17 de marzo de 2011

SAN PATRICIO DE LOS ALEGRES


SAN PATRICIO DE LOS ALEGRES

Amelia M. Doval.

El duende irlandés, que está al final del arcoíris, es una diminuta figura con oficio de zapatero y borrachín. Este personaje que esconde el secreto de la olla de oro, pasa su tiempo fabricando zapatos de un solo pie.

Es la leyenda de los sueños por alcanzar, sólo fijando la vista constantemente sobre el juguetón personaje se puede conseguir el secreto ansiado. La olla de oro son nuestras metas, el secreto lugar son las vÍas para lograrlas, la mirada fija enfocada a los objetivos siempre te llevará a que el duende-vida, aún saltando sobre los obstáculos de un solo camino-zapato, te conduzca al éxito.

Un trébol como símbolo de la Divina Trinidad le sirvió a San Patrick para explicar su verdad en la constante batalla evangelizadora. El  verde, la esperanza y lo nuevo le acompañaron en su afán de crear un mundo cristiano donde antes lo pagano se hacía común. La hoja invencible es milagrosa porque lleva el beneficio de una vida mejor.

En Irlanda, quizás por la posición geográfica, no existen serpientes y la leyenda le entrega la hazaña a este hombre de quien aún no se determina el lugar correcto de su enterramiento, pero si  la ubicación exacta de sus ideas. Antes de San Patrick, el país estaba dominado por la imagen pagana de la serpiente que significaba el poder de lo incorrecto, se atribuye a las palabras y a las acciones del guerrero cristiano el haber sido expulsadas del territorio: serpientes y paganos dejaron de existir cuando Irlanda se convirtió al cristianismo.

La cerveza es cebada, alimento y alegría, festejo de la cosecha. Más agua o menos agua deviene en pan o cerveza. Proteínas, carbohidratos, fibras, antioxidantes. Símbolo de fiesta, baile, celebración de la vida, identidad cultural. Eso es San Patrick, en marzo 17, una ventana abierta a la inmensidad del arcoíris, de la dicha. ¡ a disfrutar!

EL DIA DE SAN PATRICIO

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Hoy los bares en Irlanda se llenan de gente dispuesta a chocar sus vasos llenos de buena cerveza por la festividad su santo patrono: San Patricio. El símbolo nacional estará presente en todos lados: habrá tréboles decorando las caras de quienes salen a divertirse, los grandes sombreros con sus hebillas de oro colmarán el ambiente y, como cada año, el escenario será exclusivamente verde.

Durante cinco días, Dublín, la capital irlandesa, está de fiesta. El eje central son los desfiles que recorren el centro de la ciudad, pero también los fuegos artificiales con los que se cierra el festival son famosos por ser de los más impresionantes en Europa. El dinamismo y el bullicio son la norma de este festival, marco en el que se desarrollan más de 60 espectáculos diferentes destinados tanto a un público familiar, como a jóvenes y adultos.

¿Qué significa San Patricio para los irlandeses?

La vida de San Patricio está íntimamente ligada a la historia de Irlanda, San Patricio fue un misionero considerado protagonista y responsable de la introducción del cristianismo en la Isla. Allí murió el día que hoy está dedicado a su memoria, entre los años 461 y 464. Hoy en día es también una fiesta para reforzar el orgullo de ser irlandeses, y una buena excusa para juntarse con amigos a tomar una cerveza.
  
¿Y por qué el trébol?

San Patricio fue un evangelizador y un buen catequista. En un momento se enfrentó a la necesidad de explicar qué era la Santísima Trinidad. Para ilustrar su respuesta tomó un trébol, una sola hoja que es tres cosas a la vez. El trébol es el símbolo del santo y, especialmente, del 17 de marzo.

Como las fiestas comienzan bastante temprano, alrededor de las siete de la tarde ya podemos encontrarnos con borrachos en algunas esquinas, gente que, como dicen allá, «ahoga el trébol». El exceso de alcohol es la contrapartida de un festival que, a fin de cuentas, también lo tiene como protagonista.

San Patricio y los duendes

Cuenta la tradición irlandesa que, tras haber fundado su primera iglesia y haber llevado a cabo varios milagros, la fe cristiana comenzó a ganar adeptos en Irlanda. Los druidas (sacerdotes de los dioses paganos) vieron eso con alarma e invocaron una tropa de duendes (personajes mitológicos) a los que enviaron a la iglesia con tal de hacer la vida imposible a San Patricio y a los desertores, ahora cristianos.

Los feligreses comenzaron a quejarse de que los duendes no los dejaban rezar y hacían un sinfín de desmanes en el templo, por lo que San Patricio decidió hacerles frente, sabiendo que era obra de los druidas. Una vez dentro del templo, los emplazó con las siguientes palabras: «En nombre de Dios Todopoderoso yo los expulso, espíritus impuros», y fue así como San Patricio desterró a los duendes de la iglesia.


 El leprechaun

El más popular de los muchos duendes irlandeses es el leprechaun, una criatura que habita en los bosques de Irlanda, siendo parte de su folclore y su mitología. Se dice que habitan allí junto con otros seres legendarios desde mucho antes de la llegada de los celtas.

Normalmente adoptan la forma de hombres viejos que disfrutan realizando travesuras. Su oficio es el de fabricar o arreglar zapatos. Se dice que son muy ricos ya que custodian vasijas llenas de tesoros que fueron enterradas en períodos de guerra. Según la leyenda, si alguien logra fijar la mirada sobre un leprechaun, éste no puede escapar pero, en el momento en que se retira la mirada, desaparece. 
Las imágenes modernas del leprechaun suelen mostrar un hombrecillo vestido de verde. Sin embargo, según la tradición era posible verlos vestidos con chaqueta roja de brillantes, botones plateados, calzos azules o marrones, zapatos grandes con hebillas gruesas de plata y sombrero tricornio de copa alta. Su estatura varía entre los quince centímetros y algo más de medio metro, y pueden tener cara traviesa y digna a la vez. Muchos tienen barba y fuman en pipa. Cuando están trabajando suelen usar un delantal de cuero de zapatero y un pequeño martillo con el que fabrican o arreglan diminutos zapatos.

Aparentemente no tratan a sus compañeras hadas mucho mejor que a los humanos, ya que les hacen sólo un zapato, nunca un par completo.

En las regiones del norte de España, de fuerte ascendencia céltica, la versión gallega del leprechaun es el trasno, que se invoca en el tradicional conjuro de la queimada. En las regiones de Asturias y Cantabria se le identifica con la figura del trasgo o trasgu.

Fuentes, Wikipedia y
ilustraciones: Google


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La virgen Mambisa llega a Cunagua

Por: Yanaisy Sarduy y Ferriol Grasso
Fotos Orlando Guevara y Cirilo Ruiz

 
Bolivia, antiguo Central Cunagua, Ciego de Ávila, 13 de marzo de 2011 (6:00 p.m) / Una calurosa bienvenida ofreció el pueblo de la comunidad Cunagua, ubicado al nordeste de la provincia Ciego de Ávila, a la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, la Viregn Mambisa. Tras cientos de kilómetros en su peregrinar, la Patrona de Cuba dejó atrás su trayecto por predios camagüeyanos para adentrarse en el territorio boliviano.
 
Desde las nueve de la mañana niños, jóvenes y adultos aguardaban ansiosos el añorado encuentro entre el pueblo y la Madre de Jesús, nuestro Mesías. Eternos ¡Vivas!, aplausos enardecidos y mensajes de amor y fidelidad caracterizaron a la entrada de la Virgen Mambisa al poblado de Cunagua. La capilla de esta Comunidad fue reinaugurada el 16 de enero del presente año, tras una reconstrucción de bloques y hormigón sobre la edificación original de madera, típica de finales de 1918. La misma estaba cubierta de tejas francesas estilizadas, adecuadas al sistema constructivo ballom frame.
 
Este 13 de marzo, los bolivianos, junto a feligreses de la diócesis avileña, continuaron el tributo a la Madre de Jesucristo, que se inició en agosto de 2010 por Santiago de Cuba.
 
Así mismo, con plegarias y oraciones dirigidas a Jesús, por mediación de María, se pidió por el bienestar de la patria, por  los dirigentes del mundo para que fomenten la paz y la solidaridad y por el amor al prójimo. De esta forma, los avileños se sumaron a la celebración por los 400 años del hallazgo y presencia de la imagen de la Virgen de la Caridad.
 
Guiados por el obispo de Ciego de Ávila, monseñor Mario E. Mestril Vega,  el arzobispo de Camagüey, monseñor Juan García; así como representantes del clero de ambas diócesis se celebró la Eucaristía, celebración marcada por el gran núemro de fieles congregados frente a la iglesia.
 
Durante su homilía, el Obispo avileño se refirió a como Cristo nos enseña que la vida del hombre no se puede reducir a lo material, pues este necesita también de la palabra de Dios, de la fe y de los valores del Espíritu.  Más adelante, nos recordó que el camino de la fe es el camino del  servicio a los demás (…) este es el camino que siguió María; ella, la llena de gracia, la bendita entre todas las mujeres.
 
Monseñor Mario nos transmitió esperanzas al recordarnos que en este caminar nosotros no estamos solos, la virgen está con nosotros y a ella le decimos: Ven con nosotros al caminar, Santa María ven. Además, nos exhortó a que aunque algunos nos digan que nada puede cambiar luchemos por un mundo nuevo, luchemos por la verdad.  
 
Fotos, ofrendas florales y rostros extasiados daban muestra de la esencia de la devoción por la Virgen durante su estancia en este territorio. Justo cuando el sol se ubicó en el cenit, la peregrina fue trasladada hacia el interior del templo para convertirse en la confidente de cientos de sus hijos.
 
Con los preceptos de la alegría del espíritu y la bendición de Dios Todopoderoso, los cristianos y pueblo en general recibieron a la imagen de la Virgen María en la diócesis de Ciego de Ávila.
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 Por Gioberti Jiménez González
La bienvenida en Cunagua fue protagonizada por una caravana de 27 ómnibus con personas de casi todas las regiones de la diócesis  de Ciego de Ávila, a la entrada del pueblo que escoltó el carro en el que fue exhibida la imagen de nuestra madre hasta la llegada al extenso parque y la iglesia del batey del extinguido central azucarero. Hasta allá llegaron los camagüeyanos: religiosas, jóvenes, adolescentes y laicos en general, acompañados como siempre en nuestra arquidiócesis por el arzobispo, Mons. Juan García, y en esta oportunidad el padre José Gabriel Bastián, párroco de Esmeralda.
Para culminar con la primera parte de la jornada de bienvenida en Ciego de Ávila, se celebró la santa misa en la entrada de la iglesia de Cunagua. Estuvo presidida por Monseñor Mario Mestril, obispo de la diócesis de Ciego de Ávila y nuestro arzobispo camagüeyano, Monseñor Juan García, a quien recuerdan con mucho cariño los habitantes de varias regiones avileñas, por su extensa y profunda labor pastoral cuando la provincia de Ciego de Ávila pertenecía a la diócesis de Camagüey.
Fotos reproducidas de http://cjaronu.worpress.com 
 
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1919 nace Nat king Cole, 
cantante estadounidense
1976 fallece Luchino Visconti,  cineasta italiano.
1996 fallece René clement, cineasta francés


 San José de Arimatea y San Patricio, Arzobispo de Armagh


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CUANTO MÁS SE AMA MÁS SE SUFRE.

- Henry F. Amiel (1821-1881) Escritor suizo.





16 de marzo de 2011

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1521 Fernando de Magallaes llega a las Filipinas
1892 nace César Vallejo, poeta peruano
1906 nace Francisco Ayala, escritor español

       



San Clemente Hofbauer, Santos Hilario y Taciano


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Safo, la décima musa
Lesbos

En los años dorados de la cultura griega, allá por el siglo VI a.C., algo especial ocurrió en Lesbos, una isla en el mar Egeo. Ahí florecieron las artes y el pensamiento y entre los artistas de ese lugar y de ese tiempo, destacó Safo, una brillante mujer de la que como manantial brotaba la poesía.

Se cuenta que alrededor de ella, se reunían decenas de mujeres que ahí compartían sus historias de amor y desamor, convirtiéndolas, bajo la enseñanza de Safo, en dulces versos que disfrutaban intensamente.

En los himnos, odas y elegías que abundaron en la obra de Safo, hay homenajes a jóvenes que formaron parte de su séquito. Tan profunda fue la huella que esta mujer dejó en la cultura helénica, que después de su muerte, fueron acuñadas monedas con su efigie y doscientos años después, Platón se refirió a ella como la décima musa.

Todo iba muy bien en la historia para esta mujer, pero se apareció Anacreonte, un poeta griego que nació años después de la muerte de Safo. Se ve que  le encantaba el chisme ya que sin tapujos, se dedicó a proclamar que, por la ternura con que escribía sus versos, seguramente Safo había tenido relaciones amorosas con sus discípulas.

El chisme prosperó y con el tiempo esta fama se extendió a todas las mujeres de la isla de Lesbos y así lesbiana se convirtió en palabra para nombrar a las mujeres que tienen preferencia sexual por otras damas.

En verdad, no hay más indicio de la homosexualidad de Safo que el chisme de Anacreonte, y si fue o no fue cierto ¡qué más da!, total era su vida y sus circunstancias; lo grave fue que por este prejuicio, en el año 1071 la Iglesia Católica ordenó que se quemara toda su obra que se encontraba en Roma y Constantinopla.

Así, tristemente, salvo un poema y algunos fragmentos, la obra de esta poetisa se ha perdido. No obstante, memoria de su historia se guarda en lesbiana, una palabra que nació de una isla, una historia y un chisme.

Reproducido de http://capsuladelengua.wordpress.com
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CUANDO TODOS LOS DÍAS RESULTAN IGUALES ES PORQUE EL HOMBRE HA DEJADO DE PERCIBIR LAS COSAS BUENAS QUE SURGEN EN SU VIDA CADA VEZ QUE EL SOL CRUZA EL CIELO.

- Pablo Coelho   (1947-?) Escritor brasileño.



15 de marzo de 2011

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Padre José Conrado: “Mi pueblo sufre y no lo voy a abandonar”

 Por  Wilfredo Cancio Isla 
- El padre José Conrado Rodríguez Alegre no se permite el descanso cuando llega a Estados Unidos. Como ya va convirtiéndose en tradición pastoral, el conocido sacerdote ocupa sus vacaciones para recorrer -cada dos años- las parroquias de ciudades norteamericanas donde se congregan importantes comunidades de católicos cubanos.
En esta ocasión, José Conrado emprenderá una gira de un mes que lo llevará por 17 ciudades -de Nueva Orleans a Washington, de Chicago a Boston- con un mensaje de concordia y esperanza para sus compatriotas del exilio.
La visita del párroco de la Iglesia de Santa Teresita del Niño Jesús, en Santiago de Cuba, se produce en momentos en que la Iglesia Católica está enfrascada en una inusual negociación con el gobierno cubano para la liberación de presos políticos, mientras el país atraviesa por una difícil encrucijada de transformaciones económicas, despidos laborales y ebullición social.   

Conocido por sus posiciones críticas hacia el régimen cubano y su locuacidad sin límites cuando analiza la realidad de la isla, José Conrado no esquiva temas por álgidos que parezcan. No se ha callado en Cuba después de escribirle una dura carta a Fidel Castro en 1994, ni tampoco tuvo reparos en repetir la dosis, en el 2009, cuando hizo pública una exhortación a Raúl Castro para que emprendiera un camino diferente al frente del gobierno.
En esta entrevista con CaféFuerte en Miami, el carismático sacerdote -en vísperas de arribar a los 60 años- aborda candentes asuntos de la mediación de la Iglesia Católica por los prisioneros políticos, disecciona con agudeza el acontecer cubano actual y exalta la determinación de sus compatriotas en el exilio.
El gobierno contra la pared
La mediación de la Iglesia Católica para lograr la excarcelación de presos políticos es un hecho que ha marcado el panorama cubano desde el pasado año. ¿Por qué cree que esa mediación fue aceptada por el gobierno? ¿A qué lo atribuye?
Que se diera por primera vez presencia de la iglesia en una negociación de ese tipo -a ese nivel y con esa magnitud- es el fruto, ante todo, de la constancia y la valentía de un grupo de mujeres, madres, esposas, hermanas y familiares de los presos, que fueron encarcelados injustamente en el 2003. La constancia y la lucha pacífica de las Damas de Blanco ha sido un elemento fundamental junto con la muerte de Orlando Zapata Tamayo, que resultó ser una especie de aldabonazo internacional, además de la inusual resonancia que tuvo dentro de Cuba. Y, sin dudas, la huelga de hambre de Guillermo Fariñas, porque el impacto del fallecimiento de Zapata Tamayo provocó un enorme interés por la situación de Fariñas, o sea, que todo el mundo se sensibilizó con la muerte de Zapata y con la posibilidad de que muriera Fariñas. Es decir, que se creó una situación en la que realmente el gobierno estaba contra la pared y la salida fue iniciar esta negociación que el Cardenal Jaime Ortega propició con su carta al jefe de Estado, porque fue él quien escribió a Raúl Castro diciéndole “Esto hay que resolverlo, aquí hay un problema muy serio y hay que buscarle salida”.
Entonces considera que hubo una voluntad compartida para negociar…
Con relación a la negociación en sí, no cabe duda de que hubo un apoyo de todas las partes, porque nadie quería que muriera Fariñas o que se prolongara la violencia contra las Damas de Blanco, nadie quería que se repitiera lo de Zapata Tamayo, y realmente el problema de los presos ya era una cuestión que pesaba sobre la conciencia nacional. Aunque agobiada por el peso del cada día mucha gente pierde la sensibilidad, llegó un momento en que entre los intelectuales, los blogueros y las personas más motivadas por la cuestión social y la defensa de derechos humanos, comenzaron a percatarse de que la situación era ya muy difícil y estaba a punto de explotar. Y, por supuesto, internacionalmente hubo una presión enorme, con una campaña realista y profunda. Así fue que el gobierno se vio obligado a tomar una decisión correcta, que en este caso fue “Vamos a negociar, vamos a resolver este problema”.
Cuba es una fábrica de presos
Pero usted no parece del todo satisfecho con la solución de deportar a los presos y con las demoras en la excarcelación de los que no quieren abandonar el país. ¿Me equivoco?

 Donde se trabó el paraguas fue en la solución que se le dio al problema. Ahí es donde realmente yo siento que hubo un fallo serio. En primer lugar, la capacidad de maniobra de la Iglesia no es muy amplia, porque en última instancia es el gobierno el que pauta lo que se hace y cómo se hace, es decir, que ellos están acostumbrados a ese autoritarismo y son los que cortan el bacalao. Fue también una situación novedosa y una de las cosas que la Iglesia debe aprender es a desempeñar un papel más activo, toda la Iglesia, todos los obispos, que representan a la comunidad que son los pastores. Y hace falta más audacia. Cuando se llega a un punto de gravedad social como el de los prisioneros de conciencia, la situación permitía más audacia. De ahí que la principal salida que se le dio al problema, la deportación de los presos, es, desde todos los puntos de vista, una mala solución. Por supuesto, uno tiene que ver las cosas en el contexto actual de nuestra sociedad. A cualquier cubano que se le ofrezca salir de Cuba en estos momentos se le está ofreciendo el premio gordo de la lotería.
Y entre una cárcel cubana y un avión rumbo a Madrid la decisión parece comprensible, sobre todo por la presión de las familias. ¿No cree?
No es de extrañar que estas personas que cumplieron siete años de prisión, con todo lo que pasaron sus familias, enfrentando miles de dificultades económicas y de todo tipo, atravesando un verdadero calvario para irlos a visitar a cárceles a cientos de kilómetros de sus hogares, pues opten por salir del país sin pensarlo dos veces. Porque en las cárceles de Cuba no hace falta sacarle a la gente las uñas como hacían en tiempos de Fulgencio Batista. Si en un lugar que está previsto para cuatro personas tú metes 16, mañana, tarde y noche, con poca agua y alimento de pésima calidad, lo que provoca eso es ya una tortura terrible. El hedor de las personas, 24 horas en esa situación, en un espacio donde no puedes hacer las necesidades básicas sin evitar salpicar al otro. Eso es lo que han vivido los presos. Entonces, entre esta agonía y la deportación, pues me mandan a China, me voy a China. Y las familias pesaron mucho a la hora de la decisión. Lo sé por casos muy concretos que conozco, el mismo José Daniel Ferrer, de la Causa de los 75, que se ha quedado en Cuba y todavía es de los cuatro que permanecen en la cárcel. Su esposa, los niños, todo el mundo piensa que lo mejor es irse del país, porque aun cuando lo soltaran, está el temor de que vuelvan otra vez a encerrarlo. En Cuba lo que hay que cerrar es la fábrica de presos.
Han pasado 10 meses desde que se iniciara la negociación de la Iglesia Católica con el gobierno y a estas alturas cuentan ya más de 100 presos excarcelados entre los que se han ido a España y los que han decidido permanecer en Cuba. ¿Cuál es su evaluación final de este proceso? ¿Se abre una nueva etapa para la sociedad civil cubana o estamos ante otra vuelta a la noria?
Si fuéramos hacia una convivencia ciudadana, de mayor libertad, de mayor respeto a los derechos humanos, de justicia, algo a lo que realmente tendríamos no solo que aspirar, sino llegar, pues evidentemente te diría que este es el inicio de algo importante y serio. Pero desgraciadamente el gobierno ha sido temeroso, cobarde, no tuvo el valor de enfrentar la libertad de estas personas y que se quedaran a vivir en Cuba. No quiere decir que no se fueran voluntariamente, una cosa no quita la otra, pero la opción de quedarse en Cuba desde un primer momento no se dio y por bastante tiempo no se habló de eso. Es más, cuando yo le pregunté a un obispo que estaba implicado en este proceso, la respuesta fue el silencio… “Bueno, no, hasta ahora lo que hay es salida del país”. Entonces lógicamente entre la cárcel y la salida del país no había mucha opción, ¿no? Hay que considerar también que a los que se fueron no se les dio estatus de refugiados políticos, lo que hubiera significado una serie de garantías para estas personas que ya han sufrido demasiado y que realmente hubieran merecido otro tipo de solución. Ahí la Iglesia debió ser más activa para lograr un mejor tratamiento para nuestros presos, que al fin y al cabo son nuestros hermanos.
Barrabasadas por 52 años
Casi al terminar este proceso han regresado con fuerza los mítines de repudio contra las Damas de Blanco. ¿No le parece un retroceso preocupante?
Evidentemente sí. En meses anteriores se había llegado a suprimir estas expresiones de violencia, que siempre son organizadas, porque cuando el gobierno dijo “No”, no hubo más actos de violencia. Si estén ocurriendo ahora es porque el gobierno dio luz verde para eso. Esto es una responsabilidad que hay que exigirle al gobierno cubano. Eso no se justifica y no le hace bien a ningún cubano, ni de aquí ni de allá ni de acullá, y tampoco beneficia al gobierno. Es malo para todos. Creo que si en Cuba nos sentáramos a conversar de verdad todas las partes, mediando la Iglesia o mediando quién sea, como si quieren buscar de mediador al Santo Padre, pero si de verdad nos sentáramos a conversar los problemas del país respetándonos unos a otros, aceptándonos unos a otros como diferentes… Si hubiera esa buena voluntad de querer resolver los problemas del país ante la situación tan grave que tenemos, eso sí sería un motivo de esperanza, de aliento, y diría, mira, pues estamos por un buen camino.
¿Pero cree usted que el gobierno esté dispuesto a conversar con los cubanos que piensan que el país debe conducirse de otra manera?
Los procesos sociales se inician de una manera más sencilla y que no se haya dado todavía no quiere decir que no se vaya a dar. El gobierno necesita en estos momentos una seria reflexión para descubrir que hay otras maneras de gobernar, que hay otras maneras de ejercer el poder y que son más convenientes para ellos y para todos. La Iglesia para eso tendría que ser muy constante y muy activa, porque si el gobierno ha tenido la actitud positiva de querer que la Iglesia participe en esta negociación de la manera en que lo ha hecho, sería realmente fabuloso que pudiera participar en una real mediación en el futuro. Y, por supuesto, yo me apunto a eso. Todo lo demás que no sea una conversación a profundidad sobre el futuro de Cuba apunta a resolverle las urgencias a un Estado que lleva 52 años haciendo barrabasadas. Y no se puede seguir transitando por las mismas calles cuando las calles esas están tan malas. Vamos a coger por otro camino que sea, como decía Martí, por todos y para el bien de todos. Porque de eso se trata: de todos los cubanos sin exclusiones.
Cuando se discuten sobre los retos de la Cuba futura, siempre aflora la misma pregunta: ¿cuál es la parte más dañada y más difícil de reconstruir? ¿Cómo respondería usted?
La parte espiritual es la más compleja y la más difícil de resolver. Si por un milagro hubiera una inyección de riqueza en Cuba y el gobierno cubano tomara una serie de medidas -como ha pasado en China y Vietnam- para propiciar una recuperación económica, eso podría hacerse en relativamente poco tiempo. Bastaría crear un ambiente de expectativas que generara la creatividad del cubano, cosa que no hay que ser un gran artista para lograrlo. Ahora, cuando un pueblo se acostumbra a la hipocresía, a la mentira, a la doble cara, al robo, al irrespeto de las personas que piensan diferente a ti… Cuando un pueblo se acostumbra al miedo, esos son problemas muy serios.
Una herida en el corazón
Y el fenómeno del éxodo, que sigue siendo una constante cubana…
No cabe duda. Cada vez que sale un cubano de Cuba es como que a mí se me hiciera una herida en el corazón. Así lo siento. Porque me parece tan torpe no darse cuenta que nos estamos convirtiendo en una isla de ancianos, porque los jóvenes o se van o se quiere ir, se tiran la mar, o como sea. Pero esa es la realidad; no hay futuro. Desde el punto de vista económico, cuando un economista ve esa realidad dice, bueno, pero dentro de 15 años dónde va a estar este país. Porque la tasa de nacimientos es baja, parece un país del primer mundo en cuanto a tasa de nacimiento. Somos gente que vivimos bastante tiempo y el peso de los ancianos en la sociedad es enorme… El problema es que un país necesita renovación, necesita juventud, necesita niñez… si no, nos abocamos al desastre.
¿Cuáles son las preocupaciones cotidianas de la gente en Santiago de Cuba, de los feligreses que van a su parroquia?
La primera preocupación es comer las veces se pueda comer en el día. Eso de las tres veces, entre paréntesis, no es fácil. La gente trata de sobrevivir. En este momento se añade una preocupación muy grande, que es si quedan cesantes o no, quién va a tener trabajo en la familia. Porque en Cuba se ha sobrevivido gracias a que la familia es muy solidaria, es decir, que se comparte lo que se tiene y si trabaja uno comen todos. La otra cuestión fundamental es la desesperanza, el no ver una salida, el no ver un cambio, el no ver que se vaya a mejor, sino al contrario, la percepción es que vamos a peor, a peor, a peor… No es sin marcha atrás, es sin marcha adelante.
Una preocupación latente es que el descontento popular puede derivar en explosiones públicas, con una salida violenta. ¿Es evitable la violencia en Cuba?
No creo que nadie sensato, nadie medianamente cordial, pueda querer una salida violenta en Cuba. En todos los sentidos es un fracaso del espíritu y del corazón de la nación y sería de consecuencias terribles. Eso nadie lo quiere, ciertamente. Pero al mismo tiempo yo digo que hay muchas formas de matar y de morir, y de prolongar irrestrictamente una situación que tiene como consecuencia la muerte del espíritu humano, la muerte de los valores del ser humano, eso también es una guerra terrible. Y desde el punto de vista ético hay una situación muy grave. Por supuesto, no solo desde el punto de vista ético, es también desde el punto de vista económico, social, cultural… Nada se queda fuera de esta situación y hay que buscarle salida, hay que buscarle solución. Soy un hombre que cree en Dios y sé que Dios nunca pone a sus hijos en una situación que no tenga salida. Hay una salida, pero hay que poner todos los medios en función de encontrarla.
Signos de esperanza
De las cosas que están sucediendo hacia el interior de la sociedad cubana, ¿cuáles son las señales que le parecen más estimulantes?
El movimiento de los blogueros alternativos es un proceso indetenible. Eso se inició y seguirá. Me he reunido muchas veces con ellos, tengo una relación profunda de amistad con muchos de ellos. Son gente formidable realmente, de una simpatía, de una inteligencia viva, de una libertad interior, de un espíritu de fraternidad entre ellos. Y mucho humor, ciertamente. Tú sabes que lo peor que se puede ser en Cuba es pesao. Y esta gente es muy liviana en el sentido de la simpatía y al mismo tiempo muy profunda, porque es gente que piensa y mantiene un diálogo serio sobre la realidad que vive. Diría que ese es el picante nuevo de la situación cubana, que coincide con con un movimiento paralelo entre los intelectuales, con críticas muy fundamentadas y agudas. Siempre pongo de ejemplo la última novela de Leonardo Padura, El hombre que amaba a los perros. No he leído antes en Cuba un libro tan fuerte, escrito por un cubano que vive en la isla. Es una crítica feroz al totalitarismo, asumida con matices, desde ángulos muy sutiles, muy hondos, muy reales. Creo que son signos claros de esperanza. En la Biblia hay un fragmento de uno de los profetas que se pregunta: “¿No ven que ya están surgiendo las yemas, que ya empiezan a surgir las nuevas ramas? ¿Es que no lo ven?”. Esa cita me recuerda mucho la situación actual de Cuba. Hay mucho pesimismo, hay mucho cansancio, hay resentimiento acumulado porque aquello se las trae, pero al mismo tiempo uno ve una libertad interior, una libertad de pensamiento, un arrojo y un compromiso ético en muchas personas… A mí eso me alimenta espiritualmente y me da mucha esperanza.
De todos los sacerdotes que viven y predican en Cuba, usted es quien mantiene el diálogo más continuo y la presencia más sistemática entre los exiliados. ¿Cuáles son los motivos de esa especial sintonía con el exilio?
El tema del exilio es como una herida abierta. Tengo esa herida abierta desde que tomé conciencia del fuerte sentido de identidad que existía entre los cubanos que se habían ido de Cuba. Cuando una persona salía de Cuba, para nosotros que nos quedábamos allá, era como si esa persona se hubiera muerto. Sicológicamente, cuando mis primos se fueron de Cuba yo hasta dejé de pensar en ellos, porque el trauma de pensar en ellos, el dolor de que no nos podíamos ver, de que prácticamente no nos podíamos comunicar… pues uno borraba esa parte de su historia, adormecía esa parte del corazón. Cuando conocí el exilio a través de mi familia y a través de –tengo que decirlo- de María Cristina Herrera, realmente fue una especie de deslumbramiento . El reencuentro con mi familia, ver que había permanecido el amor, fue como reencontrarme con la mitad de mí mismo. Entonces a partir de ahí he reflexionado mucho.
Una enorme injusticia
¿A qué conclusiones ha llegado? ¿Cómo van a cerrarse finalmente esas heridas sentimentales?
Creo que el gobierno cubano comete una enorme injusticia en quitarles la patria -porque hay que decirlo así, no hay otra forma- a las personas que se fueron. La forma de tratar a los cubanos que están en el exterior, el hecho de que no pudieran regresar por tantos años, que cuando pudieron regresar fue con tantas restricciones, con esa necesidad de una visa, como si no fueran cubanos, y que se les haya negado el derecho a ser parte de lo que es de ellos y de lo que ellos forman parte, que es la patria. Porque a diferencia de otros tantos inmigrantes, los exiliados cubanos llevan a Cuba en el corazón, les duele Cuba. Y para mí una de la cosas que la Iglesia Católica tendría que hacer ya es establecer puentes, propiciar que el exilio se sienta parte de la Iglesia, que esos vínculos se renueven a un nivel profundo, sobre todo el exilio católico con relación a la Iglesia Católica. Por por una cuestión de justicia y de deber, les estamos debiendo eso. Yo le digo a la gente de mi parroquia en Santiago de Cuba que tengo dos parroquias: una pequeña, Santa Teresita del Niño Jesús, y una grande, que es el exilio.
¿Cómo podría ayudar el exilio en esta hora crucial de Cuba?
La primera ayuda es la solidaridad en la oración. Quizás yo diría que el exilio debiera reflexionar y repensar cuáles son las mejores maneras de influir en la situación de Cuba, porque muchas veces se respaldan políticas y se mantienen actitudes que no han dado resultado. No sé si habría que pensar en abrir las perspectivas y tener más imaginación. La otra cosa, sin duda alguna, es el apoyo a los familiares que quedan dentro de Cuba. Sería importante también que en el cuarto centenario de la Virgen de la Caridad, la Iglesia convocara a una renovación espiritual. Siempre se habla de que Cuba está muy mal. Pero hay una cosa muy cierta: todos los seres humanos necesitamos conversión. Muchas veces en nuestras vidas hay cosas que no van bien, que nos hacen menos humanos, egoístas, que nos separan de los demás, que nos encierran en nosotros mismos, que nos separan de Dios y del camino del Dios. Esa conversión de las personas, de las familias y de las comunidades cubanas hacia Dios y hacia la renovación espiritual debiera ser un programa de la Iglesia Católica.
Por su vocación social y sus declaraciones polémicas, usted sigue siendo una piedra en el zapato que suele incomodar al gobierno y, en ocasiones, a la jerarquía católica. ¿Está el padre José Conrado preparado para una asignación forzosa fuera de Cuba?
Para nada. Ya esa asignatura la aprobé y no pienso cursarla de nuevo, porque saqué buenas notas. Estuve dos años y medio fuera de mi país y de mi Iglesia, entre 1996 y 1998. Lo hice por respeto a mi Obispo [Monseñor Pedro Meurice], que me lo pidió, y yo soy un hombre de Iglesia, soy un hombre obediente, pero ya se dio. Y no, porque además siento que Dios me pide estar al lado de mi pueblo y que mi lugar está en Cuba. Pase lo que pase, allí. No sé qué va a pasar conmigo, pero allí me quedaré. Eso no tiene vuelta de hoja y, por demás, mi mamá tiene 85 años, vive en Santiago de Cuba y está ciega. No voy a dejar a mi mamá detrás ni la voy a sacar a la aventura de una vida en otro país, porque ella se quedó en Cuba por mí. Entonces, ¿cómo voy ahora a irme y dejarla? Además de esa razón fundamental, están las miles de razones eclesiales, patrióticas, éticas, que a mí me exigen quedarme al lado de mi pueblo cuando mi pueblo sufre. Y no lo voy a abandonar. El pastor no abandona a las ovejas.

Entrevista reproducida de
http://cafefuerte.com/2011/03/14/padre-jose-conrado-mi-pueblo-sufre-y-no-lo-voy-a-abandonar

Nota de LG: El P. José Conrado visitará el área de Washington DC en la primera semana de abril.

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El canto Gregoriano

- Marlene María Pérez Mateo

Tengo plena conciencia de haber escuchado  música gregoriana en los últimos años del pasado siglo (XX). Fue la grabación casi accidental hecha por dicha época, en un concierto, a los monjes del Monasterio de Silos, lo que redescubrió al mundo los valores de dicho arte.

El canto gregoriano, música oficial de la liturgia católica, nace y vive desde su creación con autonomía propia. El no haberse casado con circunstancias y volubles propuestas del ondulante contexto musical lo han hecho sobrepasar a sus creadores y cantores, así como viajar sin mayores problemas a un  nuevo siglo una y otra vez. Sus valores musicales, la perfección de las voces, su inmutabilidad, le hacen  singular y poco frecuente en un universo cambiante y convulso.

Los vitrales, la imaginaría y los retablos de procesión contaron la historia bíblica y de la cristiandad a una feligresía desde iletrada hasta culta. Ello ha sido el objetivo de este tipo de arte.

Esta música serena, calmada y monofónica, cuyos primeros registros escritos en piel de oveja datan entre 590-604 a.C.; alcanzó mayor presencia durante el Medioevo y el Renacimiento, con calmada serenidad.

Una grabación hecha en la Sala de Conciertos del recinto monacal español inicialmente sin grandes pretensiones hizo saltar los resortes que el buen arte tan acertadamente anima, en un milenio que agonizaba en sus últimas décadas. Las  ventas  alcanzaron niveles sorprendentes. Quizás la discontinuidad en la comercialización de este tipo de música ha impedido mantener cifras estables de ganancias, las cuales no son el objetivo de este arte.
Su intemporalidad es su mayor logro.

Marlene  María Pérez Mateo
Marzo 2011

Monasterio de Silos, España
Introitus Spiritus Domine, Canto Gregoriano, Monjes del Monasterio de Silos.  (Vídeo: Monasterio de Veruela, España) :

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1878   En Cuba, Antonio Maceo rechaza el Pacto del Zanjón, en lo que se conoce en la Historia como Protesta de Baraguá
1975  fallece Aristóteles Onassis, magnate griego.
1981  fallece el cineasta René Clair.





San Raimundo,  Santa Luisa de Marillac

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Corrala más grande de Madrd, barrio Las Delicias, edificada en el siglo XIX para Cuartel Sur de la Guardia Civil

LAS CORRALAS DE MADRID

Se denomina corrala a un tipo vivienda, la más característica del Madrid antiguo. Las corralas fueron  inmortalizadas en novelas como “Fortunata y Jacinta” de Benito Pérez Galdós y  también fueron escenario de novelas de Pío Baroja y de no pocas zarzuelas del Madrid castizo.  
Estaban constituidas por  dos elementos comunes e indispensables: patio y corredera y  existen todavía decenas de ellas en el Barrio de Lavapiés, que en los tiempos que corren ha vuelto a convertirse en barrio de inmigrantes. En 2007 todavía existían en Madrid unas 500 “corralas”, a las que el propio ayuntamiento ha tomado empeño en restaurar.    Este tipo de vivienda comenzó a construirse cuando Felipe II trasladó su Corte a Madrid y llegó a su apogeo en el siglo XIX.   

Su existencia se sustentaba precisamente en la necesidad de ofrecer la mejor manera de acomodar a los nuevos inmigrantes a la capital de  España, que en aquella época provenían de las provincias.


 Están formadas por varios pisos con un pasillo exterior, que asoman todos hacia un patio central.   Ambos, corredor y patio, son los lugares donde se desarrolla tradicionalmente la vida vecinal, formando una fusión entre la calle y la casa. Así, en ellas se sigue conservando el trato personal con los vecinos que viven en la puerta de al lado.

Derivadas probablemente de los adarves árabes, estos "balcones corridos" supusieron una solución económica para dar vivienda a todos aquellos que llegaban a la capital procedentes de otros puntos del país. Por norma, cada vivienda nunca superaba los 30 metros cuadrados, compartiendo el mismo servicio sanitario o “retrete” todos los inquilinos del mismo piso.  Además de en Lavapiés, donde se concentra hoy la mayoría de los inmigrantes marroquíes, subsaharianos y los procedentes del otro lado del Atlantico, a los que générica y despectivamente algunos llaman “sudacas”,  existen también “corralas” en los barrios de Embajadores y La Latina.
Hoy las corralas, habitadas en muchos casos por inquilinos con alquiler de renta antigua y por personas mayores,  tienden a desaparecer ya que son objetivo prioritario de la devoradora especulación urbanística.

Corrada del Sombrerete, fachada que da a la calle Mesón de Paredes
 Una de las más grandes y mejor conservadas se encuentra entre la calle del Tribulete y la calle Sombrerete. Construida en 1839 se estructura en torno a un patio que da a la calle Mesón de Paredes. En 1977 tras ser declarada Monumento Nacional, fue objeto de una profunda restauración. El Ayuntamiento la ha utilizado en ocasiones para actos culturales, en los llamados “Veranos de la Villa”.

Editado de Wikipedia.org

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UN MAL ESCRITOR PUEDE LLEGAR A SER UN BUEN CRÍTICO, POR LA MISMA RAZÓN QUE UN PÉSIMO VINO TAMBIÉN PUEDE LLEGAR A SER UN BUEN VINAGRE.

- François Mauriac  (1905-1970) Escritor francés.

14 de marzo de 2011

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Biscet pasa con la familia

sus primeras horas de libertad



Por Melissa Sánchez

Durante sus primeras 24 horas de libertad, Oscar Elías Biscet se dedicó a reconectar con la familia de la cual había estado separado por años.

El ex prisionero político ha estado rodeado por sus familiares, incluyendo a su esposa Elsa Morejón, desde que el gobierno cubano lo liberó el viernes, dijeron varios amigos. El sábado estuvo visitando a sus padres en La Habana.

"El doctor Biscet se encuentra en buen espíritu, muy contento por estar libre, con su familia y con su pueblo'', dijo Angel Garrido, vicepresidente de la Fundación Lawton por los Derechos Humanos y la Democracia, organización creada por el disidente. 

Garrido y otros amigos de Biscet dijeron que éste no hará nuevas declaraciones hasta el lunes, cuando hablará sobre su encarcelamiento durante una conferencia de prensa que se transmitirá desde un lugar seguro en La Habana al Miami Dade College.

El viernes, Biscet le dijo a la agencia noticiosa Efe que su intención es permanecer en Cuba.

"Siempre he vivido en Cuba y soy de Cuba. No le he hecho daño nunca a nadie; siempre he dado amor, mucho amor, y por dar amor me dieron mal, principalmente el gobierno'', dijo Biscet.

El médico de 49 años se considera uno de los principales disidentes del régimen castrista. Fue encarcelado por tres años en el 1999 y de nuevo en el 2002. Cumplía una sentencia de 25 años de prisión por ‘‘actos contra la soberanía y la independencia del territorio nacional''.

"Yo creo que todavía se está acostumbrando a la libertad después de tantos años encarcelado bajo condiciones horrorosas'', dijo Jeremy Zucker, presidente de la junta directiva de Freedom Now, una organización que ha representado a Biscet por años. "El está alegre pero muy, muy cansado. Está emocionado por el futuro, planeando sus próximos pasos''.

Sus críticas contra el régimen cubano y sus llamados a la desobediencia civil pacífica le valieron la Medalla Presidencial de la Libertad que le otorgó el presidente George W. Bush en el 2007.

Marco Rubio, senador cubanoamericano de la Florida, advirtió que Biscet aún no es libre, aunque haya salido de prisión.

"El régimen cubano debería de estar avergonzado por su tratamiento al doctor Biscet'', dijo Rubio en una declaración. "La comunidad internacional no se debe de dejar engañar y creer que su libertad de prisión es un acto compasivo, porque él nunca debería de haber sido encarcelado desde el inicio''.

Biscet tiene dos hijos que viven en Miami: un hijo, Yan Valdes Morejón, y una hija, Winnie. Ambos fueron a Washington en el 2007 para recibir la Medalla Presidencial en nombre de su padre.

En un editorial que escribió ese año para el Boston Globe, Yan Valdes describió la necesidad de democracia y libertad en Cuba,

"Más que los arrestos, las palizas públicas, las veces que mi familia tuvo que esconderse, lo que recuerdo es que mi padre me decía que todos tenemos la obligación de alzarnos en defensa de nuestra libertad'', escribió Valdes. ‘‘Yo ahora vivo en Estados Unidos y agradezco cada vez más las libertades de este país. Pero como mi padre, yo deseo vivir en una Cuba libre''. 

Reproducido de El Nuevo Herald

Un temblor como 10 Hiroshimas

- Ángel Villarino

La devastación provocada  en Japón por la escalofriante combinación de un terremoto de magnitud 8,8 frente a las costas del Pacífico y su posterior tsunami dejó imágenes sacadas de la imaginación de un pintor surrealista: coches incrustados en las paredes, cañerías de plomo retorcidas saliendo de la tierra, o casas navegando, arrastradas por el agua, junto a avionetas y autobuses

Los japoneses, que sufren alrededor del 20% de los temblores con capacidad destructiva que se producen en el planeta, están acostumbrados a sentir que las paredes crepitan y las bombillas flojean. Sin embargo, jóvenes y ancianos insistían  en que nunca, en toda su vida, habían vivido algo así. Se trata, según la Agencia Meteorológica nipona, del peor terremoto que se registra en territorio japonés (y uno de los cinco más graves a escala global) desde que se empezaron a medir las magnitudes, incluso más potente que seísmos históricos como el de Gran Kanto, que acabó con las vidas de casi 150.000 personas. Científicos estadounidenses aseguraron que la energía descargada fue diez veces superior a la de la explosión atómica de Hiroshima. El gobierno nipón reconocía un número «extremadamente alto» de víctimas y el ministro de Defensa indicó que la cifra podría superar el millar.

El epicentro se registró en el océano Pacífico, a 130 kilómetros de las costas japonesas y a 10 metros de profundidad, generando un tsunami que tuvo consecuencias mucho más catastróficas que el propio seísmo. Kilómetros de costa en el noreste del país, en la región de Tohuku, fueron engullidos por una muralla de agua que avanzaba tierra adentro cargada de escombros, pedruscos y arena. La televisión japonesa retransmitió en directo cómo olas de 10 metros de altura se llevaban por delante coches, casas, barcos, e incluso avionetas. De acuerdo con la prensa «on-line» japonesa, la alarma llegó tarde a muchas localidades pesqueras. A las pocas horas, los servicios de rescate empezaron a amontonar cadáveres en las playas, mientras cientos de personas seguían desaparecidas.

En Tokio, las ondas sísmicas resquebrajaron cientos de edificios, prendieron cerca de una veintena de incendios y dejaron barrios enteros sin electricidad, agua corriente, ni teléfono. Los cerca de 10 millones de personas que transitan por el centro de la capital en días laborables salieron a la calle, en orden, con la increíble disciplina de la que es capaz esta sociedad, incluso en situaciones de pánico y extremas.

El desastre habría sido infinitamente más dramático de no ser por que Japón es un país construido a prueba de terremotos, que durante décadas ha dedicado recursos millonarios en investigar e implementar tecnologías capaces de amortiguar los efectos de cualquier tipo de temblor. Los japoneses, conscientes de vivir sobre una de las partes más inestables del «cinturón de fuego del Pacífico», apuntalan sus rascacielos con los cimientos más sólidos que existen; y diseñan y ensayan protocolos de evacuación con un celo que raya el fanatismo. Para tener una idea de lo que hubiera pasado si, en lugar de en el país del Sol naciente, se hubiese producido en otra latitud, basta entender que el peor terremoto en suelo europeo de los últimos años (L’Aquila, 2009) fue, según dijo ayer el Instituto de Vulcanología italiano, «miles de veces menos violento». Y es que la escala Ritcher es logarítmica y un aumento de un solo grado significa que la intensidad se multiplica por más de cien.

Reproducido de La Razón, Madrid