9 de enero de 2013

UNA PREGUNTA



Una pregunta

Por Rev. Martín N. Añorga   

Hemos estrenado un nuevo año que irá, como todo en el mundo, envejeciendo al correr de los meses. Mirando el panorama que ante nosotros se extiende, nos preguntamos: ¿Hemos mejorado o hemos empeorado?

¿Estamos hoy mejor que hace un par de años?, y escogemos un breve plazo para limitar el contenido de nuestra respuesta, porque si nos adentramos en la historia nos haría falta el espacio de una enciclopedia.

Desde mi punto de vista la humanidad se ha movido erráticamente. En ciertos aspectos nos hemos superado de forma inimaginable, y por otro lado hemos caído en un peligroso abismo de contradicciones, desarticulación de valores y ausencia de esperanzas que han colocado al riesgo de la extinción nuestra civilización.

Jorge Manrique, (1440-1479), en las coplas dedicadas a la muerte de su padre acuñó una frase a la cual muchas personas se han adherido:
a nuestro parecer, cualquier tiempo pasado fue mejor”. Naturalmente, otras muchas personas no coinciden con el poeta español y citamos como simple ejemplo la expresión del dramaturgo francés Armand  Salacrou (1899-1989): nuestra existencia es una suma de días, todos los cuales se llaman hoy, un solo día se llama mañana, aquel que no conocemos. En efecto, nuestra vida es una línea que se extiende al futuro, lo que nos hace prácticamente imposible comparar el pasado que nos es conocido con el porvenir que nos es desconocido.

Nosotros creemos, sin embargo, que una apreciación del futuro se compone de los elementos del pasado que han ido construyendo la historia. Desde mi punto de vista, aunque el día de hoy sea efímero, la suma de los mismos tiene un peso concreto en la calidad de nuestra actual existencia.

Un científico de corte materialista o un filósofo al estilo de Arthur Schopenhauer (1788-1860) diría
"gózate en este día, desconfiando siempre del de mañana”. (Horacio); pues no podemos ignorar que la evaluación personal de hoy tiene mucho que ver con la experiencia de ayer. Llamamos futuro a la propia sombra que nuestro pasado proyecta ante nosotros”, sentenció el novelista francés Marcel Proust (1871-1922).

En esta reciente Navidad, y lo atribuyo a mis muchos años de vida, me sentí nostálgico. El mundo de los niños y adolescentes ha cambiado tanto que suelo ubicarme fuera del mismo. Los teléfonos celulares de múltiples funciones, las computadoras, cada vez más sofisticadamente equipadas, la técnica digital desplegada en los
I pads” y en las tabletas” y los juegos electrónicos en los que se premia al que más semejantes mata en imaginarios combates son elementos que, aunque propios de la tecnología moderna, envenenan al mismo tiempo las mentes de los que de ellos se sirven. Esta es una época de avance técnico y retroceso moral.

Vamos a considerar en qué aspectos estamos moviéndonos en un fatal ciclo de deserción de valores. Lo primero es la neo concepción de la familia. Hoy día la familia no es una unidad homogénea en la que se interactúa en términos del cariño, la armonía y el respeto. El hogar es la presencia  coincidente de individuos desconectados cada uno del otro. Los padres en  diferentes horarios y sitios de trabajo, los niños insertados en un mundo personalizado, y los ancianos fuera de la órbita tradicional en la que sumaron sus años de vida.

Un cambio invasivo en la concepción del matrimonio nos ha cambiado de drástica manera la identidad del hogar tradicional. Estimamos que los homosexuales tienen sus derechos y no deben estar sujetos a discriminación ofensiva; pero entendemos también que hay límites que no deben traspasarse, y nos referimos a la tendencia actual de reconocer la validez de uniones conyugales entre personas del mismo sexo, con derecho, incluso, a la adopción legal de menores.

Otro tema que nos diferencia de los tiempos idos es el del secularismo social. La expulsión de Dios de las escuelas, la prohibición de oraciones en actos gubernamentales y la aridez espiritual de la educación en nuestros centros de enseñanza, son pasos que nos llevan hacia una sociedad materializada, carente de valores éticos y morales. Las encuestas de organizaciones  que sondean la opinión pública nos indican que en los Estados Unidos se ha ido abandonando la asistencia a los templos, el uso devocional de La Biblia y la práctica hogareña de la oración. Una sociedad sin Dios ni brújula se encamina al precipicio. Nos viene a la memoria una cortante expresión de Gustavo Le Bon, (1841-1931), psicólogo social francés de ideas extremistas, quien dijo que
a los pueblos se les domina más fácilmente excitando sus pasiones que ocupándose de sus intereses”.

Siempre en el mundo ha existido la violencia. Desde el trágico asesinato de Abel, cometido por su hermano Caín se nos han marcado los caminos de sangre; pero nunca antes habíamos  sufrido esta detestable epidemia de asesinatos masivos que sufrimos en los Estados Unidos. Después de la matanza de Newton, ocurrida el pasado 14 de diciembre, más de 330 personas han muerto debido a heridas con armas de fuego. La dolorosa combinación de homicidio-suicido se repite de forma desenfrenada, y los crímenes que se cometen por incidentes de tránsito,  peleas personales, celos o trasiegos de droga han creado un sentimiento de inseguridad en muchos ciudadanos pacíficos y decentes.

Y no podemos concluir sin referirnos a Cuba. Hace apenas una semana se han celebrado 54 años de la instauración en la Isla de la dictadura comunista liderada por el infame tirano Fidel Castro.  Escasos serán los que digan que prefieren a la Cuba de hoy, manchada de opresión, afligida de hambre  y sedienta de libertad… Probablemente los que no la conocieron antes, floreciente, alegre, próspera, feliz y libre, sean incapaces de añorarla. Es triste que haya quienes vivan en un presente que maldicen, sin un pasado en el que recostarse de recuerdos gratos y ante un futuro surtido de sombras e incertidumbres.

A menudo recuerdo una estrofa de José María Heredia en su
"Himno del Desterrado", escrito el 7 de septiembre del 1825 y que plenamente se ajusta a la situación de nuestra Cuba de hoy:

¡Dulce Cuba, en tu seno se miran
en su grado más alto y profundo,
la belleza del físico mundo,
los horrores del mundo moral!”

A la pregunta que encabeza este modesto trabajo, yo respondo orgullosamente que prefiero los paisajes del pasado, la época en que los seres humanos confiábamos unos en otros, los tiempos eran de paz y sencillo estilo de vida, la fragancia del amor puro y desinteresado se aspiraba en todos los contornos y la familia estaba unida en irrompible abrazo de cristiana confraternidad.
"En el pasado está la historia del futuro."

Recogido de libreonline.com y enviado por Joe Noda.

FRASE DE SABIDURÍA


“Patria es lo que encontraré mañana al despertarme, nunca lo que dejo atrás cuando me duermo”.
- José Ortega y Gasset (1883-1955) Filósofo español.

8 de enero de 2013

APUESTO POR DARÍN


Apuesto por Darín

Por Elsa M. Rodríguez

Lo cierto es que no se trata de un juego o de una competición, pero si alguien me preguntase por cual de los dos apostaba, es decir, a cual de los dos les creía más, pues tengo que decir que al actor.

Uno de los dos a quienes me refiero es Ricardo Darín es un muy conocido actor argentino, quien no solamente ha interpretado magníficas producciones dentro la filmografía de su país, sino que ya se ha ganado un puesto importante dentro del ámbito de la filmoteca de España. Tiene una forma de hacer sus personajes que los hace completamente creíbles.

El otro personaje por quien no daría ni un céntimo es la presidente de Argentina, Cristina Fernández, viuda de Kirchner. No, a esta persona no la juzgo como artista, aunque la realidad es que es muy buena fingiendo lo que no siente, y si verdaderamente se dedicase al arte de la interpretación, es probable que le concedieran un premio Oscar o Grammy, pero es que ella se dedica a gobernar, y en esa profesión se premia cuando hacen un buen trabajo por su país, y ella no es que no sea buena como presidente, es que es francamente pésima.

Pero ellos no discuten por cuestiones de profesión, ellos discuten porque al Sr. Darín se le ocurrió opinar que ella debería explicar de donde salen los millones de dólares en los que se ha visto aumentado el patrimonio familiar de los Kirchner, quienes en 2003 tenían unos 1.2 millones de dólares, mientras que en el 2012 llegaban a los 14 millones. Hay que recordar que Néstor Kirchner tomó la presidencia de Argentina en el 2003 y le sucedió en el cargo en el 2007, su esposa, la Sra. Cristina Fernández. Néstor se preparaba a aspirar nuevamente a la presidencia, una vez terminado el mandato de su esposa, pero su repentina muerte en el 2010 lo impidió, con lo cual ella aspiró nuevamente y fue re-elegida por el pueblo argentino.

Total que esos casi 9 millones de dólares con los que se ha visto aumentado el patrimonio de la Sra. Fernández son los que no han sido muy bien explicados como se obtuvieron y eso era lo que ponía en duda Ricardo Darín.

Hubiese sido mucho más sencillo dar una explicación transparente al Sr. Darín o en todo caso ignorarlo, pero la respuesta de "la Kirchner" no fue otra que la del pataleo del que se sabe puesto en evidencia, se quejó de que Darín hubiese comentado esto cuando él "había estado envuelto en un asunto de contrabando en 1991"
.
Vamos, que como dice Darín, tal parece que criticar al "Kirchnerismo" es una falta grave, porque ya existe una especie de fanatismo en Argentina creado por esta familia, algo parecido al "Peronismo".

Porque el fanatismo gubernamental es algo que nos preocupa a quienes somos amantes de la libertad, y por muchas otras cosas francamente oscuras en la forma de gobierno de la Sra. Fernández, es que seguiré apostando por Darín.

Elsa M. Rodríguez
Hialeah, FL

CHINO, CON EL HUMOR DE ALFONSO USÍA


Chino
 Por Alfonso Usía

Por no pagar el 80% de sus rendimientos –y tiene toda la razón–, Gérard Depardieu solicitó y obtuvo la nacionalidad belga, renunciando a su condición de ciudadano francés. No contento con su nueva nacionalidad, también ha conseguido la rusa. El propio Putin le ha entregado su pasaporte. Los belgas se han mosqueado y le han advertido que esa promiscuidad identitaria no es consecuencia de la buena educación. Depardieu se ha justificado: «Mi padre era comunista y oía "Radio Moscú". Amo a ese país».

De acuerdo, bien, pero no tanto. Mi padre no era comunista ni oía «Radio Moscú», y amo a Rusia por otros fundamentos. Su impresionante Literatura de entre siglos y sus enigmas permanentes. Hacerse ruso porque el padre de uno oía «Radio Moscú» es una estupidez. Una estupidez tan grande como la propia «Radio Moscú». Mi amor por Rusia viene de la lectura y del arte, incluido el soviético cuando se refiere a la música y, en concreto, a la música popular. De muy joven me llevaban hasta la más alta melancolía las canciones de «Los Cosacos del Volga». Y todavía joven, las de los «Coros del Ejército Rojo» dirigidos por el gran Boris Alexandrov.

 Empecé a comprar sus discos de vinilo en el sur de Francia, pero se editaron porteriormente todos en España, en pleno franquismo. Rusia representa la melodía, la poesía de la tristeza, el viento del desencanto y la grandeza de la palabra culta. Hay que decirle a Gérard Depardieu que no está bien renunciar a la nacionalidad primera, la de las raíces, y hacerse belga, y ya de belga por la vida, pedir una nueva nacionalidad, la rusa, con cimientos argumentales tan majaderos.

Pero no es el único. Su compañera de profesión, por fortuna tiempo ha retirada, Brigitte Bardot, ha advertido al Gobierno de Francia que solicitará la nacionalidad rusa si son sacrificados dos elefantes tuberculosos que habitan en Lyon. Los elefantes, «Baby» y «Nepal», no pasan por los mejores momentos de sus vidas, y los veterinarios y expertos, ajustándose a las leyes francesas, han decidido que la mejor manera de terminar con sus sufrimientos pasa por su sacrificio.

Brigitte Bardot, aquella malísima actriz que se hizo millonaria por estar buenísima –perdón a las feministas recalcitrantes–, ha sido siempre una gran defensora de los animales. Se volcó a favor de la vida de los bebés de foca, y con ello ganó mi simpatía.

Lo curioso del caso es que el padre de Brigitte Bardot no oía «Radio Moscú», y también ha elegido a Rusia como futura Patria en el caso de que «Baby» y «Nepal» sean invitados a pasar a mejor vida. La señora Bardot no sólo no es comunista, como el padre de Depardieu o el propio Depardieu, que es un Bardem a la francesa, sino que sus preferencias políticas se han afianzado en los últimos decenios en el partido de Le Pen. No obstante, y con la cantidad de países que existen dispuestos a concederle su nacionalidad, también ha elegido Rusia. Lo he escrito anteriormente. Rusia, ese enigma.

Ignoro hasta qué límite alcanza el estado de salud de «Baby» y «Nepal». Lógicamente, me fío más del criterio de los veterinarios que de los arrebatos de la señora Bardot. Un elefante tuberculoso tiene que resultar bastante problemático, y si son dos, más problemático aún. La defensa de las focas recién nacidas carece de conexión fluida con el empecinamiento en impedir que dos elefantes enfermos y sin esperanzas de continuidad se despidan de Lyon mediante profundas sedaciones, científica y suavemente.

Para mí, que la historieta de Depardieu le ha producido a la Bardot cierta pelusa, y quiere hacerse notar. Los elefantes agónicos, según he sabido, son asiáticos, probablemente oriundos o hijos de paquidermos de Tailandia. Si la señora Bardot fuera consecuente, se haría tailandesa, para llenar el espacio que dejan los elefantes.

Le expongo un ejemplo claro. Si enferma gravemente uno de los osos panda que viven en el Zoo de Madrid, y después de todos los esfuerzos para mantenerlo en vida, se llega a la conclusión de que lo mejor para el oso y para el resto de los animales es sacrificarlo, mi libertad me concede dos opciones. Lamentar su fallecimiento o amenazar al Gobierno de España con solicitar la nacionalidad china si el oso moribundo es ayudado a abandonar su pequeña y mimada cárcel madrileña. Pero me haría chino, no ruso. Y a Putin, lo dejaría en paz, que bastante tiene llamándose como se llama.

Mi pobre Rusia, siempre amenazante y amenazada.

Fuente: La Razón, Madrid