2 de mayo de 2012

NOTICIAS INCREÍBLES


Multan por no llevar casco
a una motorista completamente desnuda

La ley es la ley y si uno se sube a una moto sin casco y le para la Policía lo normal es que se lleve la correspondiente multa. Es lo que le ocurrió hace unos días a una chica en Rumanía cuando iba de “paquete” en una moto. Lo que hace distinto a esta noticia es que la muchacha iba completamente desnuda encima de la moto.

Cuando los agentes vieron a la pareja, un conductor con casco y su acompañante con la cabeza al descubierto, les dieron el alto. Les recordaron que, por motivos de seguridad, es imprescindible cubrirse la cabeza con un casco, por lo que procedieron a imponer a la mujer la correspondiente multa.

La muchacha obedeció a los agentes, se cubrió la cabeza con este utensilio de protección y prosiguió su marcha tal cual había llegado, es decir, como Dios la trajo al mundo.

La escena fue grabada por numerosos testigos incrédulos, que no se podían creer lo que estaban viendo. De hecho, no está claro si la escena, de la que se han hecho eco algunos periodicos ingleses, fue protagonizada por una osada motorista o esconde una efectiva puesta en escena.


1 Mayo 12
La Razón, Madrid

LA REBELIÓN POPULAR DEL 2 DE MAYO EN MADRID



 
La rebelión popular

del 2 de Mayo en Madrid



 En 1808  Napoleón decidió crear un Estado satélite conforme a sus designios. Así, las tropas francesas comenzaron a ocupar distintas localidades españolas, controlando las comunicaciones con Portugal, además de Madrid y la frontera francesa. Ante esta situación amenazante, en marzo de 1808, la familia real se vio obligada a retirarse del Palacio Real, lo cual derivó en el Motín de Aranjuez y la posterior coronación de Fernando VII.

Esta situación fue aprovechada ampliamente por Napoleón, quien obligó a ceder la corona española a José Bonaparte, su hermano, hecho que sería conocido luego como las Abdicaciones de Bayona.
Por otra parte, en Madrid se conformó una Junta de Gobierno en clara representación del rey Fernando VII.  No obstante ello, el poder efectivo fue a parar a manos de Murat, líder de las tropas francesas en España,  quien manipuló a su antojo a la Junta. Fue el mismo Murat el que pidió el 27 de abril la autorización para llevar hacia Bayona a los hijos de Carlos IV que aún permanecían en la ciudad, la reina de Etruria, María Luisa, y el infante Francisco de Paula.

A pesar de la negación inicial a dicha solicitud por parte de la Junta General que representaba a Fernando VII,    en una reunión realizada la noche anterior al 2 de mayo y ante las órdenes impartidas por Fernando VII, la Junta de Gobierno depuso su parecer y accedió al requerimiento francés, provocando la reacción del pueblo entero.

En las primeras horas del 2 de mayo de 1808, la muchedumbre madrileña empezó a aglutinarse frente al Palacio Real  ante el intento de los soldados franceses de llevarse consigo a los dos hijos de Carlos IV- Esta situación  provocó que la multitud se dispusiera a asaltar el palacio, por lo que el líder de las tropas francesas en España, el general Murat, ordenó a sus hombres abrir fuego contra el gentío.

Así, el pueblo entero se unió en lucha con los franceses en pos de evitar la salida del infante Francisco de Paula, convirtiéndose en un levantamiento popular verdaderamente espontáneo.

La reyerta callejera

Con la gestación del levantamiento popular de los madrileños,  comenzaron a constituirse partidas de barrio dirigidas por súbitos caudillos espontáneos y se alzaron en armas con el fin de  impedir el acceso a la ciudad de nuevas tropas francesas.

En este contexto, Murat puso en práctica una táctica voraz. En el momento en que la multitud se disponía a acantonarse en las puertas que cercaban a Madrid para frenar la llegada de las fuerzas francesas, la mayor parte de las tropas de Murat, alrededor de  30.000 hombres, logró penetrar e ir en camino  hacia el centro.

A pesar de ello, la gente continuó enfrentándose a los franceses, al punto que la lucha se recrudeció al extremo, muriendo en la refriega varios cientos de madrileños e invasores, convirtiéndose el 2 de mayo en una jornada sangrienta.

A pesar de que la resistencia al avance francés resultó mucho más efectiva de lo que había imaginado Murat, fue su maniobra de cerco lo que le posibilitó someter a Madrid bajo el mando militar y manipular a su antojo a la Junta de Gobierno. De este modo, los focos de resistencia popular fueron desvaneciéndose.

Cabe destacar que durante el desarrollo de la lucha, los militares españoles se mantuvieron de acuerdo a las órdenes impartidas por el capitán general Francisco Javier Negrete, acuartelados y sin reacción. Únicamente los artilleros del parque de Artillería del Palacio de Monteleón, hicieron caso omiso a dicho mandato y se plegaron  a la insurrección.  

Aspectos de la rebelión

No hay duda de que el 2 de mayo no fue una rebelión del Estado español contra los franceses, sino más bien la de las clases populares de Madrid contra el invasor, tolerado en gran medida por los integrantes de la Administración. Es cierto que el ingreso de las tropas francesas se hizo en el marco de la legalidad, amparándose en el Tratado de Fontainebleau, pero este pacto fue violado tras la ocupación de plazas que no se hallaban en dirección hacia Portugal, país que era el supuesto objetivo de Napoleón.

Contraofensiva francesa

No contento con la feroz represión ejercida durante el levantamiento, Murat  se dispuso a ejercer el control absoluto de la administración y del ejército español, castigar severamente a los considerados rebeldes como escarmiento para el resto de la población  y presentarse como el gobernante de España. Sin ir más lejos, en la tarde del 2 de mayo Murat aprobó un decreto a través del cual se creó una comisión militar, con la finalidad de condenar a muerte a todos aquellos madrileños que detentaran armas en su poder.

Por su parte, el Consejo de Castilla hizo pública una proclama, mediante la cual se declaró ilegal a toda reunión que se realizara en sitios públicos, además de exigir la entrega de todas las armas.

Como resultado, centenares de patriotas resultaron fusilados tanto en el Salón del Prado como en los campos de La Moncloa.

FRASE DE SABIDURÍA

Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras
- William Shakespeare

1 de mayo de 2012

TERESA CABARRÚS, 6ª Y ÚLTIMA PARTE


Teresa Cabarrús y madame Récamier, una de sus mejores amigas. 

Teresa Cabarrús

Sexta y última parte

Teresa hubiera podido soportar los vacíos y desprecios, pero su marido no. El conde de Caramán no podía vivir tranquilo y cada día le pesaba más su situación. Existe una carta, escrita por Teresa, en la que quedan perfectamente reflejados sus sentimientos ante la crítica implacable a la que están sometidos:

«Quisiera, con todo el corazón, que Dios se apiadara de mis largos sufrimientos y de los tuyos poniendo término a mi vida que ya no es necesaria a nadie. Mas, en verdad, parezco destinada a hacerte merecer el cielo [...] Tus cartas, querido amigo, hieren mi corazón, pues veo demasiado claramente que la malevolencia ha logrado hacer que te arrepientas de lo que hiciste, y veo hasta qué punto soy una carga para ti, y de qué peso tan grande te aliviaría si el Cielo pusiera fin a mi existencia. Créeme que lamento no poder desembarazarte de esa carga sin crimen y sin proporcionar nuevas armas a esa malevolencia que envenena mi vida. Mi corazón, sin embargo, está lejos de guardarte rencor; te compadezco y sufro más por ti que por mí.»

Pero lo cierto fue que, con dificultades y desencuentros, François y Teresa consiguieron salir adelante y mantenerse firmes. Sin duda, los tres hijos habidos en el matrimonio contribuyeron a reforzar la unión de la pareja. Pero la sociedad nunca les iba a dejar tranquilos.

En 1830 se estrenó en París, Robespierre, melodrama histórico que recreaba distintos aspectos de la época revolucionaria. Los personajes más importantes de aquella etapa cobraron vida en el escenario y, lógicamente, uno de ellos era Teresa, madame Tallien. La obra gozó del favor del público y muy pronto se representó en toda Europa. Los príncipes de Chimay, según la biografía de una de sus biznietas, se encontraban entonces en Niza. Teresa estaba muy enferma y su marido había querido acompañarla. Fue en Niza donde se enteraron de la existencia de la obra. El príncipe escribió desesperado a su hijo José:

«Es pues imposible, querido, vivir un momento tranquilo. Me disponía a librarme de la sombra de mis pensamientos cuando al abrir un periódico veo el anuncio del gran éxito de un melodrama titulado Robespierre en el cual, con desprecio de todas las conveniencias, se permite colocar en escena a mi pobre mujer. [...] Desgraciadamente no he podido ocultarle este anuncio que solamente habla del éxito, prometiendo nuevos detalles. [...] Tu madre ha pasado una noche espantosa; la tos convulsiva ha vuelto y el pobre médico ya no sabe qué hacer, cuando la primera condición, la tranquilidad del espíritu, es imposible. Yo no he dormido tampoco. Estoy pagando bien caros algunos años de felicidad; que este ejemplo, hijo mío, te sirva para prever mejor que yo el porvenir».

François de Riquet, conde de Caramán y príncipe de Chimay, se había casado con Teresa Cabarrús por amor y desafiando a todos. Pero no era lo suficientemente fuerte para soportar el pasado de su mujer. Un pasado que conocía desde el primer día y que no le importó asumir, aunque después la dura realidad le hiciese lamentar su decisión. Teresa, conociendo los sentimientos de su marido y no queriendo perjudicarle en su carrera política, seguirá a su lado, casi siempre en la sombra, cuidando de él y de sus hijos. Ella, que había brillado esplendorosamente en el París prerrevolucionario y en la época del Directorio, se instalará ahora en Chimay cumpliendo con dignidad su papel de esposa y madre. Ya no es la jovencita alocada que desea alcanzar la gloria y el poder. Teresa se ha dado cuenta de que ambos son efímeros:

«Yo que aprendí a mi costa a reflexionar, sé que el dinero no basta para ser dichoso, que no se debe nunca causar asombro ni llamar la atención de nadie con actos que no parezcan sencillos. El que sabe ser moderado en todo conoce el secreto de vivir bien y de ser amado y considerado por todo el mundo».
 
Según se puede deducir de este texto escrito por Teresa, su escala de valores había variado sensiblemente. Solo permanecerá inalterable su generosidad. Murió el 15 de enero de 1835 en Chimay.

En la historia de esta localidad medieval belga, se recuerda a Teresa Cabarrús como una verdadera bendición para toda la ciudad. Porque ella fue la más popular y generosa, la más bella princesa de Chimay. Desde el teatro creado en su memoria, la música parece sonar sólo para ella.

Tomado de: http://www.sentadofrentealmundo.com

DÍA INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES


Día Internacional de
los Trabajadores

El Día Internacional de los Trabajadores o Primero de Mayo, es la fiesta por antonomasia del movimiento obrero mundial.

Desde su establecimiento en la mayoría de países (aunque la consideración de día festivo fue en muchos casos tardía) por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1889, es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago.

Estos sindicalistas anarquistas fueron ejecutados en Estados Unidos por su participación en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas, que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y su punto álgido tres días más tarde, el 4 de mayo, en la Revuelta de Haymarket. En la actualidad es una fiesta reivindicativa de los derechos de los trabajadores en sentido general, y se celebra en muchos países.

En los Estados Unidos no se celebra esta conmemoración. En su lugar desde 1882 se celebra el Labor Day (Día del Trabajo), el primer lunes de septiembre.

El presidente Grover Cleveland, auspició la celebración en septiembre por temor a que la fecha de mayo reforzase el movimiento socialista en los Estados Unidos.

 Reproducido de nuestros archivos.

FRASE DE SABIDURÍA

La medida del amor es amar sin medida
- San Agustín

30 de abril de 2012

NO ES CASUALIDAD

NO ES CASUALIDAD 

por Roberto Jiménez

Ayer amanecimos en el pueblo con la noticia de un incendio más en un negocio. Pero... el negocio esta vez resulta que es una agencia de viajes a Cuba, que organizó alguna o algunas de las llamadas peregrinaciones con motivo de la reciente visita del Papa a la isla. Lo curioso del caso es que sin apenas haber sido apagadas las llamas --y que, por supuesto, no se haya emitido resultado de alguna investigación oficial--, ya hay medios locales y la dueña de la agencia que sugieren un atentado como origen del siniestro, en represalia por las susodichas peregrinaciones. 

Yo no sé si es cierto o no que algún cabeza caliente el exilio haya sonado par de cocteles molotov a los cristales del negocio, o si se trate de una autoagresion más de las que los agentes de la tiranía se suelen recetar en Miami para inculparnos a todos los pertenecientes a la "mafia" miamense. Pero de lo que sí no tengo la menor duda es de que este flamígero incidente no ocurre casualmente a renglón seguido de las miserables declaraciones del cardenal cubano Jaime Ortega Alamino, en la universidad de Harvard, acusando a nuestro exilio de haber elucubrado la presencia de opositores en templos de la isla para protestar contra la tiranía a propósito de la visita de SS Benedicto XVI. 

El viaje del purpurado y su avanzada de laicos elitistas a EEUU está claramente dirigida a servir de voceros del régimen castrista, continuando con su inveterada obsesión de desligtimizar a este exilio, porque no ha dejado de enfrentársele durante todo el negro período de nuestra tragedia nacional causada por su despiadado totalitarismo.

Si todo un cardenal de la Iglesia se ha prestado a arrojar falso fango ante un público internacional sobre la memoria de un santo pastor como Monseñor Agustín Román, genuino representante de la dignidad de la Iglesia, del exilio y de todo nuestro pueblo, ¿cómo dudar que el fueguito de marras forme parte de la misma campaña castrista que trajo a este país a Jaime y sus super laicos genuflexos ante el regimen ?

Recibido de María del Carmen Expósito

TERESA CABARRÚS 5ª PARTE



Teresa Cabarrús

Quinta parte
El hueco dejado por Tallien en el corazón de Teresa será ocupado por el poderoso Paul Barras. En su castillo de Grosbois, Teresa ocupará el lugar de «señora de la casa». Ella fue una de las más genuinas representantes de las llamadas merveilleuses, aquellas hermosas mujeres que jugaron un papel preponderante en la sociedad francesa de finales del siglo XVIII: marcaban la moda no sólo en el vestir, sino también en las costumbres, gustos y preferencias decorativas.

Teresa vivía con Barras cuando conoció al entonces joven oficial Napoleón Bonaparte. El militar atravesaba por una situación económica difícil y Teresa le ayudó. Además, ella había salvado la vida a la que un día se convertiría en su esposa. Teresa Cabarrús y Josefina de Beauharnais se habían hecho amigas en la prisión de la Force. A pesar de estos lazos de amistad, cuando Napoleón se convirtió en emperador se olvidó de Teresa. La Cabarrús fue la gran ausente de todas las celebraciones oficiales. ¿Por qué Napoleón la rehuye? ¿Le recordaba Teresa unos años que deseaba olvidar? ¿Existían otras razones?

Ha quedado recogido en algunos textos que la Cabarrús había rechazado las insinuaciones de aquel joven oficial que, prendado de su belleza, le propuso relaciones. Es posible que el emperador Napoleón Bonaparte no desease recordar ciertos aspectos de su vida pasada ni de la de su mujer. Quería romper con el pasado y Teresa era un testigo desagradable. Le recordaba demasiado aquella etapa que él deseaba olvidar. A pesar de que ella le había ayudado cuando casi nadie le conocía, o tal vez por ello, Napoleón la marginó socialmente.

Después de Barras, pasó a los brazos del banquero Gabriel Ouvrard, con quien tuvo hijos, y finalmente, volvió a probar fortuna en el matrimonio con el que sería su tercer esposo, François-Joseph de Riquet, conde de Caramán y príncipe de Chimay. Cuando el aristócrata conoció a Teresa Cabarrús, ésta seguía siendo una mujer muy hermosa, pero tenía treinta años, varios hijos y dos divorcios. Aun así, se enamoró de ella y, en contra de la opinión de su familia, que se oponía a aquella relación, se casó por lo civil con Teresa. Años más tarde, al morir el marqués de Fontenay, primer marido de Teresa, formalizarían su unión celebrando el sacramento del matrimonio.

Teresa convirtió Chimay en un lugar acogedor y atractivo. Organizaba extraordinarias veladas musicales para complacer a su marido, apasionado melómano. Pero tampoco la felicidad del matrimonio Caramán-Cabarrús fue muy duradera, no porque el amor entre ellos hubiera desaparecido, sino porque la sociedad nunca le perdonó a Teresa su pasado.

Y François de Riquet sufría con los desplantes que les hacían. Muchas familias dejaron de invitarles y cuando el conde de Caramán fue distinguido con un cargo por el Gobierno holandés, acudió a la corte acompañado de sus hijos. Teresa se quedó sola en Chimay. A ella no la aceptaban.

Tomado de
http://www.sentadofrentealmundo.com
(Continuará mañana)