23 de octubre de 2011

DOLORES BETANCOURT Y AGRAMONTE

Dolores Betancourt y Agramonte

Dra. Isabel Hernández Rivas


DOLORES BETANCOURT Y AGRAMONTE, descendiente de antiguas familias, de las mas acaudaladas y distinguidas del legendario Puerto Príncipe, era hija, en segundas nupcias, del Licenciado Don Tomas Pío Betancourt y Sánchez Pereira, abogado, naturalista y primer historiador que tuvo el Camagüey y de su prima Mercedes Agramonte y Sánchez Pereira. Nació en Puerto Príncipe el quince de marzo de 1856 en la calle San Francisco (hoy Luaces) No. 1


Después de estallar la guerra de 1868, emigró a Estados Unidos con su madre -que ya había enviudado- y otros familiares. Allí, años mas tarde, en 1873, supo de la muerte en combate por la independencia de Cuba, de su primo, el Mayor General Ignacio Agramonte y Loynaz, de sólo 32 años.


Ella era entonces una adolescente. Su vida transcurrió en el extranjero, en constantes viajes entre Estados Unidos y Europa y visitas a Camagüey. Sus más allegados la llamaban Lola, y por el pueblo recibía, indistintamente, los apelativos de Doña Lola, Doña Lolita y "Medio Millón", aunque, ciertamente, poseía mucho más: era la dama más adinerada de Camagüey y una de las mas ricas de Cuba. Su fortuna la constituyeron diversas herencias recibidas.

DOLORES BETANCOURT, quien era profundamente católica, puso su fortuna al servicio de la Iglesia y de las clases pobres. Fue en Camagüey donde se hicieron más patentes que en otra parte sus muchas obras de caridad. Repartía su dinero a los humildes; ayudaba a familias necesitadas, para lo cual tenia a su servicio a personas que le informaban sobre esos casos y, a través de ellas, les hacia llegar frecuentes donativos.

En 1905, hizo erigir un busto al Padre Valencia en el patio-jardín central de la ermita de San Lázaro. El 7 de noviembre de 1906, un incendio destruyó el altar de plata y numerosos objetos de la iglesia del Convento de la Merced; en 1910, ella le donó el actual Altar Mayor de puro estilo gótico, de cedro sobredorado, levantado sobre rica base de mármol, y que costó entre $16,000 y $20,000.


   Una de sus obras más importantes fue la edificación del templo neogótico del Sagrado Corazón de Jesús, a cuya inauguración asistió el 21 de mayo de 1920, y el cual fue donado en usufructo a las Escuelas Pías. Construido con arreglo a un proyecto del arquitecto español Don Augusto Font y Carreras, con capacidad para 1,500 personas, pero donde podían caber hasta 2,000 entre nave, presbiterio, capillas y coro, en casos de gran aglomeración de público, es una joya arquitectónica de la ciudad. Consta de una sola nave con capillas laterales emplazadas entre dos contrafuertes y posee 26 ventanas ojivales en todos los tramos y en los lados del ábside, cubiertas de vidrieras policromadas, protegidas por cristales gruesos, fabricadas en Alemania, y que representan los Misterios dolorosos, gozosos y gloriosos del Rosario. El Altar Mayor y los dos laterales, el pulpito, las barandas del presbiterio y del comulgatorio y las cuatro pilas de agua bendita fueron todos construidos de mármol blanco de Carrara, fabricados en Piedra Santa, Italia. Dignos remates de la obra eran el reloj con su campana, el juego de tres campanas armónicas y los catorce cuadros del Vía Crucis, todos ellos construidos en los Estados Unidos.


El 31 de julio de 1916, Dolores Betancourt otorgó testamento en Nueva York. Dejaba por ejecutor o albacea a su primo el Licenciado Francisco Agramonte y Ávila. Declaraba, en primer término, que "creia en todo lo que enseñaba y confesaba la Santa Madre Iglesia Católica, bajo cuya fe había nacido, vivido y pensaba continuar hasta morir" (sic). Donaba grandes sumas al Asilo San Juan Nepomuceno para niñas huérfanas y pobres; a la Congregación de las Siervas de María; a las Asociaciones de Señoras y Caballeros de San Vicente de Paúl, consagradas a obras de caridad entre los necesitados; al antiguo Hospital San Lázaro, entonces ya convertido en asilo para ancianos, así como para la reedificación de la iglesia de San José en el reparto La Vigía, la cual se reconstruyó también en estilo neogótico y fue inaugurada el 31 de mayo de 1936, en la Avenida de los Mártires.


De un remanente del dinero legado a la edificación de dicho templo, fue posible construir la capilla de San José -en la calle de igual nombre- e inaugurada el 28 de agosto de 1938. Además, otorgaba grandes sumas para la construcción de dos colegios, uno para niños y otro para niñas pobres de la ciudad y sus alrededores.


En la 25ª cláusula, encargaba a su albacea que, tanto la iglesia que estaba por inaugurarse, dedicada al Sagrado Corazón de Jesús, como la de San José, no se dedicaran, en ningún tiempo ni por ningún motivo, sino al culto católico, e igual recomendación le hacia respecto a los colegios que se proponía instalar, para que, por ningún motivo, se impartiese educación laica ni se enseñara en ellos otra religión que no fuese la Católica. Especialmente le encarecía que, en ese punto, no se alterase su voluntad.


En 1918, la ilustre benefactora volvió a establecerse en Cuba, donde alternaba temporadas entre La Habana y Camagüey y cortos viajes al extranjero. El primero de febrero de 1921, retornó a su ciudad natal, en la cual falleció repentinamente, en su casa paterna, en la madrugada del 25 de abril. Ante su cadáver, los sacerdotes Bonet, Felipe de la Cruz y Monseñor Basaldúa -quien era Gobernador Eclesiástico- oficiaron las tres misas que ella pedía en su testamento. Aunque en éste expuso sus deseos de tener unos funerales modestos, ello resultó obviamente imposible por el respeto, la admiración y el cariño que había sabido ganarse. La agencia de pompas fúnebres "Bueno, Toledo y González" se encargó de las exequias.


Sus restos yacían en lujoso ataúd de bronce acabado en mate oscuro, imitando nogal, con las esquinas artísticamente ornamentadas y en la cubierta, tres únicas piezas: una flor de lis, una placa con su nombre y fecha de fallecimiento y un Cristo macizo, de grandes dimensiones, todo de plata bruñida.


Desde que se supo su muerte, comenzaron a desfilar ante el féretro multitudes de personas de todas las clases sociales. Su entierro fue el 26, a las nueve de la mañana. La carroza mortuoria, la "Santa Lucia", llevaba el tiro más grande que solía usarse en ese tipo de servicio fúnebre de la época: seis parejas de caballos, postillón, pajes y seis conductores. Abrió la marcha la banda municipal y la seguían la Cruz Alta, las niñas del Asilo San Juan Nepomuceno, Las Hermanas de los Pobres, los alumnos de las Escuelas Pías, el Clero con música de capilla, los Padres Escolapios y los Carmelitas. En el nutrido acompañamiento, figuraban el Alcalde Municipal, el Cónsul de España, el General Lope Recio Loynaz, el jefe de la Policia, familiares de la difunta y una gran representación de la sociedad camagüeyana. Todas las calles del trayecto que recorrió el cortejo -Luaces, Plaza del Padre Trias, Marti, Cisneros y Cristo- hasta el cementerio general se vieron atestadas de público. A su paso por delante del templo de El Sagrado Corazón y de la iglesia del Santo Cristo del Buen Viaje, a la entrada del cementerio, el desfile se detuvo y el Clero entonó sentidos responsos.


El 27 de febrero de 1922, el Ayuntamiento de Camagüey, reunido en sesión ordinaria, acordó variar el nombre de Calle de la Glorieta, del Reparto La Caridad, por el de Calle Dolores Betancourt, puesta la Cámara de pie, en demostración de respeto y de veneración a la ilustre camagüeyana fallecida.


El 14 de octubre de 1931, sus restos fueron trasladados al templo de El Sagrado Corazón, donde aun reposan. EI séquito fue presidido por el Sr. Obispo Monseñor Enrique Pérez Serantes. El Rector de los Padres Escolapios pronunció la Oracion Sagrada y Monseñor Manuel Arteaga y Betancourt -entonces Provisor y Proto-Notario del Arzobispado de La Habana- hizo el elogio fúnebre. En la solemne ceremonia, se develó una tarja de mármol, donada por la prima de la extinta, la Srta. Altagracia Agramonte y Ávila, con el siguiente epitafio:


"DOLORES BETANCOURT AGRAMONTE, que hizo partícipe de su fortuna a los necesitados. Erigió templos para la propagación de la fe Católica y legó sus bienes para dar asilo y educación a los huérfanos".


La Dra. Isabel Hernández Rivas es una dentista cubana radicada en Caracas, Venezuela.


Nota adicional:


    La señorita Betancourt Agramonte falleció en Camagüey el día 25 de abril de 1921 y su albacea, el Lcdo. Don Francisco Agramonte dio comienzo enseguida a las obras de construcción de un gran colegio de Artes y Oficios para varones, ya que, la casa solariega de la familia Agramonte que ocupa toda una manzana de las calles Plaza de Pablo Trías, Luaces, República y Martí, era la dedicada para las niñas. Las obras fueron suspendidas en virtud de un juicio declarativo de mayor cuantía que sobre nulidad de testamento que promovieron en el juzgado de Primera Instancia de Camagüey, algunos herederos inconformes con los legados que les había dejado la testadora en su disposición testamentaria, pedían la nulidad del testamento, pues la herencia era cuantiosa.

Reunido el Patronato, que según la testadora, sería integrado por el señor Obispo de la Diócesis, el Presidente de la Audiencia Provincial y los respectivos superiores de los P.P. Salesianos y Hnas. de la Orden, fue designado para la defensa de la Fundación el que fuera eminente letrado, gloria del foro de Cuba, Dr. Manuel Dorta Duque, Catedrático de Derecho Hipotecario de la Universidad de La Habana.

La cooperación que tuvo el Dr. Dorta Duque por parte del R.P. Felipe de la Cruz fue muy activa y eficaz, al extremo que en cierta ocasión del proceso, los herederos de la testadora obtuvieron de un juez venal que dispusiera fueran traídos a Camagüey los bonos de los Estados Unidos que se hallaban depositados en un Banco de New York, y el Padre Felipe obtuvo la negativa del Banco de entregar esos bonos, gestión que le llevó varios días en la Babel de Hierro.

El juicio tardó mucho tiempo en su tramitación pero en las tres instancias, obtuvo sentencia favorable el Dr. Dorta Duque, recibiendo con ello un gran triunfo jurídico que le valió una condecoración de la Santa Sede, la Cruz Pro Eclesia et Pontifice.

Las obras fueron reanudadas y el Padre Felipe trabajó personalmente en ella como un simple peón, y el Ayuntamiento de Camagüey lo nombró "Hijo Adoptivo" de la ciudad y dio su esclarecido nombre a una de las calles que dan acceso a la Escuela de Artes y Oficios que lleva el nombre de la Señorita Dolores Betancourt Agramonte.

(Segmento tomado de un artículo sobre El Santuario de Nuestra Sra. de la Caridad del Cobre de Camagüey, de Alfredo Correoso Quesada, aparecido en "El Camagüeyano", Miami, Fl.)

EL DOMINGO DEL MANDAMIENTO DEL AMOR

¿Cuál es mi principal mandamiento, Jesús?


Tengo, tanto miedo, de que no sea el tuyo,
de no buscarte por los caminos
por los que Tú me invitas a seguirte.
Digo amar a Dios….y me amo a mi mismo.
Digo entregarme a Dios…y me busco a mí mismo.
Digo soñar con Dios….y pienso en mi propio paraíso.


¿Cuál es mi principal mandamiento, Señor?

Ayúdame, Señor, a descubrirlo,
a que el único y trascendente sea brindar a Dios
mi existencia y mi adoración,
mis ilusiones y mis esperanzas,
mi compromiso y mis anhelos de fraternidad.

Ayúdame, Señor,
a que tus mandamientos sean los míos:
que no sean sólo ley, sino convencimiento.
Que no sean letra impresa, sino corazón abierto
Que te ame no por obligación
y sí por necesidad de Ti.

Y ahora, Señor, respóndeme
lo que de antemano ya sé:
El amor a Dios empuja a darse con el hermano
y, en el hermano,
es donde puedo también alcanzar
el amor divino que sale a mi encuentro.
¡Gracias, Señor!

Javier Leoz,
www.betania.es

FRASE DE SABIDURÍA

En lo tocante a la ciencia, la autoridad de un millar no es superior al humilde razonamiento de una sola persona.

    - Galileo Galilei (1564-1642) Físico y astrónomo italiano.

22 de octubre de 2011

FRANZ LISZT

Franz Liszt



Franz Liszt nació el 22 de octubre de 1811, (se cumplen hoy exactamente doscientos años), en el pueblo de Raiding, que en aquel momento pertenecía al Reino de Hungría y hoy en día a la República de Austria. Fue el hijo único de Adam Liszt y María Anna Liszt. Su padre, amante de la música, tocaba piano, violín, violoncelo y guitarra, y trabajaba al servicio de Nicolás II de Esterházy, príncipe húngaro, mecenas de Joseph Haydn y otros notables compositores.
 A la edad de seis años Franz Liszt comenzó a mostrar interés por la música; percatado de ello, su padre comenzó a darle lecciones y ya a los ocho años produjo algunas composiciones y llevó a cabo sus primeras actuaciones como concertista. Su padre consiguió que fuera presentado en la corte de los Esterházy como “niño prodigio” y recaudar fondos entre la nobleza para que Franz pudiera estudiar en París.

El 20 de septiembre de 1823 la familia Liszt se trasladó a París. Por el camino, Franz daba conciertos en las principales ciudades que atravesaba, para su sustento y el de su familia. Ya se le consideraba que poseía un talento similar al de Mozart cuando era niño. Tan pronto llegaron a París se personaron en el Conservatorio de la ciudad solicitando que el niño fuera aceptado como estudiante. Sin embargo, no lo aceptaron debido una nueva norma que establecía que sólo se permitía estudiar en el Conservatorio de París a los ciudadanos franceses. Por tanto, Adam Liszt se convirtió en el maestro de piano de su hijo.

Durante unos fatigosos tres años de estudios, viajes y conciertos, Liszt empezó a perder interés por la música y pasaba mucho tiempo en meditaciones religiosas. Sin embargo, fue obligado por su padre a seguir dando conciertos.

Con la muerte de su padre en 1827, la carrera de Liszt como niño prodigio terminó. Años más tarde, el propio compositor tendría una actitud escéptica con respecto a esa etapa de su vida. Si bien había ganado mucho dinero y un nombre destacado, no había tenido oportunidad de desarrollar su educación en general. Suplió esta carencia mediante la lectura intensa. A partir de la década de 1830 comenzó a leer vorazmente y, para el momento de su muerte, en 1886, había adquirido varios miles de libros

Después de la muerte de su padre, Liszt regresó a París y durante los siguientes cinco años vivió con su madre en un pequeño apartamento. Renunció a viajar y, para ganar dinero, comenzó a impartir clases de piano y composición, a menudo desde primeras horas de la mañana hasta la noche. Sus alumnos estaban dispersos por toda la ciudad y tenía que recorrer largas distancias para visitarlos. Debido a ello, en ocasiones el compositor se sentía inseguro y también adquirió el hábito de fumar y beber, hábitos que lo acompañarían durante toda su vida

Al año siguiente, se enamoró de una de sus alumnas, Caroline de Saint-Cricq, la hija del que a la sazón era ministro de comercio de Carlos X, pero éste logró que el romance no fructificara. Liszt volvió a caer enfermo (incluso se llegó a publicar una nota necrológica en un periódico de París) y sufrió un largo periodo de dudas religiosas y pesimismo Por segunda vez declaró su deseo de unirse a la Iglesia Católica pero fue disuadido por su madre

Durante ese periodo, el compositor entabló contacto con muchos de los autores y artistas destacados de la época, incluyendo a Víctor Hugo, Lamartine y Heine. No compuso prácticamente nada en esos años. Tras asistir a un concierto de Niccolo Paganini en 1832, Liszt tomó la determinación de convertirse en un gran virtuoso del piano como lo era Paganini del violín. Pasó años estudiando las posibilidades del piano del mismo modo que Beethoven lo había hecho en su juventud.

En 1833 realizó transcripciones de varias obras de Berlioz, incluyendo la Sinfonía fantástica. Su principal motivo para hacerlo fue, especialmente con la Sinfonía, ayudar al empobrecido Berlioz, cuya sinfonía permanecía desconocida y sin publicar. Liszt asumió los gastos de la publicación de la transcripción y la interpretó varias veces para ayudar a popularizar la partitura original. También entabló amistad con un tercer compositor que lo influyó, Frédéric Chopin; bajo su influencia, el lado poético y romántico de Liszt comenzó a desarrollarse.

Liszt mantuvo una relación estable con la condesa Marie d´Agoult entre 1833 y 1844, con la que tuvo dos hijas, Blandina Rachel y Cósima Francesca, que llegaría a ser la esposa de Hans von Bülow primero y luego de Richard Wagner, y un hijo, Daniel.

En 1835 la condesa abandonó a su marido y su familia para unirse a Liszt en Ginebra, donde Liszt impartió clases en el recién fundado Conservatorio de la ciudad. Durante los siguientes cuatro años, el compositor y la condesa vivieron juntos, principalmente en Suiza e Italia, pero en 1839 las relaciones entre ambos se volvieron tensas. Liszt oyó que los planes para el monumento en honor a Beethoven en Bonn estaban en peligro por la falta de fondos y prometió su apoyo. Hacerlo significaba su vuelta a la vida de giras como virtuoso. La condesa volvió a París con sus hijos, mientras que el pianista daba seis conciertos en Viena y luego realizaba una gira por Hungría.

Sus viajes le llevaron a conocer prácticamente toda Europa, llegando a ciudades tan distantes como Sevilla, Valencia y Moscú. Se reunió de nuevo con la condesa y sus hijos en los veranos de 1841 y 1843. En la primavera de 1844, la pareja se separó definitivamente. Ese fue el periodo como pianista de conciertos más brillante de Liszt: recibió honores y fue adulado por todos los sitios por los que pasó. Dado que el pianista aparecía tres o cuatro veces a la semana en conciertos, se podría suponer que se presentó en público más de un millar de veces durante este periodo de ocho años. Además, su gran fama como pianista, que mantendría mucho después de que se retirara oficialmente de los escenarios, se basó principalmente en sus logros durante esta época.

Después de 1842, la “Lisztomanía” recorrió toda Europa. La acogida que Liszt obtenía como resultado era cercana a la histeria colectiva. Las mujeres se peleaban por sus pañuelos de seda y guantes de terciopelo, que hacían trizas, como recuerdos. Ayudaba a fomentar este ambiente la personalidad magnética del artista y su presencia en el escenario. Muchos de los testigos declararon más tarde que la forma de interpretar del pianista elevaba el estado de ánimo de los asistentes a un nivel de éxtasis místico.

También contribuyó al aumento de su reputación el hecho de que el pianista donara gran parte de sus ingresos a la caridad y causas humanitarias. De hecho, Liszt había ganado tanto dinero durante sus más de cuarenta años que prácticamente todos sus honorarios de interpretaciones a partir de 1857 estuvieron destinados a fines caritativos. Si bien su colaboración para la construcción del monumento a Beethoven y la Escuela Nacional de Música húngara son bien conocidos, también realizó generosas donaciones al fondo de construcción de la catedral de Colonia, e hizo donaciones privadas a hospitales, escuelas y organizaciones benéficas. Cuando se enteró del gran incendio de Hamburgo que duró tres semanas en mayo de 1842 y destruyó gran parte de la ciudad, dio conciertos en ayuda de los miles de personas que quedaron sin hogar.

En febrero de 1847, Liszt actuó en Kiev. Allí conoció a la princesa Carolyne zu Sayn-Wittgenstein, que permaneció junto a él durante la mayor parte del resto de su vida. Ella lo convenció para concentrarse en la composición, lo que significaba renunciar a su carrera como viajante virtuoso. Al retirarse del circuito de conciertos a los treinta y cinco años, cuando aún estaba en la cúspide de su carrera, Liszt logró mantener sin tacha la leyenda de su forma de tocar.

Al año siguiente, Liszt aceptó una invitación de larga duración de la Gran Duquesa María Pávlovna de Rusia para establecerse en Weimar, donde había sido nombrado maestro de capilla extraordinario en 1842, permaneciendo allí hasta 1861. Durante este periodo, ejerció como director de orquesta, y dio clases a varios pianistas, También escribió artículos en defensa de Berlioz y Wagner. Por último, Liszt tuvo tiempo suficiente para componer y revisó o produjo las piezas orquestales y corales sobre la que recae principalmente su reputación como compositor.

La princesa Carolyne vivió durante estos años en Weimar con Liszt y estuvo a punto de casarse con el compositor en 1861. Ambos eran católicos y quisieron contraer matrimonio y regularizar así su situación; sin embargo, ella había estado casada anteriormente y su marido todavía estaba vivo, por lo que tuvo que convencer a las autoridades de la Iglesia de que su matrimonio con él no había sido válido. Después de un intrincado proceso, en septiembre de 1860 les concedieron el permiso para contraer matrimonio. La pareja planeó casarse en Roma, para el quincuagésimo cumpleaños del compositor. Liszt llegó a Roma el día anterior, pero el matrimonio no se pudo celebrar; ya que, al parecer, el marido de la princesa y el zar de Rusia, Alejando II, habían conseguido anular el permiso del Vaticano para la realización del sacramento.

La década de 1860 fue un periodo de grandes catástrofes en la vida privada del compositor. En 1859 falleció su hijo Daniel y en 1862 su hija Blandina. En cartas posteriores a sus amigos, anunciaba que se retiraría a una vida solitaria. La encontró en el monasterio de la virgen del Rosario, a las afueras de Roma, donde estableció su residencia en un pequeño y espartano apartamento, uniéndose a la Orden Franciscana. En 1865 recibió la tonsura, por lo que en ocasiones fue llamado Abbé List. Recibió las cuatro órdenes menores, pero nunca fue ordenado sacerdote.

En las décadas de 1860 y 1870, Liszt pasó la mayor parte de su tiempo componiendo obras corales e impartiendo clases gratuitas a un grupo muy selecto de músicos. A pesar del extendido rumor, Isaac Albéniz nunca fue alumno de Liszt; ni siquiera llegaron a conocerse.

Liszt fue invitado de nuevo a Weimar en 1869. Desde entonces y hasta el final de su vida, hizo viajes regulares entre Roma, Weimar y Budapest, continuando lo que él llamó su «trifurquée vie» o triple vida. Se estima que Liszt viajó al menos 6,500 kilómetros por año durante este periodo de su vida —una cantidad excepcional, dada su avanzada edad y los rigores de la carretera y el ferrocarril en la década de 1870.

Durante su intensa vida de viajes, realizó sus últimos conciertos y se dedicó a la composición de sus últimas obras, que ya en esta época se caracterizaban por un estilo atonal muy alejado de sus primeras composiciones clásicas.

El 2 de julio de 1881 Liszt se cayó por las escaleras del hotel en el que se hospedaba en Weimar. Aunque sus amigos y colegas se dieron cuenta de la hinchazón que tenía en pies y piernas cuando había llegado a la ciudad el mes anterior, el compositor había gozado razonablemente de buena salud hasta ese momento, y su cuerpo conservaba la esbeltez y flexibilidad de años anteriores.

El accidente, que lo inmovilizó durante ocho semanas, cambió su estado. Se manifestaron una serie de dolencias y una enfermedad cardíaca crónica, que contribuyó finalmente a su muerte. Poco a poco, su estado de ánimo decayó y lo invadieron sentimientos de desolación, desesperación y muerte, a los que dio expresión en sus obras de este periodo. Como le dijo a Lina Ramann, «Llevo una profunda tristeza en el corazón que de vez en cuando debe estallar en sonido».

Franz Liszt falleció en Bayreuth (Alemania) el 31 de julio de 1886, a la edad de setenta y cuatro años. La causa oficial de su muerte fue una neumonía.

Editado de Wikipedia.org
Extraordinaria interpretación de la Rapsodia Española de Liszt por el joven pianista ruso
Nikolay Khozyainov:

http://www.youtube.com/watch?v=7UkeNEsBb2c
 

SIGUE LA VENTA DEL PATRIMONIO ARTÍSTICO CUBANO

Régimen castrista sigue vendiendo
patrimonio artístico nacional


Efe, La Habana

"Subasta Habana", la principal puja de arte cubano, celebrará su décima edición en La Habana en noviembre próximo con un total de 110 lotes cuyo valor en reserva asciende a más de un millón de dólares.

El evento presentará la mayor cantidad de lotes y valores en reserva de su historia con 50 piezas de artes decorativas y 60 de arte cubano que se rematarán los días 2 y 3 de noviembre en el Hotel Nacional de Cuba, según informaron hoy a Efe fuentes del comité organizador.

Las obras cubanas incluyen en su mayoría piezas de arte moderno y contemporáneo de 44 artistas entre los que se encuentran Loló Soldevilla, Servando Cabrera Moreno, René Portocarrero, Amelia Peláez, Víctor Manuel, Mariano Rodríguez, Raúl Martínez, Roberto Fabelo y Domingo Ravenet.

Este año los cuadros más cotizados son "Guitarrista" (1945), una tela de Mario Carreño estimada en más de 180,000 euros, y el paisaje "Meditación en la cascada del río azul" (1996) de Tomás Sánchez, cuyo estimado se encuentra entre los 140,000 y 160,000 euros.

Por su parte, los artistas más representados son Soldevilla, Portocarrero y Cabrera Moreno con obras de diferentes estilos, formatos y épocas.

En el apartado de artes decorativas se presentarán cristales, bronces, muebles, cerámicas y mobiliario, entre otras manifestaciones, con destaque de figuras de bronce y marfil firmadas por George Omerth y Roland Paris.

FRASE DE SABDURÍA

El sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice.

 - Aristóteles

21 de octubre de 2011

EL CAYO QUE FIDEL CASTRO REGALÓ A ALEMANIA COMUNISTA


El cayo que Fidel Castro “regaló”
a  Alemania comunista en 1972


El Cayo Ernest Thälmann, siempre había sido conocido como “Cayo Blanco del Sur” hasta que en 1972 a Fidel Castro se le ocurrió cambiarle el nombre y regalarlo a la Rep. Democrática Alemana. Es sólo un islote de forma alargada, habitada hoy nada más por aves e iguanas que viven plácidamente entre sus formaciones de arrecifes y disfrutan de sus vírgenes playas. Este islote paradisíaco se encuentra muy cercano a las costas de Cuba, al sudoeste de la Bahía de Cochinos.

Ernest Thälmann fue durante muchos años líder del partido comunista alemán. Compitió contra Hitler en unas elecciones y fue encarcelado en 1933. Lo mantuvieron prisionero durante once años tras los cuales fue ejecutado en 1944.


Como compensación a este “regalo”, Cuba recibió el 6% de la cuota del mercado mundial del azúcar refinado, que hasta entonces correspondía a la empresa estatal de la propia Alemania, lo que entreabrió las puertas de nuestra azúcar al mercado europeo.

Según informara un periódico alemán en aquel año 1972, Fidel Castro dio también el nombre de “Playa República Democrática Alemana” a una de las playas del islote, y la televisión alemana ofreció en sus noticieros la ceremonia de la transferencia de la soberanía del mismo, así como la develación por parte del Embajador de Alemania en Cuba de un busto del político alemán, en presencia de diplomáticos de la RDA y numerosos representantes cubanos.

Al caer el muro de Berlín y producirse la reunificación de Alemania, el nuevo gobierno no reclamó la soberanía del islote. Por su parte, las autoridades cubanas han justificado el “regalo” declarando que sólo fue un “gesto amistoso”.


Fuentes:
Revista de “Herencia Cultural Cubana”, Septiembre 2010.
Wikipedia.org

TRATARÁN DE DETERMINAR CAUSAS DE LA MUERTE DE LAURA POLLÁN

Tratarán de determinar en el extranjero
 causa de la muerte de Laura Pollán  

Por Rev. Ricardo Medina Salavarría,
Vicario General del Catolicado Ortodoxo Romano Bizantino de Cuba.
RadioMambi, Miami.

En la lluviosa tarde del 14 de octubre partía a la Casa del Padre Laura Inés Pollán Toledo, sin que se hubiesen precisado aún las causas de muerte.

El periodista independiente Lucas Garves se encontraba de visita en mi casa cuando recibió en su móvil una llamada telefónica. Era el ex prisionero de conciencia Adolfo Fernández Saínz, desde Radio Martí, con la intención de confirmar la noticia de que Laura había sufrido un paro cardíaco. Nosotros aun no estábamos al corriente de eso, pero prometimos informarnos con inmediatez.

 Llamé a Berta Soler. Su móvil decía que estaba apagado o fuera del área de cobertura. Logré contactar con Laurita y me confirmó la noticia. Ella ya iba camino al hospital Calixto García. Lucas se fue al hospital y se comprometió a mantenernos informados. Al llegar nos llamó y nos informó que hacía 15 minutos había fallecido Laura. Mi esposa Katia se sumió en llanto y yo elevé mis primeras oraciones por el eterno descanso de su alma. Allí comenzamos una red de comunicación con todos los delegados del Partido Cuba Independiente y Democrática (CID) a nivel nacional.

Katia y Aimé Cabrales salieron rumbo al hospital temiendo que la policía política les impidiera participar en el funeral. Una vez allí supieron que aún se desconocía lo que harían con el cuerpo sin vida de Laura. Se valoraban dos opciones: velarlo e incinerarlo o incinerarlo sin ser velado. Felizmente, resolvieron velarla y anunciaron que sería en la funeraria Calzada y K, del Vedado. Katia me lo comunicó enseguida.

Salí con Abdel Rodríguez Arteaga rumbo al hospital a esperar por el traslado del cuerpo. Al llegar allí se decidió que siguiéramos para Calzada y K. Tomamos un taxi. Al llegar al Vedado solo la funeraria estaba sin electricidad. El parque del frente estaba minado de agentes de la Seguridad del Estado. Berta nos dijo que fuéramos para la Funeraria Nacional ubicada en Infanta y Benjumeda, municipio Centro Habana. Así, continuamos viaje en el mismo taxi y comencé a comunicar con Yoani Sánchez a quien le había prometido informarle de cualquier cambio.

Ya en la Funeraria Nacional esperaban las agencias de prensa. Esperamos por el cuerpo hasta pasadas las 12 de la madrugada. Coordiné con la oficinista para que nos prestara una bandera cubana para cubrir el ataúd y no tener que regresar a mi casa —a dos cuadras de allí— por temor a ser detenido. Ella se comprometió a prestarla.

Llegó el cadáver y pidieron que dos personas pasaran a vestirlo. Pedí permiso para colocarle un rosario que me habían obsequiado de Tierra Santa. Katia trajo una docena de gladiolos que había en mi casa. Pasé al recinto y quedé perplejo al ver el grado de inflamación del cuerpo. Descubrí que habían mentido en los partes médicos cuando decían que las funciones renales estaban perfectas, esos edemas podrían haberse evacuado con diuréticos y sinceramente no creo lo hayan hecho por dos razones:

1.   Porque con esa retención de líquidos se inhibe la capacidad de ventilar de los pulmones, la sangre fluye menos y se provoca el paro cardio-respiratorio.

2.- Porque en caso de no producirse el paro cardio-respiratorio la falta de oxígeno en el cerebro dejaría secuelas cerebrales severas; Laura sería entonces un vegetal.
Dos personas entraron al lugar como servicio de necrología. Berta me entregó la ropa y vestí el cuerpo sin vida de mi hermana Laura. Coloqué el rosario en sus manos y sobre el lado izquierdo tres gladiolos, símbolo de su lucha por la libertad de todos los presos políticos. Berta pintó sus labios; yo le maquillé los ojos y peiné su cabellera. Le pedí ayuda a los funerarios y se negaron. Ni aun ofreciéndoles dinero accedieron a ayudarme; sólo la depositaron en el ataúd. Berta besó su frente; hice lo mismo diciéndole que siempre quedaría entre nosotros.
Allí tomé la última foto del cuerpo sin vida de Laura Pollán (es la que ilustra este post). Subimos a la capilla. Ya se habían concentrado cerca de doscientas personas en la funeraria. Pedí la bandera y la oficinista se negó diciéndome que era sólo para combatientes. Me encontré con Maceda (esposo de Laura); me pidió que estuviese presente en la cremación y accedí con honor. Pedí a todos en la capilla que me acompañaran a rezar el rosario por el eterno descanso de su alma. Así lo hicieron con mucha devoción. Las Damas de Blanco presentes mantuvieron una guardia de honor; luego fue el turno de los ex prisioneros y en general de todos los presentes.
A la 1:45 am un oficial de la seguridad del estado y un funerario con una carretilla subieron a llevarse el cuerpo. Le avisé a Ángel Moya y a Berta. Los tres les salimos al encuentro alegando que nos habían dicho que serían dos horas. Buscamos a Héctor Maceda que indistintamente había accedido a la solicitud y nos negamos. Maceda pidió 15 minutos más. Así, a las 2:15 am cantamos solemnemente el himno nacional.

Acto seguido, fue bajado el cuerpo, momento que aproveché para tomar una muestra de cabello con partículas de piel para que una mano amiga la llevara a un laboratorio en el extranjero con el fin de determinar a través de un estudio genético la verdadera causa de la muerte de Laura Pollán, pues el certificado médico en ningún momento reflejó DENGUE como la causa de su muerte. En su lugar se indicó “diabetes mellitus tipo II, bronconeumonía, virus Cincinnati”.
No volvimos a ver el cuerpo de Laura. Nos llevaron al crematorio del cementerio nuevo de Guanabacoa. Según la seguridad del estado el cuerpo debía ser revisado por medicina legal para aprobar la cremación. Al entrar al cementerio un oficial de la seguridad del estado nos vio llegar desde el portal y se escondió en una oficina donde luego —en un momento en que entraban a llevarles una bandeja de café—, vimos a cuatro más. Después vi entrar un carro fúnebre; le pregunté al oficinista y me confirmó: “sí, es el caso de ustedes”. Berta y yo pedimos ver por última vez el cuerpo de Laura. Una señora muy enérgica nos dijo que estaba prohibido. La desmentí diciéndole que tenía información de una mirilla por donde se veía el proceso. Me repitió con fuerza: “está prohibido”.
Maceda nos pidió ser disciplinados y que le acompañáramos en el salón de espera. Accedimos por ser el doliente directo. La prepotente señora trajo en un sobre los aretes de Laura y una hebilla de pelo y Maceda firmó como constancia de que le fueron devueltas sus pertenencias.
Nos comunicaron que el proceso había terminado. Maceda me pidió que recibiera las cenizas y las entronizara en su casa donde había anunciado para las 9:00 am la apertura de un libro de condolencias. Eran casi las 5:00 am cuando llegamos a la sede de las Damas de Blanco. Cerca de cincuenta personas ya estaban allí. Colocamos la bandera. Ángel Moya y yo desocupamos una mesa donde deposité el ánfora.
Entre los presentes estaba Diosdado González (otro de los 75), mi ex compañero de prisión. Aproveché para saludarlos a él y a su esposa, Alejandrina García de la Riva.
A las 6:00 am todos rezamos el rosario junto a Laurita (hija de Laura Pollán). Para dar cumplimiento a la voluntad de su madre, anunció que había decidido compartir las cenizas de su cuerpo: una parte sería llevada al panteón familiar en Manzanillo; la otra sería esparcida en un campo de flores. Las cenizas no fueron expuestas porque Maceda encontró contraproducente hacerlo. Laurita se llevó el ánfora a Manzanillo. Luego, en la mañana del domingo, me comunicó que las había depositado junto a los difuntos de la familia Pollán. A las 9:30 am dirigí el rezo de otro rosario y a las 12:00 meridiano rezamos el Ángelus por el alma de Laura, con el Santo Responso.
Regresé a mi casa con un ramo de flores blancas que serían llevadas el domingo a la iglesia de Santa Rita, acción que no consumamos porque Katia, Aimé Cabrales, Elizabeth Kawooya Toca, Abdel Rodríguez Arteaga, Hans Delgado Arteaga y Juan Manuel Lara Vidal fueron arbitrariamente detenidos al salir de mi casa. Durante el arresto el teniente Juan de la seguridad del estado rompió el arreglo floral en la vía pública.
Sólo me queda rezar por el eterno descanso de su alma, continuar su infatigable lucha, apoyar al colectivo de mujeres que fundó tras los sucesos de la Primavera Negra de Cuba (2003) y que dirigió por ocho largos años. Seguiré brindando mi humilde vivienda para sede alternativa de las Damas de Blanco y viviré con la confianza de que Laura Pollán Toledo permanecerá para siempre entre nosotros.
Remitido por María del Carmen Expósito

FRASE DE SABIDURÍA

El amor es como la mayonesa: cuando se corta hay que tirarlo y empezar otro nuevo.
- Enrique Jardiel Poncela, comediógrafo español

20 de octubre de 2011

EL FUSIL POR LOS GARBANZOS

El fusil por los garbanzos:
la tradición del “desarme” en Oviedo

Tras la muerte de Fernando VII, quien abolió la Ley Sálica (que no permitía a una mujer heredar el trono), se produjo una división entre su hija (Isabel) y Carlos,  hermano del fallecido monarca. Los carlistas apoyaban los derechos al trono del príncipe Carlos, partidario de mantener el régimen absolutista y los fueros, mientras los isabelinos defendían un régimen liberal y la legitimidad de la hija de Fernando VII. Comenzó así la Primera Guerra Carlista que fue una guerra civil desarrollada en España entre 1833 y 1840.

En este contexto existen tres teorías principales para establecer las raíces de la celebración culinaria que se tiene en Oviedo cada 19 de octubre.

La primera ellas se basa en que el 1 de noviembre de 1833 los liberales isabelinos desarmaron a los voluntarios realistas en la plazuela del Real Castillo (Fortaleza de Oviedo), después de haberles servido un rancho, por lo que, para comer desembarazadamente, dejaron las armas en pabellón, que les fueron retiradas.

Otra de las tres teorías aduce que el 6 de julio de 1856 varios batallones carlistas establecidos en Lugo de Llanera esperaban órdenes para caer sobre Oviedo. Los vecinos y defensores liberales, no ofrecieron resistencia. Planearon preparar un rancho abundante de garbanzos con espinacas y bacalao, sumado a enormes cacerolas de callos, todo ello con abundante vino de acompañamiento. Los batallones ante tal banquete poco habitual disfrutaron de una profunda siesta, momento en que los vecinos aprovecharon para requisarles el armamento. Coincide este testimonio en el menú de lo que más tarde se llamó «desarme» aunque no su fecha.

Tercera hipótesis: la Batalla de Oviedo el 19 de octubre de 1836. Al declararse a ciudad de Oviedo partidaria de Isabel II era lógico que se tuviera que enfrentar al ataque de tropas carlistas. En efecto, el 19 de octubre de 1836 entraba en la capital ovetense la columna del carlista Pablo Sanz y Baeza. Hubo fuertes enfrentamientos aunque al cabo la resistencia triunfó y los soldados fueron agasajados con una copiosa comida, que con el tiempo conmemoraría la victoria de las tropas isabelinas sobre las columnas del general Sanz durante la guerra Carlista. Este hecho coincide en la fecha pero no en el menú de la celebración.

Y desde hace más de un siglo se celebra tradicionalmente en Oviedo el día 19 de octubre “el Desarme”. Invariablemente el menú está formado por garbanzos con bacalao y espinacas, callos y arroz con leche. Exalta las generosidades otoñales de los productos del campo y mar asturianos. Los restaurantes ovetenses ofrecen ese día más de 20,000 menús en todos sus establecimientos, uniendo tradición e historia en torno a la buena mesa ante la que se convocan grupos de familias, amigos, compañeros de trabajo y visitantes en los distintos restaurantes para degustar tal suculento menú.

Esta celebración anual, mantenida de generación en generación, no pasa desapercibida para el visitante al ver la calidad de los platos fijos y el mantel compartido al conocer su arraigada tradición y la singularidad de la conmemoración ovetense. Prueba de su éxito son las últimas iniciativas de extender desde hace unos años el evento por diversos concejos del oriente y occidente asturiano, aunque la cita obligada es su cuna, la ciudad de Oviedo.

Y finalizando la celebración, recomiendan consumarla como aquellos milicianos de tiempos pasados, lejos de las armas y con una buena siesta.

Ayer los ovetenses celebraron de nuevo “el desarme”. Hablé por teléfono con mi familia en la ciudad, y me contaron del suculento y tradicional menú. Ya habían dormido la siesta y consideraban terminar el día «con una cena ligera».

OCHÚN

«Por ésta hay que matarme»

Marlene María Pérez Mateo

-«Yo no sé de Dios ni de ninguna de esas cosas, pero por ésta hay que matarme». Fue una respuesta dada hace ya algún tiempo por un cubano ante un cuestionamiento inquisitivo por parte de su entonces jefe laboral. Ésa por la que habría que matarlo no era ni más ni menos que “La Virgen de la Caridad”, en su caso representada por un medallón que colgaba de su cuello junto a una representación iconográfica de una deidad africana.

Aunque no se trataba desde el punto de vista teológico de un argumento correcto, la valentía del referido amigo es incuestionable, así como la fortaleza de su fe.

Oshún es una deidad africana del panteón yoruba que se identifica en el calendario católico con la Virgen de la Caridad. Es una Orisha mayor de las aguas dulces, de la sensualidad, la feminidad, los ríos y la fertilidad. Su nombre significa amor, delicadeza y fertilidad. Sus colores son el amarillo y el ámbar. Se le ofrecen danzas, cantos, comida y se le venera. Su fiesta es el 8 de septiembre.

Estas líneas han sido un muy breve paseo por el mundo del sincretismo afro-católico en Cuba. A ello me motivó por primera vez la antropóloga cubana Doña Lidia Cabrera, a quien conocí por sus libros. A su memoria dedico respetuosamente esta reseña.

Marlene María Pérez Mateo
A los 400 años, reseña #7

FRASE DE SABIDURÍA

Se necesitan dos años para aprender a hablar, y sesenta para aprender a callar.
- Ernest Hemigway

19 de octubre de 2011

SABORES DE OTOÑO: MERLUZA A LA SIDRA

Sabores de otoño:
Merluza a la sidra



6 rodajas de merluza (hake)

12 almejas finas y grandes
1 cebolla grande
½ kilo de tomate muy maduro (o el equivalente en conserva natural)
4 patatas de tamaño regular
2 dientes de ajo que no sean demasiado pequeños
Pimentón
1 taza de sidra natural
2 cucharadas de brandy (opcional)
Aceite
Sal
Guindilla (opcional)

        Se pelan y se cortan en rodajas las patatas, se les agrega sal y se fríen hasta que estén tiernas. Entonces se colocan como lecho en una cazuela de barro o de otro material que resista el fuego (lo más típico es barro).

      Se sala la merluza, se pasa ligeramente por harina y se fríe por los dos lados; a continuación se coloca sobre las patatas. En el mismo aceite donde se frieron los trozos e merluza se fríe la cebolla picada muy menuda, los ajos picados y la guindilla (opcional). 
   
     Cuando la cebolla esté tierna se agregan los tomates cortados en trozos y media cucharadita de pimentón dulce; se remueve todo hasta mezclarlo bien y cuando esté hecho se añaden la sidra y el brandy e inmediatamente se retira del fuego, se pasa por el pasapuré y se cubre con esta salsa la merluza y las patatas que están en la cazuela de barro. Se agregan las almejas, bien lavadas, y se pone en el horno, fuerte, durante diez minutos.

EPIGRAMAS

EPIGRAMAS


Doña Madama Ruanza
tan alta y flaca vivía,
que mandó su señoría
enterrarse en una lanza,
y aún hubo dificultad,
porque de lo alto faltó
y de lo ancho sobró
la mitad de la mitad.
                   (Lope de Vega)

Nos dices que tu librejo
se vende en casa de Bosc;
que allí se encuentra es seguro,
pero que se venda, no.
                 (Pablo de Jérica)

Por no saber Juan qué hacer
a periodista se echó,
y el público lo leyó,
por no saber qué leer.
               (Miguel Príncipe)

Para razón alcanzar
dos cosas son menester:
primero razón tener,
y otra que te la quieran dar.
              (Anónimo)

Simpática guerra en epigramas entre Bretón de los Herreros, escritor, y el médico Pedro Mata, que compartían una misma casa pero no pisos. Por ello, como Mata recibía muy frecuentemente cartas que en realidad eran para Bretón de los Herreros, se vio obligado a colocar el siguiente epigrama en la puerta de su piso:

En esta mi habitación
no vive ningún Bretón.

Bretón de los Herreros rápidamente colgó otro epigrama en su puerta:

Vive en esta vecindad
cierto médico poeta,
que al pie de cada receta
pone Mata, y es verdad.

Sobre el origen y la historia de los epigramas:
http://lagacetadepuertoprincipe.blogspot.com/2009/10/de-epigramas-y-epitafios-ana-dolores.html

FRASE DE SABIDURÍA

Nosotros mismos somos nuestro peor enemigo. Nada puede destruir a la Humanidad, excepto la Humanidad misma.
- Pierre Teilhard de Chardin SJ (1881-1955) sacerdote y filósofo francés. 

18 de octubre de 2011

OTRA MUERTE SOBRE LA CONCIENCIA COLECTIVA

Otra muerte sobre la conciencia colectiva

Por Amelia M. Doval


La muerte de Laura Pollán no fue el resultado de una enfermedad congénita, una epidemia o las consecuencias propias de la existencia. La vida de Laura fue un ejemplo de valentía femenina, de oposición a un gobierno que irrespeta al ser humano. La muerte de Laura Pollán, es un duelo para la humanidad. Una víctima de una tiranía con bases teóricamente comunistas, otra mártir que se oponía a los últimos bastiones de poder de un régimen que nació asesino.

La inflexibilidad de la secta gobernante en Cuba se sustenta sobre la base de un despotismo comunista que ha sido perfeccionado con técnicas nuevas y una inversión de capital que ha permitido tergiversar la historia. Los opositores cubanos son luchadores por la libertad, son hombres y mujeres que se enfrentan a favor de un pueblo sumergido en la barbarie. Golpear, matar, engañar, subestimar, oprimir, son sinónimos para quienes se hicieron del poder dejando una alfombra de cuerpos inertes por el único delito de pensar diferente.

Stalin y Hitler fueron dos puntas de la misma soga, que ahorcaba al mundo con la teoría de la superioridad de un hombre “científicamente” creado para vivir en una sociedad nueva, acaso no es el mismo discurso del hombre nuevo que describía Fidel desde sus primeros años de gobierno. La eliminación de un porciento de la población con el fin de reestructurar la sociedad, ha sido la variable constante en esta sumatoria de muertes que los tres han producido.

La hambruna como otro de los métodos posibles, devastando los campos, vendiendo y regalando la alimentación de los pueblos mientras transformaban las áreas productivas en desiertos infértiles, ha sido utilizada para crear sumisión y eliminar a los débiles, menos enemigos a combatir. ¿Puede haber alguna duda de la similitud de los métodos cuando nos referimos al genocidio de Ucrania (1932-33), de los judíos y la anticipación a una posible rebelión cuando en el 1990 se decreta el periodo especial en Cuba, conjuntamente con la ruina total del país?

La supremacía de los incondicionales, la violencia como hábito de vida, delaciones. El sentido de la injustificada presencia en el mundo de la clase obrera, demostrándole con acciones que no es imprescindible su participación porque son inferiores, eliminando su autoestima, todas son variantes de una sicología para someter a las masas.

La creencia de la honorabilidad de trabajar en el campo como método de agradecer el existir, es la justificación para enviar a la población a un trabajo forzado que los debilita. Es imposible negar que la presencia de la UMAP no es similar a los campos de concentración alemanes y rusos o la eliminación del 10% de la población, comenzando por los supuestos vagos, ineptos o parásitos no es una expresión semejante a la supuesta ley del vago en Cuba.

Los programas en Alemania o Rusia poco difieren de los que se vienen realizando desde 1959 en la isla. No importa si el exterminio, es a golpe, con gases sin dolor, con inyecciones letales o por hambre, lo realmente humillante es matar por pensar diferente. Laura Pollán es otra de las víctimas de este siniestro régimen que ha creado su maléfico poder sustentado en las más burdas y criminales teorías. No estamos ante la presencia de un tirano de poder, ególatra y avaricioso sino ante un clan de asesinos despiadados, con un ejército de kamikazes comprometidos con la cúpula.

El pueblo de Cuba necesita el apoyo de la humanidad con el reconocimiento internacional de un régimen tiránico. El pueblo no pide migajas, solicita que la humanidad no se desentienda de quienes sufren. Somos un pueblo con un extendido sincretismo religioso, una voluntad de trabajar y triunfar que nos hace crear comunidades grandiosas. Somos un país que ha sido destruido por la maléfica mano de un criterio de supremacía mal intencionado. Cómplice de genocidio serán quienes hoy no levantan la voz para denunciar los crímenes cometidos y en su abstinencia incluyen la aprobación y la subordinación a los asesinos.

Amelia M. Doval