10 de diciembre de 2012

EL PRIMER FERROCARRIL CAMAGÜEYANO




El primer ferrocarril camagüeyano

Por el Lic. Regino Avilés Marín

A pesar de no ser una ciudad junto al mar, la Villa de Santa María del Puerto del Príncipe era en 1830 el tercer núcleo urbano de la Isla en cuanto a población. La existencia de los embarcaderos de San Fernando de Nuevitas en la costa septentrional y, en alguna medida, el de Santa Cruz del Sur en la meridional, hicieron posible que el intercambio comercial de esta comarca se efectuara por dichos embarcaderos, logrando el desarrollo económico que ya se avizoraba en la tercera década del siglo XIX.

En 1836, la Diputación Patriótica de la Sociedad Económica de Puerto Príncipe, creada a postrimerías de 1813 como filial de la Sociedad Económica de Amigos del País, ya se planteaba la necesidad de construir un ferrocarril que sacara del aislamiento el comercio principeño.

Oidor de este reclamo lo fue don Gaspar Betancourt Cisneros, “El Lugareño”, figura de gran prestigio en la ciudad por sus dotes periodísticas, literarias y la tenacidad que siempre demostró en sus iniciativas, y quien se convirtió en el corazón de los “caminos de hierro” al presentar en breve plazo su proyecto, los planos y la memoria descriptiva de la ruta férrea.

Constituida la Junta, ésta quedó integrada por un grupo de hacendados solventes de la región y otras personalidades como don Luis Loret de Mola, Tomás Pío Betancourt, primer Historiador de la Ciudad, y El Lugareño, que de inmediato solicitó y obtuvo, el 10 de enero de 1837, la concesión, extendida mediante Edicto por el general  Miguel Tacón, autorizando la construcción del ramal del ferrocarril desde la ciudad de Puerto Príncipe hasta el puerto de Nuevitas.

Gaspar Betancourt Cisneros se trasladó  La Habana a solicitar ayuda monetaria para iniciar las obras, pero lejos de facilitarle los recursos, utilizaron su proyecto para construir el ferrocarril Habana Güines, que se convirtió en el primer ferrocarril en las colonias españolas, primero que en la propia España.

La construcción del ferrocarril Puerto Príncipe-Nuevitas fue encomendada al experimentado ingeniero norteamericano Benjamin H. Wright, quien diseñó el nuevo proyecto de 69 kilómetros de longitud. Por lo llano del terreno no fue necesaria la edificación de puentes, túneles ni otras obras de ingeniería, calculándose el presupuesto en la cantidad de 340,981 duros. La vía diseñada por Wright, con un ancho de 1.60 metros entre rieles constituyó un caso único, a diferencia de los que él había construido en el oeste norteamericano, utilizándose traviesas de madera cortada en los bosques cercanos a la vía.

Los trabajos comenzaron en 1840. En 1841 se colocaron las traviesas y carriles de las primeras 20 millas. En 1843, por falta de dinero, todavía no se había logrado la meta fijada para la primera etapa. Gestiones para recabar nuevos fondos realizó El Lugareño con el Intendente de Hacienda don Claudio Martínez de Pinillos, conde de Villanueva (entusiasta promotor del desarrollo del ferrocarril y otras obras sociales y culturales en Cuba), con Domingo del Monte y la Junta de Fomento de La Habana, presidida por el propio conde de Villanueva, acopiando en su gestión personal más de 50,000 duros para concluir la obra.

El 5 de abril de 1846 se pudieron completar los 61 kilómetros del ferrocarril entre Nuevitas y el Paradero de O´Donnell, en Sabana Nueva. Ese año, a causa de sus enfrentamientos políticos con el gobierno colonial, El Lugareño tuvo que salir del país sin poder ver realizado su preciado sueño, no pudiendo regresar a Puerto Príncipe hasta 1861, año en que la Villa fue enlazada telegráficamente con La Habana.

A pesar de todos los inconvenientes políticos y aprietos económicos, por fin, en agosto de 1851 el ferrocarril principeño pudo extender sus líneas de Sabana Nueva hasta el paradero de la ciudad de Puerto Príncipe, pero debido a la convulsa situación creada a raíz del alzamiento independentista del patriota Joaquín de Agüero y el posterior enjuiciamiento y fusilamiento de él y tres de sus compañeros en la Sabana de Méndez el 12 de agosto, no fue hasta el jueves 25 de diciembre de 1851, con la presencia de las autoridades civiles y militares, que se inauguró definitivamente el ferrocarril Puerto-Príncipe-Nuevitas con los 73 kilómetros de extensión que señalaba el proyecto original presentado por El Lugareño en 1836.

Un dato significativo nos los dice la historia: el 26 de julio de 1853, el Arzobispo San Antonio María Claret, quien dos años antes había tratado infructuosamente de salvarles la vida a Joaquín de Agüero y sus compañeros, llegaba a Puerto Príncipe desde Nuevitas. Para ello viajó en el tren motivo de nuestro estudio.

Reproducido del Boletín Diocesano de Camagüey, Nº 64

DULCES NAVIDEÑOS

 
Dulces navideños



Almendras garrapiñadas (6-8 personas)



300 g de almendras crudas 

300 g de azúcar

300 g de miel

300 ml de agua





Elaboración

Pon en una cazuela el agua y el azúcar. Aligera la textura de la miel en el microondas y agrégala. Incorpora las almendras y deja que se vayan cocinando. Cuando empiece a salir un poco de humo, deja que se cocinen un par de minutos más.


Pasa las almendras a un colador y rápidamente a una bandeja de horno cubierta con papel. Espárcelas sobre el papel para que no se peguen entre sí.





Mazapanes (6-8 personas)





300 g de almendra cruda molida

200 g de azúcar

1/2 vaso de agua

1 chorrito de agua de azahar

2 yemas de huevo

licor de anís



Elaboración:

pon en una cazuela el agua con el azúcar y deja que se haga un jarabe. Cuando esté a punto de hebra, mézclalo con las almendras molidas.



Añade un chorrito de agua de azahar. Mezcla bien y pásalo a una superficie limpia. Amasa con las manos durante 10 minutos aproximadamente y deja que repose.



Puedes utilizar una hielera para dar forma a los mazapanes. Después ponlos sobre una bandeja de horno y úntalos con yema de huevo batida.



Hornea los mazapanes al grill durante un par de minutos, hasta que estén dorados. Nada más salir del horno, úntalos con un poco de licor de anís.

Por último, sirve a tu gusto los mazapanes y las garrapiñadas.



Recetas del chef Bruno Oteiza, recogida de la página www.hogarutil.com



Ver el vídeo completo del programa sobre la receta de mazapanes y almendras garrapiñadas:

  http://www.hogarutil.com/tv/programas/cocina-bruno-oteiza/201112/22/index.html

HISTORIA Y LEYENDA DEL MAZAPÁN

Historia y leyenda del mazapán

El mazapán es un dulce cuyos ingredientes principales son almendras y azúcar, en distinta proporción dependiendo de la receta y el lugar. En Hispanoamérica existe una variante de mazapán elaborado con cacahuate (maní), el cual tiene una consistencia parecida, aunque su textura es ligeramente más seca y delicada.

En el caso de un dulce tan sabroso y alimenticio como es el mazapán numerosos países reclaman su origen. Existen múltiples leyendas, incluyendo un supuesto origen persa. El único dato cierto es su procedencia árabe. Así, el mazapán habría sido introducido en Europa bien desde el sur, con la invasión musulmana experimentada en la península Ibérica en el siglo VIII, o bien desde el Este, a través de peregrinos y cruzados.

Existen cuatro denominaciones de mazapán consideradas como las más famosas del mundo, dos en España (el mazapán de Toledo, en la provincia de Toledo, y el mazapán de Soto, en La Rioja) y dos en Alemania (Lübecker Marzipan, de Lübeck, y Königsberger Marzipan, de Königsberg).

Existen además diversas variedades de dulces con el mazapán como base, como el "Hueso de santo" un canutillo de mazapán relleno de confitura de yema o el Pan de Cádiz, una masa de mazapán rellena de confitura de yema de huevo y batata confitada, y luego horneada sobre una oblea.

La versión del origen toledano del mazapán cita un postre similar que se remonta a Grecia, donde ya se ensalzaban los valores culinarios de una pasta de almendra y miel. Pero es en la era cristiana cuando se incorpora la tarta de almendras a la celebración de la Pascua bajo el nombre de "panis martius" (pan de marzo o marzapane, en italiano).

El primer lugar en que se menciona es en Las mil y una noches, donde se dan citas sobre el manjar para poder soportar los ayunos del Ramadán o como afrodisíaco.

El origen toledano: Leyenda e Historia

La aparición del Mazapán tiene lugar en el siglo XI, entre los años 850 y 900, aunque su divulgación se retrasa hasta dos siglos más tarde. En el año 1150 (reinando Alfonso VII) se cita una pasta de azúcar y miel como "Postre Regio" en la descripción gastronómica que hacen los cronistas de la época.

Se cuenta que lo inventaron las monjas del convento de San Clemente en Toledo durante una hambruna que se padeció en Castilla tras la batalla de las Navas de Tolosa (1212). En aquel momento no había trigo en la ciudad, sus despensas estaban llenas de azúcar y almendras. Así que decidieron dar de comer a los hambrientos con el suculento alimento.

En el Hospital de Santiago de Toledo se recetaba a los enfermos un alimento que su preparación llevaba pechuga de gallina deshecha mezclada con almendra y azúcar, que se supone que era una variante del mazapán.

En las ordenanzas de los confiteros manchegos de 1613 sólo se admitían ya como ingredientes la almendra de Valencia y el azúcar blanco, y desde entonces hasta ahora no cambió su composición aunque si su presentación.

Actualmente este manjar parece quedar circunscrito a las festividades navideñas, pero no siempre fue así, Lope de Vega menciona que también se tomaba en los "dos sanjuanes".

En Francia aparece en el siglo XVII como una receta más en el primer libro de cocina constatado.

La versión siciliana

Existe una versión italiana muy interesante sobre el nacimiento del mazapán: Eloisa Martorana, una noble italiana, hizo construir un monasterio en Sicilia que tomó su nombre, en 1193. Las monjas del convento eran en su mayor parte de origen griego y se dedicaron a la elaboración de una masa de azúcar y almendras, que luego trasformaban en miniaturas que representaban frutas y animalitos. Después las pintaban con vivos colores compuestos a base de goma arábiga, pigmentos extraídos de rosas, azafrán y pistacho.

Origen de la palabra Mazapán

Una de las versiones dice que la palabra mazapán proviene de la unión de las palabras "maza" (por el mortero en donde se machacaba la almendra y se mezclaba con el azúcar) y pan por el producto obtenido (pan de almendras).

La palabra puede derivar del árabe "manthában" que identificaba el recipiente donde se guardaba la pasta, aunque otras fuentes, dicen que proviene también del árabe "mautha-ban" (rey sentado), en alusión a las figuras que se elaboraban.

El mazapán en la actualidad

El punto de producción del mazapán de mayor prestigio en España se continúa situando en la ciudad de Toledo y localidades aledañas. Pero no sólo en Toledo se produce el mazapán, a pesar de ser esta provincia su mayor productora. También se producen en el Levante y Andalucía buenos mazapanes. Fuera ya de las fronteras españolas, en Alemania son famosos los mazapanes de “Lübecker”, que cuentan con Denominación de Origen desde 1996 “Lúbecker Marzipan”.

(Desempolvando el archivo: publicado en La Gaceta de Puerto Príncipe en diciembre de 2010)

www.mazapan.es/historia.php
wikipedia.org

FRASE DE SABIDURÍA

El temor al castigo es más disuasivo que la promesa del premio.
- Emilio A. Cosío, (1926-2011) Escritor y humorista cubano

9 de diciembre de 2012

PERSONAJES NAVIDEÑOS, EL CASCANUECES


 
 Personajes navideños:
 
El Cascanueces   
Ana Dolores García

Uno de los personajes habituales de estos días navideños, sobre todo en países de cultura europea, es el cascanueces. En los Estados Unidos es también un personaje indispensable que agradece su popularidad actual al ballet del mismo nombre, presentado invariablemente en este tiempo por las grandes compañías de danza de todo el mundo.

Es ahora en Navidad cuando muchas abuelitas, tal vez pecando de anticuadas, no pierden la oportunidad de llevar a sus nietos –quizá por una sola vez en la vida- a disfrutar del espectáculo y diversificar sus amistades fantasiosas con otros personajes, algo mas que Shrek o los Simpsons.

La historia de este personaje tenemos que ir a buscarla a Alemania. El autor de la historia original, Ernest Theodor Amadeus Hoffmann (1776-1822) fue un abogado, pintor, escritor y compositor nacido en la entonces Prusia Oriental que es hoy Kaliningrado, territorio ruso.

Entre las muchas obras de este escritor de la escuela romántica alemana descuellan sus cuentos fantásticos, recogidos por Jacques Offenbach para su ópera “Los Cuentos de Hoffmann”, y la historia que sirvió de base para otro conocido y gustado ballet: “Copelia”, de Leo Delibes.

Desde tiempos prehistóricos el ser humano ha sabido alimentarse con nueces. ¿Cómo las abriría? Probablemente golpeándolas con piedras, hasta que con el tiempo fue perfeccionando su técnica y sustituyendo el rústico y pétreo instrumento. Así encontramos que ya a mediados del siglo XVIII las nueces eran partidas por pintorescas figuras humanas talladas en madera. Estos “cascanueces” se hicieron tan populares, que Hoffmann escogió uno de ellos para convertirlo en el héroe de una de sus fantásticas fábulas.

Hoffmann escribió en 1816 “El Cascanueces y el Rey de los Ratones”, relato de un niño enfermo que sueña con un cascanueces que lo lleva de la mano a un mundo cargado de juguetes. Un sueño de maravillosa fantasía que se hace realidad cuando, al despertar, el niño encuentra esos juguetes junto al árbol de Navidad. Para subrayar un final feliz, el niño recupera la salud.

Los vistosos y coloridos muñecos de madera quedaron así enlazados para la posteridad con las fiestas navideñas. La creación del diseño actual de esos elegantes soldaditos se dice es debida al artesano Wilhelm Friedrich Fuchtner, también germano, quien utilizó como modelo una ilustración del libro escrito por Hoffmann.

Ochenta y tres años después de la publicación de “El Cascanueces y el Rey de los Ratones” de Hoffmann, se estrenaba en el Teatro Mariinsky de San Petersburgo, Rusia, el ballet “El Cascanueces”, con música de Tchaikovski y coreografía que se le atribuye indistintamente a Petipa y a Lev Ivanov, sobre una adaptación de Alejandro Dumas (padre) a partir del texto original.

En la adaptación hecha por Dumas, el niño enfermo de Hoffmann es sustituido por una hermosa niña, Clara y, antes de que al final de la historia la hermosa niña se despierte de su sueño, el cascanueces de madera se convierte en un apuesto príncipe.

El ballet consta de dos actos y cinco escenas. Los personajes principales: Clara y su hermano Fritz, Drosselmeyer, mago y padrino de Clara, y el Cascanueces. El telón se abre presentando una fiesta en la víspera de Navidad en la casa de los padres de Clara. Drosselmeyer trae varios regalos a su ahijada y sobrina, y el que más llama la atención de la niña es un pequeño cascanueces vestido con flamante traje de soldado. Fritz, el hermano díscolo, trata de arrebatarle el muñeco y lo rompe, pero el hábil mago lo arregla y lo entrega de nuevo a Clara.

Esa noche, Clara duerme con su cascanueces y comienza a soñar. Los juguetes del árbol de Navidad cobran vida y tamaño. Al mismo tiempo surge un ejército de ratones gigantes con su Rey al frente, que entablan una lucha con la legión de soldados de plomo que lidera el Cascanueces. Cuando la victoria parece inclinarse hacia el lado de los malvados ratones, Clara lanza una zapatilla a la cabeza del rey y los ratones huyen. El Cascanueces, herido, es cuidado con cariño por Clara y se transforma en un hermoso príncipe.

En el segundo acto se desarrolla un extraordinario espectáculo de danzas populares, características de los diversos lugares que Clara y su Cascanueces van visitando mientras viajan en un trineo encantado. Recorren el reino de las nieves y el reino de los dulces, y presencian –presenciamos- versiones de danza española, árabe, china, rusa… Se despliegan ante nuestros ojos las ballerinas del Vals de las Flores y quedamos atónitos ante el pas de deux del Hada del Azúcar.

Por ultimo llegan al castillo del Cascanueces y éste le propone a Clara que gobierne con él su mundo mágico. Ella acepta, pero al final se despierta y descubre que todo era sólo un sueño.

Contándolo simplemente así, no pasa de ser una historieta infantil más. Pero lo “mágico” de este “Cascanueces” escénico y danzante no está en la historia sino en su armoniosa coreografía, en la plasticidad de los bailarines y en la música que deleita nuestro oído.
 
Ana Dolores García
Copyright 2007
(Desempolvando el archivo: publicado originalmente en esta Gaceta en diciembre de 2009).