18 de noviembre de 2012

FÉLIX SABATÉS, UNA VIDA DE NOVELA


 
Félix Sabatés, una vida de novela



[Y un gran testimonio

del saber luchar para triunfar]


 Luis F. Sánchez
El Nuevo Herald

La vida del cubanoamericano Félix Sabatés da para una novela. Pese a no haber ido a la escuela secundaria y haber llegado a Estados Unidos en 1960 a los 15 años con apenas $25 en los bolsillos, tuvo el impulso suficiente para forjarse solo y convertirse no solamente en millonario, sino en una persona que sobre todo quiere ayudar a los demás, tal como se lo enseñó su padre.

Ahora con 68 años es copropietario del Earnhardt Ganassi Racing en NASCAR, la serie motorizada más importante de Estados Unidos; es dueño junto con el legendario Michael Jordan de los Bobcats de la NBA, de Charlotte, donde reside; es gran amigo de uno de los hombres más influyentes del planeta, el mexicano Carlos Slim; posee varias distribuidoras en todo el país de Mercedes Benz, Bentley y Mazda; y tiene un astillero que construye desde megayates valorados en $50 millones hasta embarcaciones para llevar provisiones a las fuerzas armadas estadounidenses.

En el 2000 vendió Top Sales Inc. a sus propios empleados. Top Sales Inc. es una pequeña compañía que había comprado en 1974 y transformó en un emporio que facturaba $1 billón al año gracias especialmente a la venta de juegos de video como Atari y Nintendo.

Sabatés se encuentra en el sur de la Florida con motivo del fin de temporada de NASCAR, el domingo, en el autódromo de Homestead-Miami.  «Mi corazón es cubano y mi mente estadounidense», confesó Sabatés. «Soy por siempre cubano, pero también debo decir que Estados Unidos me ha ayudado mucho».

Es el mayor de siete hermanos, cuatro mujeres y tres hombres; y también es el mayor de 59 primos. Todos emigraron a Estados Unidos. La mayoría de su familia vive en el sur de la Florida, tiene un apartamento en la Playa y uno de sus hijos está al frente de la oficina que posee en Fort Lauderdale, en la que se atienden sus negocios relacionados con esta zona.

«Tenía 15 años cuando llegué a Estados Unidos y estaba solo», comentó. «Al principio todo fue muy duro. Trabajé en una fábrica de muebles; luego en la cocina de un hospital lavando ollas y platos, limpiaba pisos y parqueaba autos en el aeropuerto de Charlotte. No pude ir a la secundaria, pero siempre trataba de aprender leyendo los periódicos, revistas y escuchando a las personas que tenían algo positivo que decir. Yo procedo de una familia de carácter muy fuerte».

Hijo que una familia catalana que emigró a Cuba a finales del siglo XIX, aseguró que se le grabaron como un tatuaje en el alma los preceptos transmitidos por su abuelo y su padre, quienes le decían que «las personas que trabajan deben ser bendecidas por Dios» y «no hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti».
«Mi abuelo empezó en Cuba vendiendo prendas a caballo a los campesinos», recordó Sabatés. «Luego se compró una pequeña finca donde sembraba caña de azúcar. En 1932 se produjo un incendio en la finca y mi abuelo lo perdió todo. Entonces se fue a  Camagüey y empezó de nuevo. Abrió una relojería, después una óptica y otras cosas más. Años después, mi padre haría crecer mucho más los negocios».

Sabatés recuerda que hasta antes de la revolución castrista su familia tenía muchos negocios en Cuba, pero no eran ricos. Él fue el primero en emigrar a Estados Unidos. En 1963 llegó su madre y dos años después lo hizo su padre.

«En Miami, mi padre repitió lo que había hecho en Cuba», afirmó Sabatés. «Creó la compañía J. Sabates & Sons, abrió una joyería, una tienda de ropa, después se extendió a Hialeah. Al final murió como una persona contenta, rico en cultura y con muchos profesionales en la familia, doctores, abogados».

Cuando está próximo a cumplir los 70 años, Sabatés confiesa que se siente con el mismo impulso como si tuviera 45. Hace ocho años abrió distribuidoras de Mercedes Benz, Bentley y Mazda; su compañía Trinity Yatch la adaptó para construir barcos militares porque la venta de yates ha caído debido a recesión económica. Ahí trabajan 750 empleados.

Siempre sintió pasión por los deportes. En Cuba jugaba básquetbol y béisbol, pero confiesa que no era muy bueno y muchas veces tenía que conformarse con calentar la banca. La oportunidad para participar más activamente llegó hace 30 años. Su hija era amiga del hijo de Howard Augustine “Humpy” Wheeler, Jr., entonces presidente del autódromo de Charlotte. Sabat«s iba mucho a ver al piloto Kyle Petty hasta que decidió formar su propio equipo, que se llamó Team SABCO Racing. «Lo que más recuerdo es que gastaba mucho dinero», comentó. «En el 2000 me uní al equipo de Chip Ganassi y todo el mundo predecía que no íbamos a durar seis meses, porque él tiene un carácter muy fuerte y yo también. Ganassi es el mejor socio que he tenido. Es honesto, habla de frente y yo soy igual».

Sabatés afirma que en NASCAR existe un futuro muy promisorio para los pilotos latinos, entre ellos el mexicano Germán Quiroga y el colombiano Juan Pablo Montoya, este último piloto del Team de Sabatés; y en la serie Grand-Am el también azteca Memo Rojas.

«Memo tiene mucho años para seguir desarrollándose y Quiroga es buenísimo, además el grupo Telmex apoya muchísimo», comentó Sabatés. «Montoya, por su parte, posee un talento increíble aunque ha tenido años muy buenos y muy malos. Esta temporada uno se mira en el espejo y se pregunta qué ocurrió para que las cosas no funcionaran»

El deporte, las relaciones de negocios y el trato con los auspiciadores son materias que Sabatés entiende como el mejor, y seguirá dando batalla en esas lides. Hay, sin embargo, otro aspecto que le permitiría cerrar su vida con broche de oro y, como su padre, morir “contento”.

«Un día le dije a mi madre que nunca más volvería a Cuba», comentó Sabatés. «En verdad, cuando las cosas cambien, quiero volver allá para ayudar a ese país. Mi objetivo no es hacer negocios, sino extender una mano. Quiero que ese sea mi legado».

Reproducido de elnuevoherald.com

SI YO FUESE MILLONARIA



SI YO FUESE MILLONARIA

Elsa M. Rodríguez

Si yo fuese millonaria, me daría la gran vida, porque es la verdad, para eso es que todos aspiramos a ser millonarios. Si dijese que iba a resolverle el problema a los pobres y que me enfrentaría a los otros millonarios para castigarles por su éxito en la vida, que les permitió llegar a tener fortunas considerables, mentiría, tal como mienten y han mentido todos los políticos que han prometido esto.

Creo que los gobiernos de todo el mundo que basan su estrategia económica en el castigo a los ricos (puesto que el aumentarle los impuestos no es otra cosa más que un castigo), es una forma poco inteligente de hacer que los países prosperen y salgan adelante. En los años que he vivido, y ya son unos cuantos, jamás he visto que los pobres puedan crear industrias y puestos de trabajo.

El cacareado himno de los trabajadores, es decir la Internacional, es una burla a la masa trabajadora, cuando les dice "debemos ser los obreros los que guiemos el tren". Es una burla porque la realidad es que el tren de forma real o tomado como un símbolo siempre ha sido guiado por los obreros, quienes son los que trabajan, pero una cosa cierta es que primero tienen que tener "el tren" y no nos engañemos, para tener el tren hay que tener dinero.

Supongamos que el Capitalismo no es el mejor sistema del mundo, pero lo cierto es que volver a la época en la que Marx y Engels escribieron El Capital y luego Lenin quiso ponerlo en práctica en Rusia, creando la Unión Soviética, con su ideología del Socialismo como un primer paso hasta el "estado perfecto" que es el Comunismo, fue entonces y sigue siendo ahora, una utopía.

Veremos cuando todos los millonarios, dueños de las empresas que dan trabajo a los pobres del mundo, decidan llevarse sus millones allí donde no les odien y no les hagan la vida imposible, de que viviremos todos. No se, puede que a lo que se aspire es a volver a la etapa primitiva en la que todos andaríamos con un tapa-rabos y tuviésemos que esperar a que cayese un rayo para hacer fuego con el cual calentarnos y cocer nuestras comidas. Si, volver al Comunismo Primitivo.

Mientras tanto, sigo esperando la posibilidad de llegar a ser millonaria y como lo sea algún día, y siga la cosa como ahora, ya desde este momento digo que mis millones me los llevo fuera de este país. Caramba, que "cuando yo era pobre", nadie le quitaba nada a los ricos para dármelo a mi.

Elsa M. Rodríguez
Hialeah, FL

REFLEXIÓN




…En aquellos días, después de una gran tribulación, 
el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, 
las estrellas caerán del cielo, los ejércitos celestes temblarán. Entonces verán venir al Hijo del Hombre 
sobre las nubes con gran poder y majestad; 
enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos 
de los cuatro vientos 
del extremo de la tierra al extremo del cielo. 
Aprended lo que os enseña la higuera: 
Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, 
sabéis que la primavera está cerca, a la puerta. 
Os aseguro que no pasará esta generación 
antes que todo se cumpla.
 El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán. 
El día y la hora nadie lo sabe,
 ni los ángeles del cielo ni el Hijo, solo el Padre.
Marcos, cap 13


Viviré cada día, Señor,
como si fuera el primero y a la vez
el último de mi existencia.
Dándote gracias por lo mucho que me das,
y soportando las pequeñas cruces
que caen sobre mi hombro.

Sentiré cada día, Señor,
tu fuerza que me empuja y me levanta,
tu poder que es más grande que toda mi debilidad,
tu presencia, que me garantiza un futuro,
tus promesas, que me animan en mis ideales.

Daré gracias a tu nombre, Señor,
porque tu Palabra me habla de un final feliz,
de cosecha abundante y rica,
de premio merecido a quién hizo buen combate,
de una primavera eterna después de este invierno.

Javier Leoz, betania.es