18 de febrero de 2013

NO HUBO SORPRESAS


No hubo sorpresas


No hubo sorpresas anoche en la entrega de los premios Goya en Madrid.  Todo resultó tan   previsible en el fondo y en la forma como se esperaba. Interminablemente larga y lamentablemente politizada.  Los primeros minutos marcaron el tono de la gala. A pesar de que la Academia había insistido en que sería la gran noche del cine y de eso era lo que se iba a hablar, Eva Hache, la presentadora, tocó todas las polémicas políticas en su discurso inaugural, desde Urdangarín hasta Bankia.  

Después también el Director de la Academia de Cine de España barnizó de política su discurso, y arremetió contra los socialistas al referirse tanto al caso de los escritos de Amy Martin, como a los «brotes verdes» de Zapatero. Se dirigió además al ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert, presente en la gala, al que felicitó por la cercanía a su cumpleaños, «no por lo otro» (en referencia a su gestión política).

La Unión de Actores había pedido convertir la gala en un escaparate reivindicativo y, aunque no todos, varios de sus asociados lo secundaron fielmente. Ese fue el caso de Candela Peña, que recordó la reciente muerte de su padre «en un hospital público en el que no había mantas para taparle ni agua», y que acabó pidiendo trabajo para dar de comer a su hijo.

José Corbacho, entregador, al dar las buenas noches a la concurrencia, especificó que sólo sería en un 21% para el ministro, y se refirió a la calidad de “actrices” de las Infantas y de Ana Mato.   Maribel Verdú, que se llevó el premio  como mejor actriz, dedicó su triunfo «a toda la gente que ha perdido sus casas, sus trabajos, sus ilusiones, su futuro e incluso su vida por culpa de un sistema, quebrado, injusto y obsoleto que permite robar a los pobres para dárselo a los ricos».

Loles León aludió a la gala como «La noche de los sobres vivientes» y bromeó sobre «la transparencia».

Y faltaba Javier Bardem, que obtuvo su sexto Goya, el primero como productor, por el documental «Hijos de las nubes, la última colonia». El actor aseguró que era un día triste para el Sáhara por la condena en Marruecos de algunos activistas a 20 y 35 años de prisión y cadena perpetua por manifestarse, y agregaba:  «En el Sáhara no se puede recortar en salud como aquí, porque no hay hospitales, ni en Educación como aquí, porque no hay escuelas; no pueden echarles de sus casas como aquí, porque ya fueron desahuciados hace 35 años. Es importante de que nos aseguremos de que eso no pase aquí».  

Hasta hubo burla por carambola para Goya al ser llamado “cabezón” por uno de los premiados al decir que su estatuilla ahora era más valiosa a causa del aumento del IVA.  
Una prueba de que se esperaba una noche agitada fue que Ernesto Sevilla y el equipo de «Museo Coconut» se mofaron del gran número de alegatos políticos que contenía la ceremonia con uno de los mejores «sketches».

Los dardos de la presentadora Hache
CONTRA los recortes: «Si la comparas con los recortes en sanidad y educación, la recaudación del cine español es una mierda»
CONTRA la monarquía: «El Rey Juan Carlos está bastante deteriorado y el Príncipe Felipe está a estrenar».
CONTRA Urdangarín: «Él va a los partidos de balonmano con el daño que le ha hecho a su familia. Y aquí no viene»

Como señaló Luis Fernández en su crónica, «Eva Hache, haciéndose la graciosa, abrió la Gala con unos toquecitos admonitorios al Ministro Wert, que reía, tenso, oliéndose la que se le venía encima. Críticas crueles al Rey, choteo con Urdangarín y menosprecio a los Príncipes. Y, cómo no, caña a Bankia y a los recortes en Sanidad y Cultura. ¡Ay!, fue mencionar cultura y se oyeron pitidos y ruidosos aplausos de un público entregado. De repente, en la solapa de Antonio de la Torre apareció un «NO a los recortes», y otra en la de Cayo Lara y ¡oh!, sorpresa, también entre las lentejuelas de la madre de Javier Bardem. ¡Toma cultura!»

En la distribución de los galardones tampoco hubo mucha sorpresa: lo de Maribel Verdú y Blancanieves había sido pronosticado profusamente como mejor actriz y mejor película, aunque la Academia de Hollywood no hubiera querido tener en cuenta a este filme entre las nominaciones para competir por un Oscar a la mejor película de habla no inglesa.    

A TOMAR POR EL SACO, MISTER MARSHALL!


¡A tomar por saco,
Mister Marshall!

Jesús García Calero
ABC, Madrid

La presentadora era Hache, y la película favorita era muda, lo cual permitía esperar mucho más sobre la oportunidad de lo que se dijera y lo que quedase apuntado entre líneas en los Premios Goya.

Maribel Verdú, madrastra de «Blancanieves» fue, tal vez, el paradigma: se puede decir todo sin perder el tino. Poco más se puede salvar de una gala que, tras unos días de polémica, parecía empezar muy bien, invocando a Berlanga –lo cual es mucho invocar– con un vídeo de «Bienvenido Mister Marshall».

Pero la conductora Hache derrapó en la primera curva para arremeter, inmediatamente y desde entonces, contra el Gobierno, la Familia Real, los bancos, Adelson, y los Recortes.... Así que no estuvieron a la altura del gran Berlanga. Se quedaron en un lugar indeterminado entre «el club de la comedia» y los chistes de bar.

¿Es necesaria para la industria esa continua querella? Parece que sí, pero aburre, teniendo en cuenta que el discurso del presidente de la Academia ya era bastante contundente, e institucional. Y no hubo cortapisas: todos pudieron decir lo que quisieron, como es lógico.

Por eso hubo un buen puñado de nominados al Goya al mejor estrago hecho en nombre del cine español, un despropósito disfrazado de espectáculo que discurría entre «mensajes» que fueron velando el triunfo de los mejores cineastas entre esas «mejores» causas.

Interesante es que los profesionales de las películas que han merecido el favor de los premios y del público, las que se defienden solas, como «Lo imposible», «Blancanieves», «Tadeo Jones» y «Grupo 7», no sintieron la necesidad de protagonizar esos alardes demagógicos.

El desahogo, sin embargo, resultó excesivo: José Corbacho y Candela Peña fueron la referencia de este problema ya inherente a los premios del cine español. Y Bardem, no excediéndose demasiado, no estuvo a la altura de “sus intervenciones” en los Oscar. 

Algunos discursos no podrían ponerse en relación con el cine fácilmente. Tantas invectivas de carácter político fueron, por reiteradas, cansinas, como si no hubiera otra materia digna de la ironía, o... ¿la autocrítica?

El cine retrató a España en su «fiesta» de la manera más castiza posible, con un exotismo berlanguiano que da la razón a don Luis. La España que pinta el cine mira al ayer, regresa a aquel señor de míticas esperanzas y los protestones se conforman con un: «¡A tomar por saco, Mister Marshall!». Pena.

UN SISMÓGRAFO DE PIEDRA QUE HA DURADO 13 SIGLOS


 
Un sismógrafo de piedra

que ha durado trece siglos

En la lejana Armenia, frontera imaginaria entre Europa y Asía, se encuentra situado un antiguo y mítico monasterio: el de Tatev, a 1600 metros de altura, desde el que se puede admirar un paisaje increíble y pintoresco.

Armenia es una ex república soviética y, a la vez, una de las más antiguas civilizaciones del mundo. Dotada de un rico patrimonio cultural, se destacó como la primera nación en adoptar el cristianismo  como religión oficial en los primeros años del siglo IV.   

Según una leyenda popular, el arquitecto que terminó la construcción de Tatev tomó dos guijarros de piedra y oró a Dios pidiéndole alas. Su deseo fue concedido y el arquitecto se fue volando. La palabra "Tatev" refleja esto, puesto que significa "dar alas" en el idioma armenio.

El monasterio de Tatev fue construido en el siglo IV, sobre las ruinas de un antiquísimo templo pagano. Estas prácticas eran comunes en aquel entonces  y fue atendido durante varios siglos por unos pocos monjes.  En 848 el príncipe Pilipós (Felipe) de Syunik hizo construir la iglesia de  San Gregorio el Iluminador y donó al monasterio la próxima aldea Tatev, de la tomó su nombre definitivo.  

El monasterio empezó a extenderse. Al final del siglo XI  se erigieron tres iglesias, y se agregaron un aposento para los peregrinos y otros edificios. No faltaron durante todos estos siglos terremotos y ataques de invasoras tribus nómadas. Incluso, en 1387 el monasterio fue quemado y saqueado.

 Ha sido restaurado en parte durante los años 1974-1998 y estas obras continúan actualmente, y se trabaja en la construcción de un teleférico desde el pie del acantilado hasta el monasterio.


Una de las obras arquitectónico-ingenieriles más originales que se encuentra en este monasterio, y a su vez de toda   Armenia, es la columna oscilante Gavazán (Bastón),  de ocho metros de altura,  testigo milenario de la inventiva e ingeniosidad de los artífices armenios. Fue  erigido en 904 y se trata de una  columna que con las sacudidas sísmicas e incluso con un simple toque de la mano se inclina y vuelve a la posición de partida, Y ha permanecido de pie durante siglos sin derrumbarse. Puede decirse que es algo así como “un sismógrafo de piedra”.

Se trata de  un pilar hecho a partir de la roca local y su mecanismo consiste en un intrincado sistema de pesos y contrapesos anexados a su parte inferior que, ante el menor disturbio, lo llevan a oscilar frenéticamente de lado a lado. Su construcción tardó entre cinco y seis años y tuvo lugar durante la última década del siglo IX, mientras que los detalles ornados se cree fueron agregados durante los primeros años del siglo X.

Tan sensible llegó a ser en el pasado que incluso, según escritos de la época, era capaz de alertar a los monjes de la llegada de ejércitos invasores. Algo de vital importancia ya que las espesas nieblas que suelen cubrir la región son capaces de limitar la visión a unos pocos metros, dándole la oportunidad a una fuerza invasora de avanzar sigilosamente por el área y darse a conocer ya cuando no queda tiempo alguno de preparar las defensas.

Si bien el mismo aun permanece prácticamente intacto, durante el terremoto de 1931, que causó gran daño en el monasterio, sufrió daños en su mecanismo de contrapesos, debiéndose además reforzar la columna en si misma con bandas metálicas; razón por la cual ya no es tan sensible como solía ser en el pasado. Por desgracia, se desconoce quién fue la persona que dio origen a tan ingeniosa maravilla de la ingeniería.

FRASE DE SABIDURÍA

La ignorancia es la carga más pesada. Pero quien lo lleva no lo siente.
- Valeriu Butulescu (1953- ) Escritor y político rumano.

17 de febrero de 2013

PREMIOS DEL FESTIVAL DE BERLÍN



Premios del
Festival de Cine de Berlín

La Berlinale se volcó en su 63 edición en la mujer y dio el Oso de Oro al filme rumano "Pozitia Copilului" ("Child's Pose"), de Calin Peter Netzer, mientras que la chilena Paulina García triunfó con la Plata a la mejor actriz por "Gloria", de Sebastián Lelio.

Ambas películas están apuntalas en los papeles de sus respectivas actrices, la rumana Luminitja Gheorghiu, como una manipuladora madre cuyo hijo mata en un accidente a un niño, mientras que la chilena García representa la fuerza de vivir y el positivismo de una mujer sin complejos.

"Gracias a Sebastián, por este increíble papel y por haber creído en mi", dijo la actriz chilena, al recibir su estatua de plata, al frente de una película que estaba entre las claras favoritas, tanto de la crítica como del público.

El jurado, presidido por el cineasta chino Wong Kar Wai, cumplió con ambos grandes premios las expectativas del director de la Berlinale, Dieter Kosslick, quien había anunciado que esta 63 edición del festival estaría consagrado a las mujeres poderosas.

Otro gran triunfador de la noche fue el bosnio Danis Tanovic, cuyo filme "Epizoda u zivotuberaca zeljeza" ("An Episode in the Life of an Iron Picker"), ganó dos Osos de Plata, el correspondiente al Premio Especial del Jurado, y el de mejor actor, para Nazif Mujic.

El filme de Tanovic está interpretado por los personajes reales de la historia que narra, centrada en una mujer embarazada a la que ningún hospital quiere atender, por falta de seguro médico, pese a que lleva un feto muerto en su interior, para desesperación de su esposo, el Mujic de la vida real.

La plata al mejor director fue para el estadounidense David Gordon Green, por "Prince Avalanche", mientras que la película canadiense "Vic+Flo ont vu un ours", de Denis Côté, obtuvo una mención especial del jurado.

El iraní Jafar Panahí obtuvo la Plata al mejor guión por "Pardé", el filme rodado pese a la prohibición de hacer películas impuesta por el régimen de Teherán, lo que dio al galardón el toque de gesto solidario desde la Berlinale.

El kazajo "Uroki Garmonii", ("Harmony Lessons"), de Emir Baigazin, un debutante que estaba entre los favoritos y cuyo filme era además el estreno de Kazajistán a competición en el festival, obtuvo asimismo el premio a la mejor contribución artística.

Un total de 19 filmes compitieron en la sección oficial de la Berlinale. 
Reproducido de La Razón, Madrid