23 de agosto de 2010


Lugares:

Guatemala con irresistible diversidad

Oscar René Oliva
Efe/Diario Las Américas

Paisajes, historia, cultura y la práctica de la espiritualidad hacen del Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas (SIGAP) un escenario ideal para una experiencia inolvidable porque integra regiones que albergan una diversidad de atractivos turísticos y cinco rutas de asombrosa belleza escénica, que se han constituido como uno de los principales destinos de los visitantes.

Con selvas lluviosas y exuberantes humedales de importancia mundial, un conjunto de sitios arqueológicos que hablan de más de 3.500 años de historia, una cadena de 36 volcanes, tres de ellos activos (Pacaya, Santiaguito y Fuego) y un colorido de tradiciones y expresiones culturales hacen de Guatemala un destino ideal para explorar el “Corazón del Mundo Maya”.

Según la guía, los turistas podrán convivir en las áreas protegidas con los 22 grupos indígenas y con los pueblos Garífuna y Xinca, así como apreciar 10.317 especies de flora, 245 de reptiles, 147 de anfibios, 1.033 de peces, 244 de mamíferos y 720 de aves entre residentes y migratorias.

La directora del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), Claudia Santizo, explicó que el propósito de esta iniciativa, la primera de su tipo en Guatemala, considerado como uno de los 25 países con más biodiversidad del planeta, no es sólo promocionar su rica naturaleza y cultura, sino incrementar la visita de turistas, siempre en un marco de respeto por la conservación del entorno ambiental.

Los amantes de la historia y curiosos por conocer el máximo esplendor de la grandeza de la civilización maya, pueden encontrar consejos y sugerencias para visitar fascinantes emplazamientos arqueológicos como el Parque Nacional de Tikal, la ciudad más importante del Periodo Clásico y que, rodeada de selva tropical húmeda, es considerada como uno de los destinos turísticos más importantes de Guatemala.

Localizada a 495 kilómetros al norte de la capital, se ofrece La “Ruta al Mundo Maya-Petén”, departamento que tiene frontera con México y Belice y es, por su exuberante vegetación, uno de los pulmones ambientales del planeta.

También se ubica en esta ruta el Parque Nacional Yaxha Nakum Naranjo, ciudades que jugaron un papel importante en la organización social y política de las tierras bajas centrales del país entre los años 800 y 1.450 d.C. y que con su equilibrada biodiversidad y patrimonio cultural prehispánico ofrece al turista senderos dentro del bosque, paseos en lancha, avistamiento de aves y paisajes.

Por contra, en la “Ruta del Caribe Verde”, que abarca departamentos del oriente y atlántico guatemaltecos, se ofrece un paraíso de playas y selva tropical, reservas de manantiales, cascadas y biotopos como el “Chocón Machacas”, un corredor biológico ubicado entre el Parque Nacional de Río Dulce y el Río Sarstun, que fue creado con el fin de conservar al manatí (Trichechus manatus), en peligro de extinción.

El Cerro San Gil, que forma parte de Río Dulce, es considerado como un santuario para los observadores de aves, ya que más de 90 especies migratorias lo utilizan como sitio de hibernación o descanso.

En la “Ruta de Aventura dentro de la Selva”, uno de los principales atractivos es la observación del Quetzal (el Pharamachrus moccinno), declarado como símbolo nacional en 1871 y que da nombre a la moneda nacional, que también es conocido como “pájaro serpiente”, el cual se convierte en motivo de asombro para el visitante que recorre las reservas naturales de Baja Verapaz.

En Alta Verapaz, en medio del bosque tropical, se pueden encontrar grandes paredes de formación kárstica que forman un puente natural de piedra caliza de unos 500 metros de largo sobre el río Cahabón, que se interna dentro de una caverna para luego pasar bajo las pozas de “Semuc Champey”, que en la etnia Q’eqchi’ significa “donde el río se esconde”.

La ciudad de Cobán (Alta Verapaz) fue fundado por los españoles en el siglo XVI, exactamente el 4 de agosto de 1543, y en ella se mezclan la arquitectura colonial con algunos elementos de la influencia alemana y su principal artesanía es la platería.

En esta ruta también se incluye la reserva de la Biosfera Sierra de las Minas, en donde se ubica la cascada de “Chilascó”, que con 130 metros de altura, es considerada como la más alta de Centroamérica y que en la etnia Pocomchi significa “montaña oscura” o “montaña entre nubes”.

No menos importante es la “Ruta de Volcanes, Montañas y Playa”, en el Pacífico guatemalteco, con cinco reservas y cinco parques arqueológicos, entre ellos, el “Tak’Alik Ab’aj”, sitio sagrado para los Mam y K’iche’, situado en el departamento de Retalhuleu, que ofrece 70 edificios mayores, 204 monumentos tallados y 3 máscaras de jade que hablan de la majestuosidad de sus antiguos pobladores.

El parque arqueológico de Iximche, en el departamento occidental de Chimaltenango, que fue la última capital de los maya-kaqchikeles en el periodo postclásico, y que en 1524 se convirtió en la primera ciudad conquistada por los españoles, también está al alcance de los turistas en la “Ruta de Paisaje y Cultura”

Santizo aseguró que la idea de la guía turística busca promocionar a la industria como una herramienta de desarrollo y hacer conciencia sobre la necesidad de proteger estas regiones que, juegan un papel importante en la disminución del impacto del cambio climático.

Foto: Google
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Majarete

El majarete es un postre típico en los países de la región del Caribe. Muy popular en la Rep. Dominicana, en Puerto Rico, en Cuba y también en Venezuela.

Dice la RAE en su diccionario que en Cuba y Venezuela majarete es un dulce hecho de maíz tierno rallado, leche y azúcar, que se cuece y se cuaja al enfriarse, y que en Venezuela se prepara también con la pulpa del coco. La palabra parece ser diminutivo de “manjar”.

El majarete venezolano es una especie de flan de coco, pero con harina de maíz. Su origen se remonta a la época de la colonia y su preparación y degustación ha trascendido de generación en generación, convirtiéndose en un dulce tradicional de la cocina venezolana.

Para su preparación se ralla la pulpa del coco y luego se exprime para extraer la leche. En la leche, se disuelve la harina de maíz junto con el azúcar y se le agregan los clavos de olor, una raja de canela y el coco rallado. En algunas regiones suelen incorporarle leche condensada y vainilla, pero esto queda al gusto de quien lo prepara. Se coloca la mezcla en un recipiente y se lleva a fuego lento hasta hervir sin dejar de remover.

Después se vierte en moldes o recipientes y se deja reposar. Una vez reposado, se espolvorea con canela en polvo y se refrigera por una o dos horas. Es uno de los dulces típicos durante la cuaresma.
Los venezolanos también tienen una variante llamada "mazamorra" hecha con maíz cocido y molido.

Una receta de majarete cubano

9 mazorcas de maíz

1 litro de leche
¾ libra de azúcar
1 cdta de canela en polvo
Unos granitos de anís.

Limpiar bien las mazorcas de maíz y rallarllas. Pasar por un colador fino el maíz rallado. Añadir la leche, el azúcar y unos granitos de anís si lo desea. Cocinar a fuego lento y moverlo continuamente hasta que se espese. Retirar del calor y servirlo en una dulcera. Polvorear con canela.

Receta: http://alocubano.com
Foto: Google
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A los veinte años
reina la voluntad.
A los treinta, el ingenio
y a los cuarenta el juicio.

Benjamin Franklin



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22 de agosto de 2010


Lo que sigue es una nota encontrada
en el bolsillo de un soldado norteamericano
muerto en la II Guerra Mundial,
en el Norte de África:


Escúchame, Dios mío, jamás te había hablado. Me dijeron que no existías y yo les creía. El otro día, desde el fondo de un hoyo de obús, vi tu cielo. Y de repente me di cuenta que me habían engañado. Me pregunto, Dios, su tú te dignarías estrecharme la mano y creo que me vas a comprender… Qué extraño que haya necesitado llegar a este lugar infernal para poder ver tu rostro. Te quiero y quiero que lo sepas. Va a empezar un horrible combate. Es posible que llegue a ti esta misma tarde. No habíamos sido amigos hasta ahora. ¿Me esperarás a la puerta?
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Quintín Banderas

Quintín Banderas fue un general cubano en las Guerras de Independencia. Había nacido en Santiago de Cuba el 10 de enero de 1837.

Era de la raza negra, temperamento difícil, de mal físico y poca cultura. Desde 1851 se entregó abiertamente a la causa de la libertad de Cuba. Llegó a pasar de soldado al grado de mayor general del Ejército Libertador. En 1895, después de haber estado preso en España debido a su participación en la Guerra Chiquita, fue uno de los primeros en alzarse el 24 de febrero. Terminada la guerra no aceptó ningún puesto en el gobierno de la nueva República aceptando un simple trabajo de operario en una industria local.


Cuando la reelección de Tomás Estrada Palma fue uno de los primeros que se dispusieron a tomar de nuevo las armas en oposición a los propósitos reeleccionistas de Estrada Palma. La oposición liberal, para hacer valer su inconformidad, tomó las armas e inició la llamada Guerrita de Agosto. El General Quintín Banderas se sumó a los insurrectos y fue cercado en una emboscada y cruelmente macheteado por fuerzas de la guardia rural en la finca "El Garro", cerca de Arroyo Arenas el 22 de agosto de 1906.

Sus restos descansan en un sencillo panteón de mármol negro en el Cementerio Colón en La Habana.

Texto: wikipedia.org
Foto: Google
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Es tan corto el amor
y tan largo el olvido...

Pablo Neruda


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21 de agosto de 2010

Liborio

Ana Dolores García

En una crónica aparecida hace muchos años en la revista "Ideal", de Miami, se reproduce un artículo de la "La Política Cómica" de 1913. En este semanario aparecía regularmente la figura de este criollo personaje, simbolo de nuestro pueblo desde comienzos de la república. A dicha crónica me atengo:

A la puerta de la gloria
está San Pedro sentado
y ve llegar a su lado
a un hombre de cierta historia.
No consigue hacer memoria
y le pregunta con celo:
-¿Quién eras allá en el suelo?
-Era Liborio mi nombre.
-Has sufrido mucho, hombre,
entra, te has ganado el cielo.
(Décima anónima)

Liborio es el símbolo del pueblo cubano como el "Tio Sam" lo es del norteamericano. Fue creado a fines del siglo XIX por el notable acuarelista y caricaturista Víctor Patricio de Landaluce. Landaluce nació en España en las provincias Vascongadas, y llegó a La Habana en el año 1863, muriendo en Guanabacoa el 8 de junio de 1889. Su notable obra "Tipos y Costumbres" es muy apreciada por sus descripciones de nuestro pueblo a fines del siglo XIX.

A principios del siglo XX Liborio se convirtió en la figura con la que los caricaturistas representaban al pueblo cubano, como lo demuestra la siguiente cuarteta


¡Basta, basta de jolgorio
y no sean tan guagüeros!
¡A trabajar, compañeros,
como trabaja Liborio!
"La Política Cómica", 1913

Emilio Cosío, brillante escritor costumbrista, nos agrega:

«El hombrecito del sombrero de yarey mambí representaba en Cuba todo lo cubano y de modo tan fiel que toda Cuba ponía atención a sus siempre acertados comentarios de la actualidad política. Es bueno que el símbolo de cubanía que representó allá se recuerde aquí con la misma fidelidad y propósito, como termómetro de la conciencia popular».

Ilustración, Google
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El Penado Nº 113

Alfonso Camín


El pelo al cero y la cabeza al raso,
grillete del tobillo a la cintura;
el pie con la terrible mordedura
del hierro vil, adolorido el paso.

He aquí al joven Martí, de cuerpo escaso,
pero altiva la faz y el alma pura;
dieciséis años, como yo, criatura
forjada en el dolor, vida al acaso.

Como te ves, más tarde yo me veo,
con ese mismo traje de galera
con que se humilla en la prisión al reo.

¡Quizás, quizás más infeliz! Siquiera
tú has ganado una patria con Maceo
y yo no tengo patria ni bandera.

Alfonso Camín (1890-1982) fue un poeta asturiano que a la edad de quince años, en 1905, tras haber trabajado en una cantera de Contrueces, se trasladó a Cuba, lugar en el que rresidió hasta 1914. Durante esos años llegó a ser redactor del periódico “La Noche”, y dirigió la revista “Apolo” a la par que se desenvolvía como redactor del “Diario de la Marina”.

En 1914 regresó a España como periodista del diario la Marina para cubrir la Primera Guerra Mundial. A su terminación se trasladó a Madrid y contrajo matrimonio. Pero al comenzar la Guerra Civil en 1936 volvió a emigrar a Cuba, de la que partió de regreso a España a los pocos años de la instauración del régimen castrista.

Un año antes de su muerte en 1982, había sido nombrado “Hijo Predilecto y Poeta de Asturias”.

Foto: Google
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María Estuardo

Ana Dolores García

Había nacido el 8 de diciembre de 1542 y con apenas 6 días de nacida fue proclamada Reina de Escocia al ocurrir la repentina muerte de su padre Jacobo V. Coronada Reina con tan sólo 9 meses, su vida siempre estuvo determinada por intrigas de poder, personal, políticas o religiosas que se desenvolvieron en torno a su figura.


María de Guisa, actuando como Regente durante la infancia de su hija, arregló desde entonces su matrimonio con Eduardo, hijo de Enrique VIII. Poco después -temerosa de la ambición del rey inglés que pretendía la custodia de su futura nuera-, rompió el compromiso existente. Las represalias del poderoso monarca no se hicieron esperar e invadió Escocia.

María de Guisa se alió entonces a los franceses, quienes corrieron en su ayuda. La pequeña niña Reina quedó prometida en matrimonio al recién nacido delfín Francisco, hijo del Rey de Francia Enrique II, y con sólo 5 años de edad fue llevada a Francia por razones de seguridad. Allí vivió durante diez años y recibió una esmerada educación.

En 1558, a sus dieciséis años, se celebraron sus esponsales con el Delfín. Un año más tarde, al fallecer el Rey y ascender su marido al trono como Francisco II, María Estuardo se convirtió en Reina de Francia.

Además, María seguía a su prima Isabel en la línea de sucesión al trono de Inglaterra. E Isabel no tenía descendientes. Era una época tumultuosa en la que importantes grupos de creyentes se separaron de la Iglesia Católica inconformes con algunos de sus dogmas, dando origen a las Iglesias "Protestantes". En Inglaterra, Enrique VIII, animado más por motivos personales que religiosos, había fundado su propia Iglesia. Los católicos ingleses consideraban a Isabel como bastarda, por lo que apoyaban a María, católica, como legítima sucesora de su abuelo, pero éste, explícitamente, había excluido a los Estuardo de la sucesión al trono.

María enviudó al poco tiempo de casada. Su segundo hijo ocupó el trono francés con el nombre de Carlos IX y la Regencia fue desempeñada por la abuela del infante, Catalina de Médicis. María regresó a su Reino de Escocia, donde también acababa de fallecer su madre María de Guisa. Los intereses políticos determinaron que los franceses no acudieran en defensa de sus pretensiones al trono de Inglaterra. Al contrario, retiraron sus tropas de Escocia y reconocieron a Isabel I como soberana inglesa: se enfrentaban por entonces a la rebelión de los hugonotes en la propia Francia.

María Estuardo se hizo cargo del trono de Escocia con sólo 18 años y muy poca experiencia ante la compleja situación que enfrentaba. Desoyó consejos y concedió poder a su hermano ilegítimo, el conde de Moray, líder protestante. La religión había dividido a Inglaterra y a Escocia. Se la atacaba desde los dos flancos porque no asumía una postura diáfana.

Su prima Isabel la observaba con recelo desde Inglaterra. Nunca llegaron a conocerse personalmente, pero el mayor poder ejercido desde Inglaterra por Isabel se sobrepuso al de María, aspirante peligrosa al mismo trono. Vicisitudes tras vicisitudes se fueron desencadenando y arrastrando a la Estuardo a su trágico destino.

Un segundo matrimonio, esta vez con su primo y líder de los católicos, Enrique Estuardo, (quien tampoco le fuera muy leal políticamente) complicó aún más la situación imperante. De este matrimonio nació un hijo: Jacobo, futuro Rey de Escocia cuando María, años después, se viera obligada a abdicar. Enrique Estuardo murió asesinado y un nuevo personaje al que se le consideraba relacionado en este asesinato, Bothwel, obtuvo el favor de la todavía reina y se convirtió en su tercer esposo.

A partir de entonces la caída de la Reina fue más estrepitosa. Dividido el país, y en guerra, insatisfechos tanto católicos como protestantes, la propia nobleza se volvió contra María, la hicieron prisionera y la obligaron a abdicar. Logró escapar disfrazada de lavandera, con la idea fija de recuperar el trono de Irlanda. Su ejército fue derrotado y entonces buscó refugio en Inglaterra, donde fue capturada a los tres días de pisar suelo inglés.

Se la acusó de complicidad con Bothwel en el asesinato de su segundo esposo, Enrique Estuardo, hecho que nunca se pudo comprobar. Aparecieron entonces ocho cartas que se dijo fueron escritas por la Reina a Bothwel. Ella nunca las reconoció como suyas, y su autenticidad ha sido negada por los historiadores.

Fue mantenida en cautiverio durante diez y ocho años, a conveniencia de Isabel, hasta que ésta cedió a la presión de los miembros del parlamento que exigían fuera procesada por traición. Se argumentó que había participado en numerosas conspiraciones contra la Reina, y que ello la hacía rea de muerte.

Fue decapitada el 8 de febrero de 1587 y ha pasado a la Historia como "la reina mártir". Sepultada en un principio en la catedral de Peterborough, su hijo Jacobo I, rey de Inglaterra y de Escocia, posteriormente ordenó el traslado de sus restos a la abadía de Westminster, donde descansan bien cerca de los de su prima y enemiga, Isabel I de Inglaterra.

La vida de María Estuardo ha sido tema frecuente de novelas, óperas, teatro y cine. Inspiró al escritor alemán Friedrich Schiller para su drama María Stuart, en el cual se basó posteriormente Donizetti para una ópera. Mención aparte merece la magnífica biografía escrita por Stefan Zweig.

Hasta el presente y con más o menos acierto, su vida ha sido llevada a la pantalla en cuatro oportunidades. Los filmes más notables han sido el personificado por Katherine Hepburn en 1936, la "María, Reina de Escocia" de Vanessa Redgrave y Glenda Jackson en 1972, y la más reciente "Elizabeth: La Edad de Oro", apenas en 2005, con Cate Blanchett y Samantha Morton.

Ana Dolores García
©2008
Foto: Google
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No basta saber,
se debe también aplicar

Goethe





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20 de agosto de 2010


Una página
casi olvidada de nuestra Historia

Los Olvidados

A fines de mayo de 1939, el buque alemán SS St. Louis se dispone a entrar en la bahía de La Habana. Viene con este destino desde Hamburgo, cargado con más de 900 judíos escapados de la persecución nazi. En la ciudad, algunos tienen familiares y amigos que los esperan en tierra junto a otros miembros de la comunidad hebrea.

Pero el presidente cubano, Federico Laredo Bru, emite una orden especial que prohíbe al St. Louis entrar al puerto. El barco es escoltado hacia las afueras por lanchas de la policía. Al cabo de una semana, sólo una treintena de los pasajeros ha obtenido autorización de desembarco.


Una compleja trama de intereses en la que intervienen las leyes cubanas de inmigración, la correlación internacional de fuerzas, la abstención de Estados Unidos, las contradicciones internas de la política cubana, la campaña antisemita alentada en Cuba por el régimen alemán, así como el engranaje de corrupción de funcionarios locales que venden visas y permisos, convierten el asunto en un sórdido drama.

Finalmente, los judíos no son admitidos en la Isla y el 2 de junio el barco zarpa rumbo al océano, escoltado por la policía cubana. Siguen otros incidentes de la odisea: rechazados también por Estados Unidos, deben regresar a Europa central rumbo a un destino incierto. Pero, a punto de llegar a Hamburgo, se conoce que Francia, Inglaterra, Bélgica y Holanda acogen a los judíos del St. Louis...

La historiadora Margalit Bejarano ha calificado este episodio como «el portazo final en la cara de los judíos alemanes, tres meses antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial».

De este dramático suceso, que tuvo a La Habana como escenario principal, quedó la memoria viva de testigos o protagonistas, mucho material de archivo y los testimonios gráficos en la prensa de la época. Pero tendrá —además— un cronista inesperado: el pintor Víctor Manuel.

Es curioso que el creador de los paisajes cubanos ideales o de las melancólicas «gitanas», fuera del tiempo, haya sido atraído ocasionalmente por situaciones o personajes de la historia más reciente, de los que fue espectador y sobre los que dio versiones de primera mano, aunque a veces primarias o llenas de ingenuidad.

En ese sentido, Víctor Manuel fue rozado por las tendencias sociales que atravesaron la pintura cubana de los años 30. (Véanse, por ejemplo, el óleo titulado Desahucio, o un dibujo representando un manifestante antimachadista, o la acuarela titulada Los refugiados, por sólo citar obras de la colección del Museo Nacional de Bellas Artes.)

Pero Diáspora —título con la que ha sido publicada en años recientes— es una pieza de mayores pretensiones. Desconocemos las circunstancias y las motivaciones precisas de este óleo, que ha permanecido siempre en colecciones privadas: ¿Impulso personal o satisfacción de un encargo?

Lo cierto es que el paso del St. Louis por la capital cubana, la espera angustiosa y el infeliz desenlace, debieron impresionar fuertemente a Víctor Manuel, pues años después —tomándose sus licencias respecto a la precisión histórica— trasladó al lienzo sus recuerdos, llevados a la atmósfera inconfundible de su pintura.

Los testimonios del primer coleccionista de la obra y de familiares próximos, ligados además por relaciones de amistad con el pintor, no sólo permitieron identificar el tema mismo y sus inusuales protagonistas, sino que la situaron en una fecha aproximada —los años 40— y establecieron, sobre todo, su título original, que debe recuperar: Los olvidados.

Ramón Vázquez,
Curador del Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana
Tomado de Opus Habana, Vol VII, Nº 1, pp 52-55
Ilustración, Google,
Los Olvidados, óleo sobre lienzo, Vícto Manuel,
Colección privada
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Del ayer cubano
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Los hombres han nacido
los unos para los otros.
Edúcalos o padécelos.

Marco Aurelio




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19 de agosto de 2010


El Colegio Teresiano de Barcelona

El Colegio Teresiano o Colegio de las Teresianas de Barcelona es obra del arquitecto modernista Antoni Gaudí. Situado en la antigua localidad de Sant Gervasi de Cassoles, hoy parte integrante de Barcelona, fue concebido por San Enrique de Ossó para alojar un colegio y el convento de la Congregación de Religiosas Teresianas, que él mismo había fundado.

La construcción se inició en 1887 bajo la dirección del arquitecto Joan Baptista Pons i Trabal, pero en 1888 Ossó encargó el proyecto a Gaudí, que ya había adquirido renombre tanto como arquitecto como persona devota, razón por la cual Ossó se decantó por él. Las obras se prolongaron de 1888 a 1889.

Del proyecto inicial de Pons i Trabal se habían realizado tan sólo los cimientos. Gaudí cumplió la voluntad de la orden de reflejar austeridad en el edificio, en cumplimiento del voto de pobreza; siguiendo las indicaciones de las religiosas proyectó un edificio sobrio, realizado en ladrillo por fuera, y con algunos elementos de ladrillo por dentro. Se cuenta la anécdota de que ante la insistencia del padre Ossó de ceñirse al presupuesto Gaudí le contestó un día: «Cada cual a lo suyo, mosén Enrique; yo, a hacer casas, usted a hacer misas»

Utilizando el argumento que el ladrillo no era caro, y que no había gran diferencia de costes en colocar las piezas de una forma o de otra, fue creando elementos decorativos donde le fue posible, tanto en el exterior como en el interior. También incorporó a la fachada rejas de hierro forjado, uno de sus materiales preferidos, y la coronó con un conjunto de almenas que sugieren un castillo, posible alusión a la obra de Santa Teresa El castillo interior.


En los ángulos de la fachada figuran unos pináculos de ladrillo con una columna helicoidal culminada con la cruz de cuatro brazos, típica de las obras de Gaudí, y con unos escudos de cerámica con diversos símbolos definitorios de la orden teresiana: el monte Carmelo coronado por la cruz, el corazón de la Virgen coronado por espinas y el de Santa Teresa atravesado por una flecha.

Originalmente, las almenas estaban rematadas por unos birretes doctorales de cerámica roja en alusión al Doctorado de la Iglesia de Santa Teresa, pero fueron destruidos en 1936 durante el transcurso de la Guerra Civil. También figuran anagramas de Jesús (JHS) y de Santa Teresa (T).
En el interior existe un pasillo que es famoso por la sucesión de arcos catenarios que contiene. Estos arcos de líneas elegantes no son meramente decorativos, sino que tienen la función de sostener el techo y la planta superior. Gaudí utilizó el arco en parábola como elemento constructivo idóneo, capaz de aguantar pesos elevados mediante perfiles poco gruesos.


Durante la construcción, imbuido del aire de recogimiento y meditación que debía tener el Colegio, Gaudí realizó dos curiosos elementos constructivos: en la columnata del primer piso dejó en medio de las columnas un pilar de un metro de altura, sin ningún remate ni decoración; al ser preguntado, dijo que representaba a Dios, por lo que no necesitaba ningún adorno. 

A continuación, dejó la escalera que en ese punto subía al segundo piso interrumpida, colocando el acceso al piso superior en otro lado; desde entonces hay una escala de catorce peldaños que no conduce a ninguna parte.

En 1908 Gaudí proyectó una capilla que no llegó a realizar por desacuerdos con la superiora del convento; la actual, de estilo neogótico, es obra de Gabriel Borrell i Cardona. 

En 1969 este edificio fue declarado Monumento histórico-artístico de Interés Nacional.

Texto: wikipedia.org
Fotos: Google
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¿Qué es la Guardia Suiza?

Germán Sánchez Griese
Fuente: Catholic.net

Al hablar de Roma vienen a nuestra mente tantos recuerdos. El Coliseo, las Termas de Carcala, los palacios renacentistas, las fuentes de Bernini en Piazza Navona, la inolvidable fuente de Tívoli. Son recuerdos vivos a los cuales asociamos esta bella y eterna ciudad mediterránea.

Junto a estos símbolos de la ciudad se encuentra uno que por folclórico, no deja de ser importante y representativo de la ciudad de Roma, y específicamente de la Ciudad del Vaticano. Me refiero a la Guardia Suiza.

Quien ha tenido la oportunidad de visitar la Plaza de San Pedro, la Basílica Vaticana, o de adentrarse a las oficinas de la Santa Sede a través del Borgo Santa Anna habrá aprovechado la oportunidad para tomarse o tomar una fotografía a los Guardias Suizos.

Muchas de estas fotografías, seamos sinceros, han sido tomadas por miembros del sexo femenino que han quedado impresionadas por la gallardía y el buen aspecto físico de estos jóvenes. Su variopinto uniforme –azul, amarillo y rojo- cuenta una leyenda, fue diseñado por el propio pintor de la Capilla Sixtina, Miguel Ángel Buonarrotti y cuentan con dos de ellos: uno para el invierno y otro para el verano.

Estos jóvenes suizos, cuya edad oscila entre los 19 y 30 años, estatura mínima de 1.74 m. y provenientes de los Cantones suizos, dedican dos años de su vida a la Guardia personal del Papa, con posibilidad de continuarse por otro período igual de tiempo. Pero dejemos a un lado elementos folclóricos y adentrémonos para conocer a este interesante organismo de la Santa Sede.


Su nombre oficial es Corpo della Guardia Svizzera Pontificia (Cohors Helvetica), Cuerpo de la Guardia Suiza Pontificia. El cuerpo lo forman 110 personas, entre efectivos y auxiliares.

Su historia se remonta a los finales del siglo XIV en donde numerosos soldados suizos junto con algunos soldados extranjeros estaban al servicio de la Santa Sede. Pero la idea de un cuerpo estable y disciplinado de soldados suizos que se dedicaran a la custodia de la persona del Papa y de los Palacios Pontificios se debe al Papa Julio II quien el 21 de enero de 1505 comunicó a los “Estados Confederados de la Alta Alemania” el encargo que había dado a Pietro von Hertenstein de conducir hasta Roma 200 soldados suizos para custodiar los palacios pontificios.

El 21 de enero de 1506 llegaron a Roma 150 soldados que atravesaron Porta del Popolo y se dirigieron a la Plaza de San Pedro en donde Julio II los bendijo solemnemente. Esta fecha es considerada como el inicio de la Guardia Suiza Pontificia.


A lo largo del tiempo la Guardia Suiza ejerció un papel muy importante en la protección de la persona del Sumo Pontífice, pues debe situarnos en la Edad Media donde los intereses políticos se mezclaban muchas veces con los religiosos. Varias veces el Papa tuvo que huir o defenderse de las invasiones extranjeras y los Guardias Suizos estaban ahí para cumplir con su papel de custodios.

El momento histórico más importante fue el 6 de mayo de 1527 en donde murieron 147 guardias suizos defendiendo al Papa, durante el saqueo de Roma. Solamente 42, de los 200 soldados suizos se salvaron defendiendo al Papa Clemente VII en el Castel San Angelo.


La Guardia Suiza se ha reorganizado varias veces, siendo la última vez el 5 de abril de 1979. Una de las ceremonias más características de esta Guardia tiene lugar el 6 de mayo de cada año, las cinco de la tarde en el Patio de San Dámaso, dentro de los Palacios del Vaticano.

Se trata del juramento que hacen los nuevos reclutas. Con sus vistosos uniformes toman con la mano izquierda la bandera de la Guardia Suiza, mientras que la mano derecha se alza al cielo con los dedos pulgar, índice y medio extendidos, simbolizando las tres personas de la Santísima Trinidad, pues el juramento se hace en nombre de la Santísima Trinidad.


Durante su estancia de dos años en Roma, además del servicio invaluable que prestan a la Santa Sede y al Sumo Pontífice, los guardias suizos estudian idiomas, informática y cursos universitarios.

Foto: Google
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Cada día
sabemos más
y entendemos menos.

Albert Einstein



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18 de agosto de 2010

Josephine Baker

Joséphine Baker (Freda Josephine McDonald), nació el 3 de junio de 1906 en Saint Louis, Missouri, y murió el 12 de abril de 1975 en París.

Después de pasar una prueba en un espectáculo de vaudeville, empezó a trabajar de forma ininterrumpida en el escenario y ganó su primer concurso de baile a los 14 años.

Se casó cuando tenía 13 años, pero en 1920 ya se había divorciado y su segundo matrimonio fue con Willie Baker, un guitarrista de blues, de quien tomaría su apellido artístico. Después de actuar en el Cotton Club de Nueva York, debutó en París en 1925 con el espectáculo la Revue Nègre, que incluía una orquesta de jazz. Su exótica forma de bailar, su sexualidad desinhibida y su vestimenta mínima -una falda hecha con plátanos- resultaron más atractivas para los europeos que para los americanos.

Después de una gira por Europa fue vedette del Folies Bergère de París y luego abrió su propio club “Chez Joséphine”. En 1927 se estrenó su primera película, La Sirène des Tropiques, a la que seguirían Zouzou y Princesse Tam Tam.

En 1936 regresó a los Estados Unidos para actuar en Ziegfeld's Follies con Bob Hope y Fanny Brice. Una parte importante de la opinión pública atacó la promiscuidad del show, y varios hoteles y restaurantes impidieron a la artista su entrada: Finalmente Joséphine abandonó la obra y regresó a París, donde adquirió la ciudadanía francesa al casarse con el magnate del azúcar Jean Lion, quien, por ser judío, tuvo problemas durante la ocupación alemana de Francia.

Durante la segunda guerra mundial, se unió a la resistencia francesa. Posteriormente, fue subteniente auxiliar en las Fuerzas Aéreas Francesas y levantó la moral de las tropas aliadas actuando para ellos. También colaboró con la Cruz Roja. Después de la guerra recibió la Medalla de la Resistencia y la Legión de Honor.

Volvió a casarse con el director de orquesta Jo Bouillon. Regresó a la actividad artística y trabajó en el circuito de cabarés de París durante varios años. Luego fue a Cuba antes de regresar de nuevo a los Estados Unidos, donde apoyó los movimientos de promoción social afro-americanos. Hizo después una gira mundial de despedida y se retiró del mundo del espectáculo.

Adoptó doce huérfanos de diversos orígenes a quienes denominó la tribu del arco iris. Regresó varias veces al escenario por dificultades económicas y también para apoyar el movimiento norteamericano por los derechos civiles. Dio cuatro conciertos en el Carnegie Hall para conseguir fondos para la causa y participó en la marcha a Washington, en 1963.

Vivió sus últimos años con sus hijos adoptivos en el Castillo de Milandes, en Castelnaud-la-Chapelle (Dordoña, Francia). Cuando murió, en 1975, era una persona muy querida y respetada, y fue la primera mujer de origen estadounidense en recibir honores militares en sus funerales, celebrados en Francia, aunque su tumba se encuentra en el cementerio de Mónaco.

Foto: Imágenes Google
Texto: Wikipedia.org


Joséphine Baker canta "Paname" en:

http://www.youtube.com/watch?v=42ri9-hK-qk&feature=related

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Mi verso

Mayda Cuervo Leal


Eres la almohada de mis noches largas
cuando el sueño se va sin saber cómo...
Compañero en mis horas más amargas
y en el triste paisaje al que me asomo.

Eres la voz de mi desierto en sombra
y el grito delirante de mi pecho;
tan tierno eres a veces que me asombra
sentir olor a rosas en mi lecho.

Eres, después de todo, savia viva,
motor al corazón que desfallece
y brújula de un barco a la deriva.

Eres la luz del día que amanece,
el que hace que despierte y que reviva
como una rama seca que florece.

Mayda Cuervo Leal, poetisa cubana
Ilustración: Google
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Más vale
ser un cobarde un minuto
que muerto el resto de la vida

Proverbio irlandés



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17 de agosto de 2010

Don Tomás Estrada Palma,
Primer Presidente Constitucional de Cuba


La Guerrita de Agosto

Vicente Echerri, NY
17/08/2006

El 17 de agosto de 1906 comenzó la primera revolución de la Cuba republicana, a la que, por su brevedad (poco más de cinco semanas) se le ha llamado "Guerrita de Agosto".

Por los individuos que la protagonizaron, se trató, en realidad, de un conflicto de facciones dentro del movimiento independentista que había llegado al poder con la instauración de la república, y que, naturalmente, se había ido segmentando en partidos: los moderados, de corte conservador, esperaban que el presidente Estrada Palma continuara su gestión de gobierno por otros cuatro años. Los liberales, de carácter más popular, y en cuyas filas había muchos veteranos del desaparecido Ejército Libertador, aspiraban a la oportunidad de gobernar.

El conflicto se derivó de una desavenencia electoral. El gobierno, temeroso de que los liberales terminaran descarrilando la honrada administración de Estrada Palma y malversando el tesoro que la república celosamente había acumulado durante su mandato, decidió imponerse en las urnas, recurriendo en muchos distritos y magistraturas a la intimidación y el chantaje. Estas maniobras llevaron al retraimiento a José Miguel Gómez, el candidato liberal, dando lugar a que Estrada Palma, al igual que en 1901, saliera electo sin oposición, aunque esta vez sus adversarios políticos denunciaron la comisión de un gigantesco fraude.

La impugnación de los comicios no prosperó en el terreno institucional y Estrada Palma inició su segundo período el 20 de mayo de 1906; pero el descontento de la oposición, que se sentía injustamente desposeída, no hizo más que acentuarse hasta generar una conspiración estructurada en grandes zonas del país (Pinar del Río, La Habana, Las Villas y Oriente) que daría paso a la abierta subversión el 17 de agosto con el alzamiento de Faustino (Pino) Guerra en Pinar del Río.

La mediación norteamericana

El gobierno de Estrada Palma, que se había preocupado más de la educación pública que de las fuerzas armadas ("quiero escuela, no cuarteles, al que enseña, no al que mata"), contaba tan sólo con el cuerpo de la Guardia Rural para hacerle frente a los alzados, la mayoría de los cuales eran veteranos de la Guerra de Independencia, si bien no disponían de suficiente armas y municiones.

Orestes Ferrara, que se incorporó casi enseguida a la sublevación, cuenta en sus memorias que en las cercanías de Santa Clara se habían reunido cerca de 900 rebeldes, la mayoría de los cuales estaban desarmados.

Luego de varias acciones bélicas, la rotura de algunas vías de comunicaciones y la virtual parálisis política del país —y algunos hechos de sangre, como el asesinato del general Quintín Banderas, que se había sumado a la insurrección— y ante el continuo deterioro de la situación y la terquedad de las partes, los norteamericanos entraron a mediar.

Cuando el presidente renunció, luego de haberlo hecho el gabinete, y el Congreso no logró reunirse para nombrar un sucesor, Estados Unidos se hizo cargo de la situación. Así comenzó, el 29 de septiembre de 1906, la segunda intervención norteamericana en Cuba, que habría de extenderse por más de dos años hasta la toma de posesión del presidente José Miguel Gómez, el 28 de enero de 1909.

Si algo nos revela la Guerrita de Agosto es que, pese a las protestas con que algunos cubanos del liderazgo independentista reaccionaron ante la imposición de la Enmienda Platt a la Constitución de 1901; para 1906 las figuras políticas cubanas más destacadas, tanto del gobierno como de la oposición, se habían convertido en plattistas.

En tan poco tiempo, Estados Unidos había llegado a ser el comodín de la baraja nacional que todas las partes estaban dispuestas a jugar a favor de sus intereses. Lejos de ver la política cubana como el resultado de las órdenes dictadas desde Washington, más bien presenciamos el fenómeno contrario: como los políticos cubanos manipulan a Estados Unidos y lo fuerzan a servir a sus intereses partidarios.

El recurso de la 'Revolución'

La Guerrita de Agosto terminó en el colapso de la naciente república y en el regreso de los norteamericanos; que volvieron, justo es decirlo, casi a regañadientes y cuando el vacío de poder provocado por Estrada Palma y su tozudez de no llegar a ningún entendimiento con los rebeldes, dejaron acéfala la república y obligaron al secretario de Guerra de Estados Unidos y próximo presidente de este país, William Taft, que se encontraba en Cuba de mediador, a decretar oficialmente la intervención.

Estrada Palma había querido que los norteamericanos vinieran a preservar su gobierno y a sofocar el alzamiento; en tanto los rebeldes, por su parte, esperaban que los yanquis arbitraran en el diferendo y que, de algún modo, fallaran a su favor, ilegitimando la reelección del presidente.

En octubre de 1905, a poco de llegar a Nueva York y luego de ir al retraimiento en las elecciones de ese año, José Miguel Gómez hizo declaraciones en que abogaba por la intervención norteamericana como un medio de garantizar la legitimidad de los comicios. Es decir que la mediación armada de Estados Unidos había pasado a formar parte de nuestro discurso político nacional, una suerte de fantasma con que los cubanos se asustaban entre sí.

Al tiempo que, por recurrir al arbitraje norteamericano, ambas partes revelaban o acentuaban nuestra colectiva ineptitud, la guerrita de agosto tuvo otra secuela de lamentables consecuencias para la nación. Ante la posible brava electoral de Estrada Palma y sus partidarios, la oposición decidió recurrir a la insurrección, consagrando de este modo el recurso de la "Revolución", que no tardaría en verse como un expediente de violencia política que prometía la solución de los diferendos y problemas mediante la sublevación armada.

A partir de entonces, la pertinencia de este recurso no hizo más que arraigarse en la conciencia nacional hasta adquirir una peligrosa autonomía que fue desacreditando y anulando todos los otros instrumentos políticos y terminar por convertirse en un instrumento providencial de purificación nacional que en su propia naturaleza, de índole casi religiosa, era un fin en sí mismo. La larga tiranía de Fidel Castro es la explosión hipertrofiada y enfermiza de este diseño.

De 1906 a 1959

Hasta 1906, en ese primer cuatrienio republicano, la revolución era la epopeya de la independencia que aunque había desolado al país y arruinado su economía también, con los norteamericanos de por medio, había traído la independencia nacional y el estado democrático. Era el precio altísimo que Cuba había tenido que pagar para dejar de ser colonia, frente al empecinamiento de España. La revolución, además, había sido organizada en su última fase por José Martí, lo cual le otorgaba el respaldo de una legitimidad moral.

En cambio, cuando en agosto de 1906, los liberales frustrados por la estafa electoral de que se sienten víctimas, deciden recurrir a la revolución, ya el alzamiento patriótico empieza a tornarse aberración. Los precedentes que sienta no pudieron ser más catastróficos.

En 1912, casi al final del gobierno de José Miguel Gómez, la ilegalización del Partido Independiente de Color, dio lugar a otro alzamiento, de negros en esta ocasión, cientos de los cuales fueron masacrados por el ejército. En 1917, los liberales vuelven a recurrir a las armas para impugnar los resultados de la consulta popular que mantiene en el poder a Mario García Menocal.

Esta vez la "revolución" tuvo bastante auge, especialmente en la región de Camagüey, pero el gobierno la sofocó antes de que pudiera materializarse otra intervención de Estados Unidos. En 1930, la dictadura de Gerardo Machado, unida a la crisis económica mundial, desencadena una revolución aún más radical que apela al terrorismo y frente a la cual el gobierno recurre al asesinato político y otras medidas represivas. A partir de ahí, la revolución, o las agendas revolucionarias, detentarán el poder político hasta el triunfo del castrismo.

No es gratuito afirmar que el triunfo de Castro fue posible gracias a este perverso antecedente que había ido minando la vida política e institucional cubana y que durante las últimas dos generaciones que anteceden a ese triunfo inocularon en la conciencia colectiva del pueblo la creencia de que existía una entidad metahistórica —la Revolución—, destinada a rehacer todas las cosas para el bien común.

Se trataba de un postulado religioso, de un mero acto de fe en unas supuestas "reservas morales" de la nación encargadas de corregir injusticias ancestrales y errores endémicos. El resultado último de esa doctrina es la devastación totalitaria que ha desfigurado a Cuba y a su pueblo.

Cuando los liberales se alzaron en armas en agosto de 1906, no podrían haber imaginado que estaban sentado las pautas para la destrucción de la república que tantos sacrificios a ellos mismos les había costado. Deben haber creído que se trataba de una solución breve y directa para reparar la injusticia de que habían sido víctimas. Lo que hicieron, en verdad, fue quebrar el débil orden institucional y sacralizar la violencia extemporánea que terminaría por destruirlo todo.

Reproducido de
© cubaencuentro.com
Foto: Google
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Reproducimos una crónica publicada en El Nuevo Herald hace ya dos años, sobre la tienda por departamentos más importante de Cuba. Nunca será poco el hablar de ese “templo habanero de la elegancia” que fue y sigue siendo, aunque ya no exista, orgullo de los cubanos.

El Encanto,
templo habanero de la elegancia


SARAH MORENO

El Nuevo Herald

En los años 50, si un millonario estadounidense quería comprar un modelo de Christian Dior, tenía que viajar a París o La Habana. En 1956, el modisto francés, que padecía de fobia a los aviones, no pudo resistir la tentación y se arriesgó a volar hasta Cuba para visitar aquella famosa tienda que había adquirido la exclusiva de sus modelos.


Ubicada en un edificio de seis pisos, con 65 departamentos, El Encanto fue un templo de la elegancia, frecuentado por grandes estrellas internacionales. Hoy sus antiguos empleados celebrarán los 120 años de su fundación con un evento cultural en el Miami-Dade County Auditorium.

Tyrone Power y César Romero iban buscando corbatas de seda italiana. Ray Milland, uno de los actores preferidos de Alfred Hitchcock, se surtía de camisas deportivas en el Departamento de Caballeros. Miroslava, la actriz checa que hizo carrera en el cine mexicano, exigía en los contratos de sus películas que los vestidos fueran de El Encanto.

John Wayne confiaba en las camisas a la medida de su estatura que confeccionaban en la sastrería de la tienda. María Félix prefería el famoso Salón Francés, decorado a imitación del palacio de Versailles y dedicado a dar una atención exquisita a las damas que venían en busca de los exclusivos modelos de Manet.


"Ella era muy elegante, sabía lo que quería'', afirmó el diseñador Alberto Suárez, ‘‘Manet'', de 88 años, que recuerda como si fuera ayer el vestido de noche, "muy escotado y entallado con un cinturón a imitación de una mariposa'' que le hizo a la Doña.

"Uno de los éxitos de El Encanto es que confeccionaba la ropa en sus propios talleres'', indicó Darío Miyares, director de la Asociación de Antiguos Empleados de las tiendas El Encanto.

La historia se remonta a fines del siglo XIX, cuando el inmigrante asturiano José Solís "Don Pepe'' abrió El Encanto en la esquina de Galiano y San Rafael, en abril de 1888. Al principio, fue una sedería y después se convirtió en almacén. A Don Pepe se le unió su hermano Bernardo y más tarde el también español Aquilino Entrialgo, quienes crearon la sociedad Solís, Entrialgo y Compañía en 1900.

"Hubo una magnífica cooperación entre ellos tres'', comentó José Antonio Solís, nieto de José Solís. "En un discurso en los años 20, tío Bernardo dijo que los hermanos se complementaban muy bien en los negocios. José era el visionario optimista, y Bernardo, prudente y cauteloso''. Tanto para José Antonio como para su prima Margarita Solís Alió, hija de Humberto Solís Alió, uno de los artífices de la modernización de la tienda en los años 50, el papel de los empleados en el avance de la empresa fue extraordinario. "Nunca he visto una lealtad más grande'', comentó Margarita.

"Mi abuelo valoraba enormemente la contribución de los empleados. Tuvo una gran visión para escoger a las personas y les dio participación para que sacaran beneficios de lo que la tienda producía. Creo que fueron muy adelantados en lo que hoy se llama justicia social'', añadió José Antonio.

La Asociación de Antiguos Empleados de El Encanto se creó en 1980 para mantener vigente el nombre de la tienda y de la empresa cubana en Estados Unidos. Todos los años, el último domingo de octubre, se reúnen en Miami numerosos ex empleados de otras ciudades y países.
"Es la única reunión de cubanos que citan a las 12 y se aparecen a las 11. A las cuatro tienen que botarnos del salón; no paramos de hablar'', comentó divertido Miyares, quien consideraba El Encanto como su segunda casa.

"Empecé a los 16 años, acabado de graduar de segunda enseñanza, y allí conocí a una muchachita que entró a trabajar en los ascensores'', dijo, refiriéndose a Olga, su esposa desde hace 54 años, también ex empleada de El Encanto.

El Encanto fue pionero en ofrecer tarjeta de crédito, certificados de regalos y entregas a domicilio. En 1949, con la edificación del nuevo edificio, comenzó un proceso de modernización.

"Recibíamos mercancía de todo el mundo. Teníamos oficinas de compra en Londres, París, Nápoles, Barcelona, Madrid y Nueva York'', destacó Miyares, que recuerda una campaña de publicidad en la revista Harper's Bazaar y una valla en la calle 36 y 32 avenida del noroeste en Miami.

El estricto código de etiqueta en el vestuario y la atención al cliente fueron sello de distinción. "Desde que entrabas, tenías que dar unas clases de cómo vestirte. En el verano, de blanco; y en el invierno, de negro, con faja, medias largas, pelo arre-glado y bien maquillada'', recordó Julie Arias, quien además de trabajar como secretaria fue modelo.

"Teníamos que convencer al cliente con mucho respeto y un trato amable'', añadió Arias, que solía viajar al menos dos veces al año para presentar las nuevas colecciones en las sucursales de Camagüey, Santiago de Cuba, Varadero, Cienfuegos, Holguín y Santa Clara.

Arias, que vivía a escasas cuadras de su lugar de trabajo, fue una de las testigos del fin de El Encanto en el incendio provocado por la explosión de varias bombas el 13 de abril de 1961. "Fui a levantar a mi hijo de la cuna y vi caer el edificio como si fuera polvo. Fue una impresión tan grande que nunca pude volver a pasar por allí'', recordó Arias, quien junto a otros colegas de El Encanto participó en la recreación del ambiente existente en la tienda para el evento anual de Cuba Nostalgia.

Cuando se inaugure la nueva sede del Museo Cubano, El Encanto tendrá allí un espacio exclusivamente dedicado a la memoria de la célebre tienda habanera, en cuyos antiguos terrenos hoy existe un parque en La Habana.

Reproducido de El Nuevo Herald
Junio de 2008
Ilustración, Google
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Los sabios
buscan la sabiduría,
los necios
creen haberla encontrado.

Anónimo



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