27 de septiembre de 2012

EN MEMORIA DE ANDY WILLIAMS


 
En memoria de
Andy Williams

Andy Williams, una de las voces más populares de EE.UU. gracias a su interpretación de canciones como "Moon River", "It's the Most Wonderful Time of the Year" o "Days of Wine and Roses", falleció el martes a los 85 años, en su residencia de Branson (Misuri), víctima de un cáncer de vejiga. 

Fue uno de esos nombres de la canción popular norteamericana cuyas canciones han sonado en más de medio mundo. Como se dice en inglés, fue un crooner, una voz romántica, dotado de una gran técnica vocal y una genial puesta en escena. Quizá no llegó a la fama y el carisma inolvidable de Sinatra ni al brillante desparpajo de Dean Martin, o a la soltura de Tony Bennett, pero su casa está repleta de discos de oro y de platino, y su presencia fue habitual durante años, entre 1962 y 1971, en la pequeña pantalla norteamericana, ya que Williams presentó uno de esos típicos programas, un show, en el que aparecieron muchos cantantes (veteranos y noveles), entre chistes, bromas y buen rollo.

Como tantos otros artistas norteamericanos empezó a cantar en la iglesia y luego en compañía de sus hermanos en los años cuarenta. En 1952 comenzó su carrera en solitario, y durante medio siglo no se bajó nunca de los escenarios hasta que la enfermedad se lo impidió. En los años sesenta y los setenta sus actuaciones y sus grabaciones fueron incontables.

El mayor éxito de Williams en todo el mundo fue “Moon River” de Mancini y Johnny Mercer, ganadora del Oscar de 1962 a la mejor canción, como eje central de la película “Desayuno con diamantes” (Breakfast at Tiffany)  de Blake Edwards, con Audrey Hepburn más guapa que nunca (que ya es decir) y George Peppard con su gabardina y más chulo que un ocho.  Otros títulos destacados de su carrera fueron «Are You Sincere», «Lonely Street», y «The Village of St. Bernadette». 

«Nunca creerías cómo 'Moon River' se convirtió en un éxito», dijo en una entrevista de 1989 con el Chicago Tribune. «Estaba cenando con los compositores Henry Mancini y Johnny Mercer, y me  ofrecieron  la canción pero  no estaba convencido de que la temática fuera a entusiasmar a sus seguidores». Sin embargo, justo antes de los Óscar, le ofrecieron cantarla en la ceremonia; finalmente accedió y aquella interpretación la convirtió en un hito y en su canción de referencia.

Se convirtió en un cantante habitual dentro del programa "Tonight", de Steve Allen, en 1954, cuando obtuvo éxitos con temas como "Canadian Sunset", "Butterfly", "Are You Sincere", "Hawaiian Wedding Song" y "The Village of St. Bernadette". A lo largo de su vida, Andy Williams, logró 18 discos de oro, tres de platino, cinco candidaturas a los Grammy y una a los Globos de Oro.

Mantuvo una línea ascendente durante las décadas de los sesenta y los setenta gracias a canciones como "Can't Get Used to Losing You", "Dear Heart", "Charade", "Music to Watch Girls By" y "(Where Do I Begin) Love Story".

Uno de sus éxitos principales fue el de presentador en "The Andy Williams Show", del canal NBC, de 1962 a 1967, una serie que ganó tres premios Emmy. Williams, como presentador, obtuvo dos candidaturas. "The Andy Williams Show" incluía la presencia de artistas como Bing Crosby, Ella Fitzgerald, Jonathan Winters, Phyllis Diller y nuevos artistas como Linda Ronstadt, The Mamas and the Papas, Elton John y The Jackson 5.

Andy Williams en "Moon River": 

http://www.youtube.com/watch?v=flm4xcOyiCo

Fuentes: 
ABC y La Razón, Madrid.

MALANGA SI, CHICLE NO



“¡Malanga sí, chicle no!”

Rebeca Montero
La Habana | 25/09/2012

Lugar: explanada frente al Palacio Nacional. Día: 28 de septiembre de 1960. Fidel Castro se dirige al pueblo para informar sobre su reciente viaje a los Estados Unidos. Se lamenta por la suerte de los cubanos que allí encontró, aquellos que abandonaron la Isla huyendo de la dictadura: «¡Y qué triste que una parte de nuestro pueblo haya tenido que arrancarse del suelo de la Patria! (…) ¡que esa parte de nuestro pueblo tenga que vivir en el extranjero y qué suerte tan dura la de esos cubanos!». Los llama los “verdaderos héroes de la revolución (…) esos cubanos que allá gritan: ¡Malanga sí, chicle no!”

Explota un petardo. «¡Fíjate bien… Fíjate bien, en el mismo momento en que estaba hablando del imperialismo sonó el petardo». Se vuelve hacia los que lo acompañan: «¿Lo cogieron, no hay noticias?» 

Gira al frente y, casi ronco, anuncia a la multitud enfebrecida que grita “¡Paredón!”: «Vamos a establecer un sistema de vigilancia revolucionaria colectiva, que todo el mundo sepa quién vive en la manzana y qué hace el que vive en la manzana y qué relaciones tuvo con la tiranía, y a qué se dedica, con quién se junta, en qué actividades anda…» 


Se escucha una segunda y oportuna explosión: «¡Déjenlas, déjenlas que suenen, que con eso están entrenando al pueblo en toda clase de ruidos!». Así nacieron los Comités de Defensa de la Revolución.

En rigor, desde varios días antes, los vecinos interesados en defender la revolución se comenzaron a inscribir en comités de barrios para la vigilancia, pero fue aquella escenografía dramática, en la terraza del Palacio, la que marcó la fundación de los CDR. Los petardos sonaron cuando tenían que sonar.

El logotipo para la identificación del nuevo organismo se basaba en el grito espartano “con el escudo o sobre el escudo” que no todos entendieron, pero en esos tiempos Fidel Castro aún exhibía rezagos de sus lecturas humanistas.

Comenzamos a hacer guardias nocturnas. Al principio eran solo cinco o seis cederistas por cuadra, los más entusiastas, quienes creían que un marine pudiera aparecer a la vuelta a la esquina en cualquier momento. Los CDR se constituyeron no solo en las cuadras, también en los centros de trabajo, incluyendo un prostíbulo en la calle Marina.

Primero fue la vigilancia, luego derivó a los permisos hasta para sacar un mueble de su casa, los trabajos voluntarios, las células de vigilancia o informantes de confianza del MININT (no eran todos), la búsqueda de los estados de opinión, los registros para el racionamiento, el reciclaje de materias primas, la supervisión en bodegas y carnicerías, las campañas de vacunación, los círculos políticos, la limpieza de calles, la invención de la caldosa…    

En las zonas, distritos, municipios, provincias, militaban cederistas sinceros en un inicio. Hoy, en la mayoría de las cuadras, los cargos están ocupados por personas que solo tratan de sobrevivir, de mirar hacia otro lado y no darse por enterados de lo que sucede, las que buscan esconder lo que hacen en la privacidad de sus casas, las que perjudican a otros por competencia o por envidia, muy pocos por convicción; cualquiera puede ser el Presidente o el Responsable de Vigilancia del CDR. No tiene sentido que el anciano Machado Ventura confíe “en la madurez, fortaleza, fidelidad y compromiso de los cederistas”, como hace poco dijo.

La malanga amarilla se perdió. La malanga blanca, la de verdad, apenas se ve y, cuando hay, es cara. Un poco más barato es el chopo (que no es malanga) y hay que saberlo encontrar. Por lo tanto, los cubanos no tenemos opción: malanga, no, y chicle, tampoco.
© cubaencuentro.com

FRASE DE SABIDURÍA

Qué difícil de entender es la hipocresía de un Gobierno que requiere que cada ciudadano deba probar que está asegurado... pero que no tenga que probar que es ciudadano.
-Ben Stain (1944- ) Analista político estadounidense

26 de septiembre de 2012

CUANDO TE CREES ESTRELLA Y ERES COMETA


                Cuando te crees estrella y eres cometa

Hay personas estrellas.  Hay personas cometas. Los cometas pasan, apenas son recordados por las fechas que pasan y vuelven. Las estrellas permanecen.

Lo importante es ser estrella. Hacer sentir nuestra presencia. Ser "luz", "calor", "vida". Los amigos son estrellas. Los años pueden pasar, surgir distancias; pero en nuestros corazones quedan sus marcas.

Ser cometa no es ser amigo, es ser compañero por instantes.   La soledad es el resultado de una vida cometa. Nadie permanece, todos pasan y nosotros también pasamos para ellos.

Los amigos son estrellas en nuestras vidas, se puede contar con ellos, ellos son refugio en los momentos de tensión, luz en los momentos obscuros, pan en los momentos de debilidad, seguridad en los momentos de desánimo. 

Es bueno también sentir que hemos sido luz para muchos amigos, y que ellos nos han iluminado a su vez. Es bueno sentir que hemos sido calor para muchos corazones, y que esos corazones nos arroparon cuando el frío nos castigó. 

Ser estrella en este mundo pasajero, en este mundo lleno de personas cometas es un desafío, pero por encima de todo, una recompensa.

Es nacer y haber vivido, y no haber existido apenas.

P. Dennis Doren L.C.