17 de enero de 2013

RAVINES, MÁRTIR DE LA LIBERTAD



Ravines: Mártir de la libertad

 por Alberto Benegas Lynch (h)

(Académico asociado del “Cato Institute” y Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Argentina).

Es de gran interés relatar resumidamente la historia de una persona compenetrada con el marxismo y vinculada a la elite del aparato soviético, responsable de haber organizado los movimientos comunistas en España, Chile, Argentina y Perú, por lo que obtuvo los Premios Stalin y Mao. Nos referimos a Eudocio Ravines.

Nació en un pueblito peruano en 1897. Sus padres querían que fuera fraile de la orden franciscana. Estaba muy impresionado con la extrema pobreza que su familia padecía y con la que lo rodeaba. En su primer trabajo fuera de su casa, en Lima, en el comercio de Albert Kobrick, se hizo de algunas de las obras de Lenin, Marx, Trotsky y Engles, las cuales leyó con avidez en poco tiempo.

Comenzó a escribir asiduamente en el periódico “La Razón” e influyó en su pensamiento el fogoso orador y lector empedernido Juan Carlos Mariátegui. En 1919, el mencionado periódico dejó de imprimirse y fundó “Rincón Rojo”. Escribió en la revista “Claridad” hasta que el gobierno lo deportó a Chile donde, a su vez, fue deportado a la Argentina. En este país tomó contacto con José Ingenieros, Juan B. Justo, Rodolfo Ghioldi, Nicolás Repetto, Carlos Sánchez Viamonte y Vittorio Codovila, en esa instancia todos admiradores de la revolución rusa y con los que participó en la Liga Anti-Imperialista y ayudó a consolidar el Partido Comunista.

Con lo que pudo ahorrar en su precario trabajo, viajó a París donde colaboró en la formación y en la plataforma de la Alianza Popular Revolucionaria (APRA) en estrecho contacto con Víctor R. Haya de la Torre, que por entonces se encontraba exiliado en Londres, documentos que enfatizaban la “nacionalización de la tierra y las industrias”. En Francia  conoció a Henry Barbusse que dirigía “Monde”, y en el Ravines comenzó a colaborar periódicamente.

En 1927 fue designado delegado argentino del Partido Comunista al Congreso en Bruselas y en 1929 fue nombrado delegado del grupo socialista-comunista de Perú al Congreso de Frankfurt. Ese mismo año fue invitado a Moscú y allí se encuentra con la primera sorpresa en el tren ruso: las porciones para el desayuno eran mínimas y a precios varias veces superiores a las raciones suculentas de los desayunos parisinos. 

La segunda sorpresa fue el estado miserable de la gente, la mugre y el hacinamiento a medida que el tren iba recorriendo diferentes lugares, a lo cual los comisarios encargados de vigilarlo le explicaron que era “la herencia recibida” aún después de doce años de iniciada la revolución.

 La tercera sorpresa, fue comprobar en Moscú la opulencia con que vivían y las comidas y las bebidas que se servían en las mansiones de los jerarcas del partido, pero aceptó que se trataba de los dolores del parto provocados por la transición al nuevo régimen.

Luego formó el Partido Comunista en Lima y, en 1930, fue apresado y luego deportado nuevamente por el gobierno, también a Santiago y luego a Buenos Aires, desde donde fue llamado a Montevideo para encargarle la urgente misión de sacar todos los archivos del Partido Comunista de Argentina y llevarlos a Perú dado el inminente golpe militar contra Yrigoyen. 

Así fue financiado por la Unión Soviética para aparecer como hombre rico y no despertar sospechas (le hicieron comprarse varios trajes, muchas corbatas, zapatos y camisas y alojarse en el Plaza Hotel). 

A pesar de las múltiples dificultades por las que tuvo que atravesar, cumplió con el cometido y voló a Lima vía Montevideo y Bolivia, donde participó activamente en la radicalizada Conferencia General de Trabajadores en 1932, a raíz de lo cual fue otra vez detenido y condenado a 25 años de prisión y enfermó gravemente de paludismo.

A los pocos años se fugó de la prisión con ayuda de los soviéticos, quienes se encargaron de llevarlo a Rusia con la idea de aprovechar sus consejos y curarlo. En esa ocasión se llevó otras tres sorpresas. La primera fue que se anotició que nunca vio un obrero ni un campesino en las deliberaciones del partido a pesar de que teóricamente todo sería realizado por los proletarios. 

La segunda fue como consecuencia de su enfermedad cuando preguntó la razón por la que faltaban medicamentos: le respondieron que era indispensable gastar en armamentos debido a los “ataques permanentes de Occidente” y la tercera fue el comienzo de las terribles purgas de Stalin liquidando a sus propios camaradas (comenzando por su segundo, el otrora poderoso S. Kirov).

De todos modos, Ravines prosiguió con sus actividades y mantuvo entrevistas con Stalin y con Mao (en ese momento en Moscú) y escuchaba sorprendido largas peroratas sobre “las maravillas del Segundo Plan Quinquenal”. En esas reuniones planteó la necesidad de organizar Frentes Populares en España y en Chile como método de penetración y asistió a sesiones con el cuerpo de asesores de Dimitrov en los que se explicaba la importancia decisiva de ocupar cátedras universitarias e infiltrar diversas manifestaciones religiosas, en especial a la Iglesia Católica.

Le incomodaban pero pasaba por alto, el hecho de que no pudiera recibir visitas sin que se reportaran a la portería del hotel donde se hospedaba, las preguntas periódicas que le formulaban agentes de la policía y los seguimientos de que era objeto. 

Finalmente viajó a Santiago con documentación falsa y bajo el nombre de Jorge Montero y organizó el Frente Popular a través de la “Liga de los Derechos del Hombre” y de “Casa América” y en 1937 comenzó a dictar clases (se enamoró de una de sus alumnas —Delia de la Fuente— se casó y tuvieron dos hijas).

Fue llamado nuevamente a Moscú y se le encargó trabajar en un Frente Popular en España. Allí fundó el periódico “Frente Rojo”.

Un noche, en un hotel de Madrid, un camarada y amigo, de origen italiano, de apellido Marcucci —después de escuchar en la radio las noticias de que el Comité Central del Partido había ordenado matanzas a quienes operaban en el mercado negro en Rusia y sus satélites— le habló largamente muy desilusionado y angustiado sobre cómo había entregado su vida al sistema comunista, al que se refería como “la gran estafa” (nombre que mucho después Ravines utilizó para escribir sus memorias, fuente principal de la información disponible que resume Federico Prieto Celi en su biografía).

Esa noche, Eudocio Ravines escuchó un disparo proveniente de la habitación contigua y encontró que su amigo se había suicidado. Esto hizo que el protagonista de nuestra historia terminara de indignarse por las conductas de los dirigentes del partido, pese a lo cual volvió a Moscú en 1938 con la preocupación de sentirse rehén del aparato, al tiempo que intentaba por todos los medios que su familia fuera trasladada a Francia desde España donde estaba pasando hambre.

En esos momentos tuvo lugar la tercera purga y Hitler firmaba el tratado con Stalin (Molotov-von Ribbentrop). Fue trasladado a Chile una vez más y allí decidió romper con el círculo soviético pero mantener su fe marxista. Consideraba que el problema radicaba en la irresponsabilidad de los administradores del régimen. De todos modos varios emisarios le advirtieron que “dentro del Partido no se toleran las abjuraciones”, por las que sufrió reiteradas amenazas y ataques físicos y morales a través de su vida.

Volvió a Perú y fue expulsado del Partido Comunista. Allí fundó el periódico “Vanguardia” en 1945 desde el que continuó defendiendo ideas marxistas. Al poco tiempo  asesinaron a Gaña —director de “La Prensa”— y en cuyo entierro hablaron muchos periodistas entre los que se encontraban José Miró Quesada de “El Comercio” y Pedro Beltrán de “La Prensa”. 

Fue esta última persona la responsable de influir en Ravines para que comprendiera las ventajas de los mercados libres y el liberalismo en general, por lo que abandonó el socialismo-marxismo y percibió que no es una cuestión de hombres sino de sistema y que la sociedad abierta es lo que mejor saca a los pueblos de la pobreza.

Comenzó una intensa campaña periodística de crítica a los gobiernos intervencionistas y fue apresado en 1947 y deportado al año siguiente, en esta ocasión por los motivos opuestos y a pesar de sus sufrimientos debido a avanzadas úlceras gástricas.

Luego de un nuevo interregno en Lima, volvió a ser deportado en 1950 a México, y allí, en 1952, escribió las antes mencionadas memorias, obra titulada “La gran estafa”, que fue un éxito editorial y se tradujo a varios idiomas. Esta historia de retornos y deportaciones no paró allí: en 1956 volvió a Lima hasta que en 1970 el decreto ley 18309 del general Velasco Alvarado lo expulsó y le quitó el pasaporte y la ciudadanía. Luego vivió en Guatemala, Buenos Aires y México con pasaporte boliviano y nunca más pudo regresar a su país.

Escribió Ravines en el prólogo a la décima edición de sus memorias:

“La economía de mercado condenaba íntegramente, sin redención posible, al marxismo y al socialismo, a la economía dirigida, al estatismo y a todas las formas de New Deal que pululan arrojando pérdidas, frustraciones y miseria sobre la Tierra [...] La realidad me convenció de que si el comunismo se arrepintiese de sus crímenes con la más sincera de las contriciones, si renunciase a sus métodos de opresión y se postrase humildemente ante la libertad, sería obligatorio seguir combatiéndolo por inepto [...] Se me anclaron, con ésta, dos firmes conclusiones: el socialismo y la miseria dolorosa y depravada de las masas, son inseparables. La opresión y la miseria siguen al socialismo como la sombra al cuerpo”.

Personalmente tuve una muy estrecha relación con Eudicio Ravines y lo presenté en distintas tribunas en Buenos Aires, en Guatemala y en México. En muchas ocasiones el orador debió sortear incidentes de diverso calibre. Por ejemplo, cuando en mi calidad de asesor económico de la Cámara Argentina de Comercio lo presenté ante una audiencia colmada de gente en la sede de la institución, siendo presidente Armando Braun, ni bien Ravines comenzó con las primeras palabras de su disertación un individuo ubicado entre el público, rodeado de varios compinches, le comenzó a gritar groserías imposibles de reproducir y secundado por sus adláteres.

Cada vez que mencionaba su conversión del sistema totalitario al de la libertad se emocionaba vivamente y decía que era como el camino a Damasco de San Pablo y que, escribiendo todos los días en diferentes periódicos de América latina y Miami y pronunciando conferencias en todas partes donde lo invitaran, intentaba reparar el inmenso daño que había causado. A partir de su abandono de las filas comunistas estaba perfectamente al tanto de los riesgos que corría, pero los asumió y se entregó como mártir de la libertad.

Fue asesinado en México el 23 de noviembre de 1978 a los tres meses de haber recibido su última advertencia en una feroz golpiza que le propinaron seis sujetos encapuchados.

Reproducido de

FRASE DE SABIDURÍA

La vida es como una rosa, el hecho de que tenga espinas no le quita su belleza.
- Anónimo

16 de enero de 2013

LA RUTA DE LOS DESEOS


La ruta de los deseos


LA HABANA, Cuba, enero, www.cubanet.org – Por ese hábito involuntario de escuchar conversaciones ajenas, pude oir, en un ómnibus, como una joven profesional de la medicina le decía tranquilamente a una colega: “Terminó el año y por suerte acaba de llegar de Madrid el ‘yuma’ de mi marido. Me siento más desahogada, porque me trajo todo lo que le pedí. No me puedo quejar, los tres nos llevamos muy bien”.

En Cuba no es extraño que la prostitución en equipo sea parte de la negociación de las parejas. Muchas parejas ponen la supervivencia por encima de todo y hacen las concesiones necesarias para subsistir en el difícil escenario que le reservó la revolución. Inclusive, la de admitir tranquilamente que uno de los dos, o ambos, se prostituya como medio de vida.

En estos días de temporada alta del turismo, la calle se convierte para muchas chicas en el campo de batalla. Patrullan las principales avenidas de La Habana, a la caza de un turista que pueda satisfacer sus necesidades más inmediatas, que van desde comida o productos de aseo, hasta la posibilidad de sacarlas del país. Algunas “piensan en grande” y tienen como ídolos a célebres actrices porno muy conocidas ya en la Isla. Y es que el incipiente porno “made in Cuba” gana terreno aquí desde hace tiempo.

Bajo este mismo escenario, descubrimos también a chicos, de cacería por los principales mercados de sexo de la ciudad, marcando como lobos solitarios su territorio.

Los portales del cine Payret y del Tribunal Popular Provincial de La Habana, los portales del Bar San Juan, el Club de Ajedrez Capablanca, El Colmao, el edificio Residencias Canteras, la pastelería La Francesa y las cafeterías Piropo e Infanta.cu, son algunos de los lugares donde es fácil encontrar a estos varones en busca de clientes. Los del oriente y de algunas zonas del centro de la Isla tienen fama de ser los más atrevidos y complacientes.

Para algunos la ruta comienza en los residuos del conocido bar de las Viejas Tristes, en Prado y Teniente Rey, pero se deslizan a lugares como el Parque Central, el Parque de la Fraternidad, la Isla del Golfo, en 23 y Malecón, los laterales del hospital Calixto García, la Potajera o el Parque Jurásico, frente a la terminal de ómnibus inter provinciales, y los portales del Palacio Central de Computación, en Reina y Águila.

Estos lugares resultan fáciles de encontrar para el turista, pues hay toda una cadena de comunicación en la cual participan desde el guía oficial de turismo, el maletero y algún agente de seguridad del hotel, hasta empleados y dueños de restaurantes privados, que trabajan en coordinación con los dueños de las casas de citas.
Secundino, custodio en una galería ubicada en los portales de Almacenes Ultra, en Centro Habana, afirma: “Creo que esta zona de la ciudad es una de las más violentas en cuanto al ejercicio de la prostitución masculina. Este municipio es también uno de los más críticos en lo que respecta al SIDA”.

Centros nocturnos donde se reúne la comunidad gay, que operan bajo la sombra del gubernamental Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), dirigido por Mariela Castro, son también escenarios de este triste negocio.

Están el Cabaret Las Vegas, en Infanta y 25, donde las famosas transformistas Troya, Imperio y Sahira animan la noche gay habanera, y el Café Cantante Mi Habana, donde otro aplaudido travesti se deja “montar” por el espíritu trágico de  Amy Winehouse. En la discoteca La Gruta, en 23 y P, los musculosos strippers compiten por el voto del público y también se venden al mejor postor.

Según Pastor, un experimentado fisioterapeuta: “El CENESEX, más que ampliar las opciones de entretenimiento de la comunidad LGBT, apadrina estos lugares como una manera de promover el turismo sexual gay.
Son mercados de la carne, en los cuales la prostitución tiene patente de corso. No es que lo mismo no ocurra en discotecas o clubs en otros países, solo que las instituciones gubernamentales no se involucran en ese tipo de negocios.

Hasta hace muy poco, las fiestas gay en casas particulares eran perseguidas por la policía. Hoy, el CENESEX las organiza en locales estatales, porque son un lucrativo negocio. Solamente el cover por persona es de más de tres dólares, una cifra considerable para los cubanos, que ganan menos de un dolar al día. Por estos días de temporada alta llega a Cuba muchísimo turismo sexual, particularmente gay. Los turoperadores principales son de México y España, pero se están imponiendo Italia y Rusia.

En Centro Habana y La Habana Vieja la tarifa por un encuentro rápido es de 5 a 10 dólares, pero en el Vedado puede llegar a 50, más de lo que gana un profesional en un mes, lo cual hace que los clientes sean por lo general solo extranjeros. También es una prostitución controlada en gran medida por la policía, sobre todo en el Vedado y en las zonas de playa, como Mi Cayito, donde los policías, además de ejercer el proxenetismo, cobran a los clientes por su protección.

La Habana es hoy un decadente bazar de oportunidades, y muchos de estos jóvenes -mujeres y hombres- cuyo futuro ha sido confiscado por una dictadura que les cierra todas las puertas del progreso, encuentran en la prostitución su única oportunidad.

ANGUILAS



Anguilas



 La Anguila es un pez azul de aguas dulces, perteneciente a la familia de los anguilidos, con cuerpo similar al de una serpiente. Su alimentación es a base de larvas de insectos, desechos en descomposición o peces más pequeños. Ya en tiempos de los romanos y posteriormente durante la Edad media, se les utilizaba para mantener  limpia de insectos el agua contenida en aljibes. A pesar de ser un pez, su piel carece de escamas y está recubierta por una sustancia gelatinosa que la hace escurridiza. Es capaz de arrastrarse sobre tierra por largos trayectos.


Aunque su alimentación no sea nada recomendable, desde tiempos antiguos la carne de sus larvas ha sido muy apreciada y alcanza precios exorbitantes, mayormente por la cada vez mayor dificultad de su pesca, debido a los embalses o pantanos que impiden su acceso al mar para desovar. Sus larvas son las apreciadas y carísimas  “angulas” que en Europa se apresan en costas y ríos para su consumo o se trasladan a piscifactorías para su cría.


 Las angulas son las crías o larvas de la anguila. Cuando se encuentran en los mercados de pescado suelen tener un gramo de peso, miden algo menos de 8 centímetros de longitud y tienen entre dos o tres años de vida. Las angulas comercializadas suelen estar cocidas y toman un color blanco. En caso de estar vivas son transparentes.

Recientemente se subastaron en Avilés (Asturias) 4 kilos de angulas del río Nalón a 712 euros cada kilo, que fueron a parar a dos restaurantes de la ciudad. Las raciones (de unos cien gramos) fueron vendidas nada menos que a 130 euros. Dicen que es un plato exquisito, saboreado en tiempos navideños por quienes pueden costearse ese lujo.