12 de noviembre de 2012

LA OPORTUNA DIMISIÓN DE PETRAEUS ANTE EL BENGASIGATE


La oportuna dimisión de Petraeus
ante el “Bengasigate”

por Robert Spencer

Superado en apariencia por culpa de una infidelidad, el general David Petraeus dimitía por sorpresa como director de la CIA el jueves. Un Barack Obama de pronto ultraconservador aceptaba su dimisión el viernes, cuando Petraeus se explicaba en una declaración difundida durante la tarde. Pero la declaración de Petraeus simplemente no se sostiene, porque se produce justo después de que el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara le requiriese para prestar testimonio dentro de su investigación abierta al atentado yihadista de Bengasi y posterior tapadera de la Administración Obama.

«Ayer por la tarde», escribió Petraeus, «acudí a la Casa Blanca y solicité permiso al presidente para dimitir de mi puesto al frente de la CIA por razones personales. Tras llevar más de 37 años casado, manifesté un juicio extremadamente malo al tener una aventura extramarital. Un comportamiento así es inaceptable, como marido y como responsable de una organización como la nuestra. Esta tarde, el presidente aceptó mi dimisión».

El «padre» Obama, ese reconocido cruzado de la moralidad que elogió al infiel Ted Kennedy por ser «un líder extraordinario» y al legislador homosexual Barney Frank por ser «un feroz defensor de la población de Massachusetts y de los estadounidenses que necesitan voz en cualquier parte», podría haberse indignado tanto realmente por la aventura de Petraeus como para aceptar su dimisión de mala gana. Por otra parte, a lo mejor su disposición a perder de vista a Petraeus tiene algo que ver con la declaración que difundió éste en la CIA el 26 de octubre: «Nadie en ningún nivel jerárquico de la CIA dijo a nadie que no se ayudara a los que lo necesitaban; las declaraciones que dicen lo contrario son sencillamente imprecisas».
 
Esta declaración veía la luz justo después de que Fox News hubiera informado de que «fuentes presentes sobre el terreno en Bengasi apuntan que una petición urgente de cobertura militar desde el complejo de la CIA solicitada durante el atentado al consulado estadounidense, y posterior ataque varias horas después al propio edificio, fue denegada por la jerarquía de la CIA, que también habría ordenado en dos ocasiones a los agentes que ‘se mantuvieran al margen’ en lugar de ayudar al equipo del embajador al escucharse los primeros disparos hacia las 21:40 horas del 11 de septiembre en Bengasi».

Pero no fue Petraeus quien ordenó que no se ayudara al embajador Chris Stevens ni a su gabinete cuando los yihadistas atacaban el edificio de la embajada; la orden tendría que haber salido de alguien por encima del director de la agencia. El desmentido de Petraeus, diciendo que la orden no había salido de él, apunta directamente a Obama. Y aunque los medios convencionales enterraron ese dato antes de las elecciones, el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara habría preguntado a Petraeus quién dio la orden exactamente.

Claro que es coincidencia que Petraeus dimitiera el jueves, la misma jornada en que la Fox informaba que el Comité tenía intención formal de llamarle a prestar testimonio durante las vistas de Bengasi. Claro que no tiene nada que ver con la decisión de Petraeus de presentar su dimisión. Es mucho más probable en realidad que, de pronto, justo cuando se daba a conocer la noticia de que iba a ser llamado a prestar testimonio en el pleno, Petraeus se sintiera superado por la culpa de su aventura extramarital, y decidiera –aunque la aventura se inició hace muchísimo tiempo, los rumores venían circulando cuando todavía él estaba destacado en Afganistán– que el jueves iba a ser el momento, ese día y en ese preciso momento, en que iba a dar el paso de salir a la luz y además dimitir de su cargo.

Lo ridículo de esta suposición es evidente. Y la conveniencia del momento para Obama no puede ser pasada por alto. Ahora Petraeus no prestará testimonio en el pleno de la cámara baja, y por tanto, en ausencia de citación judicial, al principal testigo de la identidad de la persona que ordenó mantenerse al margen a la  CIA en Bengasi se lo traga la tierra.

La excusa patentemente endeble que se pone a la dimisión también es problemática, recordando a los cargos que Stalin presentaba de la noche a la mañana contra sus antiguos camaradas y amigos. Que una Administración demócrata tan escorada socialmente hacia la izquierda como la de Obama se valga de una aventura extramarital como excusa para cargarse a un funcionario público respetado hasta la fecha ya exige de una incredulidad extraordinaria. Huele más a purga de corte totalitario. ¿Habrá citación judicial?

Y la peor parte de todo esto es que las elecciones han terminado, la oposición a Obama anda de consultas, y el caballero está claramente convencido de poder comportarse como le dé la gana sin tener que preocuparse por transparencia alguna. Y probablemente tiene razón.

Robert Spencer
Arabista en la Univ. de Carolina del Norte

CLONES PATRIOTEROS


Clones patrioteros


LA HABANA, Cuba, noviembre, www.cubanet.org -Cuando a los cubanos nos da por ser ridículos, perdemos la brújula. Y nunca resultamos tan ridículos como cuando nos hacemos pasar por lo que no somos. Si aparentamos ser muy cultos y etéreos, siempre, por algún resquicio, asoma la chancleta. Si alardeamos de opulencia económica, no hay que esperar mucho para descubrir que apenas llegamos a ser pobres con plata. Y ni hablar de cuando nos da por vendernos como guapos o como bombas sexuales.

Sin embargo, por algún milagro salvador -consecuencia quizá del ajiaco en que nos cocinaron- nunca somos tan simpáticos como cuando nos ponemos ridículos.

Hay una sola excepción, la de los políticos, más ridículos cuanto más se esfuerzan por venderse como panacea del pueblo, y más repulsivos cuanto más ridículos.

Las palmas se las llevan hoy, por supuesto, los dirigentes del régimen, con la comparsa de sus adláteres que tan ridículamente se autocalifican como revolucionarios. 

Pero aún hay un colmo dentro de ellos mismos, y es el de los cubanos simpatizantes de la dictadura que, no obstante, prefieren vivir en el extranjero.

En esa fauna sobresalen dos subespecies: la de los agentes o colaboradores de la Seguridad del Estado en misión oficial, y la de los pancistas del llamado exilio de terciopelo, que también cobran, bien sea en efectivo o en especias, así que igual califican como miserables esbirros, en el sentido más estricto del término.

¿Es posible imaginar otra cosa tan grotesca como esas asociaciones de la denominada emigración cubana patriótica y revolucionaria, que ahora están medrando en Europa? Luego, para más inri, a los sujetos que las conforman les ha dado por presentarse como una especie de continuación histórica de aquellos honrados y sufridos emigrantes que aclamaron a José Martí en los Estados Unidos. Es el non plus ultra de la ridiculez, en la variante repulsiva, claro.

Por su talante malévolo, es de suponer que esto de hacerse pasar por clones de los emigrantes revolucionarios cubanos del siglo XIX, que, luego de una larga hibernación fidelista, han despertado en París o en Estocolmo o en Madrid… debe responder a una estrategia de los ideólogos del régimen. Pues, del mismo modo que resulta ingenuo creer en la naturaleza inopinada y espontánea de tales organizaciones, habría que ser bobo para no darse cuenta de que responden a un plan, fríamente diseñado y puesto en marcha desde La Habana.

Hace pocos días, tuvo lugar en Madrid el “VII Encuentro de Cubanos y Cubanas en Europa”, ocasión en la que muchos de estos gozadores de la papeleta se dieron cita, dicen, para “defender el legado de la revolución”, mientras la gente de a pie en la Isla ya no puede más con la carga de ese legado, que es la tiranía más empobrecedora y represiva de toda nuestra historia.

No ganaríamos mucho (ni poco) recreando detalles de la cascarita que hablaron aquellos infelices en su aquelarre madrileño. Pero tal vez valga la pena insistir en la utilidad de no perder de vista el alza que actualmente registra esta tendencia. Y no sólo en Europa. El régimen cubano recoge el abono que logró producir, dedicándose durante décadas a regar estiércol por medio mundo.

Primero, fue en los Estados Unidos, bien en las más diversas universidades, o bien en todos los barrios y rincones de Miami, donde, como conocemos de sobra, debajo de cada piedra hay un majá. Después, fue en el viejo continente. Sólo en la época en que Abel Prieto era ministro de cultura, en algunas de las más connotadas ciudades europeas fueron infiltrados montones de policías disfrazados y de vaciladores del socialismo en misión de propagandistas del régimen.

Hoy, el objetivo prioritario parece ser América Latina, muy particularmente algunas naciones que han estado en el foco de interés para esa dantesca (pero también ridícula) pesadilla chavista que es la unión de repúblicas soviético-bolivarianas: Ecuador, México, Colombia, Argentina, Chile… Como ya ocurrió antes con las guerrillas, se reeditan ahora las invasiones de cubanos comisionados para regar en el área el bacilo del fidelismo-leninismo en fase de fermentación.

Es impredecible hasta qué límite seguirá extendiéndose esta epidemia, luego de la aplicación, en enero, de las nuevas medidas migratorias aprobadas por la dictadura.

Y no se trata sólo de la influencia que físicamente pueden ejercer en el exterior cientos de miles de emisarios castristas, más y menos alevosos, más y menos pagados.

Viviendo fuera de Cuba, también tienen las más amplias posibilidades de divulgar a través de Internet la política manipuladora del régimen, algo que les resulta imposible desde aquí. De tal manera sacan un doble provecho (psicológico y práctico) a su condición de emigrantes. No en balde uno de los principales puntos en la agenda del susodicho “VII Encuentro de Cubanos y Cubanas en Europa”, fue “los medios informativos y el uso de las redes sociales al servicio de los cubanos residentes en el exterior en defensa de la revolución”.

De modo que, por muy ridícula que parezca (ya que en verdad lo es), la estrategia de clonar patrioteros martianos como productos de exportación, no debe motivar únicamente nuestros sarcasmos, en tanto representa un renglón estrella de la única línea productiva en la que el castrismo ha demostrado ser eficiente.

Nota: Los libros de este autor pueden ser adquiridos en la siguiente dirección: 

CUANDO EEUU TUVO SU PRIMERA IZQUIERDA


Cuando EE UU tuvo su [primera]* izquierda

por César Vidal

Desde el siglo XVIII, la vida política de Estados Unidos ha estado marcada por dos partidos encuadrados en la derecha. Pero en 1912 la izquierda tuvo su oportunidad.
    
A finales del  XVIII, el enfrentamiento se producía entre el Partido Federalista –que confesaba su apego a las élites y al poder federal sobre el de los estados– y el Demócrata, fundado por Thomas Jefferson, que apelaba al «hombre corriente» y a la resistencia frente a los grandes grupos de poder.  En ambos casos, se insistía en la importancia de la propiedad privada y en el respeto por valores como el trabajo o el ahorro.

A inicios del siglo XIX, la situación evolucionó con el enfrentamiento entre el Partido Whig, un trasunto de los liberales ingleses, y el Demócrata, que derivó hacia el populismo, aunque no dejó de existir un sistema bipartidista. En vísperas de la guerra civil y con problemas de especial envergadura como la esclavitud y la posibilidad de secesión de los estados del sur, el Partido Whig se desplomó, siendo sustituido por un partido de nuevo cuño denominado Republicano.

Éste fue capaz en un tiempo récord de llevar a Abraham Lincoln hasta la Casa Blanca y, a partir de ese momento, se convirtió en la segunda pata de un taburete electoral inamovible. Republicanos y Demócratas fueron alternándose en el poder tras la guerra civil hasta que, a inicios del siglo XX, el sistema parecía agotado. Por un lado, se había ido produciendo una creciente conflictividad social que afectó, primero, a los agricultores –que llegaron a crear el Partido Populista– y después, a los obreros de la industria.  Por otro, las reformas realizadas por los demócratas a inicios del siglo XX fueron insuficientes para contrarrestar el malestar de los trabajadores. 

Así llegó a 1912, cuando, además de los partidos Republicano y Demócrata, se sumaron a la pugna electoral un Partido Socialista y otro denominado Progresista

El Partido Socialista, muy tardío como en España, se apoyaba en la figura de Eugene Debs. Originalmente reformista, Debs había pasado al socialismo gracias a las lecturas. Debs era un socialista clásico, se apoyaba en un sindicato con fuerza creciente conocido como los IWW y esperaba el fin del capitalismo. Su peso era creciente en las grandes urbes, pero menor que el del Partido Progresista

De manera bien significativa, el Partido Progresista estaba dirigido por Theodore Roosevelt. Héroe de la guerra de Cuba, gran explorador y antiguo presidente, Roosevelt había llegado a la conclusión de que el sistema se vería abocado a una gravísima crisis si no adoptaba una serie de reformas de carácter social relacionadas con el mundo del trabajo. La enorme popularidad de Roosevelt  convirtió las elecciones de 1912 en un evento sin precedentes.  
 
El propio partido Demócrata se vio obligado a nominar como candidato a Woodrow Wilson, que contaba con un pasado de reformador al frente del gobierno de Nueva Jersey y había sido presidente de la Universidad de Princeton. Wilson adoptó una plataforma de corte reformista que apelaba a los trabajadores, a los desposeídos y a los marginados.

La guerra acabó con ellos

Los resultados electorales fueron reveladores. El Partido Socialista obtuvo casi un millón de votos. Sin embargo, el Partido Progresista logró ochenta y ocho compromisarios frente a los ocho de un Partido Republicano que había nominado a William Howard Taft y que sufrió la peor derrota de su historia. Wilson se alzó así con la victoria, alcanzando 435 compromisarios. 

En el curso de los años siguientes, el Partido Progresista desapareció y el Partido Socialista continuó una línea ascendente.  Al fin y a la postre, la sociedad cambiaría al entrar Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial. Semejante paso llevó a la cárcel a los que se oponían al esfuerzo bélico –como Eugene Debs– y borró del mapa a la izquierda en términos electorales. Por otro lado, permitió la recuperación de los Republicanos. 

Desde entonces, ha pasado un siglo y la división electoral en dos partidos no ha variado.

Fuente: larazon.es
*Palabra entre paréntesis agregada por la editora.

FRASE DE SABIDURÍA

Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena.
- Ingmar Bergman (1918-2007) Cineasta sueco.

11 de noviembre de 2012

EL TRIUNFO DE OBAMA Y EL FUTURO DE LA NACIÓN


El triunfo de Obama
y el futuro de la Nación


Por Frank de Varona

Hoy 7 de noviembre de 2012 es un día muy triste para nuestra nación. Para los millones que votamos y luchamos para derrotar a este presidente, que fuimos casi la mitad del voto popular de las elecciones, y para mí en particular, autor de tres libros y cientos de artículos sobre Barack Hussein Obama, es un día de luto y gran preocupación por el futuro de los Estados Unidos. ¡Desgraciadamente triunfó el mal sobre el bien! Hoy la bolsa de New York se desplomó 312.95 puntos en el Dow Jones. Muchos temen que la intención de Obama de subir los impuestos dañará los negocios, afectará a familias trabajadoras y provocará una severa recesión económica. También continuará una aún peor y galopante inflación que devaluará nuestra moneda.

 Nosotros sabemos que Obama tiene y siempre ha tenido conexiones con marxistas, socialistas y radicales y ha nombrado a estos amigos a puestos importantes en todas partes en su gobierno. El resultado de estos comicios definió el futuro de nuestra nación y su porvenir es tenebroso. La supervivencia de los Estados Unidos y la del mundo libre está en gran peligro. Los votantes tomaron una decisión muy mal pensada que impactará a nuestros hijos, nietos, biznietos y generaciones futuras. Los votantes que fueron a las urnas escogieron de nuevo al presidente más radical de nuestra historia y también a su peligrosa ideología. Obama ha dicho que nuestra nación “no es cristiana” y ahora podrá llevarnos apresuradamente al socialismo.

El presidente Obama ha declarado la guerra no sólo a la Iglesia Católica y a las demás religiones sino también ha atacado los principios morales de nuestra nación. La Iglesia Católica ha dicho que no obedecerá el mandato que le fuerza a ofrecer abortos, esterilizaciones y contraceptivos en sus planes de salud a los empleados. Han demandado al gobierno de Obama y se han declarado en desobediencia civil diciendo que Obama ha violado la Primera Enmienda de la Constitución. ¿Qué hará ahora Obama? ¿Pondrá a los religiosos en la cárcel por no cumplir con su injusta e inconstitucional regulación?

Billy Graham, el gran evangelista de 94 años, muchos religiosos y personas en la nación piensan que las normas morales de nuestra nación están en decadencia.  Con la victoria de Obama  esa decadencia moral y espiritual aumentará. Es obvio que la nación se ha vuelto más secular y menos religiosa. Por primera vez en la historia, dos estados que apoyaron a Obama, Colorado y Washington, han votado a favor de la legalización de la marihuana. Igualmente, por primera vez, dos estados han votado por la legalización del matrimonio gay. Estos estados que también votaron por Obama son Maryland y Maine. Aunque las cortes en unos pocos estados habían permitido el matrimonio gay, en las elecciones de unos 40 estados, esta propuesta siempre había sido rechazada, hasta el día de ayer.
El pueblo fue otra vez más engañado por Obama, quien no comparte los valores que hicieron a nuestra gran nación un faro de libertad. Muchas personas de buena fe han vuelto a votar por este presidente que nos ha ocultado su pasado de extrema izquierda. Creo que Mitt Romney cometió un gran error al no permitir que un Super Pac que lo apoyaba sacara la participación de Obama en la iglesia marxista de teología de liberación negra, pro musulmana, antipatriótica y racista de Jeremiah Wright por más de 20 años. Tampoco Romney y los que lo apoyaban hablaron de la gran amistad y colaboración durante muchos años con personas despreciables como el matrimonio de los comunistas y terroristas no arrepentidos de Bill Ayers y Bernadine Dohrn, quienes pusieron 30 bombas por nuestra nación.

¿Cuántos jóvenes de 18 a 21 años que votaron por Obama saben de esas asociaciones peligrosas y que el Partido Comunista de los Estados Unidos y los socialistas lo apoyaron en 2008 y 2012? Aunque debe parecer increíble tenemos un presidente que desprecia a nuestra nación y que quiere que dejemos de ser una superpotencia mundial. Obama y sus amigos pertenecen al “Hate USA Crowd” o personas que odian y desprecian a nuestra nación.

Recordemos que el pastor Wright de los Obama decía que nuestra nación era el enemigo número uno del mundo y expresaba su simpatía por el líder racista de la Nación de Islam, al igual que por Fidel Castro, Hugo Chávez y los sandinistas. ¿Cuántos de los que votaron por Obama sabían que todos los enemigos de nuestra nación querían su reelección? ¿Cuántos conocían de sus escándalos en la Casa Blanca y cómo sus funcionarios cometieron una gran traición al revelar importantes secretos que pusieron a nuestra seguridad nacional en peligro y que fueron denunciados por demócratas y republicanos del Comité de Inteligencia del Senado?

Los líderes de Rusia, China, Irán, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Ecuador, Argentina, Bolivia, Nicaragua y otros en el Medio Oriente que nos desprecian están muy contentos de que hemos sido muy tontos al haber elegido a un presidente que actúa débilmente contra nuestros enemigos. La Hermandad Musulmana que gobierna en Egipto y que está penetrando nuestro país y otras naciones árabes seguirá avanzado para crear un Califato de Córdoba e implantar la Ley Sharía a nivel mundial. Con un presidente que simpatiza abiertamente con los musulmanes, que ha reconstruido mezquitas con nuestro dinero en África y que ha nombrado musulmanes radicales en su gobierno, el terrorismo islámico seguirá avanzando y empeorando nuestra seguridad nacional. Irán continuará su carrera para obtener armas nucleares y destabilizar el Medio Oriente. El mundo será mucho más peligroso de lo que ya es durante el segundo mandato de nuestro débil presidente.

Ahora Putin reclamará de Obama la “flexibilidad” que le prometió y Obama continuará eliminando nuestro arsenal nuclear y misiles defensivos al mismo tiempo que continuará desarmándonos unilateralmente. Cuando esto ocurra llegaremos al punto (point of no return) del cual nunca podremos recuperarnos, ni siquiera en 2016, aunque eligiéramos a un presidente que quiera reforzar nuestras fuerzas armadas. Rusia y China estarán tan fuertes que pudieran amenazar a nuestra nación con la guerra si quisiéramos rearmarnos y nos lo impedirían. Los chinos acelerarán el robo masivo de nuestros secretos industriales y militares que Obama no ha hecho nada por parar, ni siquiera alertar a la nación del peligro que esto representa. Rusia y China conseguirán que el dólar cese como moneda internacional y China continuará su guerra de divisas al rebajar artificialmente su moneda y violar las reglas de comercio internacional para perjudicar a nuestra nación. Este es el triste escenario del llamado “Post-American World”, título del libro que Obama tenía en su mano cuando fue fotografiado.

Dos generales de cuatro estrellas ya han denunciado el robo cibernético de China y otras naciones, el cual consideran como la  mayor transferencia de riqueza de la humanidad. También denunciaron la compra de piezas electrónicas falsas de China, que fueron instaladas en misiles defensivos, aviones y helicópteros. El peligro de un ataque cibernético tipo Pearl Harbor, como describió el Secretario de Defensa Leon Panetta, será más probable con un débil presidente como Obama.

Los que creen en la conspiración de los poderes ocultos, como los Bilderberg, Council of Foreign Relations, Trilateral Commission, etc., han denunciado en varias ocasiones y reportado en libros que Obama ganaría con trampas manipulando las máquinas electrónicas a lo Chávez ya que esto nos llevaría más rápido hacia un gobierno central dominado por las Naciones Unidas y controlado por la élite de los banqueros e industriales multimillonarios de aquí y del exterior. Estos banqueros forman un cartel, que en contra de los intereses del pueblo, controlan al Banco de la Reserva Federal que imprime dinero del aire y devalúa nuestra moneda. De ser esto cierto, ahora nos quedará ver si el pueblo estadounidense permitirá la pérdida de nuestra soberanía y la erradicación de nuestra Constitución. Todavía existen muchos patriotas y dignos militares que aman a nuestra nación y que no se quedarán con los brazos cruzados.

La prensa establecida, cómplice, dócil y corrupta, no ha querido hablar de esta  alarmante situación con respecto a nuestra seguridad nacional. Esta prensa, la cual apoya a Obama ciegamente e incondicionalmente, ha encubierto sus errores y escándalos, como lo de Libia y el fracaso de FEMA al no aliviar los daños causados por el huracán Sandy en el noreste del país. ¡Qué se puede esperar de esta prensa cuando CNN ha colocado de analista político al comunista rabioso Van Jones, íntimo amigo del “red diaper baby” Barack Obama!

Nuestras grandes uniones, como el AFL-CIO y la SEIU, la dirigen socialistas y marxistas y fueron indispensables en la reelección de Obama. Ahora presionarán a Obama para que les otorguen más concesiones, las cuales harán un enorme daño a la economía. Estos sindicaros quieren favores del presidente, como pasar la ley del “card check” que eliminará el voto secreto en las elecciones para escoger o rechazar sindicatos en industrias y negocios privados y también el oponerse a que se firmen nuevos tratados de libre comercio.

Durante sus cuatro años de gobierno Obama, el “food stamp president”, ha creado una cultura de dependencia en nuestra nación. Cada vez son menos los que trabajan y más los que reciben ayuda del gobierno federal. Estos beneficios incluyen sellos para alimentos (46 millones) y ayuda por desempleo, welfare, subsidio de renta, medicina y planes de salud sin costo, etc. Aproximadamente el 50% de la nación no paga ni siquiera un centavo de impuestos federales.

La campaña divisionista de Obama de lucha de clases y repartición de riquezas, de dividir y conquistar y de demonizar y desprestigiar a Mitt Romney tuvo gran éxito. La estrategia de la sucia y mentirosa campaña de Obama llamada KILL ROMNEY tuvo un gran resultado. Más de $400 millones se emplearon para desprestigiar a Mitt Romney en anuncios de televisión y de radio. El pueblo desconfió de este excelente candidato por el Partido Republicano, quien es un honesto, decente y exitoso hombre de negocios y gobernador quien, de haber sido electo, nos hubiera sacado del profundo abismo en que nos encontramos.

Romney fue acusado injustamente de haber cometido felonías con respecto a los impuestos, de ser un gran mentiroso y hasta de ser responsable por la muerte de una mujer de cáncer. Nunca antes en la historia se había visto una campaña tan espántosa y desvergonzada y tan  llena de mentiras y engaños como la que hizo el Agitador-Comunitario-en-Jefe Barack Obama. Imitando a Hugo Chávez, Obama hizo una campaña populista de odio contra los ricos y le funcionó. Pero Obama debe recordar que el socialismo funciona hasta que se le acaba el dinero de otros.

Romney falló en el no haberse defendido agresivamente de estos anuncios que lo definieron como un plutócrata egoísta e indiferente a los pobres y a la clase media. A pesar de la desastrosa economía con más de 23 millones de desempleados o subempleados, la pérdida de ingreso de más de $4200 por familia en los últimos cuatro años, la dramática alza en el precio de la gasolina y de los productos básicos, la deuda adicional de Obama de $5.6 trillones, el alto desempleo, el empobrecimiento de toda la nación (1 de 6 viven en el nivel de pobreza) y, en particular, el alto desempleo y el empobrecimiento de los afroamericanos y los latinos, éstos votaron masivamente por su reelección.

Increíblemente, el 52% de la nación culpó al presidente George W. Bush y no al actual ocupante de la Casa Blanca por la terrible economía. Hitler decía que cuando una gran mentira se repite muchas veces el pueblo llega a aceptarla como verdad. Obama desde el principio de su presidencia hasta el último día antes de su reelección culpó a Bush por la desastrosa economía que él como presidente fracasó rotundamente en revivir.

Probablemente muchos de los que votaron por Obama pensaron que el presidente les daría más y más beneficios, pero no han pensado que cuando la nación caiga en un abismo fiscal esos beneficios se evaporarán. Su nivel de pobreza, el cual aumentó considerablemente durante los primeros cuatro años de Obama, aumentará drásticamente cuando la nación quiebre. Sólo tienen que mirar a Grecia, España, Portugal, Italia y muy pronto al resto de Europa y vernos reflejados en ellos. Estas naciones, llamadas estados de bienestar, ofrecieron por años generosos beneficios, los cuales eran insostenibles. Estas naciones ahora sufren severa contracción económica, altísimo desempleo acompañado por huelgas y violencia callejera con severa agitación social. En la antes rica Cataluña el gobierno dejó de pagar los sueldos a los médicos, enfermeros y demás empleados de los hospitales públicos.

Ahora le espera a nuestra nación más impuestos, una economía estancada, alto desempleo y una deuda nacional y déficits anuales aplastantes. Nuestra nación tendrá menos libertad y sufriremos la creciente destrucción de nuestra Constitución. También sufriremos una severa recesión económica causada por el presidente considerado más anti negocios de nuestra historia.

Como en 2008, los seguidores de Obama hicieron trampas y cometieron fraude en estas elecciones. Estadounidenses reportaron que las máquinas electrónicas marcaban Obama cuando ellos votaban por Romney en Ohio y en Carolina del Norte. La Junta Electoral de un distrito en Ohio despidió a dos jueces de la Junta Electoral por haber permitido votar a personas que no se habían registrado para votar como lo exige la ley. A otras personas cuando fueron a votar les dijeron que ellos ya habían votado con boletas ausentes que ellos no habían llenado. En la mayoría de los estados, ciudadanos votan sin presentar identificación alguna, lo cual le permite votar a personas indocumentadas y a expresos que han perdido el derecho a votar.

A miles de soldados, en violación de una ley federal, no se les permitió que votaran con boletas ausentes. Obama sabía que más del 65% de los que sirven en las fuerzas armadas votaría en su contra y esto podía ser decisivo en estados reñidos. Es una enorme ironía el negar el derecho al voto a nuestros militares, lo cuales luchan por mantener nuestra libertad por todo el mundo. Estas irregularidades ya han sido denunciadas por Fox News, pero no serán investigadas por el corrupto Procurador Nacional Eric Holder del Departamento de Justicia, mejor llamado el Departamento de Injusticia.

Los republicanos ganaron la Cámara de Representantes y los demócratas mantuvieron el control del Senado. Nada ha cambiado, con la excepción de que Obama podrá ahora nombrar nuevos jueces a la Corte Suprema. Es de esperar que estos jueces nunca declararán como inconstitucional las leyes de Obama por más arbitrarias que sean. La presidencia de Obama, que ha sido descrita como imperial, se volverá más dictatorial. Se puede esperar que si Obama no obtiene las leyes que él desea gobernará con decretos ejecutivos.

Ojalá que esté equivocado en esta evaluación tan negativa de nuestro futuro con un presidente que ha estado asociado con mentores comunistas, socialistas y radicales desde que nació hasta el día de hoy. Es muy triste que la nación no entendiera esta amarga realidad. Desgraciadamente todos sufriremos en el segundo mandato de este presidente que ahora podrá continuar con sus planes para la completa transformación de nuestra nación y la implementación del sueño de su marxista y anticolonialista padre, como no los advirtió Dinesh D’Souza.

En el discurso de Mitt Romney, donde aceptó su derrota, el candidato buscó dar un mensaje de conciliación bipartidista. Romney expresó: “Éste es un tiempo de grandes desafíos para los Estados Unidos, y rezo para que el presidente tenga éxito al guiar a nuestra nación”. El gobernador Romney añadió: “No podemos correr el riesgo de disputas partidistas ni de posturas políticas. Nuestros líderes tienen que trabajar en ambas bancadas por la gente”.

Obama prometió que “he would reach across the aisle” (atravesar el pasillo) o sea que involucrará a los republicanos en el Congreso de forma bipartidista. ¿Pero quién confía en esta promesa cuando en cuatro años no lo ha hecho? Obama debe reconocer que casi la mitad del país está en desacuerdo con su política y lo rechazó en las elecciones. Si de verdad fuera un patriota debería darse cuenta que, por el bien de la nación, debe parar los insultos y demonización de aquellos que no están de acuerdo con sus planes de transformar nuestra sociedad y violar nuestra Constitución. También debería deshacerse de su creciente lista de enemigos estadounidenses y preocuparse por los verdaderos enemigos más allá de nuestras fronteras.
Esperemos que Bill Clinton y otros líderes demócratas, que tanto ayudaron al triunfo de Obama, le den buenos consejos a nuestro arrogante, ególatra y narcisista presidente por el bien del país. Si Bill Clinton quiere que su esposa sea presidenta en 2016 debe querer que los Estados Unidos no sea una nación empobrecida al borde de la quiebra. No quiere que sea una nación de tercera categoría dominada por los chinos y los rusos. Clinton debe aconsejar a Obama a  mantener nuestra posición como una superpotencia mundial por nuestro bien y del mundo libre en los próximos cuatro años. Por último, Clinton debe aconsejar al presidente que reduzca la aplastante deuda y reforme los llamados “entitlements” (programas sociales) que nos van a llevar a una segura bancarrota y que gobierne desde el centro en una forma bipartidista. O sea que haga lo que no hizo en su primer mandato.

El senador conservador republicano de Florida Marco Rubio nos advirtió correctamente que el rumbo que “Obama lleva a la nación, lo sepa él o no, es un camino de pobreza, no de prosperidad. Las cosas no mejorarán nunca bajo Barack Obama porque él no entiende lo que nos hizo un gran país”.

Otro conservador cubanoamericano, Ted Cruz, fue electo senador federal en Texas. Cruz recientemente dijo: “Barack Obama es el presidente más radical que esta nación ha tenido. Es un devoto de su fe, y su fe…es el control total del gobierno. El senador Cruz se preguntó: “Si perdemos la libertad aquí ¿a dónde iremos?”

La victoria de Obama no debe desanimarnos, todo lo contrario, debemos luchar más que antes por preservar la libertad y la democracia de nuestra nación como también no permitir que nuestra Constitución sea hecha pedazos.  Aquellos que pertenecimos a la Brigada de Asalto 2506 venimos luchando por más de 50 años por la libertad de Cuba. Ahora también lucharemos por mantener la libertad de esta gran nación que nos acogió. Debemos rezar y rogarle a Dios Nuestro Señor que no nos abandone y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América y nos proteja de nuestros enemigos domésticos e internacionales

Publicado en el blog de Emilio Ichikawa y remitido por Renato Recio.