21 de diciembre de 2012

EN COLOMBIA DICIEMBRE ES UNA FIESTA


 
 En Colombia 
diciembre es una fiesta
 
En Colombia, el inicio de la celebración de Navidad se hace oficial con la Noche de las Velitas, que se lleva a cabo el 7 de Diciembre, víspera de la fiesta religiosa de la Inmaculada Concepción de María. En esta fecha, las familias se reúnen para encender una gran cantidad de velas o faroles en frente de las casas y, de esta forma, trazar el camino para que la Virgen María bendiga sus hogares.

Durante la noche de las velitas los espectáculos pirotécnicos crean una fiesta de colores en el cielo.

Además, las calles se llenan de luces y los alumbrados más famosos de ciudades como Bogotá, Medellín y Cali crean una fiesta de colores en la noche, con espectáculos pirotécnicos que atraen visitantes de todas las regiones del país y del mundo.

La Navidad en Colombia es una gran fiesta, es tiempo de recogimiento y unión familiar; es una época especial para expresar cariño, compartir con los amigos y, por supuesto, rezar la Novena de Aguinaldos.

Durante nueve días, congregados alrededor del pesebre y el árbol de Navidad, los colombianos rezan, cantan villancicos, disfrutan la alegría de las fiestas decembrinas y comparten con los más pequeños el mensaje del nacimiento del Niño Dios.

En estos encuentros se ofrecen bocadillos, postres y preparaciones culinarias como natilla y buñuelos y, en ocasiones, se festeja hasta el amanecer al ritmo de salsa, merengue, cumbia, vallenato y otros ritmos propios de las fiestas colombianas.

Reproducido de Facebook a través de Elsa M. Rodriguez.

SECRETOS DE LA NAVIDAD (3)


Secretos de la Navidad

El secreto de los ángeles: 
la espiritualidad


Nuestra sociedad se ha vuelto cada vez más física. No en el sentido científico, sino corporal. Está obsesionada por el fitness, por la "buena forma". Los gimnasios están cerca de llegar a ser el negocio del siglo. Ahora bien, cultivar el cuerpo no tiene nada de malo. El cuerpo es una dimensión esencial de nuestro ser. Como dijo el filósofo Gabriel Marcel, propiamente no tenemos un cuerpo; somos nuestro cuerpo. 

Posee, por tanto, una altísima dignidad, y merece todo cuidado y atención. Cada uno es responsable del cuerpo que Dios le dio a modo de talento para dar fruto en esta vida. Baste pensar que todos nuestros actos, los ordinarios y los sublimes, entran en escena a través de nuestra corporeidad; incluso el pensar y el amar.

Pero una cosa es cultivar el cuerpo y otra muy diferente es dar culto al cuerpo. El cuerpo nunca ha de ser idolatrado. Porque nadie debe idolatrarse a sí mismo. Hoy cabría hablar de un cierto narcisismo corporal. Narcisismo condenado de raíz, como en el caso de la fábula, a una profunda frustración. El tiempo pasa y deja su indeleble huella de desgaste y debilitamiento sobre el cuerpo, por más que uno se afane en conservarlo intacto. Ninguna cirugía, ningún procedimiento, ninguna técnica -por mucho avance que haya en la materia- es capaz de evitar el envejecimiento. Y quienes van más allá de lo razonable en este campo, en lugar de envejecer con naturalidad -que es la manera "bella" de envejecer- envejecen como monstruos.

Contra esta tendencia "idolátrica" del cuerpo, los ángeles de la Navidad nos revelan su secreto: el de la espiritualidad. Ellos, que son espíritus puros, nos enseñan a valorar y a gozar la vida espiritual. A buscar no sólo una buena "condición física"; también espiritual. Después de todo, el espíritu nunca envejece. "Cada uno tiene la edad de su corazón", solía repetir el beato Juan Pablo II. Y tal vez por eso, a pesar de los achaques de su vejez corporal, mantuvo siempre un espíritu joven. Basta ver con qué facilidad conectaba con los jóvenes en las Jornadas Mundiales que él mismo protagonizaba.
Catholic.net

FRASE DE SABIDURÍA

Cada uno tiene la edad de su corazín
- Beato  Juan Pablo II

20 de diciembre de 2012

DOMINGO DE SILOS, SANTO



 20 de diciembre

Domingo de Silos, santo


Nace alboreando el siglo XI en Cañas, cerca de Nájera, en el reino de Navarra, España; no se sabe si de cuna noble o del pueblo llano, ni si rico o pobre. Sí se le conoce pastoreando cuando niño y dado a compartir comida y leche de oveja con los viandantes. Es apacible de carácter y muestra cierta inclinación al estudio; quizá por eso sus padres le orientan hacia la clerecía que es, en su tiempo, un modo de conseguir honores y riquezas, casi tanto como las armas, aunque él piensa más en su santificación y en la gloria de Dios que en los triunfos humanos.

El obispo lo ordena sacerdote. Pero Domingo Manso llega a sentirse indigno y nota pavor porque es duro y muy difícil vivir en solitario tan sublime ministerio. Después de año y medio se retira. Ya no hay eremitas; la quintaesencia se busca en los monasterios. Entra en el antiguo y observante cenobio de San Millán de la Cogolla, tomando el hábito negro de San Benito. Recibe y da ejemplo.

Encargado del priorato de Santa María, lo rehace. Los monjes de San Millán vuelven los ojos a él y le piden sea su prior. Pasa de "pastorcillo" a "pastor". Y mientras cumple este encargo, el rey don García de Navarra, duro de carácter y tenaz, conocido como "el de Nájera", le pide los tesoros del cenobio; pero da con un compatriota que también lleva en la sangre lo que dan la tierra y la época en cuanto se refiere a tozudez y firmeza. Pone cara al rey y defiende lo que es patrimonio de su casa y de su iglesia. Esta actitud le valió el destierro voluntario a las tierras de Castilla donde reina el hermano de don García.

El bondadoso rey Fernando, le encomienda poner en pie el monasterio -por entonces en ruinas- de San Sebastián de Silos que fundó o restauró Fernán González en el 909 y que sobrevive casi deshabitado. Fue una obra gigantesca que en España ayuda a la configuración de la gran Castilla en cuanto llega a convertirse en un foco civilizador en el lugar por donde poco antes andaban los sarracenos. Llegan más y más gentes al calor del monasterio. Entre el ruido de los martillos de canteros, las sierras de carpinteros, los cinceles de los escultores, los cencerros de las vacas y las esquilas de las mulas, también suenan las campanas que llaman a Vísperas, a Misa y a los rezos. Con ello, se escucha la alabanza de los monjes que va aprendiendo el pueblo. Las tierras son bien labr adas y hay horno de pan dispuesto. Ovejas y bueyes pastan por los amplios campos llanos. Se va haciendo arte al terminar las obras con esmero. Y el estudio de los monjes requiere libros que se guardan como tesoro sin precio.

Murió el santo abad -"Abad de santa vida, de bondad acabado", según escribe su cantor- que supo vivir de oración y penitencia el 20 de diciembre del año 1073 dejándole al monasterio de Silos su nombre como título.

*El Monasterio de Santo Domingo de Silos es actualmente una abadía benedictina   ubicada en la provincia de Burgos, España. Su claustro es una de las obras maestras del románico  español. Hoy es lugar de afluencia de quienes saben apreciar las bellezas de su claustro románico y del canto gregoriano con que se acompañan los oficios religiosos.

Fuente: Arquidiócesis de Madrid

PRIVILEGIO QUE AGRADEZCO AL CIELO...


Privilegio que agradezco al cielo               


Marlene María Pérez Mateo


Un incurable enamorado de la luna invitaba con insistencia una y otra vez al espectáculo casi sublime de la contemplación  devota de las lunas de junio. Eran en su opinión las mas bellas de todo el año. Este agudo observador era un mexicano y con ello es de inferir un heredero de una tradición milenaria en todo lo relacionado a  dicho astro. Llamamos aun hoy los terrícolas, como lo hicieran los antiguos, Selena, a nuestro satélite natural.
             
 Ya un poco alejados del mes consagrado a la diosa Juno recordé sus palabras y el motivo de tan celeste observación, fue un hurto o un hallazgo. Uno de esos hechos que solo  la magia de la poesía y su perpetuación en el tiempo pueden disculpar e incluso prescribir sin la menor duda. El responsable de tal hecho fue José Dolores Quiñones, nacido en Artemisa, Pinar del Río, Cuba, un 22 de marzo de 1918. Según los que le conocieron, un hombre elegantísimo y de un porte y carisma arrollador, además de poseer indiscutible  talento musical.

No se si con todo lo anterior he dicho mucho o poco. Mas lo cierto es que hacia 1955 un sábado en una casona de la  Calle Cuarteles, sede entonces de “La Casa de los Poetas”, en La Habana, estrenó de su autoría el tema que le catapultaría y le diera a conocer “Los aretes de la la luna”. Hasta nuestros días ha sido cantado infinidad de veces, mas la palma sin dudas pertenece a Vicentico Valdés con la Sonora matancera hacia 1958. Tal era la coincidencia mas la cual hice referencia inicialmente.

A Quiñones debemos la autoría de: Camarera de del amor, Que me haces daño, Cien mil cosas, No llores mas corazón, El columpio del amor, Vagar entre sombras, Flores de papel y muchos mas. Fácil resulta encontrarle en el repertorio de Benny More, Tona la Negra y muchos de las mejores voces de su época.

Quiñones murió no hace mucho en Toulouse, Francia, en una residencia para ancianos. Uno de los que tan tristemente dejan tras de si un bello legado de una cultura innecesariamente fragmentada.

Dejemos con la voz de Valdés; y la ayuda de la ciberespacio, sea pues lo primoroso de tal bolero esa amalgama invisible que una y sane tan preciosos pedazos  de la identidad cubana. 

Marlene María Pérez Mateo
Noviembre 24, 2012
Serie Música Cubana
Youtube: Vicentico Valdés “ Los aretes  de la luna”
http://www.youtube.com/watch?v=IalGso0_lR4