21 de febrero de 2012

MARDI GRAS


 
MARDI GRAS


El Martes de Carnaval, en el calendario cristiano, es el último día de Carnaval  que antecede al Miércoles de Ceniza, inicio de la Cuaresma.   

En tiempos en que la Cuaresma recibía un mayor seguimiento, como por ejemplo, no se comía carne durante todo ese tiempo,  los días anteriores al Miércoles de Ceniza, se conocían como Carnaval  o carnestolendas. Estos días previos se realizaban diversas actividades como banquetes, bailes, juegos y de esta manera se enfrentaban al comienzo de los días de penitencia.

El origen de esas celebraciones se remonta a fiestas paganas de tiempos precristianos, que correspondían al ritmo de las estaciones y de los trabajos agrícolas. La tradición de celebrar el Carnaval sigue muy viva en muchos países de Europa y América. En Europa, el Martes de Carnaval, se consumen tradicionalmente ciertos platos muy calóricos. En algunos países, e celebran además fiestas y diversiones, casi derivadas a bacanales. Los carnavales canarios, brasileños, gaditanos o de Nueva Orleans, son famosísimos. 

El Martes de Carnaval recibe distintos nombres según el país, en Alemania se le llama Fastnacht, ‘víspera de ayuno’, y algunos países del sur de Europa lo llaman carnaval,  proveniente de "de carnem levar" que significa ‘quitar la carne’. En los Estados Unidos de América se ha adoptado la denominación francesa Mardi Gras, que significa ‘martes graso’, al igual que los portugueses le llaman Terça-feira gorda (tercer día graso). Algunas tradiciones dan comienzo a la festividad del carnaval el jueves anterior (llamado Jueves Lardero), haciendo que las celebraciones duren hasta seis días.

EL HOMBRE QUE NEGÓ EL SALUDO NAZI



El hombre que negó el saludo nazi

(También Internet se utiliza con fines útiles y edificantes)


 Hamburgo, 1936. Alemania estaba subyugada por los planes expansionistas de Hitler y sus nuevas amistades con la Italia fascista de Mussolini. En una de las fastuosas puestas de largo del régimen alemán, una multitud de personas se congregaba en Hamburgo para presenciar el estreno de un buque escuela de la marina alemana. Al tiempo que todos levantaban su brazo al unísono para realizar el saludo nazi, uno de los hombres se mantuvo con sus brazos cruzados.

En 2012 y gracias a las últimas tecnologías, la imagen ha dado la vuelta al mundo. Pero no ocurrió hasta 1991 cuando una de sus hijas identificó a este hombre como
August Landmesser,  un trabajador del astillero de Hamburgo.

 Esta semana, la instantánea ha vuelto a resurgir gracias a un blog creado para facilitar las tareas de socorro tras el terremoto de Japón en marzo de 2011 y tras subir la citada imagen a una página de Facebook   donde algunos ya le tienen como un héroe. En el momento de la escritura de este artículo, la imagen fue compartida más de 27.200 veces.

La historia le ha encontrado

Landmesser parecía tener razones muy personales para no realizar el saludo. Si bien se cree que fue miembro del Partido Nazi desde 1931 hasta 1935, fue expulsado del partido después de casarse con una mujer judía, Irma Eckler, de acuerdo con Fasena,  una página web educativa sobre el campo de exterminio nazi de Auschwitz.

Después del nacimiento de sus dos hijas, fue enviado a la cárcel por «deshonrar a la raza». De su mujer, se cree que fue detenida por la Gestapo en la prisión de Hamburgo y sus hijas fueron separadas. Una vez que Landmesser salió de prisión en 1941 fue enviado a la guerra, aunque pronto se le declaró como desaparecido en combate y se le dio por muerto, tal y como publica “The Washington Post”.

En 1996, una de las hijas del protagonista, Irene, escribió acerca de su aventura familiar en Alemania, con el fin de poder compartir la desgarradora historia de su familia, separada por el régimen nazi. El destino ha querido que, 16 años después, su relato haya recorrido Facebook  gracias al hábito de los usuarios de internet de rescatar tesoros históricos.

Reproducido de ABC, Madrid

FRASE DE SABIDURÍA

Para el valiente ninguna espada es corta.
- Emilio A. Cosio (1926-2011) Escritor y humorista cubano

20 de febrero de 2012

CINE, HUGO


 Crónica de cine desde Argentina:


H U G O

Me dan ganas de escribir la crónica más breve de la historia. Escribir solamente: Guau. Pero temo que se tome la onomatopeya no como un signo de admiración sino como una chantada. Pero es tal la magnificencia de Hugo de Martin Scorsese que lo que nos provoca se expresa mejor que en esa onomatopeya, en el gesto de “me quedé sin palabras” o un aplauso.

Hugo o La invención de Hugo Cabret es una proeza, un prodigio. Es tan hermosa que su belleza sola ya conmueve.

Scorsese se plantea dos nuevos desafíos de los que sale recubierto de gloria y honores. Es su primera película para toda la familia y su primera  en 3D. Elijo verla en 2D porque los anteojitos me predisponen mal, ya uso anteojos y sobreponerlos con los de los colorcitos es un incordio constante. Pero no se necesita ser muy perspicaz para imaginar cómo es en 3D. (Me cuesta adherir al entusiasmo desplegado por Scorsese en las entrevistas previas al estreno, aunque si como dice, en un futuro cercano no será necesario ponerse los anteojitos, quizá el 3D me resulte más amigable.) Como sea Hugo es deslumbrante hasta en 1D. Les cuento también que en 2D está subtitulada, mientras que en 3D está doblada. Este detalle también pesó en mi decisión.

Se basa en una novela gráfica de Brian Selznick de espíritu Dickensiano y cuando se descubre que el personaje de Ben Kingsley es el mismísimo Georges Méliès se comprende por qué Scorsese se vio seducido por ella. Estamos en 1920, Hugo, un huérfano, vive en la estación de trenes de Montparnasse, y hace el trabajo de un tío que lo abandonó: darle cuerda a los relojes públicos. Hugo intenta también terminar de reparar un autómata legado por su padre y que lo llevará a develar unos cuantos misterios.

No lleguen tarde, aguántense con estoicismo las 740 colas con las que nos martirizan, porque la secuencia de apertura es arrebatadora, establece el tono y el estilo de la película con una pericia que sólo puede describirse como magistral. Temí que el resto no estuviera a esa altura. Lo está. Scorsese, zorro viejo, sabe que los deslumbramientos son inútiles si no se encastran en una historia solvente. Entonces alterna prodigios con el desarrollo cabal y minucioso de la historia hasta llegar a un final agridulce que integra todos los temas y subtemas sin forzamiento alguno.

Hugo, como Tiburón de Spielberg, Barriochino de Polanski, Cabaret de BobFosse o El padrino de Ford Coppola, permite una multiplicidad de lecturas que no van en detrimento del seguimiento lineal del argumento. Uno, como espectador, puede elegir quedarse en la superficie de la historia, disfrutar de sus juegos y sus brillos o adentrarse en lecturas más elaboradas.

La más evidente es la del homenaje al cine que esconde una elegía. Se parte de los últimos adelantos tecnológicos para celebrar el rudimentario inicio del cine y comprobar que el cine mantuvo inalterable, desde aquellos lejanos días hasta la fecha, su voluntad de manipular emociones a través del truco y el artificio. Y es una elegía porque quizá estemos ante la muerte del cine, tal como brilló en el siglo XX. Derivará tal vez en juegos interactivos de “arme su propia película”. Pero si no lo hiciera, el cine futuro distará años luz del que conocimos con los clásicos. Las nuevas generaciones consumen un cine basura, elaboran sus recuerdos emocionales sobre un cine de productor vacío e insustancial. Sabrá Dios qué tipo de cine querrán hacer, lo que es seguro es que los modelos que hoy tienen son detestables.

Esta idea se entronca con otra que se desprende de la película: la importancia del legado del bagaje cultural. Aunque no queramos, transmitimos prejuicios, preconceptos, convenciones, pero no trasmitimos con igual fuerza y éxito nuestro aprecio por las obras culturales que nos conmovieron, nos marcaron, nos modelaron.

Este concepto se relaciona tangencialmente con otra idea que surge del film: ¿los sueños alimentan el cine o el cine alimenta nuestros sueños? O sea ¿sueño en forma de película o los sueños dieron forma a las películas?

Esto engarza con la idea de destino expuesto en el film: el mundo como mecanismo en el que todos somos engranajes que hacen funcionar el destino de los otros, y los otros hacen funcionar el nuestro.

Éstas son las que recuerdo, pero hay más.

El elenco es otro lujo que se disfruta. El Hugo de AsaButterfield es un protagonista fascinante, algo que no debe ser sorpresa para los que lo vieron en El niño con el piyama de rayas, yo no la vi, confieso. Chloë Grace Moretz, a pesar de su corta edad, ya lleva una carrera envidiable. Es versátil como pocas. Éste es su personaje más normalito. La vi como una vengadora patea traseros en Kick ass, como vampira maldita y solitaria en Déjame entrar y ahora como una niña enamorada de los libros. Sigue maravillándome su enorme talento. A esta altura del partido hablar de la intensidad de Ben Kingsley es una perogrullada en la que no caeré. No conocía a Helen McCrory (mamá Jeanne), ahora sí, la seguiré de cerca. Christopher Lee engrandece su leyenda con otra enigmática actuación. Scorsese, como algunos, muy pocos, puede darse el gusto de poner a grandes estrellas o actores en personajes muy breves: JudeLaw, Ray Winstone y Michel Stuhlbarg (el inolvidable protagonista de Un hombre serio, de los hermanos Coen). Scorsese juega también con sus actores un ejercicio de cinefilia reciente, como volver a unir a Frances de la Tour y a Richard Griffiths, que ya estuvieron juntos en la imprescindible The history boys. Oponer a Emily Mortimer que fuera el interés romántico del inspector Clouseau de Steve Martin como interés romántico del personaje de Sacha Baron Cohen, que tiene puntos en contacto con Clouseau. El gran Sacha Baron Cohen es un capítulo aparte. Hace surgir el patetismo de la comicidad y no viceversa, en mi modesta opinión tal como debería interpretarse a Chejov si no hubiera triunfado la tradición de matar el humor en sus obras e imbuirlas de hiper dramatismo. El pobre Chejov murió diciendo que sus obras son comedias y nadie le creyó. Como sea, la escena en que dialogan Sacha Baron Cohen y Emily Mortimer por primera vez es Chejov puro, según yo lo entiendo, porque creo que Chejov tiene razón y que sus obras son comedias.

Como pasó con J Edgar, Caballo de guerra o Las aventuras de Tin Tin, Hugo llega meses después de su estreno original, entonces ya hemos leído monografías, tratados, bibliografías completas sobre la película. A los críticos que les gusta buscarle la quinta pata al gato, que prefieren estar siempre por encima de cualquier obra, incluso de las más logradas, han coincidido en juicios muy fáciles de desarticular.

Han dicho que la slapstick (comedia física disparatada) no es siempre efectiva. Es una apreciación subjetiva en extremo y por lo tanto inválida para un debate serio. La comedia física requiere de nuestra predisposición constante para su disfrute. No siempre tenemos ganas de reírnos de una caída o de que alguien se estampe contra una torta. Así como el humor verbal del bueno pervive en el tiempo y es objetivable, ya que todavía nos reímos de los buenos chistes de Aristófanes, Moliere, Tirso de Molina o Shakespeare y podemos analizar sus constituyentes, la comedia física depende para su efectividad del estado de ánimo que tengamos cuando nos enfrentamos a ella. Para medir críticamente su eficacia sólo se debe considerar su ritmo y el acabado de su ejecución. Acá ambos están servidos con seductora elegancia.

Se acusó también de que algunas secuencias están excesivamente elaboradas, de que hay demasiado regodeo visual. La exquisitez visual es el estilo en que está resuelta la película, y quejarnos de ello es como protestar que El halcón maltés sea un film noir o que La novicia rebelde tenga paisajes, canciones, chicos (por ahí si la familia Von Trapp hubiera tenido además un San Bernardo habría sido demasiado, pero tal como está, está perfecta). Las obras son como son, no se las puede criticar por los elementos que la componen intrínsecamente. Insisto, los primeros tres minutos informan con elocuencia el tono y el estilo de la película; criticar que el resto esté a la altura no tiene validez intelectual.

Se recriminó también a la película y a Scorsese de una excesiva sapiencia cinemática. Un auténtico disparate. Una resaca de la mediocridad de los noventa. Si nos quejamos de la sapiencia, ¿qué nos queda? ¿El elogio de la ignorancia?

Es falaz que la parte de Méliès sea pedagógica, predicadora o que baje línea. La secuencia está trabajada sobre los cánones más clásicos. El personaje Méliès cuenta su pericia en primera persona, sin agregados ni comentarios ni conclusiones. No hay bajada de línea, la conclusión se saca por implicancia, no por exposición directa. Lo mismo ocurre con el estudioso del cine. Cuenta lo que hizo en un caso determinado. Nunca dice que lo que él hizo debe transformarse en regla general y hacerse en todos los casos. De nuevo, la conclusión se infiere sin explicitación directa. En conclusión: jamás se predica, algo se cuenta y entendemos las implicancias.

Tampoco estoy de acuerdo con los que dijeron que es una muy buena película, pero que no está entre las mejores de Scorsese. Hugo es un sí misma una excelente película, sea de Scorsese o de cualquier otro director. Por supuesto es una anomalía en la carrera de Marty. A Scorsese lo asociamos con películas de protagonistas perturbados que manejan la angustia con violencia. Pero no debemos usar su glorioso pasado en demérito de este magnífico presente. Hay un consenso crítico unánime de que Fanny y Alexander es una de las mejores películas de Ingmar Bergman y no es una película bergmaniana típica. ¿Por qué habríamos de cambiar las reglas de análisis y consenso? Sostener que Taxi driver, El toro salvaje, Buenos Muchachos o Casino son mejores que Hugo es partir de un prejuicio que pone a lo oscuro por encima de lo diáfano. Ya expusimos las profundidades en que Hugo puede medirse. El toro salvaje no es más profunda que Hugo porque sea en blanco y negro, el personaje termine mal o ande siempre a las patadas. Creer eso es no poder discernir nada.

He tenido mis serias diferencias con Scorsese, algunas de sus películas las he padecido con poca hidalguía, revolviéndome en la butaca. Pero es un grande y cuando hace algo para sacarse el sombrero, no me lo dejo puesto para convencer que sé más. Juzgar el trabajo de otro es un acto de soberbia aceptada por la convención, pero no nos pasemos de la raya, o vamos a terminar diciendo que la obra de Picasso es fea porque no es bonita.

En el fondo me dan pena los soberbios, por fortalecer su amor propio, se pierden de disfrutar un auténtico deleite. Y en un tiempo en que los grandes maestros se cuentan con los dedos de la mano, no es cuestión de perderse en disquisiciones inútiles. Miren, muchachos críticos, que la semana que viene no hay un estreno de Bergman, Fellini, Truffaut, Wilder o Hitchcock. Ponerse siempre por encima de una obra es enamorarse del propio ombligo.

Aclaración necesaria: la semana que viene se estrena la extraordinaria Caballo de guerra de Steven Spielberg, de modo que no es tan exacta mi afirmación de que no hay un estreno inminente de un gran maestro. Pero también, por desgracia, es una excepción y, no como antes, una regla. De modo que la aseveración no es tan inexacta. Disfrutemos ahora de estas grandes películas, tenemos el resto del año para esquivar las mediocridades habituales del cine yanqui.
Un abrazo, Gustavo Monteros

TESTIMONIOS, BEATO JERZY POPIELUSZKO




Jerzy Popiełuszko (pronunciado: jɛʐɨ popʲɛwuʂko) (nacido el 14 de septiembre de 1947 en Okopy cerca de Suchowola y asesinado  el 19 de octubre de 1984, fue un sacerdote católico de Polonia, asociado con el sindicato Colidarnosc. Fue asesinado por la agencia de inteligencia interna comunista operada por los soviéticos.

Jerzy Popiełuszko era un sacerdote carismático que fue primero enviado a los huelguistas en la fábrica de acero de Varsovia.  Luego, se asoció con trabajadores y sindicalistas del movimiento Solidaridad, quienes se oponían al régimen comunista polaco. Era un acérrimo anticomunista y, en sus sermones, intercalaba exhortaciones espirituales con mensajes políticos que criticaban el sistema comunista y motivaban a las personas a protestar. Durante el periodo de vigencia de la ley marcial, la Iglesia Católica  fue la única fuerza que pudo tener una voz de protesta comparativamente abierta, con la celebración regular de misas   que presentaban oportunidades para las reuniones públicas en las iglesias.

Los sermones de Popiełuszko eran normalmente transmitidos por Radio Free Europe, con lo cual se volvió famoso a lo largo de toda Polonia por su postura intransigente contra el regimen. La Służba Bezpieczeństwa trató de silenciarlo o intimidarlo. Cuando estas técnicas no funcionaron, fabricaron evidencia contra él. Así, fue arrestado en 1983, pero fue pronto liberado por la intervención del clero y perdonado por una amnistía.

Se escenificó un accidente automovilístico para asesinar a Jerzy Popiełuszko el 13 de octubre de 1984, pero logró escapar con vida. El plan alternativo era secuestrarlo y fue llevado a cabo el 19 de octubre de 1984. El sacerdote fue golpeado y asesinado por tres oficiales de la policía de seguridad. Luego, su cuerpo fue lanzado al interior del Reservorio del rio Vístula, cerca de Wloclawek, desde donde su cadáver fue recuperado el 30 de octubre de 1984.
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Las noticias del asesinato político causaron una conmoción en toda Polonia y los asesinos y uno de sus superiores fueron condenados por el crimen. Más de 250.000 personas asistieron al funeral del sacerdote, incluyendo a Lech Walesa, el 3 de noviembre de 1984. A pesar del asesinato y de sus repercusiones, el régimen comunista permaneció en el poder hasta 1989.  

En 1997, la Iglesia Católica  inició el proceso para su beatificación.  En 2008 se le concedió el estatus de Siervo de Dios.  El 19 de diciembre de 2009 se anunció la aprobación por el papa Benedicto XVI del decreto papal de beatificación.[  Fue declarado Beato  el 6 de junio de 2010 en una ceremonia celebrada en la Plaza Pilsudski de Varsovia, en presencia de su madre, Marianna Popiełuszko, que había cumplido 100 años unos pocos días antes.
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El conocido compositor polaco Andrzej Panufnik  escribió su Bassoon Concerto (1985) en memoria de Popiełuszko.[  El documental de Roland Haewwood La muerte deliberada de un sacerdote polaco” fue estrenado en el teatro Almeida en Londres en octubre de 1985,  como una escenificación del juicio a los asesinos de Popieluszko.

FRASE DE SABIDURÍA

¿Quieres ser rico? Pues no te afanes en aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia.
- Epicuro de Samos (341 ac/270ac) Filósofo griego

19 de febrero de 2012

REFLEXIÓN


El paralítico que bajó del techo


… Llegaron cuatro llevando un paralítico,
y como no podían meterlo por el gentío,
 levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús,
abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico...  
Marcos, 2, 2

Me llevan a ti, Señor,
la Iglesia que guarda, pregona y proclama tu Palabra,
la Eucaristía que me llena de Ti
en la que creo, ofrezco, te recibo
y me nutre con tu presencia real y misteriosa.
La oración que me funde a Ti
y me hace sentir tu compañía y tu protección,
la Gracia, que desde el cielo,
me socorre cuando estoy perdido,
me orienta cuando me encuentro despistado,
me inspira, cuando pido la palabra oportuna.
La esperanza de los que creen en Ti.
La alegría de los que esperan en Ti.
El esfuerzo y el sacrificio
de tantos hombres y mujeres
consagrados a tu Santo Nombre.
La mortificación y el testimonio
de tantas personas que, dejándolo todo,
tiran de la gran camilla que es el mundo,
para que ese mundo se encuentre contigo.
¡Cuántas cosas me llevan a ti!

Javier Leoz, betania.es
 

PANAMÁ, SU CANAL Y SUS BELLEZAS NATURALES


Panamá: su canal
y sus bellezas naturales
 Hablar de Panamá es pensar, casi sin darnos cuenta, en su canal. Y no es para menos, ya que esta faraónica obra –posiblemente el hito de la ingeniería más importante de la historia de la humanidad– se ha convertido en el verdadero motor económico del país.


Esto es muy fácil de entender si pensamos que, desde que Estados Unidos cediera los derechos de explotación a Panamá el 31 de diciembre de 1999, más del 30 por ciento de su población se beneficia, de una forma u otra, de los ingresos generados por el canal.

Y es que las cuentas son muy claras: 365 días al año funcionando las 24 horas del día para conseguir que unos catorce mil barcos soliciten atravesarlo anualmente, ingresando en caja una media de 200.000 dólares por buque.

El funcionamiento del canal es simplemente increíble: utilizando un sistema de tres esclusas (que elevan las embarcaciones 26 metros sobre el nivel del mar) los barcos recorren los 80 kilómetros que separan los océanos Atlántico y Pacífico en poco más de diez horas, un tiempo récord si pensamos que la otra opción es una travesía de dos semanas y 13.000 kilómetros que nos obliga, además, a sortear el impredecible y peligroso Cabo de Hornos.

Pero quien piense que este ambicioso proyecto está finalizado se equivoca rotundamente. Desde el año 2007 se lleva a cabo la construcción de un segundo canal, paralelo al original, con el mismo sistema de esclusas, pero mucho más grandes y efectivas.

Esto permitirá la entrada a los buques de mayor calado y con más de 34 metros de ancho, que representan el 50 por ciento de los cargueros que navegan en la actualidad y, en consecuencia, incrementar todavía más los pingües beneficios.

Pese a que la sombra del canal es muy alargada, sería realmente absurdo no mirar más allá para descubrir todos los encantos de la capital, la City, que gracias a su espíritu ecléctico ha sabido mezclar las antiguas edificaciones coloniales con enormes rascacielos futuristas construidos en terrenos ganados al mar.

Tal densidad de torres ha compuesto un sorprendente «skyline», único en Centroamérica que, guardando las distancias, podría ser comparado al de Manhattan o Hong Kong.

Sin querer restarle un ápice de mérito a la parte nueva de la ciudad, es justo decir que todos los monumentos históricos y los museos más importantes se encuentran en el casco viejo, que da buena fe de su riqueza cultural luciendo título de Patrimonio de la Humanidad desde 1998.

Es un verdadero placer pasear por las angostas callejuelas enladrilladas, plagadasde tiendas y puestos de artesanía, e ir descubriendo que estamos en un lugar único donde convergen diferentes estilos arquitectónicos, como el colonial español o el art decó, sin sospecha alguna de estridencias ni de mal gusto. Una ciudad que mira al futuro sin olvidar su rico pasado.

Una forma perfecta de descubrir la diversidad cultural de Panamá es visitando un poblado indígena Emberá. A tan sólo un par de horas del centro de la City (la mitad del recorrido a bordo de una canoa siguiendo el curso del río Chagres), en medio de un mar de vegetación, vive, voluntariamente aislada y autosuficiente, esta comunidad indígena autóctona, sin atisbo de necesidad alguna de las modernidades que les brindaría la vida en la gran ciudad vecina.

Pescadores y agricultores desde sus orígenes, vieron amenazadas sus fuentes de riqueza a causa de una férrea política de conservación medioambiental que limitaba sus plantaciones e impedía, entre otras cosas, la recogida de más madera que no sea la flotante en el río. Debido a ello, no les quedó más remedio que apostar por otra vía de ingresos permitiendo, desde 1998, la visita y el alojamiento de turistas.

El ambiente en la aldea es cordial y hospitalario, aunque un tanto distante con el visitante. No es difícil adivinar que, si por ellos fuera, seguirían viviendo apartados y sin contacto con otra forma de vida o cultura. Es posible que, mientras esta mentalidad perdure, la visita de los turistas tarde mucho tiempo en edulcorar, o incluso transformar completamente, su modus vivendi.

Es importante recordar que somos nosotros, los visitantes, los que debemos adaptarnos a sus costumbres y no ellos a las nuestras; que nadie busque los lujos y comodidades que ellos rechazan en su vida cotidiana. Así nuestra visita será un poco más «aséptica» y menos conflictiva.

La Razón, Madrid: Destinos