28 de marzo de 2011

.

"Apaja" la luz

 - Por Manuel Pereira Quinteiro

Las primeras palabras que oí, incluso antes de nacer, vibrantes en el vientre de mi madre, sonaban así:

Na calle real da Coruña,
¡pois he!
Roubaron un cobertor
¡pois si que he!
Llos ladros hiban dicindo
¡pois he!
Lastima non fora millor
¡Pois si que he!
Vamos, María, vamos,
Vámonos a dormir
Tú levarás a manta
Eu levarei o candil…

Con esos canturreos gallegos me arrullaban. Mi abuela también dialogaba en esa lengua con el fuego de sus calderos. Mis tíos maternos conversaban con sus paisanos en esa variante del galaicoportugués, excepto cuando había cubanos presentes, en cuyo caso cambiaban de idioma.

Cada noche, antes de dormirnos, mi madre y yo rezábamos el Padrenuestro en castellano. Luego ella me pedía en gallego: “apaja la luz”, y yo apretaba la perilla eléctrica que colgaba al lado de la cama. Mamá me arrebujaba en su manta y yo apagaba el candil. “Tú levarás a manta / Eu levarei o candil…”

Mi abuela, mi madre y sus dos hermanos menores emigraron desde Ribadavia, Orense, hacia La Habana en 1926. Llegaron a la capital en medio del peor ciclón que ha sufrido la Isla y, por si fuera poco, ese mismo año nacía en Cuba otro huracán de carne y hueso llamado Fidel Castro, cuyo apellido revela no solo su origen celta, sino también su idiosincrasia militar y el afán paranoico de fortificarlo todo a su alrededor.

Fidel Castro dirigió el asalto al cuartel Moncada un 26 de julio. Más tarde, su movimiento se llamó “el 26” y una de las consignas favoritas de su Gobierno ha sido “siempre es 26”. Fue como si aquel famoso ciclón del 26 hubiera dejado una semilla de turbulencias a su paso por la Isla.

Dejo en manos de cabalistas y pitagóricos el significado oculto de la persistencia de ese número en nuestro imaginario colectivo. Sea como sea, lo cierto es que hace más de cincuenta años esa prolongación del Ciclón del 26 está soplando sobre Cuba. Al principio, sus vientos fueron benévolos, y hasta musicales, incluso esperanzadores, pero poco a poco su capacidad de destrucción se volvió cada vez más furiosa. Extraña meteorología de la historia que todo cronista del siglo XX debería escrutar a fondo.

La estrategia desplegada por aquel pichón de gallego contra Batista entre 1957 y 1958 fue celtíbera. Acaso obedeciendo a un mandato genético, se atrincheró en las cumbres de la Sierra Maestra convirtiendo esa cordillera en un castro de romántica exuberancia vegetal. Pintoresco Robin Hood céltico-tropical.

Como es sabido, los celtas eran guerreros muy feroces y el padre de Fidel combatió como soldado español contra los mambises entre 1895 y 1898. La secuencia etimológica castro, castrum, castrensis, castrense… es tan obvia que casi da sonrojo subrayarla.

Cuando Fidel bajó de las montañas donde estaba parapetado, lo primero que hizo fue extender su castro a todo el país, blindándolo de una punta a la otra, según parece para defenderse de la invasión mil veces anunciada y nunca verificada de las legiones del Imperio Romano (o Norteamericano).

Así, Cuba se transformó en campamento a partir de 1961. Abroquelado en su Isla, Fidel la cerró herméticamente al exterior, enclaustrando de paso a toda la población. El castro devino claustro, y esa claustrofobia no tardó en volverse castrofobia. No es extraño que tantos cubanos huyan de ese acuartelamiento insular.

Volviendo a mi abuela gallega, ella vivía en un solar al final de La Loma del Ángel, allá en La Habana Vieja que, a pesar de ser ya muy antigua, no estaba por entonces tan destruida como ahora. La casa de mi abuela, donde me crié, se desplomó hace unos años como si del cielo le hubiera caído un misil de crucero Tomahawk.

Frente a lo que ya no son más que ruinas, vivía yo con mis padres en otra cuartería de la calle Cuarteles. Mi abuela, Hortensia Alonso, fue feliz allí, comiendo filloas hechas de sangre de cerdo flameadas con Anís del Diablo mientras murmuraba conjuros a la lumbre de sus fogones. Cuando su pobreza se lo permitía, ponía una botella de vino del Ribeiro en la mesa, como si fuera un trofeo.

La “Moreniña” —como la llamaban en su aldea natal—, no solo hablaba con la candela de sus hornillas, sino que también bebía fuego. Mientras preparaba sus queimadas, me hablaba con nostalgia de una “ría” muy lejana donde crecían los viñedos del Ribeiro. Era la ría “Avia”, donde ella había nacido. Para Doña Hortensia todo era femenino: la ría, la mar, la calor, la radio, la sartén…

Así empecé a enamorarme del enigma de las palabras, quedando atrapado en un laberinto de sonidos, imágenes, sabores, olores y extrañas geografías. Mi mamá, Esther Quinteiro, trabajaba como modista en un taller de alta costura, así que yo pasaba mucho tiempo con mi abuela.

Esther llegó a La Habana con quince años y su mamá, Hortensia, con treinta y dos. Mi abuela se ganaba la vida cocinando para la calle en su humilde vivienda de dos piezas convertida en lo que hoy llamaríamos un “paladar”. Entre los ocho y los nueve años, yo la ayudaba subiendo y bajando la Loma del Ángel, cargando y repartiendo cantinas calientes a domicilio. En la dictadura anterior, mi abuela no pagaba impuestos, ni estaba obligada a pedir licencia, para realizar esa actividad. Tampoco recibía la incómoda visita de voraces inspectores gubernamentales. Evidentemente, eran otros tiempos…

Cuando Doña Hortensia llegó a la Isla en aquel aciago año 26 tuvo que trabajar en lo primero que encontró, que fue trapear suelos en la misma cuartería donde llegó a ser encargada. Mi abuelo la había abandonado antes de que yo viniera al mundo. Hortensia —tan adicta al fuego— quemó todas sus fotos.

Con el tiempo, y atando cabos, supe que mi abuelo —Antonino Quinteiro— fue un imaginero que huyó de España cruzando los Pirineos para que no lo reclutaran en las Guerras de Marruecos. Hoy diríamos que fue un exiliado político o un “objetor de conciencia”.

Aquel gallego fugitivo —como el ladrón del cobertor de la canción de marras— viajó por Brasil, Argentina, Venezuela y Cuba pintando querubines en techos de iglesias y restaurando tallas de madera. Mi abuela lo persiguió tenazmente a lo largo de esas geografías, según ella por amor, hasta que en La Habana, y tras un breve encuentro, tuvo lugar la separación definitiva. Antonino regresó a España con sus pinceles y mi abuela se quedó en la Isla con sus calderos mágicos.

Mi madre practicaba una magia opuesta a las llamaradas de mi abuela, pues usaba agua. De niña, allá en su aldea, echaba un huevo en un vaso con agua en vísperas de San Juan. Al día siguiente corría a ver la forma que la clara había adoptado dentro del vaso durante esa noche mágica salpicada de hogueras. Si veía un velero, significaba presagio de viaje o un naufragio, algo muy frecuente en la Costa de la Muerte; si aparecía un vestido de novia, simbolizaba vaticinio de boda; podían verse también iglesias, pájaros, telarañas…

Jugando con ella aprendí a nutrirme de esos presagios poéticos que emanan de remotos atavismos. Mi niñez transcurrió entre los monólogos ígneos de mi abuela y las blandas visiones albuminosas de mi madre.

Por si fuera poco, otra magia me circundaba: la afrocubana, contra la cual mi abuela me protegía con amuletos y despojándome con albahaca. Hortensia tenía fama de “meiga” y quería resguardarme del “meighallo” de las negras de aquellos solares, que en realidad me adoraban. Me invitaban a entrar en sus cuartos, para comer plátanos chatinos con congrí, lo cual ponía muy celosa a mi abuela, quien a veces me daba unas “hostias” que me mandaban a pasear por los infiernos.

Yo crecí hechizado entre dos culturas culinarias, a caballo entre dos lenguas, en medio de dos brujerías, oscilando entre los tamboreos de la gente de mi barrio y las canciones gallegas de mi abuela, disfrutando por igual de las empanadas con chorizo de Doña Hortensia y del inefable fufú de plátano que me ofrecían las mulatas del vecindario.

Mi abuela me contaba que de joven había visitado Santiago de Compostela donde es costumbre darle tres cabezazos al santo dos croques que está a la entrada de la catedral. Igual que mi abuelo y mis tíos, yo pintaba desde niño. Así que —según ella— si yo quería llegar a ser un gran artista, tenía que consumar aquel ritual. Muchos años después, ya en el exilio, yo también peregriné por ese “campo de estrellas” que da nombre a esa ciudad española. Siguiendo los pasos de mi abuela, transité bajo la estela de la Vía Láctea y choqué tres veces mi cabeza contra la del Maestro Mateo. Cumpliendo sus instrucciones druídicas, hundí los dedos en el frío mármol del parteluz del Pórtico de la Gloria.

En los años cincuenta, allá en La Habana Vieja, los gallegos de mi barrio desfilaban con sus boinas negras por la casa de mi abuela convertida en “paladar” avant la lettre. Allí bailaban sus danzas, rememoraban anécdotas de sus aldeas, siempre suspirando por la “miña terra” y sin renunciar jamás a sus costumbres gastronómicas.
Doña Hortensia era pantagruélica, su mundo era la cocina, y por suerte me alimentó con aquellos potajes humeantes que tanto me hacían sudar en los mediodías habaneros con más de 30 grados a la sombra.
Mi mamá siempre hablaba emocionada de Rosalía de Castro y afirmaba, sin mucha convicción, que los gallegos habían inventado la rueda y el submarino. Me mostraba orgullosa el Centro Gallego con sus marmóreos grupos escultóricos, símbolo de la pujanza económica y cultural de los hijos de Galicia en la Isla. “Tu abuelo pintó los techos”, me informaba fascinando al pequeño pintor que habitaba en mí.
Me enseñaba los ángeles coronando las cúpulas del imponente edificio. “¡Mira qué belleza!”, exclamaba, y acto seguido señalaba al Centro Asturiano, justo enfrente: “¡Mira qué fealdad, parece una mesa patas arriba!”.

Menos mi padre —mucho más criollo que pichón de gallego—, toda mi familia asistía puntualmente a las romerías en los jardines donde estaban los merenderos de la cervecería “La Tropical”.

De aquellos banquetes —donde lo mismo se bailaba una jota, un paso doble y una muiñeira que un danzón o un chachachá— recuerdo el brazo gitano a la hora de los postres y al gaitero que yo seguía de aquí para allá. Criado entre tambores, rumbas y maracas, yo iba tras aquel insólito instrumento, deslumbrado por sus aires, como si siguiera al flautista de Hamelín. Mi abuela era analfabeta, llegó a Cuba con pañuelo a la cabeza y en alpargatas. Sin embargo, era la mejor narradora que he conocido en mi vida. Me contaba escalofriantes historias de hombres lobo, a quienes ella llamaba “lobishomes”. Me hablaba de las nueve olas de la playa de A Lanzada y del muérdago de la fecundidad, me describía el río donde ella lavaba de niña entre hadas sentadas en las rocas alisándose el pelo con peines musicales. Me asustaba narrándome la procesión de fantasmas que discurría entre la niebla y que ella llamaba “Santa Compaña”. Me contaba que en las ruinas del castillo de Ribadavia —allí donde termina el arcoíris—, había tesoros escondidos por los moros. Evocaba la espectacular Noche de San Juan, cuando ella saltaba por encima de las hogueras. Siempre me repetía: “tres cosas tiene Ourense que no las hay en toda España: las burgas, la puente y el Cristo echando barbas”. El pretendiente de mi abuela era un paisano suyo llamado Máximo, dueño de la carnicería de la esquina. Lo recuerdo siempre malhumorado, con las uñas impregnadas de sangre. Mi “abuelastro” se fue de Cuba a principios de los sesenta, cuando el gobierno revolucionario instauró la libreta de racionamiento y confiscó los negocios privados: primero los más grandes, después, los más pequeños. Entonces empezó la estampida de españoles expropiados escapando de la Isla de sus sueños.

Anteriormente, durante los cincuenta, había tantos gallegos en La Habana que a todos los españoles les llamaban “gallegos” por antonomasia, sin importar que fueran catalanes, vascos, asturianos, cántabros, andaluces o canarios…
En la década del sesenta, cuando el castrismo empezó a castrar toda forma de propiedad privada, cerraron panaderías, bodegas, ferreterías, herrerías, hojalaterías, sastrerías… El vástago de aquel huracán del 26 arrasó con todo: la economía, la familia, la religión, las frutas, las viandas, los edificios… Su fuerza centrífuga ha expulsado, hasta ahora, a más de dos millones de exiliados.

De buenas a primeras, se acabaron las verbenas gallegas, desaparecieron los chorizos enlatados “El Miño” y nunca más se oyeron los dulces vientos de una gaita. No más empanadas de bacalao, ni pulpos en platos de madera. Las boinas negras se trocaron en boinas verdes-olivo… todo fue devastado por aquel otro ciclón nacido en el año 26. Como decía mi mamá en voz baja: “¡acabó con la quinta y con los mangos!”.

Mi abuela se había aplatanado bastante y se pasaba la vida cantando. “¡Quien canta, sus penas espanta!”, exclamaba. Sin embargo, a pesar de esa alegría, de vez en cuando entonaba estas endechas: “ai, miña nai, miña naiciña, como a miña nai ningunha”.

En aquel éxodo de españoles también partió uno de mis tíos, y entonces sí que vi llorar de verdad a mi abuela. Su hijo favorito era escultor y había llegado a tener una casa de antigüedades que él prefirió cerrar antes de que el Gobierno se la arrebatara.

A partir de entonces, cada vez que Hortensia oía la sirena de un barco saliendo por la bahía habanera, corría a asomarse al balcón hoy sepultado entre ruinas, y desde allí lo veía zarpar sacando un pañuelito del corpiño, no para agitarlo en el aire, sino para enjugarse una lágrima.

La morriña hizo presa de “la Moreniña”. Sus lágrimas prefiguraban mi destino. Yo intuía que tarde o temprano me vería obligado a realizar la travesía de mis ancestros, pero a la inversa. En vez de “hacer las Américas”, yo estaba predestinado a hacer las Europas: Alemania, Francia, Italia, España…

Así pude visitar aquella Galicia de la que tanto había oído hablar. Pude reconstruir el mapa de las reminiscencias de mi abuela y nuestro árbol genealógico. Deambulé por las callejuelas donde jugaron mis mayores. Conversé con la sombra de mis tatarabuelos en la plaza de la Magdalena, en la antigua Judería, donde tenía su dulcería mi bisabuela Palmira, la repostera más célebre de Ribadavia, porque solo ella sabía hacer “los melindres del silencio”, cuya receta secreta se llevó a la tumba. Exploré el castillo en ruinas, donde encontré el tesoro de los moros del que me hablaba Doña Hortensia, y que no es otro que el tesoro de la imaginación.

En mis diversos destierros me he desplazado como una vieira por aguas profundas, errando por Pontevedra, Vilanova de Arousa, Cambados, Santiago, Orense, Vigo… lugares donde descubrí —atónito— a primos y tíos que apenas sabían de mi existencia. Más que como a un hijo pródigo, me miraban como a un náufrago errabundo.

En cierta forma, mi exilio remedaba aquella canción de cuna con la que me adormecían. Casi como un ladrón en medio de la noche, me lié la manta a la cabeza y salí con mi candil al exilio. “Tú levarás a manta / Eu levarei o candil…”

“Apaja y vámonos”, me dije emprendiendo ese largo camino sembrado de maletas, esmaltado de musgo, adentrándome en un dédalo de desconciertos y sinsabores que nunca podrá comprender quien no lo haya vivido. Los desterrados somos una estantigua. Como almas en pena, lloramos nuestro orvallo allí donde nadie nos ve.

© cubaencuentro.com

.
1515  nace en Ávila Teresa de Ahumada, que luego se convertiría en Teresa de Jesús, escritora, reformadora de la Orden de las Carmelitas, y santa española.

1638  en Calabria, Italia, entre ayer y hoy, tres terremotos de 7 grados de la sismológica de Richter  dejan 10.000 víctimas.

1750  nace Francisco de Miranda, precursor de la independencia venezolana.

1845  en Madrid se estrena “Don Juan Tenorio, de José Zorrilla,  la obra teatral más representativa de romanticismol  español.

1941  muere Virginia Wolf, novelista británica.

1942  muere Miguel Hernández, poeta y dramaturgo español

1943  muere Serguéi Rajmáninov, compositor ruso


Beato Enrique Susso y San Juan de Capistrano


.

LA CIBERGUERRA GERIÁTRICA


COMO LO VE PONG


.


LA DICHA DE LA VIDA CONSISTE EN TENER SIEMPRE ALGO QUE HACER, ALGUIEN A QUIEN AMAR Y ALGUNA COSA QUE ESPERAR.

- THOMAS CHALMERS, (1780-1847) MINISTRO PRESBITERIANO, TEÓLOGO, ESCRITOR ESCOCÉS. 



27 de marzo de 2011

.
OBITUARIO

Ha fallecido en Miami en la mañana de ayer sábado el Sr. Aurelio Rodríguez Montalván. Los servicios fúnebres serán de carácter privado y se dará a conocer posteriormente la fecha, hora y lugar de la Misa funeral que ha de celebrarse por su eterno descanso. Elevamos nuestras oraciones al Altísimo para que lo reciba en su Gloria, y damos nuestra sentida condolencia a su viuda Doráis Céspedes, a sus hijos Aurelio, Germán y Gustavo, así como a sus hijas políticas y a sus hermanas Carmen R. Felipe y Beatriz Rodríguez Montalván. Descanse en paz el alma de nuestro querido amigo Yeyo.
.

El domingo del Agua Viva

El episodio de la Samaritana es muy especial. Nos muestra como la fe, la conversión, el amor se parecen a una corriente de agua pura que, saltando de risco en risco, nos llega desde la eternidad. Eso es lo que Jesús de Nazaret prometió a la mujer de Samaría.  Y eso es lo que nos puede ocurrir a nosotros. Jesús viene hoy también junto al brocal del pozo de nuestra vida.

 ¿Quién eres tú, Señor?
Para que, viéndote sentado
en el pozo de mi hueca vida
me ofrezcas lo que yo nunca te he pedido.

¿Quién eres tú, Señor,
Porque, como la samaritana,
no te he buscado pero te he encontrado.

Porque, como la samaritana,
yo quería agua superficial
y Tú me has proporcionado
otra del manantial de la vida.

¿Quién eres tú, Señor, que lo sabes todo?

Javier Leoz, 
www.betania.es
.

POR MUY LARGA QUE SEA LA TORMENTA, EL SOL SIEMPRE VUELVE A BRILLAR ENTRE LAS NUBES.

- KHALIL GIBRAN,  (1883-1931) ENSAYISTA, NOVELISTA Y POETA LIBANÉS.




.
La alborada


Oscar Pérez Moro


La penumbra se aleja
y la impalpable claridad avanza;
la neblina ya no es espesa
porque se hace sonrisa la alborada.

Sale de la floresta
un vaho de perfume que me embriaga;
y el arroyo, al brincar entre las breñas,
es un ave sonora que me canta.

El ganado se inquieta,
y todo lo emblanquece la mañana
al imponer su luz sobre la niebla
que cubre la montaña.

Y aquel pastor que va con las ovejas,
ese soy yo, tocando mi guitarra.



www.poesialuismario.net

26 de marzo de 2011

.

IMPERDONABLE REVANCHA

Por Elsa M. Rodríguez

España siempre tuvo una relación muy especial con la isla de Cuba desde que Colón la descubriera y la añadiera a la lista de territorios poseídos por la Península Ibérica. Esta relación con el transcurso del tiempo y después de la guerra que libraron los mambises contra el invasor español, se convirtió en algo diferente, ya Cuba no le pertenecía al Reino pero seguía siendo la "niña de sus ojos", aunque en el fondo había un dejo amargo en las palabras de cualquier español, cada vez que frente a una contrariedad decían: "más se perdió con Cuba".

Cubanos y españoles también han mantenido una unión invisible que se ha mantenido desde entonces. De hecho muchos de los refranes que los cubanos dan por suyos vienen de la Madre Patria, y en cuanto a la gastronomía cualquier cubano se las da de cocinar las mejores Fabadas, los mejores Caldos Gallegos y la mejor Paella del mundo. 

Desde que llegó el manto negro de maldad que cubre la isla y que no deja a sus ciudadanos vivir como lo hace el resto del mundo, España ha seguido manteniendo esta unión con Cuba. De hecho, muchos cubanos comenzamos nuestro exilio en España, y aun ahora los disidentes liberados también van allí.

Por otra parte, algunas personalidades del gobierno español y de su mundo mercantil han hecho de la Cuba de hoy un rincón donde crecer y hacerse más ricos los últimos y más importantes los primeros. Empresarios españoles han construido lujosos hoteles en terrenos otorgados por un gobierno que no es el verdadero dueño, y eso algún día tendrá que ser analizado. La isla también se ha convertido en el burdel de Europa y fundamentalmente de España. Sino fuese tan triste sería conveniente recordar que Fidel Castro decía que Cuba era el burdel de los Estados Unidos y que él terminaría con eso. Que ironía, hoy muchas cubanas tienen que ir por el mundo aclarando que ellas no son prostitutas o "jineteras" como les llaman los turistas del sexo que llegan a la isla, y todo se lo debemos al mesías cubano que iba a liberarnos de esa mácula.

Ahora los españoles no solamente van a Cuba por sexo, van por ver como el país que antes era próspero se ha destruido y para mayor INRI lo muestran en programas televisivos como ese de "Españoles por el Mundo", transmitido recientemente por TVE, donde nos hacen ver que los cubanos solamente se dedican a la Santería, al bailoteo y a la especulación. Nos enseñaron edificios maravillosos que hay en Cuba, como si fuesen obra de los revolucionarios cuando todos sabemos que se construyeron en la época republicana. Y cuando nos muestran la destrucción y la pobreza nos hacen ver que eso es herencia del pasado y que todas las cosas malas que hay en Cuba son debidas a la dictadura de Fulgencio Batista y a la ingerencia americana.

Nosotros estamos vinculados muy estrechamente con España, por razones históricas y por vínculos personales, pero esta revancha con la que los "españolitos" de la onda "progre" están mostrando su venganza por haber perdido a Cuba, francamente es imperdonable.

Elsa M. Rodríguez
Hialeah, FL

. 

LAS RAZONES DE CUBA

Por Vicente Echerri    

Yo creo que el sentimiento más común entre los cubanos exiliados --pese a la arrogancia de que suele acusársenos-- es el de la vergüenza; específicamente frente a lo ocurrido en nuestro país, a la devastación física y moral de la nación secuestrada desde hace más de medio siglo por una banda de rufianes. Me acuerdo que al oírle decir una vez a un orador, en un foro internacional al que asistía, que ``Cuba era la única dictadura del hemisferio occidental'', la conciencia de esa distinción me produjo una súbita y perdurable sensación de vergüenza.

Esa sensación se potencia con cólera cuando oímos hablar a los rufianes o a sus lacayos en nombre de Cuba, empeñados en identificarla con la gestión delincuencial que llaman revolución cubana. Esta es la primera anomalía que no debemos cesar de denunciar, aunque de momento sean pocos los que escuchen, sobre todo en el ámbito de la comunidad internacional, donde los opresores aún son reconocidos como legítimos representantes del pueblo al cual oprimen.

Por eso cuando nos llegan noticias de que los ministriles del régimen acusan a las Damas de Blanco, a los grupos de oposición y a los blogueros independientes de querer desestabilizar el país o poner en peligro la integridad nacional, como han hecho en estos días en un serial de la televisión con el capcioso nombre de ``Las razones de Cuba'', se precisa empezar por una deconstrucción semántica: ¿Cuál estabilidad? ¿A qué integridad nacional se refieren? ¿Qué significa ``Cuba'' en ese discurso oficial y qué tiene que ver con la nación de la que tantos --fuera de su territorio insular-- nos sentimos parte?

Cuba, el país, colonia española durante cuatro siglos, que se constituyó como república en 1902 luego de una cruenta guerra de independencia y una venturosa intervención militar de Estados Unidos, perdió definitivamente su estabilidad a partir del advenimiento del régimen castrista, que dislocó con violencia la organización política, las relaciones económicas y el contrato social de la nación. A partir de esa sacudida, cualquier intento de estabilidad ha resultado fallido o, en el mejor de los casos, precario. ¿De qué estabilidad hablan cuando el castrismo no ha conocido ni un solo día con ese beneficio, sobre todo desde el colapso de la URSS hace veinte años? ¿Cómo puede estar en peligro algo que no existe? A menos que ``estabilidad'' signifique, paradójicamente, la supervivencia de ese régimen inestable.

La aducida ``integridad nacional'' incurre en la misma falacia. Si la nación es el conjunto de instituciones, tradiciones y aspiraciones que arraigan a un pueblo, en el curso de su desarrollo, a un territorio particular; entonces no ha habido, en toda la historia de Cuba, ningún fenómeno más desintegrador de la nación que el régimen que abolió o subvirtió nuestras instituciones y tradiciones y, por su propia dinámica, provocó el desarraigo de la décima parte de nuestra población. Si en este momento no existe, objetivamente, la amenaza de que alguna potencia extranjera aspire a menoscabar la integridad territorial de Cuba, como no cesan de argüir los portavoces del oficialismo, es de pensar que son los empeños de encontrar raíces y consenso en pro de una renovada integridad nacional --ya sea que partan de nuestro exilio o de individuos o agrupaciones dentro de Cuba-- los que provocan la furia y el encono de los responsables, en primer término, de la desintegración.

Cabe preguntarse, finalmente, ¿qué es Cuba o más bien quiénes pueden hablar en su nombre: el régimen espurio que ha convertido nuestro país en pocilga, burdel y cueva de ladrones, todo en uno, o los que, dentro y fuera de la isla, somos las voces de la dignidad amordazada y del decoro? Cuba no es ni puede ser igual a sus verdugos, ni a los mequetrefes que amplifican sus mentiras ni a las turbas brutales que acosan a los que disienten. Cuba somos nosotros y, allí dentro de esa gran cárcel, los que en su nombre testifican y a quienes el régimen denigra: Yoani Sánchez, Oscar Elías Biscet, las Damas de Blanco, Guillermo Fariñas, Orlando Luis Pardo... a la cabeza de lo que ya va siendo una larga lista de periodistas y disidentes que pueden englobarse bajo el honroso nombre de opositores. Esas ``razones'' son las únicas con las que Cuba cuenta.

(C) Echerri 2011
Reproducido de El Nuevo Herald

.


EL LEGADO DE LA CUBA CASTRISTA

 Las razones de Cuba, veamos, como dijo el Poeta Nicolás Guillen: ¿Qué tengo?, vamos a ver:

1.-Los Centrales azucareros convertidos en Chatarra, ruinas verdaderas como las del famoso valle de los Centrales en el Antiguo Trinidad de la colonia.

2.-Chatarra también todo lo que un dia fue industria en Cuba. La antillana de Acero, las fábricas del Cotorro y de toda Cuba hechas verdaderas ruinas.

3.- Las ciudades convertidas en verdaderas ruinas, comenzando por la Habana que se ve como San Lázaro, en muletas y con perros lamiéndole la lepra. Eusebio Leal podrá remozar parte de la Habana vieja, pero le será imposible reconstruir toda la Habana, mucho menos Cuba completa que está igual o peor. Son más de medio siglo de abandono y desidia total. Aquello tomará muchos años para llegar si quiera a como era Cuba en 1959 y entonces recomenzar de nuevo todo.

4.-Las calles y las carreteras de Cuba destruidas, muchas partes intransitables y con las trochas de Valeriano Weyler convertidas en "puntos de control" para "aterrorizar" al campesino y a cualquiera que ha sido capaz de mantener un "cacharro" de casi un siglo y lograr así el más preciado sueño del partido comunista de Cuba, convertir a todo ciudadano cubano en Pedro Harapos.

5.-La potencia médica cubana se puede encontrar en los Hospitales que tiene los baños públicos más sucios y malolientes, que no existen hoy en día ni en Haití a pesar del terremoto.

6.-Las escuelas donde estudian los niños cubanos no poseen ni los más mínimos recursos que tenían incluso las escuelas del interior en épocas anteriores y ni hablar del contenido de las materias que se imparten. En Cuba, para las nuevas generaciones no hay más historia que la del Moncada, ni más héroes que Fidel, Che y Raúl Castro y por supuesto no dicen ni por asomo que Fidel Castro nunca entró en el Moncada. De Platón, Aristóteles, Sócrates y los orígenes de la cultura occidental no saben los niños nada en absoluto.

7.-Para los cubanos actuales los verbos más usados son "resolver", "jinetear", e "irse en pira que aquello ya no aguanta más".

8. Sobre el partido comunista cubano, ya lo dijo Fidel Castro, él no dirige el partido, pero lo que no dijo es que ya prácticamente no existe el partido, él no lo necesita para gobernar. El partido comunista está tan descompuesto como Cuba completa. Como dicen los colombianos, ya ni los miembros del partido "le paran bolas" al Gobierno. Ellos también viven dentro de esa amalgama de "resolver" y "jinetear". En Cuba el que vende queso, roba queso. El que vende medicinas, roba medicinas. El que vende gasolina, roba gasolina, El que vende pan, roba pan y de eso no escapan los miembros del partido. Cuando estén en las reuniones del partido, viva Fidel y, en cuanto salen, de nuevo a "resolver" y "jinetear" para buscar los fulas que son los que "resuelven de verdad".

9.-Con relación a la información que se le niega totalmente al cubano, eso no se ha visto nunca ni siquiera en los países que ahora vemos que se están rebelando contra sus tiranos como Túnez y Egipto Es posible que Libia fuera parecido a Cuba, no lo sé pero me lo imagino ya que Chávez considera al asesino de Kadafi como Bolivar, pero la falta de información, el secuestro de toda información del exterior que Fidel Castro ha implementado con el cubano no tiene paralelo en la Historia de los tiempos modernos de la Humanidad y algún día, cuando el mundo conozca hasta qué punto el cubano vive aislado del resto del planeta, la gente se indignará y habrá giras turísticas desde todas partes del mundo para venir a escupir sobre la tumba de Fidel Castro sólo por eso, once millones de personas que no tienen ni la más remota idea de qué es la Internet, no la intranet que se han inventado para escamotear la Internet, sino el acceso libre a la red mundial, como lo tenían los tunecinos y los egipcios a quien Castro calificó de esclavos. Entonces, ¿los cubanos qué son ?

Desgraciadamente es pura verdad lo que dice Echerri. Cuba es actualmente una pocilga y un burdel.

Nuestro vino es amargo pero es nuestro vino. De esa verdad habrá que partir cuando se vaya a reconstruir a Cuba.

[Comentario ofrecido por un lector anónimo firmado como mateo921”  en respuesta y complemento al artículo de Vicente Echerri “Las razones de Cuba” que encabeza hoy esta Gaceta de Puerto Príncipe.]
.
1812  Un terremoto destruye Caracas, Venezuela.
1827  muere en Viena  Ludwig Van Beethoven, compositor alemán
1848  nace en La Habana Manuel Sanguily y Garrite,  historiador y patriota cubano
1904: nace Emilio Fernández,  actor y director de cine mexicano.
1911  nace Tennessee Williams, dramaturgo estadounidense
1952  es descubierta la vacuna de la polio  por el Dr. Jonas Salk, médico estadunidense

  San Cástulo, mártir

.

.


ES MÁS ACERTADO CONTENER A LOS NIÑOS POR HONOR Y TERNURA, QUE POR EL TEMOR Y EL CASTIGO.

- PUBLIO TERENCIO AFER,  195 AC-159 AC) AUTOR CÓMICO LATINO.

25 de marzo de 2011

.


Igual que el Niño Valdez

Marlene María Pérez Mateo

En clave humorística, Luis Carbonell declamaba una estampa cubana y por cierto bien criolla de Arturo Liendo, bajo el titulo: “Igual que el Nino Valdés”.

Gerardo Ramos Ponciano Valdez nació en 1924, en La Habana. Su madre al gestionar su matricula en un gimnasio de entrenamiento boxístico se refirió a él como “El niño”, apodo que le acompañó durante toda su vida profesional; en contraste con su colosal estatura.

  Fue campeón de boxeo en la categoría “heavyweight” entre 1940 al 50, con un total de 70 peleas y 48 de ellas ganadas, 36 por knockout. Se retiró del deporte activo en 1959 comenzando a trabajar como agente de seguridad y falleció en el 2001 en New York.

Ése era el Niño Valdez a quien según la narración costumbrista inicialmente mencionada, “Bernabé”, protagonista del chiste, tanto quería imitar, terminando derrotado en manos de su disgustada esposa “Blanca Nieves”.

Una de las tantas glorias del deporte cubano un tanto olvidada.

Marlene  María Pérez Mateo
Marzo 2011

Luis Carbonell nos ofrece "Igual que el Niño Valdés" en este vídeo de Youtube:

http://www.youtube.com/watch?v=7piNLRfCQHo

.

.


1835  Aparece el primer cuadernillo de los Cuentos de Hans Christian Andersen, escritor danés de cuentos infantiles.  
1918  Fallece Claudio Debussy, compositor francés.  
1808  nace José de Espronceda, poeta romántico español.
1881  nace Béla Bartok, compositor húngaro.
2006 fallece Rocío Dúrcal, cantante  y actriz española.
 
San Dimas, Solemnidad de la Anunciación
.

Soneto
- José de Espronceda -

Fresca, lozana, pura y olorosa,
gala y adorno del pensil florido,
gallarda puesta sobre el ramo erguido,
fragancia esparce la naciente rosa.  

Mas si del ardiente sol lumbre enojosa
vibra, del can en llamas encendido,
el dulce aroma y el color perdido,
sus hojas lleva el aura presurosa. 

Así brilló un momento mi ventura
en alas del amor, y hermosa nube
fingí tal vez de gloria y de alegría.

Mas, ay, que el bien trocóse en amargura,
y deshojada por los aires sube
la dulce flor de la esperanza mía.

 
.

EL HOMBRE ENCUENTRA A DIOS DETRÁS DE CADA PUERTA QUE LA CIENCIA LOGRA ABRIR.

- ALBERT EINSTEIN   (1879-1955) CIENTÍFICO ALEMÁN NACIONALIZADO ESTADOUNIDENSE.




24 de marzo de 2011

.

La Última Reina de Hollywood

 Elizabeth Taylor, la última reina de Hollywood, falleció ayer miércoles 23 de marzo a los 79 años de edad, en Los Ángeles, tras una vida intensa entregada al cine, su pasión a los hombres y las joyas, y marcada por una pésima salud que no supo seguir su ritmo.

Ganadora de dos Óscar por sus papeles en "Una mujer marcada" (1960) y  "¿Quién teme a Virginia Woolf?" (1966), así como de una estatuilla honorífica por su labores humanitarias (Premio Príncipe de Asturias, 1993), y nominada otras tres veces al Óscar, protagonizó más de 50 películas, algunas tan conocidas como "Mujercitas" (1949), "La gata sobre el tejado de zinc" (1958) o "Cleopatra" (1963).
.
Temperamental, carismática y rebelde, esta actriz que debutó en plena edad dorada de Hollywood se casó en ocho ocasiones, dos de ellas con el actor Richard Burton, su gran amor junto con su tercer marido, el productor Michael Todd, según admitió la artista, y tuvo cuatro hijos.

  Elizabeth Rosemond Taylor, Liz Taylor, nació el 27 de febrero de 1932 en Hampstead (Londres), donde vivió hasta los siete años, cuando sus padres, de origen estadounidense, decidieron instalarse en California (EEUU) ante el inminente inicio de la II Guerra Mundial.

Su vocación artística le vino por parte materna. Su madre había sido actriz teatral, mientras que de su padre heredó su amor por el arte.

Taylor atesoró durante su vida una gran colección de suntuosas joyas entre las que destacan un diamante de 33,19 quilates que perteneció a la mujer de un colaborador de los nazis, otro que fue propiedad de la esposa favorita del emperador indio Shah-Jahan, en cuya memoria mandó erigir el célebre Taj Mahal y la popular perla Peregrina.

Dio sus primeros pasos en el cine con 10 años, en el filme "There's One Born Every Minute" (1942), que fue seguido por "La cadena invisible" (1943) y dos películas más antes de saltar al estrellato con "Fuego de juventud" (1944), un pedestal del que ya no se bajaría.

Después llegaría "Mujercitas" (1949) y ya en los 50, títulos como "Gigante"(1956), en el que compartiría cartel con Rock Hudson y el mítico James Dean, "El árbol de la vida" (1957) con su amigo Montgomery Clift o "La gata sobre el tejado de zinc" (1958) junto a Paul Newman, dos filmes que le valdrían sus primeras nominaciones.

La tercera llegó con "De repente el último verano"(1959), un año antes de que diese inicio su década de gloria en la que se coronaría como la reina de Hollywood, gracias en parte a películas como "Cleopatra" en la que llegó a cobrar un millón de dólares, el mayor sueldo de la historia por entonces.

En los 60 recibió dos estatuillas, se casó con Richard Burton por primera vez, el que sería su matrimonio más duradero (12 años) y estrenó 14 películas como "La mujer indomable" (1967), antes de que su luz comenzase a apagarse en el firmamento del cine.

Conocida por su diminutivo, "Liz", fue considerada una de las mujeres más bellas de su tiempo, y de sus famosos ojos "violeta" su marido Burton llegaría a decir que eran "tan sexy que equivalían a pornografía".  
 A partir de los 70 comenzaría poco a poco su declive, forzado en gran medida por sus serios problemas de salud, una cruz que arrastró durante toda su carrera, si bien su última película sería en 1994, "Los picapiedra".

Elizabeth Taylor, que fue nombrada Dama del Imperio Británico por la Reina de Inglaterra en 2000, pasó por quirófano al menos en treinta ocasiones y no por razones estéticas.

Dolencias en la espalda, cuello, piernas, diversas fracturas, dos sustituciones de cadera, un tumor cerebral benigno o un tratamiento contra el cáncer de piel fueron algunos de sus achaques.


La actriz, que también se sometió a una cura de desintoxicación de alcohol y pastillas, reconoció que se vio al borde de la muerte en varias ocasiones, especialmente por neumonía o por una arritmia cardiaca.

En sus últimos años redujo mucho sus apariciones en público, siempre en su silla de ruedas debido a una osteoporosis, pero mantuvo su actividad como líder de campañas contra el sida, desde el fallecimiento de su amigo Rock Hudson. 

Reproducido de La Razón, Madrid

.

MALAGA ESTRENA MUSEO

El museo Carmen Thyssen-Bornemisza de Málaga es inaugurado hoy jueves 24 de marzo, y quedará abierto al público en general el viernes 25. Serán entonces tres días de puertas abiertas sin necesidad de pasar por taquilla. 

Con respecto al valor que tiene esta institución, Carmen Cervera ha asegurado que mucho más allá del valor económico "hay muchos años de historia y muchos sacrificios", añadiendo a su vez que "que este museo lleve mi nombre significa para mí una implicación muchísimo más grande".

Este centro, ubicado en el Palacio Villalón, en la céntrica calle Compañía, está formado por unas 230 obras que permiten hacer un recorrido por lo más importante del arte español y andaluz del siglo XIX y donde se pueden ver piezas de artistas como Joaquín Sorolla, Julio Romero de Torres, Carlos de Haes o Ignacio Zuloaga.

Entre estas obras, cedidas por la baronesa Carmen Cervera, se encuentran dos de las piezas más valiosas de la colección como son 'Corrida de toros en Eibar', de Zuloaga y 'Coristas', de José Gutiérrez Solana. 

El Museo Thyssen, de 7.147 metros cuadrados, alberga tres salas destinadas a la colección permanente y una última donde se mostrarán las diferentes colecciones temporales que formen parte de la muestra y que será completada con proyectos culturales y educativos en torno a las mismas.

Asimismo, este centro expositivo exhibe sus piezas clasificándolas en los siguientes apartados: maestros antiguos donde destaca 'Santa Marina" de Zurbarán; pintura romántica y costumbrismo donde se exponen obras de Andrés Cortés y Aguilar o Manuel Barrón, entre otros; preciosismo y paisaje naturalista con piezas de Marià Fortuny o Emilio Sánchez-Perrier y, por último, la sala dedicada a las obras que pertenecen a la modernización de la pintura española de la que forman parte los cuadros de Sorrolla o Zuloaga.

El acto de inauguración oficial tendrá lugar este jueves y tras el mismo habrá tres días de puertas abiertas para que todo el que lo desee pueda acceder a la pinacoteca de forma gratuita.

Por su parte, la primera exposición temporal, que presentará un recorrido por el arte español del siglo XX, se abrirá al público el próximo 11 de abril y acogerá obras de artistas como Picasso, Francisco Bores, Antonio Saura o José Gutiérrez-Solana, entre otros.

Editado de www.elmundo.es