panorama al que nos transporta el filme “Vida de Pi” (EEUU 2012), dirigida por el cineasta chino Ang Lee (Taiwán, 1954), en el cual se muestra cómo, una vida familiar sosegada y al parecer predestinada a la convivencia con animales comerciales, se convierte de un momento a otro en una tragedia de inmensas proporciones.

Basada en la novela homónima de Yann Martel (Salamanca 1963) y con el guión de David Magee (Michigan, 1962), “Vida de Pi” nos muestra la historia de un joven indio curioso e intrépido, que por un lado quiere penetrar los misterios de Dios hasta el punto de profesar “tres” religiones; hasta el hecho de ver en los animales un tipo de alma con la cual busca comunicarse.

Vidas paralelas
La tragedia llega a la vida de Pi desde que su padre le impide --o le desaconseja--, creer en tantos dioses, alentándolo a concentrarse más bien en uno, o en ninguno. Otro momento en que la vida del joven corre peligro es cuando, en su intento de compenetrarse con los animales, se empeña por alimentar al tigre de bengala con la mano, desafiando así al ejemplar más fiero y bello del zoológico familiar, y dentro del cual él también ha crecido.

Un momento que lo desgarra, más doloroso quizás de lo que hubiera sido si el tigre le arrancaba el brazo, fue cuando su familia decide emigrar –con animales y todo--, en busca de mejor fortuna en América del Norte. No solo tuvo que dejar su pueblo, ubicado en la parte francesa dela India colonial, sino a su precoz enamorada que viviría por años alimentada con la promesa de su regreso...

Todo fue puesto en duda cuando la familia de Pi, junto a cientos de pasajeros de un barco mercante japonés, fueron envuelto por las olas de un naufragio, el cual solo dejó en vida al muchacho y a cuatro animales salvajes en una reducida barca de rescate.

La historia es contada por el mismo Pi a un novelista, unos cuarenta años después, quien no puede creer que aquel haya podido convivir con estas especies en alta mar –y al final solo con el tigre, muy hambrientos los dos.

Dotada de impresionantes efectos especiales, con escenas de coraje, adversidad y magnanimidad que tocan fibras del alma, el filme abre interrogantes existenciales que nadie querrá responder en alta mar, y menos frente a un compañero de viaje así...

Nos quedamos con dos escenas. Una es con la familia cenando en la mesa, durante la cual el papá de Pi trata de explicarle por qué creer –o no--, en Dios y cómo. La otra es aquella en la cual el tigre, sumergido en el mar pero aún cogido de la barca con las garras, mira a Pi con ojos de cordero degollado, casi suplicándole que lo ayude a regresar a la barca.

FRASE DE SABIDURÍA

Un necio no puede ser autoridad
- Simón Bolívar

16 de marzo de 2013

LLEVADLE A TORDESILLAS


LLEVADLE A TORDESILLAS

Por Elsa M. Rodríguez

Lamentablemente en Venezuela no existe ninguna ciudad que se llame Tordesillas. Si existiera, seguramente que pronto tendrían que llevar allí a una o más personas, para tratar de que las mismas vuelvan en razón.

Según nos contaron desde Caracas, el que fuera presidente-dictador, Hugo Chávez Frías falleció a las 5:20 de la tarde del pasado 5 de Marzo, producto de un paro cardíaco. Recordemos que Chávez había estado bajo cuidado médico desde hacía mucho tiempo atrás, ya que desde mediados del 2011 se quejaba de dolores en una rodilla, luego de un tumor pélvico, luego dijo que tenía cáncer, después que ya estaba mejor, luego se alegró de que ya estaba limpio de cáncer, para volver a decir que tenía que regresar a Cuba, donde se ha estado tratando de todos sus males desde que los mismos comenzaron, hasta que finalmente y después de mucho estira y encoje y de muy diversas versiones, de si había fallecido o no, de si estaba entubado o no, de si había regresado por sus propios pies a Caracas, porque alguien le había visto y otros decían que no, pero al fin y después de aparentemente dudar si lo decía o no, su heredero Nicolás Maduro le dijo al mundo que su Comandante ya había fallecido.

Después de lo dicho, Maduro descansó y comenzó la odisea del cuerpo del fallecido Chávez; le hicieron recorrer por todas las calles de la ciudad por horas y horas, lo instalaron en capilla ardiente para que todo el pueblo le pudiera ver y así lo hicieron, por días y días. Dijeron que lo embalsamarían para que quedara para siempre a la vista de todo su pueblo. Posteriormente dijeron que no, que los expertos decía que no podía ser embalsamado.

Nicolás Maduro, como amoroso guardián de su jefe, cuida de que su cuerpo viaje de aquí para allá y de allá para acá. Tal parece que Nicolás Maduro se hubiese convertido en la forma encarnada de la reina española que al morir su marido Felipe El Hermoso, lo paseó por meses y meses, haciendo que militares y gente de la nobleza les acompañasen en este periplo del rey muerto junto a una esposa que había enloquecido por la muerte del amor de su vida, por lo cual la Historia la recuerda como Juana La Loca, por lo cual tuvo que ser recluída en Tordesillas.

Esperamos que no sea éste el caso de Nicolás Maduro y que no haya enloquecido por la muerte de su tan admirado Hugo Chávez Frías, porque al paso que va, tal parece que quiere repetir la hazaña de la hija de la Reina Isabel La Católica, lo único que como no existe en Venezuela una ciudad que se llame así, no habrá donde llevar a Maduro para recluirle, para ver si recupera la razón y los venezolanos puedan descansar de tanto ajetreo y puedan organizar sus vidas. Porque de no ser así, es posible que de ahora en adelante tengamos que hablar del aspirante a la presidencia de Venezuela, como de Nicolás, el Desquiciado.

Elsa M. Rodríguez
Hialeah, FL