25 de julio de 2012

Retrasmisión del ballet "Don Quijote"


Retrasmisión vía streaming
desde el teatro Mikhailovsky
de San Petersburgo

El diario La Razón y el portal de música clásica ParaClassics ofrecen hoy la retrasmisión en vivo del estreno de la nueva versión del ballet "Don Quijote" desde el Teatro Mikhailovsky de San Petersburgo.

La retrasmisión, realizada con el apoyo técnico de la compañía Rostelecom en formato de alta definición (Full HD), permitirá además a todos su visitantes acceder al vídeo del espectáculo durante las 24 horas posteriores al evento, con lo que, quien no pueda verlo en directo, podrá hacerlo a lo largo del día posterior con comodidad.

"Don Quijote" nos muestra una historia sencilla y noble en la que priman la fe en la bondad y los ideales, todo ello envuelto en magníficos trajes, suntuosos decorados y escenografías de lujo.

La puesta en escena de "Don Quijote" en el teatro Mikhailovsky es un fiel reflejo de toda la tradición y experiencia del ballet clásico ruso, que será interpretado por los mejores bailarines del mundo, Natalia Ósipova e Ivan Vasiliev.

El ballet está basado en uno de los libros mas leídos en el mundo, "El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha", de Miguel de Cervantes Saavedra, y representa una obra expresiva y vivificante de Marius Petipa. En el espectáculo encontramos al noble hidalgo don Quijote y su fiel escudero Sancho camino de su próxima aventura, que se convertirá en un gran apoyo en la vida de una pareja de jóvenes enamorados: Kitri y Basilio.

«... La música compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu», subrayaba el noble hidalgo don Quijote. Los altos movimientos del alma expresados por la música de Ludwig Minkus y el baile de los geniales bailarines son aun mas elocuentes. Con mas de cien años de vida, el ballet combina un refinado valor artístico, una contagiosa energía y la manifestación magistral de la técnica del ballet clásico. 

Esta retrasmisión puede ser seguida tanto en plataformas sobre Windows como en dispositivos con plataforma iOS /iPhone/iPad) desde la página web de La Razón. Es necesario instalar SilverLight para verlo. El espectáculo tiene una duración de tres horas con dos pausas o intermedios.
 
ParaClassics es líder mundial en la difusión de música clásica, ópera y ballet en Internet. Además, es la única plataforma que realiza trasmisiones on-line en formato Full-HD (Alta Definición Completa).

El debut y tramisión  de la nueva versión de "Don Quijote" será la última en la temporada de las trasmisiones en directo vía Internet que PreClassics realizará de los estrenos y eventos especiales de la temporada 2011-2012 desde el teatro Mikhailovsky.

Se han realizado siete trasmisiones desde este lugar, entre las cuales se encuentra el estreno de la nueva puesta en escena de Nacho Duato de "La bella durmiente" en diciembre de 2011; la ópera "Nobleza rústica", en la escenificación de Liliana Cavani y el estreno de la versión rusa de la famosa realización de Nacho Duato "Multiplicidad, formas de silencio y vacío". Todos los vídeos están expuestos para ver gratuitamente en el archivo de la página web de ParaClassics:  http://paraclassics.com

larazon.es

Copie-pegue en su buscador la dirección de Silverlight para instalar ese programa:
http://www.microsoft.com/silverlight

Se puede disfrutar nítidamente de este ballet, a pantalla completa del monitor. No desesperarse al comienzo de la función por su demora. Imaginemos que estamos realmente en el teatro y que aprovechamos los entreactos para hacer otras cosas en la casa.  Un espectáculo formidable: garantizado.
 
Además, pueden verse otras funciones presentadas previamente. Es buena idea guardar entre las favoritas la dirección de ParaClassics.

DETENCIONES MASIVAS EN EL ENTIERRO DE PAYÁ


Detenciones masivas

en el entierro de Payá



LA RAZÓN, MADRID

«Los años más maravillosos de mi vida han sido los 26 años que he compartido con Oswaldo Payá Sardiñas», reconocía Ofelia Acevedo, la eposa del difunto opositor cubano al finalizar su entierro en La Habana. Ofelia dio las gracias a todos los presentes, alrededor de unas 500 personas, por haberla acompañado durante el emotivo sepelio, en el cual la Policía castrista tampoco dio tregua y se llevó a  decenas de disidentes detenidos.

Según testigos presenciales, cuando acabó la misa en el templo El Salvador del Mundo, tras las conmovedoras palabras de Ofelia y su hija Rosa María Payá, los asistentes al entierro salieron y comenzaron a gritar clamos de «libertad». «Inmediatamente, la Policía medieval comenzó a darles golpes y a subirles en ‘guaguas’, arrestados», asegura Orlando Luis Pardo, escritor y fotógrafo cubano a este periódico. Entre los que, al cierre de esta edición, estaban detenidos se encuentran el psicólogo Guillermo Fariñas y el opositor Antonio Rodiles.

«No se sabe qué ha sido de ellos, sus teléfonos están apagados. Aun así,  el cortejo fúnebre no podía parar y dejamos atrás toda aquella barbarie antes de llegar al cementerio Colón, donde se celebró el entierro». Fariñas, que llevaba una camiseta con el rostro de Payá, y decenas de opositores fueron arrestados por agentes de paisano.  El escritor opositor Luis Pardo describió así la situación «había una fila más larga que la que puso el Gobierno cuando vino el Papa Benedicto XVI, una turba que paralizó el tráfico y que nos golpeó».

Y es que el funeral del líder del Movimiento Cristiano de Liberación (MCL) sirvió para unir a la disidencia, pero también evidenció que el régimen de los Castro no deja descansar a los muertos en paz. Tal y como a Payá le hubiera gustado estaban todos los destacados líderes de la oposición como María Beatriz Pérez Roque Cabello, Elizardo Sánchez Santa Cruz, Oscar Elías Biscet, Librado Linares, Vladimiro Roca o Félix Navarro. «Después policías de paisano que estaban monitoreando la ceremonia detuvieron a los opositores. En principio parecía que no había presencia policial pero luego aparecieron», agrega Pardo.

De nuevo el régimen pierde los estribos y daña su imagen frente al mundo, habría sido más inteligente no enviar a sus huestes en un funeral exponiéndose a la opinión pública. Esta es la estrategia que siguió durante la reciente visita del Papa a la isla sin apenas detenciones. Pero más allá del habitual hostigamiento, lo importante es que algunos ya hablaban de un pacto para la integración, «el pacto de Payá». Un acuerdo para empezar a reunirse y propiciar un acercamiento entre los distintos grupos disidentes. Si la oposición es capaz de unirse, presionar y formar una fuerza política, quizás puedan continuar con la senda marcada por el propio Oswaldo.

El mortal accidente sigue siendo un total interrogante. Sin duda, las palabras de la hija de Payá, Rosa María, sobre el esclarecimiento de lo sucedido en el accidente fueron de las más comentadas: «Buscaremos justicia sobre la violenta muerte de mi papá y de nuestro joven amigo Harold Cepero (que también iba en el vehículo). No buscamos venganza, no lo hacemos por odio porque como mi padre decía: ‘La primera victoria que podemos declarar es que no tenemos odio pero sí sed de verdad y ansias de liberación’», resaltó. También recordó las repetidas amenazas contra su vida que recibió Oswaldo Payá y responsabilizó al Gobierno cubano de la integridad física de sus hermanos y de su madre.

Desde Madrid, su hermano Carlos asegura a LA RAZÓN que lo que está dando pie a tanta elucubración es que «mi familia no tiene la información oficial de lo sucedido. Ni su mujer ni su hija han recibido la respuesta de las autoridades, por eso se están vertiendo tantas valoraciones. Es algo extremadamente serio». Carlos Payá, que defiende a su sobrina, pues si no tuvieran esta incertidumbre en la que todo el mundo está aportando su versión de los hechos como si hubieran estado presentes y recuerda que esto se suma al profundo dolor que tienen por haber perdido a Oswaldo.

En Suecia, las autoridades también están siguiendo el caso de cerca, pues su político, Jens Aron Modig, acompañaba al español Ángel Carromero y a los dos cubanos fallecidos. A Guillermo Milán, periodista cubano residente en Suecia, le asombra que en menos de nueve meses se hayan perdido a dos de los disidentes más carismáticos de Cuba y premios Sajarov. «Los que más daño hacían al régimen eran Laura Pollán y Oswaldo Payá, por lo bien que caían, lo bien que se expresaban, el mundo entero les hacía caso».

EL ESPAÑOL QUE  CONDUCÍA,  RETENIDO

Ángel Carromero, el militante de Nuevas Generaciones del PP, continuaba ayer bajo custodia policial. Las autoridades cubanas explicaron que, al no haber concluido la investigación sobre el accidente, y siendo Carromero quien conducía el coche, no se ha podido autorizar su salida. Es el segundo día que el joven presta declaración sobre el accidente. 

Una portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación explicó que Carromero permanece retenido pero sin cargos y que ha pasado la noche en la cárcel. «No ha dormido en una celda común compartida», si no que ha pasado la noche sólo y «en una dependencia aparte» habilitada para él, explicaba Exteriores. El cónsul de España en La Habana se trasladó ayer a Bayamo donde permanecerá «el tiempo que sea necesario».

EL DOLOR DE LA VERDAD


Testigo directo

El dolor de la verdad

 
Orlando Luis Pardo
25 de julio, larazon.es
   
Amanecí en la Iglesia en el templo Salvador del Mundo, en el mismo Cerro donde vivía Oswaldo Payá. El templo permaneció toda la madrugada abierto, lleno de amigos, activistas, de compañeros de Oswaldo y la familia.

Amanecimos ahí. A las 8 de la mañana se personó la alta esfera cubana, también el personal diplomático, el nuncio apostólico aquí en La Habana y se celebró una misa. En la homilía se alabó la sinceridad, la pureza del alma de Oswaldo. Incluso se alabó su activismo político, dijo el cardenal, que [Payá] siempre estuvo supeditado a su fe cristiana católica –pues tuvo muchos conflictos de conciencia–   sabiendo cómo cumplir con la doctrina social de la Iglesia, porque él quería ser un político de la transición y, a pesar de algunas críticas que le hizo a declaraciones y a los portavoces de la Iglesia católica, nunca se alejó de su congregación. Esas palabras, incluida la vocación política de Payá estuvieron en boca del cardenal.

De todas formas, el momento más impactante para la historia de Cuba fue el de las palabras que pronunciaron su hija de, Rosa María, y también su viuda, Ofelia Acevedo, cuando leyeron un documento en nombre del Movimiento Cristiano de Liberación, movimiento que se queda huérfano.

Se habló muy fuerte de cara al Gobierno. Se responsabilizó al Gobierno cubano de cualquier cosa que les pudiera suceder a ellos, a esta familia que se queda desvalida, después de esta acción violenta que queda por aclarar. Se pidió una investigación exhaustiva y seria, de observadores, no con la misma Policía política de siempre. Se pidió respeto para la oposición en Cuba de cualquier signo, legitimidad para los movimientos pacíficos no violentos, y también del activismo político de la no violencia.

Y se dijo todo ello a la cara de las autoridades eclesiásticas, los embajadores, el pueblo y toda la Seguridad del Estado que estaban escuchando. Ellas lo «silabiaron», sílaba a sílaba, porque estaban llorando.

Yo creo que más que el dolor de la muerte, se trataba del dolor de la verdad, que duele como un parto que se ha pospuesto demasiado y que ya ese parto nos domina y nos duele el alma.  Somos generaciones que tenemos la cicatriz irreparable, por eso cuando la pronuncian  lloran. Evidentemente el dolor es muy grande, pero esta muchacha, de apenas 20 años, y la señora de unos 50, han vivido la misma experiencia del horror civil.

OSWALDO PAYA, OTRO ACCIDENTE EN QUE DEASCARRILA LA LIBERTAD DE CUBA



Oswaldo Payá…
Otro accidente en el que descarrila
la libertad de Cuba

Por Pepe Forte

El ataúd, tan grotescamente cuadrado como para hacerle honor a su otro nombre de “caja de muerto”, era justo más que nunca eso mismo, porque se trataba de uno made in Cuba después de 50 años de aniquilante tiranía castrista. Tan magro, que ni tiraderas tenía para asirle, y tan carente de molduras y relieves que, si no fuese lo que es, hasta habría resultado hermoso por minimalista. 

Que de las escaceses no escapa en La Isla del Desencanto ni el traje final de la muerte… y vaya usted a saber si acaso no era siquiera ni de madera aquél que aún en su patética simpleza iba cargado de la gloria que sí no cabe en un grano de arroz, porque llevaba dentro a la figura ya convertida en ícono de la disidencia cubana, el cadáver de Oswaldo Payá Sardiñas.

Así se le vio rodeado de una multitud que a duras penas podía manipular y desplazar al burdo embalaje, mientras en torno a él se escuchaban gritos repetidos de ¡libertad, libertad!

Según la prensa oficialista cubana —la única prevalente en el país por más de cinco décadas—, el fundador del Movimiento Cristiano de Liberación en Cuba, murió alrededor de las 2:00 pm el domingo 22 de julio del 2012 a consecuencia de un accidente de tránsito en la carretera de Bayamo a Las Tunas, a unos 800 kilómetros al Este de la capital, cuando el conductor del vehículo rentado, un ciudadano español, Ángel Carromero Barrios, perdió su control y terminó estrellándose contra un árbol a un costado de la vía. En el asiento del pasajero delantero viajaba otro extranjero, el sueco Aron Modig; ambos supervivieron al impacto, pero no Payá ni Harold Cepero, en la banca trasera, quienes aparentemente ignoraron ponerse el cinturón de seguridad.

En el Hospital Carlos Manuel de Céspedes de Bayamo los dos fueron declarados muertos, aunque algunas fuentes señalan que Payá falleció en la propia escena del choque.

La hija del célebre opositor y su hoy viuda citan que no se trató de un “lamentable accidente de tránsito” en que perdieron la vida dos ciudadanos sin nombre ni relieve social como reseñó secamente el periódico Granma en un intento por desvestir de prominencia al hecho y a sus protagonistas, sino que el auto en que viajaban los cuatro hombres fue perseguido, acosado y embestido por otro hasta hacerle perder el rumbo y conseguir el resultado de la noticia.

Huelgan las opiniones de las dos mujeres y las sospechas de testigos o no, porque la eliminación física de sus adversarios ha sido un patrón constante de conducta de Fidel Castro desde sus tiempos de gángster-estudiante en la universidad de La Habana, hasta este instante a mucho más de medio siglo de distancia. La coloratura diversa de sus víctimas enviadas expeditamente por él al otro mundo va desde Manolo Castro hasta Oswaldo Payá, pasando por Rolando Masferrer, Humberto Sorí Marín y Arnaldo Ochoa, por sólo citar unos nombres de una lista que en realidad se desborda en un tétrico etc.

Y los “accidentes”, en los casos en que la impunidad no le ha sido concedida, son el arma predilecta de su estalinista modus operandis, que como práctica consustancial de su maquinaria cual batón ahora traspasa al heredero de tal filosofía, su hermano Raúl. Mas Castro afirma que el exilio cubano es la mafia…

Orbe y medio más que medio orbe, como ocurrió con Laura Pollán,  está convencido de que a Oswaldo Payá Sardiñas lo asesinaron… que no se trató de una colisión automovilística, sino de un operativo de la Seguridad del Estado cubana; aún si Payá hubiese supervivido al choque, los tenebrosos miembros de la entidad más temida y odiada de Cuba, disfrazados de médicos habrían puesto final a su vida al llegar al hospital. Y aún falta el último acto de la opereta: los dos supervivientes del episodio, el sueco y el español —ambos harán del segundo—, chantajeados a costa de su integridad física y la de sus respectivas familias aún a miles de kilómetros de Cuba, dirán a los medios que sí, que se trató de un accidente, no de un asesinato político y de estado. No importa que exista un registro de video en el que se aprecia que al auto de la Pollán le hicieron lo mismo, que tal cual le ocurrió hace semanas al propio Payá en La Habana y que, mucho antes, el lado del autobús de ruta en que se desplazaba el fundador del movimiento por los Derechos Humanos en Cuba, Ricardo Boffil, fue acometido por un camión.

La pérdida de Payá no sólo es irremediable, sino grave. Como la luz del único faro que ya iba quedando, la cabeza más visible y de más prominencia en el esquema de la oposición y disidencia cubana era él. Mas no fue su brillo internacional en tanto que recipiente del Premio Sajárov, sus múltiples nominaciones al Premio Nobel de la Paz, ni su paralelismo con Václav Havel sino su condición de caballo de Frisia para los planes de supervivencia del castrismo lo que firmó su sentencia de muerte. Eliminar su presencia física era asunto capital para la tiranía de frente a una probable reelección de Barack Obama y por tanto de una distensión hacia el caso cubano como una de las movidas clave para completar la estrategia final para alcanzar por desgaste la aceptación del regímen lavado con el detergente del modelo chino. Y, de paso, la venganza —coincidentemente también china por paciente—, de castigar con el castigo supremo al hombre que más daño le hizo.

A diferencia del resto de la valiosa disidencia y oposición cubana, fue Oswaldo Payá Sardiñas quien subrayó más que nadie el carácter enfermizamente totalitario y antidemocrático por antonomasia del castrismo, al utilizar sus propias herramientas para desenmascararlo. Inicialmente, Payá intentó la nominación a las capas del llamado Poder Popular desde su conocida pose de ciudadano desafecto al sistema, lo cual, desde todo punto aunque era inviable bajo la “moralidad” socialista, sin embargo no era inconstitucional a la sombra del amañado documento rector de la sociedad cubana de 1976, que derogó la famosa Constitución de 1940. Luego, Payá obligó a hermetizar más aún la constitución del 76 cuando, al amparo de lo que ella misma predica, logró más de 11 mil firmas para el establecimiento de un proyecto político no marxista. Once mil rúbricas contestatarias, una cantidad monstruosa para lograr en un país en que el terror de la maquinaria política estatal deja inerme por miedo a miles de personas en una plaza pública en torno a un ciudadano que reclama libertad a voz en cuello…

Demasiadas afrentas como para que los Castro las pasaran por alto.

Qué tragedia la muerte de Payá. Y cuán indecente el modo en que un gobierno que no lo es, un poder tan omnímodo como ilegítimo, pareciera que celebra con regocijo con esta acción, otro aniversario más en el mismo mes del hundimiento del remolcador "13 de marzo" que fue, hmmm… ¿un accidente?

Pero de algo podrán estar seguros los castristas: que cuando mañana la justicia caiga sobre ellos, será cualquier cosa menos accidental.

FRASE DE SABIDURÍA


Los que roban a otros sus derechos se roban a sí mismos. Los que quitan y aplastan la libertad son los verdaderos esclavos.

- Harold Cepero Escalante, muerto junto a Oswaldo Payá el 22 de julio de 2012.

24 de julio de 2012

UN DÍA MUY DURO PARA CUBA


 Un día muy duro
para Cuba

Miguel Saludes

MIAMI, Florida, julio, www.cubanet.org -Como una avalancha llegó la noticia terrible de la muerte de Oswaldo Payá Sardiñas ocurrida este domingo 22 de julio en el oriente de Cuba. La tristeza de la comunicación me sorprendió justo en el momento de alegría por un reencuentro largamente esperado. Minutos antes de conocer el doloroso hecho me disponía a abrazar a  Omar Rodríguez Saludes del que me despedí personalmente hace poco más de siete años en una cárcel cubana.

Según las primeras informaciones la tragedia ocurrió a consecuencias de un fatal accidente de tránsito. Un choque en el que el resultó impactado el auto donde viajaba el líder del Movimiento Cristiano Liberación junto a dos ciudadanos españoles y el joven Harold Martínez , miembro de la organización disidente.

¿Accidente fortuito o macabro asesinato? Muy pronto para asegurarlo pero no para pensar en la segunda opción como la de mayor posibilidad. Algo que será difícil de comprobar aunque no disparatado el intuir. No es la primera y ojalá sea la última de extrañas muertes, muy oportunas para el régimen que se desgaja en sus fundamentos. Unos por virus, otros por ahogamiento y enfermedades y ahora por accidentes de tráfico.

Cierto que la muerte no tiene preferidos. No distingue entre buenos o malos, inocentes y culpables. Figuras destacadas o gente común. Tampoco entre creyentes y ateos, ni en disidentes o adeptos. Es quizás el evento más imparcial que incida sobre la existencia humana. Pero hay situaciones donde la duda es permitida y especular no es aventurarse en el equívoco.

Oswaldo Payá era una de las voces y las posturas más ecuánimes, coherentes y verticales de la oposición cubana. Se podía discrepar de sus ideas, proyecciones y hasta de la manera de concebir estrategias de lucha del movimiento que fundó. Para lo que no había espacio en la duda era para su integridad y entrega en la causa democratizadora de Cuba.  Y esas características son temibles para un régimen que a toda costa hace esfuerzos por mantenerse inamovible, y cuando no queda otra alternativa hace cambios a su medida y conveniencia. Con Oswaldo no había espacio para esa maniobra.

Si bien no se puede afirmar aún con total certeza que el sistema llegara a soltar los resortes siniestros que terminaron en provocar esta muerte, queda abierta  la puerta de una sospecha fundamentada. Por el momento, tal como declaré al Editor de Noticias de Cubanet,  la oscuridad más absoluta reina sobre la desaparición física de Payá y Harold. Con ello ha perdido Cuba. Perdió el Movimiento Cristiano Liberación su figura más emblemática. Perdió la sociedad que se debate por salir hacia la democracia en momentos críticos y perdió el exilio cubano al quedarse sin una de las referencias más preclaras e íntegras del movimiento opositor en la Isla.  Por ello nuestras condolencias a la familia de Harold y Oswaldo se hacen extensivas a la de esa grande a la que no estamos unidos por sangre o apellidos sino por nuestra condición de cubanos.