15 de febrero de 2013

ÚLTIMO ACTO

 ÚLTIMO ACTO

Elsa M. Rodríguez

Desde hace más de seis años los exiliados cubanos estamos esperando que un día al levantarnos por la mañana, la primera noticia que oigamos sea: “Ahora sí, acaba de morir Fidel Castro”. La realidad es que esa noticia la esperamos desde mucho antes, no porque seamos tan faltos de Caridad y de Amor al Prójimo como juzgan a aquellos que le desean la muerte a otro ser humano, es que en el caso de Fidel Castro, no podemos pensar en él como en otro ser humano. Es cierto que nació de mujer y que físicamente es un hombre, pero a saber lo que tiene dentro de su cerebro y especialmente de su corazón, porque hay que ser poco humano o un humano sumamente despreciable, para acceder al poder en un país bajo la pretensión de que sus intenciones eran liberarlo y que nunca más tuviese que vivir bajo la bota de un dictador, por lo que todos o casi todos le abrieron las puertas de su casa y se la ofrecieron, recordemos aquello de “Fidel, esta es tu casa”, y luego destruirlo todo.

No solamente destruyó las casas de todos los no creyeron en él, sino también la de los inocentes y esperanzados que pensaron que efectivamente él sería el salvador que Cuba necesitaba.

Pero desde hace 53 años ese hombre está al mando de todo en Cuba y lejos de mejorar las cosas, el país se hunde cada día más. Pero como los humanos en el fondo tenemos que creer en algo para poder subsistir, ahora desde hace 6 años estamos siguiendo la trama de lo que parece una telenovela o una obra de teatro. Así nos han entregado por episodios el novelón de la desaparición de Castro. En una escena, se desvanece en Villa Clara, en la otra se cae por una escalera, luego en otra se desaparece y no se ve ni una foto, más tarde sale de un elevador y como un muñequito de cuerdas camina y sube y baja los brazos, luego sale sentado en un butacón vistiendo pijamas, escribiendo una de sus ya famosas Reflexiones, en otra ocasión viste ropa de ejercicios, y no se sabe si porque le pagan comisión o qué, pero es de una marca reconocida mundialmente. Luego sale con su hijo putativo Chávez, luego en otra escena es Chávez el que desaparece, para aparecer más tarde gordo como si le hubiesen llenado de gas, vuelve a perderse y Fidel sale de nuevo dándole la mano a tal o cual presidente de los países enanos que lo adoran, se vuelve a perder Chávez y no aparece.

De pronto vuelve a aparecer Castro, votando en unas elecciones tan falsas como todo él. La clásica pantomima del voto en las elecciones en Cuba.

Esperamos que no tarde demasiado para que podamos todos ver lo que sería el último capítulo de esta novela rocambolesca, o el último acto de esta obra de teatro. Es que todos estamos ansiosos por ver el FIN.

Elsa M. Rodríguez
Hialeah, FL

EL PAPA RENUNCIÓ PORQUE SIEMPRE RENUNCIA



 
El Papa renunció

porque siempre renuncia

Por Daniel Capri

El señor Ratzinger, ha renunciado toda su vida. Así de sencillo.

El Papa renunció a una vida normal. Renunció a tener una esposa. Renunció a tener hijos. Renunció a ganar un sueldo. Renunció a la mediocridad. Renunció a las horas de sueño por las horas de estudio. Renunció a ser un cura más, pero también renunció a ser un cura especial. Renunció a llenar su cabeza de Mozart para llenarla de teología. Renunció a llorar en los brazos de sus padres. Renunció a, teniendo 85 años, estar jubilado, disfrutando a sus nietos en la comodidad de su hogar y el calor de una fogata. Renunció a disfrutar su país. Renunció a tomarse días libres. Renunció a su vanidad. Renunció a defenderse contra los que lo atacaban. Vaya, me queda claro, que el Papa fue un tipo apegado a la renuncia.

Y hoy, me lo vuelve a demostrar. Un Papa que renuncia a su pontificado cuando sabe que la Iglesia no está en sus manos, sino en la de algo o alguien mayor, me parece un Papa sabio. Nadie es más grande que la Iglesia. Ni el Papa, ni sus sacerdotes, ni sus laicos, ni los casos de pederastia, ni los casos de misericordia.

Nadie es más que ella. Pero ser Papa a estas alturas del mundo, es un acto de heroísmo (de esos que se hacen a diario en mi país y nadie nota). Recuerdo sin duda las historias del primer Papa. Un tal... Pedro. ¿Cómo murió? Si, en una cruz, crucificado igual que  su maestro, pero de cabeza.

Hoy en día, Ratzinger se despide igual. Crucificado por los medios de comunicación, crucificado por la opinión pública y crucificado por sus mismos hermanos católicos. Crucificado a la sombra de alguien más carismático. Crucificado en la humildad, esa que duele tanto entender. Es un mártir contemporáneo, de esos a los que se les pueden inventar historias, a esos de los que se les puede calumniar, a esos de los que se les puede acusar, y no responde.

Y cuando responde, lo único que hace es pedir perdón. «Pido perdón por mis defectos».  Ni más, ni menos. ¡Qué pantalones, qué clase de ser humano! Podría yo ser mormón, ateo, homosexual y abortista, pero ver a un tipo del que se dicen tantas cosas, del que se burla tanta gente, y que responda así… ese tipo de personas ya no se ven en nuestro mundo.

Vivo en un mundo donde es chistoso burlarse del Papa, pero pecado mortal burlarse de un homosexual (y además ser tachado de paso como mocho, intolerante, fascista, derechista y nazi). Vivo en un mundo donde la hipocresía alimenta las almas de todos nosotros. Donde podemos juzgar a un tipo de 85 años que quiere lo mejor para la Institución que representa, pero le damos con todo porque,  “¿con qué derecho renuncia?”.  Claro, porque en el mundo NADIE renuncia a nada. ¿A nadie le da flojera ir a la escuela. A nadie le da flojera ir a trabajar? ¿Vivo en un mundo donde todos los señores de 85 años están activos y trabajando (sin ganar dinero) y ayudan a las masas? Si, claro.

Pues ahora sé, Señor Ratzinger, que vivo en un mundo que lo va a extrañar. En un mundo que no leyó sus libros, ni sus encíclicas, pero que en 50 años recordará cómo, con un simple gesto de humildad, un hombre fue Papa, y cuando vio que había algo mejor en el horizonte, decidió apartarse por amor a su Iglesia. Va a morir tranquilo, señor Ratzinger. Sin homenajes pomposos, sin un cuerpo exhibido en San Pedro, sin miles llorándole aguardando a que la luz de su cuarto sea apagada. Va a morir, como vivió aún siendo Papa: humilde.

Editado de un mensaje electrónico circula actualmente en Internet.

ARTURO SANDOVAL, PREMIO GRAMMY AL MEJOR ALBUM DE UN CONJUNTO DE JAZZ



Arturo Sandoval, premio Grammy
al Mejor Álbum de un conjunto de Jazz 


Por Redacción CaféFuerte

El trompetista cubano Arturo Sandoval se alzó con el galardón al Mejor Álbum de un Conjunto de Jazz en la 55 edición del Premio Grammy, cuya ceremonia se celebró este domingo en Los Angeles.

Sandoval, una de las leyendas del jazz latino, triunfó con su laureado disco Dear Diz (Every Day I Think Of You), dedicado a su mentor, el maestro de la trompeta, compositor y líder de bandas Dizzy Gillespie (1917-1993).

El trompetista cubano, que ya había ganado dos premios Grammy Latino 2012 con el mismo volumen, triunfó frente a contrincantes de la talla de Gil Evans Project (Centennial: Newly Discovered Works Of Gil Evans) y Bob Mintzer Big Band (For the moment).

«Este es el Grammy número nueve que gano y créanme que siempre es la misma emoción o mayor», dijo Sandoval al recibir el trofeo.

Fue el único músico cubano que resultó premiado en la ceremonia del magno certamen de la industria discográfica estadounidense. Sandoval, de 63 años, escapó de Cuba durante una gira en España en 1990 y reside desde entonces en Estados Unidos.

En Miami el 14 de febrero

Su primera presentación tras el otorgamiento del Grammy fue ayer,14 de febrero, en el Jardín Botánico Fairfield Tropical, en Miami, antes de iniciar una gira europea que lo llevará a festivales y conciertos en Grecia, Austria, Alemana, Gran Bretaña, Croacia y Georgia hasta los primeros días de marzo.

Otros dos artistas cubanos de la diáspora estaban nominados, el jazzista Manuel Valera, residente en Nueva York, y el sonero Raúl Lara, que radica en Suecia, pero no alcanzaron el Grammy. Ningún músico residente en Cuba figuraba entre los finalistas de las 80 categorías del concurso.

En la categoría de Mejor Album de Jazz Latino en la que competía Valera con New Cuban Express, el ganador del Grammy fue The Clare Fischer Latin Jazz Big Band con el volumen ¡Ritmo!, imponiéndose a figuras como Chano Domínguez, Bobby Sanabria y Luciano Souza.

Mientras, Raúl Lara y sus soneros, que aspiraban al Mejor Album Tropical Latino por Cubano Soy, quedaron relegados por el músico boricua Marlow Rosado y La Riqueña con el álbum Retro, ganador del Grammy.

En la edición anterior del Premio Grammy, en el 2012, solo el célebre bajista Israel López "Cachao" (1918-2008) obtuvo el gramófono dorado por The Last Mambo, una producción póstuma.

SABÍA USTED QUE...


…cómo y cuándo nacieron los cónclaves?

El vocablo “cónclave” es una palabra de origen latino admitida en el uso de la lengua española y definida por la RAE como “junta de cardenales de la Iglesia Católica, reunida para elegir al Papa”. La segunda acepción de “cónclave”, cuyo significado etimológico es “lo que se cierra con llave”, define a esta palabra como el “lugar donde se reúnen los cardenales para elegir Papa”.

Los orígenes

La elección del Obispo de Roma -y, por ende, el pastor supremo de la Iglesia Universal- experimentó durante el primer milenio del cristianismo algunas oscilaciones. Entre los siglos I al IV, años y centurias de implantación primera, de catacumbas y de persecución, el clero y el pueblo cristiano de Roma elegían a quien había de ser su pastor, generalmente un diácono, quien debía ser ordenado obispo.

El clero y el pueblo romano continuaron como electores de su obispo en los siglos IV al VIII, si bien, una vez que el Imperio Romano y Bizantino profesó la fe cristiana, esta elección debía ser ratificada por el Emperador, que otorgaba esta confirmación a través del Exarca de Rávena habida cuenta de que la capital del Imperio se desplazó a Constantinopla.

Tras ensayarse distintas fórmulas mixtas en los siglos IX y X, siglos oscuros y de hierro, en el año 1059 el Papa Nicolás II, uno de los llamados Papas reformadores de Lorena, en referencia a la localidad franco-alemana del mismo nombre, hace público un decreto sobre la elección papal, reservándola a los cardenales obispos, abriéndola a personas no romanas y requiriéndose todavía el asentimiento del clero y del pueblo.

En 1130 comenzó a aplicarse ya de manera definitiva esta normativa, que, en 1179, incluyó, mediante decretal del Papa Alejandro III, la necesidad de que el candidato elegido obtuviera los dos tercios de los votos para que la elección fuera válida.

La clausura del cónclave

Pero no será hasta el siglo XIII cuando como tales nazcan los “cónclaves”. Fueron el clero y el pueblo romanos quienes “forzaron” las cosas a fin de que los cardenales eligieran Papa con celeridad y con consenso.

Y será en 1216 cuando por la primera vez cierren bajo llave a los electores. Sucedió en Perugia, en el corazón de Italia, en la capital de la Umbria. Honorio III era elegido Papa el 24 de agosto de 1216, el primer Papa surgido de un cónclave en sentido estricto.

En 1241 el clero y el pueblo romano, encabezados por el senador Matteo Rosso Orsini, entendieron, de nuevo, que era necesario cerrar a los cardenales. Y durante dos meses así estuvieron los electores papales, encerrados en las ruinas carcelarias del Septizonio. De este modo se buscaba además liberar a la elección pontificia de las ambiciones de Federico II de Suabia. Era el primer cónclave de la historia de la Iglesia, el cónclave para elegir al sucesor de Gregorio IX, el antiguo cardenal Hugolino, protector de San Francisco de Asís y el creador de la Inquisición Medieval. Fallecido el 22 de agosto de 1241, tendría sucesor efímero tan sólo durante doce días, en la persona de Celestino IV.

El Cónclave de Viterbo

El cónclave por excelencia, el que ha pasado a la historia, es el de Viterbo -hermosa e importante localidad del Alto Lazio, a un centenar de kilómetros de Roma.

Y la historia breve de este cónclave podría escribir así: érase que se era el año de gracia 1268. El día 29 de noviembre de aquel año había fallecido el Papa Clemente IV, de origen francés y en la cátedra de Pedro desde el 22 de febrero de 1265. Los cardenales se dirigen a la citada ciudad de Viterbo para elegir su sucesor. Presiones políticas externas, discusiones bizantinas y ambiciones de la aristocracia romana y de sus candidatos, empiezan a demorar casi sin fin la elección papal.

Transcurren los meses y se cumple el primer año y ante la persistencia en la sede vacante, el Señor de Viterbo, Alberto de Montebono, hace cerrar herméticamente el palacio papal con los cardenales dentro y utiliza una abertura del tejado para arrojarles comida y bebida bien racionada para forzar la elección, que no llegará, a pesar de ello, hasta el 1 de noviembre de 1271. Por fin, habían encontrado el consenso en la persona del Obispo de Piacenza, Tedaldo Visconti. Será el Papa Gregorio X, quien, entre las primeras medidas de su pontificado, se halla la Constitución “Ubi periculum” de 1275, que regula de modo canónico la clausura de los cardenales para la elección papal y consagra definitivamente la figura del cónclave.

Jesús de las Heras
revistaeclessia.com