21 de diciembre de 2009


Jennifer Jones
desde la colina del adiós


Los Ángeles - M. V
La Razón, Madrid.

Aunque el nombre de Jennifer Jones (Oklahoma, 1919) no sea de los primeros que les venga a la mente cuando se evoca a las estrellas de Hollywood, su rostro seguro que les remitirá a decenas de fotogramas con aroma clásico. Esta morena de voz ronca y presencia etérea, como la describieron los expertos de la época, estuvo, según algunos, a la sombra de Bette Davis, Katharine Hepburn e Ingrid Bergman entonces, pero su figura se ha ido revalorizando con los años.

De su valía como actriz da idea el Oscar que recibió por la cinta biográfica «La canción de Bernardette» (1943), en la que interpretaba a la campesina francesa a la que se le aparecía la Virgen de Lourdes durante el siglo XIX. Así como también las otras cuatro ocasiones que se vio entre los nominados: «Desde que te fuiste» (1944), «Cartas a mi amada» (1945), «Duelo al sol» (1946), «La colina del adiós» (Love is a Many-Splendored Thing) (1955).

En casa del productor

Su belleza, que luego tuvo cientos de miles de admiradores, fue descubierta primero por el productor David O. Selznick, que además de musa de una cuidada selección de películas la convirtió en su esposa. La conoció cuando todavía era esposa del actor Robert Walker («Extraños en un tren»), con quien había dado sus primeros pasos en la Escuela de Cine de Nueva York, después de haber crecido entre bambalinas, pues sus padres eran artistas ambulantes.

Después de lanzarla a la fama con «La canción de Bernardette» (1943), Selznick la convirtió en una mestiza que enamoraba a dos cowboys de la talla de Gregory Peck y Joseph Cotten en «Duelo al sol»(1946).

En 1949 le llegaría el momento de componer uno de los personajes más grandes de la literatura, «Madame Bovary» . Otra adaptación literaria, esta vez de Hemingway le permitiría llegar directamente al corazón de millones de espectadores gracias a «La colina del adiós»: en plena guerra de Corea, una doctora euroasiática se enamora de un corresponsal de guerra norteamericano, interpretado por William Holden, y ambos tendrán que afrontar las oposiciones familiares y las diferencias culturales para poder avanzar en su relación.

No solamente trabajó durante este tiempo en películas de su marido, otros productores y directores la llamaron para títulos como «Cartas a mi amada» (1945), de Dieter, «El pecado de Cluny Brown (1946), de King Vidor, y «El hombre del traje gris» (1956), de Nunnally Johnson. El último gran título que le proporcionó Selznick fue «Adiós a las armas» (1957), de Charles Vidor, en la que viaja a la Europa de la Primera Guerra Mundial junto a Rock Hudson.

Después de la muerte de su marido apenas interpretó papeles destacables, hasta que se despidió del cine con «El coloso en llamas» (1974), la superproducción de John Guillermin e Irwin Allen.

A pesar de sus grandes papeles dramáticos, Jones tuvo fuera del set siempre fama de tímida. En raras ocasiones concedía entrevistas, porque, según ella misma explicó en 1957: «Me preguntan la mayoría de veces por mi vida personal, lo que no me gusta. Respeto la privacidad de todo el mundo y me gusta que la mía también sea respetada».

Hipnotizada por Selznick

Así lo confirmó el propio Hudson tras el rodaje en Roma de «Adiós a las armas»: «Había oído demasiadas cosas sobre ella: que era un neurótica, excesivamente temperamental, que estaba hipnotizada por Selznick... Ninguna de ellas es cierta, ha cooperado con todo el mundo, excepto con los reporteros, claro».

Uno de los peores momentos de su vida fue en 1976, cuando su hija se suicidó desde la planta 22 de un hotel de Los Ángeles. Cinco años antes había vuelto a contraer matrimonio con el multimillonario Norton Simon, que falleció en el año 1993.

Superó un cáncer de mama y se dedicó a administrar las ganancias de su marido. Fue especialmente sensible a las enfermedades mentales y donó a organizaciones de este sector varios miles de dólares. Falleció la pasada semana (17 de diciembre), en su casa de Malibú, acompañada por su hijo, sus ocho nietos y cuatro biznietos.

Foto: Google
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La ollita roja

Leonardo Cosada Alén
Cubanet.org

La mujer, algo nerviosa ante lo que parecía una inminente partida, preguntó:


-Hija, ¿revisaste bien? No vaya a ser que por cualquier detalle se nos fastidie la salida. -Sí, sólo queda esperar al inspector.


En ese momento tocaron a la puerta. Era el funcionario. Inventario en mano inició la revisión. Primero el auto, un Chevrolet de 1953, en buen estado. Después la sala, el comedor. Luego entró en las habitaciones.

La última fue la de la abuela. Miró debajo de la cama. Sí, ahí estaba el orinal. Entró en la cocina y repasó el inventario: refrigerador marca Westinghouse, americano, año 1950. Comprobó el buen funcionamiento del equipo.

Había también una mesa con sus cuatro sillas y una tostadora de pan antigua. La inspección se centró finalmente en los cacharros de cocina, uno por uno; acercó el papel a sus ojos, volvió a leer y dijo:


- Señora, no veo la olla roja.


-Compañero, déjeme explicarle, hace unas semanas fuimos de paseo a la playa. Los espaguetis cocinados los llevamos en la ollita roja, era domingo, imagínese usted qué barullo de gente. Se nos extravió, pero no hay problemas, compañero, compramos otra y reponemos la que perdimos.


-¡De ninguna manera! Aquí dice bien claro: una olla esmaltada de rojo de 20 centímetros de circunferencia y diez de alto. No puedo admitirles otra, cometería fraude y puedo ser sancionado.

-¡Por Dios, señor! Usted sabe que si no aprueba el inventario no nos dan el permiso de salida ¡No podremos volar! Compadézcase de nosotras, es el último trámite que nos queda.


-Señora, ¿a quién se le ocurre llevar a la playa una olla del inventario?


La abuela, sentada en su sillón, arrojó la luz en el oscuro callejón sin salida:


-¿Por qué no buscan una ollita con esas dimensiones y la pintan con esmalte rojo?


-¡Abuela, te la comiste! Eres un tesoro.


Compraron la olla de aluminio de la misma medida, pintaron el exterior, y al tercer día, ya seca, la enterraron en el jardín para quitarle lustre y envejecerla. La desenterraron al cuarto día y la lavaron sin frotar mucho para no quitar la pintura. Sólo había que esperar la visita del inspector, que ya estaba al caer.


Cuando el hombre llegó echó una ojeada al mobiliario. Todo estaba en su lugar, y fue al grano:

-¿Y la olla roja?


-La encontramos, compañero, la encontramos. Por favor, pase a la cocina.


El hombre cogió la olla en sus manos. La miró de arriba abajo. El foco de atención se desplazó al fondo externo, sonrió y estampó en el documento la ansiada firma, prueba de que todo estaba okey.


-Ahora, por favor, salgan de la casa, tengo que sellarla.


Madre e hija se abrazaron. La madre dijo en un murmullo:


-Gracias a Dios que no descubrió el cambio.


Puesto el sello oficial del Instituto de la Vivienda en la puerta de la casa, el funcionario les dijo:


- Fue un trabajo casi perfecto. Digo casi porque la ollita de verdad tenía grabada en el fondo MADE IN JAPAN, y la ollita falsa dice MADE IN CHINA.


-¿Entonces? -preguntaron las mujeres, a punto de desmayarse.


-Tranquilas. Cuando se descubra el embuste, si es que se llega a descubrir, ya ustedes estarán muy lejos. ¡Feliz viaje!


Tomado de Cubanet.org
Foto: Google
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La eternidad de un suspiro

Cástulo Gregorisch


Suspiro que eterno se hace
disfrazado de destierro,
suspiro que simboliza
inalcanzados deseos.

Suspiro que no termina
mientras no haya regreso,
suspiro que nos mantiene
en un respirar inquieto.

Suspiro de una ilusión
que vive allá en el recuerdo,
suspiro de lo que fuimos
y volver a ser quisiéramos.

Suspiro de un corazón
agotado por el tiempo.
suspiro de aquel que añora
volver un día a su suelo.

Suspiro del que ha perdido
sus ilusiones y sueños,
suspiro de un pueblo herido
que llora su descontento.

Suspiro de un paraíso
hoy convertido en infierno,
suspiro del que lamenta
vivir tan cerca y tan lejos.

Suspiro de un trovador
que lanza una canción al viento,
suspiro de un soñador
que espera realizar un sueño.

Suspiro de bella isla
flotando en un mar de fuego,
y mientras no sea ella libre
y libre no sea su pueblo,
en este forzado exilio
el suspiro se hace eterno. . .

Cástulo Gregorisch, poeta cubano
Miami, 10/3/06

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Historia y leyenda del mazapán

El mazapán es un dulce cuyos ingredientes principales son almendras y azúcar, en distinta proporción dependiendo de la receta y el lugar. En Hispanoamérica existe una variante de mazapán elaborado con cacahuate (maní), el cual tiene una consistencia parecida, aunque su textura es ligeramente más seca y delicada.

En el caso de un dulce tan sabroso y alimenticio como es el mazapán numerosos países reclaman su origen. Existen múltiples leyendas, incluyendo un supuesto origen persa. El único dato cierto es su procedencia árabe. Así, el mazapán habría sido introducido en Europa bien desde el sur, con la invasión musulmana experimentada en la península Ibérica en el siglo VIII, o bien desde el Este, a través de peregrinos y cruzados.

Existen cuatro denominaciones de mazapán consideradas como las más famosas del mundo, dos en España (el mazapán de Toledo, en la provincia de Toledo, y el mazapán de Soto, en La Rioja) y dos en Alemania (Lübecker Marzipan, de Lübeck, y Königsberger Marzipan, de Königsberg).

Existen además diversas variedades de dulces con el mazapán como base, como el "Hueso de santo" un canutillo de mazapán relleno de confitura de yema o el Pan de Cádiz, una masa de mazapán rellena de confitura de yema de huevo y batata confitada, y luego horneada sobre una oblea.

La versión del origen toledano del mazapán cita un postre similar que se remonta a Grecia, donde ya se ensalzaban los valores culinarios de una pasta de almendra y miel. Pero es en la era cristiana cuando se incorpora la tarta de almendras a la celebración de la Pascua bajo el nombre de "panis martius" (pan de marzo o marzapane, en italiano).

El primer lugar en que se menciona es en Las mil y una noches, donde se dan citas sobre el manjar para poder soportar los ayunos del Ramadán o como afrodisíaco.

El origen toledano: Leyenda e Historia

La aparición del Mazapán tiene lugar en el siglo XI, entre los años 850 y 900, aunque su divulgación se retrasa hasta dos siglos más tarde. En el año 1150 (reinando Alfonso VII) se cita una pasta de azúcar y miel como "Postre Regio" en la descripción gastronómica que hacen los cronistas de la época.

Se cuenta que lo inventaron las monjas del convento de San Clemente en Toledo durante una hambruna que se padeció en Castilla tras la batalla de las Navas de Tolosa (1212). En aquel momento no había trigo en la ciudad, sus despensas estaban llenas de azúcar y almendras. Así que decidieron dar de comer a los hambrientos con el suculento alimento.

En el Hospital de Santiago de Toledo se recetaba a los enfermos un alimento que su preparación llevaba pechuga de gallina deshecha mezclada con almendra y azúcar, que se supone que era una variante del mazapán.

En las ordenanzas de los confiteros manchegos de 1613 sólo se admitían ya como ingredientes la almendra de Valencia y el azúcar blanco, y desde entonces hasta ahora no cambió su composición aunque si su presentación.

Actualmente este manjar parece quedar circunscrito a las festividades navideñas, pero no siempre fue así, Lope de Vega menciona que también se tomaba en los "dos sanjuanes".

En Francia aparece en el siglo XVII como una receta más en el primer libro de cocina constatado.

La versión siciliana

Existe una versión italiana muy interesante sobre el nacimiento del mazapán: Eloisa Martorana, una noble italiana, hizo construir un monasterio en Sicilia que tomó su nombre, en 1193. Las monjas del convento eran en su mayor parte de origen griego y se dedicaron a la elaboración de una masa de azúcar y almendras, que luego trasformaban en miniaturas que representaban frutas y animalitos. Después las pintaban con vivos colores compuestos a base de goma arábiga, pigmentos extraídos de rosas, azafrán y pistacho.

Origen de la palabra Mazapán

Una de las versiones dice que la palabra mazapán proviene de la unión de las palabras "maza" (por el mortero en donde se machacaba la almendra y se mezclaba con el azúcar) y pan por el producto obtenido (pan de almendras).

La palabra puede derivar del árabe "manthában" que identificaba el recipiente donde se guardaba la pasta, aunque otras fuentes, dicen que proviene también del árabe "mautha-ban" (rey sentado), en alusión a las figuras que se elaboraban.

El mazapán en la actualidad

El punto de producción del mazapán de mayor prestigio en España se continúa situando en la ciudad de Toledo y localidades aledañas. Pero no sólo en Toledo se produce el mazapán, a pesar de ser esta provincia su mayor productora. También se producen en el Levante y Andalucía buenos mazapanes. Fuera ya de las fronteras españolas, en Alemania son famosos los mazapanes de “Lübecker”, que cuentan con Denominación de Origen desde 1996 “Lúbecker Marzipan”.

www.mazapan.es/historia.php
wikipedia.org
Ilustración: Google
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Así se avanza en la vida:
Primero uno cree en Papá Noel,
luego uno no cree en Papá Noel
,
y al final uno es Papá Noel.

Anónimo
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20 de diciembre de 2009

Fotos de la tormenta de nieve de ayer

Las dos primeras fotos son de Rocky Hill, Ct, desde la casa de María Teresa Villaverde.  La tercera es de la nieve que amaneció esta mañana sobre mi carro en Rockville, Maryland. adg



 




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Cartas descubiertas
sugieren intento
de los duques de Windsor

para impedir el acceso al trono
de Isabel II


Emili J. Blasco, Londres
ABC, Madrid,
Domingo , 20 de diciembre, 2009


En realidad, el verdadero intento de los Duques de Windsor por ocupar el Trono británico se produjo al término de la guerra, como ahora revela la correspondencia que mantuvieron con Kenneth de Courcy, un aristócrata y confidente de ambos que procuró aprovechar sus contactos entre cortesanos y políticos para promover la causa del Rey abdicado. Las cartas, pertenecientes a un legado dejado a una biblioteca de California, han sido halladas por Christopher Wilson, autor de biografías de varios miembros de la Familia Real.

Las cartas, remitidas o recibidas por los Duques de Windsor durante su tiempo de residencia en Francia, comenzaron en la primavera de 1946. Las referencias, primero veladas, fueron luego algo más explícitas, aunque siempre evitando cualquier riesgo de ser acusados de traición. En verano de ese año, Wallis escribió: «Estamos siempre ocupados dando vuelta a las cosas en la cabeza una y otra vez; no hay duda de que algo hay que hacer».

La arterioesclerosis de Jorge VI, quien inesperadamente y con reticencias se había convertido en Rey tras la abdicación de su hermano, se complicó seriamente en 1949, momento en el que el complot estaba ya más maduro. «El Rey está gravemente enfermo y fuera de circulación», escribió De Courcy, «y no volverá a estar en circulación otra vez (...) El Rey afronta la temible tragedia de perder primero una pierna y luego la otra (...) El Rey estará capacitado para hacer extremadamente pocas cosas y además los que están a su alrededor ganarán más y más poder. Puedo decir del modo más confidencial que la regencia ya ha sido discutida y parece suficientemente probable que dentro de poco será nombrado».

De Courcy, sin aclarar los apoyos que había ido recabando, probablemente confiaba de modo ilusorio en el temor que detectaba en los círculos monárquicos a un vacío de poder en el palacio de Buckingham y un posible incremento de influencia del Conde de Mountbatten, a quien se atribuían ambiciones dinásticas.

«No necesito decir», agregaba el aristócrata, «que si la regencia estuviera influida por los Mountbatten, las consecuencias para la dinastía sería fatal (...) Los Mountbatten, completamente bien informados de la situación, harán cualquier cosa en su poder por aumentar su influencia». En ese momento, la Princesa de Gales contaba con apenas 23 años, cuatro menos de los que hoy tiene el príncipe Guillermo. El hecho de ser joven y mujer, supuestamente incapaz de liderar una país salido de la guerra, hacía prever un reinado débil y sometido a influencias.

La gran oportunidad había llegado, y era descrita extensamente en una carta a la Duquesa de Windsor, que la situación presentaba como la gran rival de su sobrina política: Wallis contra Isabel, la mujer madura y experimentada frente a la inexperta heredera. «Me gustaría ver que tú y el Duque», continuaba De Courcy pormenorizando su plan, «compráis una propiedad en el campo en algún lugar cercano a Londres, que el Duque dedique gran parte de su tiempo a agricultura experimental en los aspectos más avanzados. Esto ejercería un gran atractivo sobre el país. Debería haber un rígido rechazo a ser visto en sitios que pudieran dar a los enemigos la más mínima oportunidad para lanzar una propaganda de play-boy (...) Vuestra propiedad debería estar suficientemente cerca de Londres para hacer posible que la gente fuera en coche para comer, y la lista de invitados debería ser considerada cuidadosamente».

Pero lo que el complot no podía controlar era la salud de Jorge VI, y aquí los conspiradores perdieron la partida. El Monarca experimentó una mejora temporal y pudo vivir, «andando con la muerte», como lo describió Winston Churchill, hasta el 6 de febrero de 1952. Entonces a punto de cumplir 26 años y con una acelerada pero concienzuda preparación, Isabel II ascendió al trono sin que nadie planteara la posibilidad de una regencia.

Truncadas sus ilusiones, Wallis proyectó su odio hacia los británicos. «Odio ese país. Lo odiaré hasta que me vaya a la tumba», afirmó cuando sus opciones se habían esfumado, según una biografía publicada en 2005 por Charles Higham. La Duquesa no acudió al entierro de su cuñado, y tanto ella como su marido se quedaron en París el día de la coronación de Isabel II.

Su vida continuó entre la capital francesa, Nueva York y Palm Beach. Él murió de cáncer en 1972, a los 77 años; ella vivió hasta 1986. Ambos fueron enterrados en los dominios del castillo de Windsor, en un cementerio para miembros de la realeza, pero no soberanos.


Foto: Google
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Los belenes o nacimientos

Pedro José Ynaraja
El hombre es un ser comunicativo, o pretende serlo. Sus sentimientos, también el religioso, deben expresarse fuera de uno mismo. Encerrarlos en la intimidad es un amago de autismo. La preparación del belén o nacimiento debe responder a esta peculiaridad humana. Durante los días de Navidad debe centrar la piedad familiar. Preparado con ilusión y la máxima maestría posible, debe ser el lugar donde se canten villancicos y finalice la convivencia familiar diaria. Añadir una oración no es ningún lujo. En su elaboración pueden seguirse dos criterios.

1º. Reflejar lo más fielmente posible el paisaje, vestidos y edificios de aquel tiempo. A este respecto quisiera recordar que en el Israel de entonces no existían las cúpulas como remate de edificios. Que la chumbera, llegada de México, evidentemente, tampoco. Que, a pesar de lo que diga un bello libro, editado en Israel y España, que una de las ocupaciones de la mujer era moler el grano de trigo, cebada y maíz, hay que recordar que este último cereal llegó unos siglos más tarde, también de América.

Simular nieve no es ningún engaño. Hace pocos años nevó en el mismo Neguev y en Jericó y en los tiempos bíblicos también ocurrió este fenómeno por aquellas tierras. Ser fiel a este criterio, en algunos casos, cuesta muy poco.

2º. Otro criterio, diferente, que no contrario, es, prescindiendo de los criterios estéticos anteriormente explicados, acudir a figuras ataviadas de la manera campesina tradicional del entorno donde se monta, que las casas correspondan a como eran las rurales nuestras y los utensilios de trabajo sean los propios de nuestra cultura. No hay duda que son estos los que los niños pequeños mejor entienden y en los que más fácilmente se ambientan.

Cada pueblo elabora sus belenes o nacimientos a su modo y este es uno de los atractivos y encanto de los que uno encuentra en los domicilios cristianos. Gracias a Dios, lo digo por experiencia, en mi familia, limitadas nuestras posibilidades por las limitaciones económicas de la post guerra, nunca faltó el belén, con ingenuas incoherencias de tamaños de las figuras que de ninguna manera hubieran sido capaces de pasar por las diminutas puertas de las casitas y otros errores.

Lo que nunca debe olvidarse es el poner de relieve la centralidad de la figura del Niño Jesús y recalcar su protagonismo. Es una catequesis fundamental. Tampoco deben faltar los villancicos y la oración. Se cultiva así una Fe y devoción ingenua, humilde, que debe hacer referencia a un hecho histórico verdadero. Para nada semejante a un héroe imaginario, por bonito que sea y se llame Pulgarcito o Blancanieves. Debe evitarse, evidentemente, figuras de mal gusto que banalizan y desentonan, por muy comerciales que resulten, como el “caganer” [*] que, por mucho que se diga, ni es tradicional ni fruto de la genialidad catalana, que algo respecto al personajillo tengo estudiado.

[*] Sustituto tradicional de Santa Claus en Cataluña
Recogido de www.betania.es
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Mensaje de Of Human Rights

Tradicionalmente durante la Navidad, Of Human Rights y el Centro para Cuba Libre distribuyen pequeños juguetes y libros para niños en Cuba. El régimen nos acusa de ser contrarrevolucionarios, agentes de la CIA y de distribuir material subversivo.

Para el régimen, alentar a los niños y jóvenes cubanos a leer y participar en actividades que no sean marchar militarmente y cantar loas al Che, es contrarrevolucionario. Trabajemos para que los niños cubanos puedan ser niños.

Acercándonos a la Navidad, los activistas de Of Human Rights les enviamos una felicitación muy cariñosa a todos los amigos que han ayudado a mantener este proyecto, que fundaron hace tantos años la Dra. Elena Mederos y el Obispo Eduardo Boza Masvidal.

En esta fecha en que se reúne la familia cubana, les pedimos a los cubanos libres que recuerden a nuestro pueblo en la isla con la oración y con todo esfuerzo posible para ayudarlo. En estas pascuas, como en las anteriores, sugerimos a nuestros hermanos que no se olvden de sus parroquias en la isla que en este momento distribuyen alimentos y medicinas a los ancianos más necesitados, que les dan a nuestros niños y jóvenes la esperanza que necesitan para que resurja una Cuba libre y respetuosa de los derechos humanos para todos.

Ayúdennos a ayudar. Envíe su contribución, que es deducible de su income tax, a la siguientre dirección:

Of Human Rights
4620 Lee Hwy Suite 202
Arlington, VA 22207

Frank Calzón
Director Ejecutivo de Centro para una Cuba Libre
frank.calzon@cubacenter.org
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COMO MARÍA, SEÑOR
Queremos vivir con alegría nuestra fe
Dando de lo mucho que nos das
Caminando por tus senderos

COMO MARÍA, SEÑOR
Seremos portadores de tu nombre
Anunciadores de tu Reino
Amigos de los pobres y sencillos

COMO MARÍA, SEÑOR

Javier Leoz
Ilustración: Google
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Limpiabotas

Álvaro de Villa

¡Brillo, brillo!
Era un niño,
y su piel negra y sus ojos
nos buscaban con un grito.

¡Brillo, brillo, brillo!
Presto el paño embetunado
y el cepillo.

De rodillas en la acera
tocaba un son con el brillo
con contrabajo de paño
y con clave de cepillo.

El movimiento del paño
le sacaba ritmo al brillo
y en el brillo de sus ojos
también rutilaba el ritmo.

¡Brillo, brillo!
¡Cuánto brillo
de ojos niños,
de piel negra y de betún
tan sólo por unos kilos!

¡Le dábamos la propina
y nos devolvía en brillo
de dientes blancos de luna
la peseta que le dimos!

¡Brillo, brillo!
Caía ya por la noche
sobre aquel portal dormido
junto al cajón con betunes
y los paños y el cepillo.

¡Brillo, brillo!
Las estrellas y el lucero
querían robar el brillo
del limpiabotas dormido.

¡Brillo, brillo!
Era un niño.

Ávaro de Villa,
costumbrista cubano.
Ilustración: Google
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Todo hombre
paga su grandeza con muchas pequeñeces,
su victoria con muchas derrotas,
su riqueza con múltiples quiebras.

Giovanni Papini (1881-1956) Escritor italiano
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19 de diciembre de 2009


Omara Portuondo y Hugo Chávez
en la Reunión del ALBA

(Sin comentarios)
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Siempre hay quien se divierte

Con 18 pulgadas de nieve sobre su «Escalade», mi vecina Annette se subió al techo y «a mano limpia» barrió las 18 pulgadas. La nieve sigue cayendo en Rockville MD, aunque confiamos que ya lo peor haya pasado.

¡Oh, no! lo peor será mañana, cuando tengamos que palearla.
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Avatar
la película del momento

2009: Globos de Oro: 4 nominaciones: mejor película drama, director, banda sonora y canción / Ciencia-Ficción. Bélico. Acción. Fantástico. Aventuras. Extraterrestres.

Sinopsis
Año 2154. Jake Sully (Sam Worthington) es un ex-marine confinado en una silla de ruedas que, a pesar de su cuerpo tullido, todavía es un guerrero de corazón. Jake ha sido reclutado para viajar a Pandora, donde las corporaciones están extrayendo un mineral extraño que es la clave para resolver los problemas de la crisis energética de la Tierra. Al ser tóxica la atmósfera de Pandora, ellos han creado el programa Avatar, en el cual los humanos "conductores" tienen sus conciencias unidas a un avatar, un cuerpo biológico controlado de forma remota que puede sobrevivir en el aire letal. Estos cuerpos están creados genéticamente de ADN humano, mezclado con ADN de los nativos de Pandora, los Na'vi. Ya en su forma avatar, Jake puede caminar otra vez. Ha recibido la misión de infiltrarse entre los Na'vi, los cuales se han convertido en el mayor obstáculo para la extracción del mineral. Pero una bella Na'vi, Neytiri (Zoe Saldana), salva la vida de Jake, y todo cambia. Jake es admitido en su clan y aprende a ser uno de ellos, lo cual le hace someterse a muchas pruebas y aventuras. Mientras, los humanos siguen con su plan, confiando en que la información de Jack les sea útil. (FILMAFFINITY)


Algunas críticas
"Todavía hay al menos una persona en Hollywood que sabe cómo gastar 250 millones de dólares -¿O eran 300?- sabiamente. 'Avatar' no es sólo un sensacional entretenimiento, que lo es. Es un avance de la técnica. (...)
Puntuación: **** (sobre 4)" (Roger Ebert: Chicago Sun-Times, EEUU)


"La involución artística. (...) A Cameron se le ha olvidado la historia que quería contar. O no daba para más. (...) Si éste es el camino que va a llevar el cine a partir de ahora, que lo paren, que yo me bajo."
(Javier Ocaña: Diario El País, España)


"Creada para conquistar los corazones, mentes, libros de historia y récords de taquilla, la película -la más cara de la historia-, es gloriosa, simplona y felizmente alocada. (...) [Cameron] no ha cambiado el cine, pero con gente azul y flora rosa ha confirmado que es maravilloso." (Manohla Dargis: The New York Times, EEUU)

El espectáculo se despliega durante 160 minutos, pero la emoción de estar viendo la esperadísima “Avatar” (o “James Cameron y sus aliens, el regreso”) apenas alcanza una hora. Es lo que tardas en acostumbrarte a la maravilla visual, para comenzar a darte cuenta de que, mientras estabas ascendiendo a la cumbre del 3D, el guión cayó precipicio abajo, para hundirse en la sima del convencionalismo y los lugares comunes del cine más comercial.

El comienzo es brillante, pero, una vez pasada la fascinación, entre tanta tridimensión sólo habita la superficialidad. La historia es algo así como si a Neo (Matrix) lo metes en una de indios (nativos) y vaqueros (marines), en un western ecologista con preciosos paisajes de mundos fantásticos. ¿Suena original? No lo es tanto. Estar embelesado por el grandioso escaparate no impide percatarte de que en, su desarrollo, la profundidad es patrimonio exclusivo del formato. El resto es maniqueo y algo simple (¿20 millones el kilo? Guauu, sí que es cara la piedrecita... ¿y dices que se encuentra debajo de dónde?), un conjunto de escenas de acción increíblemente diseñadas que a ratos parecen ser mera excusa para asombrarnos ante los avances de la técnica.

El film pretende ser como un videojuego colosal, de mensaje bienintencionado, pero lo cierto es que como cine resulta algo pretencioso, atiborrado de grandes conceptos y pobres diálogos ya vistos en otras películas de éxito.

Es muy posible que, de cara a la industria, Cameron marque con “Avatar” un nuevo rumbo en el campo de los efectos especiales, y merecido se lo tiene, pero es una lástima que haya tardado 12 años para ofrecernos una deslumbrante sucesión de superwallpapers dinámicos en 3D... con un guión que se escribe en una semana.

¿Que muchos la ponen por las nubes de Pandora? Genial para ellos; si alguien ve profundidad en estos personajes planos, que me preste sus gafas, por favor.
(Pablo Kurt: FILMAFFINITY)


http://www.filmaffinity.com/es/film495280.html
Página sobre cine que se edita en España
Ilustración: Google
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Instinto básico

José Hugo Fernández

LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org)

Hay quienes se sorprenden ante la falta de escrúpulos de esos energúmenos que hoy son arreados al ataque contra mujeres indefensas en las calles de La Habana. En realidad, lo sorprendente es que todavía haya quienes se sorprendan.


Así como los caníbales no podrían sentirse apenados por sus preferencias en materia alimenticia, tampoco hay cabida para la vergüenza en el cerebro de estos infelices que engrosan las llamadas brigadas de respuesta rápida. Tanto para unos como para los otros todo se reduce a una cuestión de instinto básico.

Si no existieran otras pruebas, esta bastaría para dejar claro hasta qué punto los regímenes totalitarios son capaces de vaciar por dentro y de cosificar a las personas.

Ni siquiera cuenta ya nuestro tradicional y muy arraigado rechazo a los abusadores. Siempre fue raro y muy difícil que un hombre lograse golpear a una mujer, a un anciano, a un niño, o incluso a un animal en cualquier calle de Cuba sin que no saltara alguien dispuesto a impedirlo, a las buenas o a las malas.

Sin embargo, ocurre (viene ocurriendo desde hace décadas) que cientos de abusadores en hordas organizadas y enchuchadas por el régimen atacan públicamente a unas pocas personas indefensas, las golpean, ofenden, humillan. Y es un hecho que tales actos, vandálicos y repugnantes, han llegado a convertirse en parte de nuestro paisaje, hacia el cual miramos con la frialdad que condiciona el hábito.

Por otro lado, también sorprende más de lo que debiera que a ninguno de los muchos amigos extranjeros de nuestra dictadura, sobre todo a los que se auto-consideran demócratas, se les haya ocurrido aconsejarle que suprima esos actos, aunque no fuese más que por el ridículo en que están hundiendo las ideas de izquierda, en cuya capacidad para defenderse por sí mismas demuestran no confiar, así que intentan imponerlas a golpe de bofetadas y empujones.

Tal vez la indolencia de esos demócratas del exterior responda igualmente a una cuestión de instinto básico. Sólo que en su caso se trata de un instinto especialmente desarrollado para evitar involucrarse con los sufrimientos ajenos.

El mismísimo Carlos Marx puede haber sentado sus pausas al calificar la violencia como partera de la historia, en uno de esos juicios alebrestados con los que tanta confusión logró distribuir entre los pobres diablos de nuestro planeta.

Para el fundador del comunismo, dicen que científico, y para el numeroso contingente de seguidores que en el mundo tuvo y tiene, la cañona, el atropello, la trinchera de dogmas y la aplastante turba no parecen representar sino instrumentos idóneos con los que debe ser impuesta la dinámica social, a fin de conseguir que salten hechos añicos las instituciones y los fundamentos de la civilización, despojándolos de su sentido y usados a conveniencia.

Si es así como piensan, en el fondo, esos demócratas extranjeros de izquierda, amigos de nuestra tiranía -a la cual llaman burdamente “Cuba”-, no tiene sentido sorprenderse con su actitud indiferente y cómplice ante el desmadre de las brigadas de respuesta rápida, aun cuando no se hayan atrevido a organizarlas y lanzarlas a la calle en sus respectivos países, ellos sabrán por qué.

¿Acaso no lo preconizaba Ché Guevara, Cristo Rey de esta progresía de tres por un centavo que hoy se da silvestre en América Latina, Europa y los Estados Unidos?

“El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar”. He aquí la yema del asunto: el instinto básico como receta guevarista para sentirse bien apolismando al prójimo.

Foto y texto: www.cubanet.org
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Versiones españolas de Santa Claus

  
"Versiones" españolas 
de Santa Claus


En las tradiciones navideñas de los pueblos antiguos de España se encuentra siempre un personaje peculiar que en la Nochebuena se acerca a los niños para premiarlos.  Es el equivalente al Santa Claus  holandés o germano derivado de la figura de San Nicolás,  pero con características propias. Y es independiente también a la celebración de los Tres Reyes Magos, tradición común en toda España basada en el misterio de la Epifanía del Señor según la fe católica.  De estos personajes autóctonos cuya presencia continúa motivando festejos en algunas regiones españolas, entresacamos los siguientes.  adg
 
El Olentzero u Olentzaro es un personaje de la tradición navideña vasca.  El Olentzero es un carbonero mitológico que trae los regalos el día de Navidad en los hogares vascos.  Una tradición arraigada en las montañas de Navarra y Guipúzcoa, y partes de Álava.   
                                  


El Esteru es un personaje navideño originario de Cantabria.  Se trata de un leñador perteneciente a la mitología cántabra que durante el día de Navidad lleva regalos a los hogares de la región. Se ha recogido documentación sobre esta creencia en lugares de Asturias como Llanes y en los pueblos cántabros de Cobijón  y Ruiseñada, Comillas, municipio este último donde el Esteru goza de gran popularidad y aparece todos los años en su Cabalgata de Reyes, sobre todo en los últimos años del siglo XX y primeros del XXI. Es por tanto, junto a las anjanas, uno de los símbolos más representativo de las navidades en Cantabria.  

El Apalpador, también conocido por el nombre de Pandigueiro es la figura mítica de un carbonero que según la tradición de la Navidad gallega vive en las montañas del este de Galicia  y que baja la noche del 25 de diciembre a tocar el vientre de los niños para ver si han comido suficientemente durante el año, dejándoles un montón de castañas, eventualmente algún regalo y deseándoles que tengan un año nuevo lleno de felicidad y comida.
 
   
 El «angulero»  es una tradición de nuevo cuño que con alguna intención política se está tratando de implantar en Asturias. «Angulero» es el pescador de angulas (crías recién nacidas del pez anguila), y más o menos está inspirado en el olentsero vasco para «combatir la influencia de Papá Noel», que es la traducción española de Santa Claus. 
 
Ilustraciones: Google
 

Las Pajitas del Pesebre de Jesús


Por: Maria Teresa Villaverde Trujillo

ashiningworld@cox.net

Cuento en Tiempo de Adviento
(Autor desconocido)


Una vez un viajero andando por distintos caminos del mundo durante el tiempo del Adviento, llegó a una tierra, la cual le llamó la atención por la belleza de sus arroyos y sus sembrados. Habiendo caminado ya un rato, se encontró con las casas del pueblo, sencillas y con las puertas abiertas de par en par. Muy dificil de creer porque él venía de un lugar muy distinto.

Acercándose a una de las casas tres niños salieron a recibirlo y los padres invitaron al viajero a quedarse con ellos por unos días.

El viajero aprendió muchas cosas: hornear el pan, trabajar la tierra, ordeñar las vacas, etc. Algunos días y en varias ocasiones, el papá, la mamá y los niños se acercaban a una mesita donde habían colocado las figuras de María y José, un burrito marrón y una vaca algo prieta; y dejaban una pajita entre Maria y José. Con el correr de los días el colchoncito de pajitas iba aumentando, se hacía mas mullido y se notable mas confortable.

Cuando llegó el momento de partir, la familia entregó al viajero un pan calentito y frutas para el camino. Lo abrazaron y al despedirle éste les dijo:

-Una cosa quisiera preguntar. ¿Por qué iban dejando esas pajitas a los pies de María y José?

El nIño más pequeño respondió:

-Cada vez que hacemos algo con amor, buscamos una pajita y la llevamos al pesebre. Y así vamos preparando para cuando llegue el niño Jesús, María tenga un lugar para recostarlo. Si amamos poco, el colchón va a ser delgado y por lo mismo frio. Pero amando mucho, Jesús va a estar más cómodo y calentito.

El viajero lo comprendió todo. Sintió ganas de quedarse con esa familia hasta la Nochebuena, pero una voz interior lo hizo alejarse y llevar esta historia por otros pueblos, hablando de lo que pueden hacer las familias de corazones sencillos, tan llenos de amor …


Las Pajas del Pesebre

(Autor: Lope Félix de Vega y Carpio)
-Lope de Vega-

Las pajas del pesebre,
niño de Belén,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.

Lloráis entre las pajas
de frío que tenéis,
hermoso niño mío,
y de calor también.

Dormid, cordero santo,
mi vida, no lloréis,
que si os escucha el lobo,
vendrá por vos, mi bien.

Dormid entre las pajas,
que aunque frías las veis,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.

Las que para abrigaros
tan blandas hoy se ven
serán mañana espinas
en corona cruel.

Mas no quiero deciros,
aunque vos lo sabéis,
palabras de pesar
en días de placer.

Que aunque tan grandes deudas
en paja cobréis,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.

Dejad el tierno llanto,
divino Emanüel,
que perlas entre pajas
se pierden sin por qué.

No piense vuestra madre
que ya Jerusalén
previene sus dolores,
y llore con Joseph.

Que aunque pajas no sean
corona para Rey,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.

Diciembre 2009
ashiningworld@cox.net

Ilustración y texto
María Teresa Villaverde Trujillo
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El sabio puede sentarse
en un hormiguero,
pero sólo el necio
se queda sentado en él.

Proverbio chino
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18 de diciembre de 2009


Entre todos podemos

Caricatura de Pong
http://cubahumor.blogspot.com
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Lilith,


Lilith
María C. Dominicis

Lilith tiene diferentes personalidades según la época y la cultura, pero ninguna es buena. Es una figura mitológica que surgió en Sumeria como el demonio del viento y la tormenta con el nombre de Lilitu, unos 3000 años antes de Cristo. Unos 700 años antes de Cristo aparece como demonio nocturno en el folklore judío con el nombre de Lilith. Su presencia en el folklore judío se basa en una leyenda que la identifica en el génesis como la primera mujer de Adán.

Mi primer encuentro con Lilith tuvo lugar hace muchos años en un museo. Fue en "The Cloisters" (Los claustros) de Nueva York. Allí, en una talla medieval de madera, vi la escena del paraíso con Adán, Eva y la serpiente. Sólo que esta serpiente tenía cara y torso de mujer. Debajo, en un cartel, se explicaba que, según la leyenda, la serpiente era Lilith, la primera mujer de Adán, quien por celos y venganza había inducido a Eva a darle a su compañero el fruto prohibido.

Todos sabemos que la Biblia está llena de contradicciones y pasajes confusos, y las primeras contradicciones se encuentran en el Génesis. En 1-27 nos dice: "Así que Dios creó al hombre en su propia imagen, a imagen de Dios lo creó, HOMBRE Y MUJER los creó". Esto parece indicar que Dios creó al hombre y a la mujer simultáneamente. En el capítulo 2 se vuelve a narrar la creación del hombre. Se describe el jardín del Edén, adonde el Señor lleva al hombre que ha creado, haciéndole la prohibición de no comer el fruto del arbol del conocimiento del bien y del mal bajo pena de muerte. En 2-22 se relata la creación de Eva: "Y de la costilla, que el Señor Dios había tomado del hombre, hizo una mujer y se la llevó al hombre".

Lo anterior dio lugar a la creencia de que Eva fue la segunda mujer de Adán, creada de una de sus costillas, pero que hubo una primera mujer creada simultáneamente con Adán. Según la leyenda, esta mujer se llamaba Lilith y fue algo así como la primera feminista, ya que desde el principio tuvo problemas con Adán por querer ser ella la dominante en todo, aun en el sexo. La situación se hizo insostenible y Lilith huyó en medio de la noche, uniéndose a un grupo de demonios. Poco después, Lilith regresó en forma de serpiente para vengarse.

Aunque hoy en día no es tan conocida, Lilith aparece muchas veces en la literatura y el arte de siglos pasados.

La vemos, por ejemplo, junto a Adán y Eva en la fachada occidental de la iglesia de Notre Dame en París y en "La tentación de Adán y Eva" de Miguel Angel.

En el "Fausto" de Goethe es una vampira que mata niños y es símbolo de lujuria:


"Fausto: ¿Quién es ésa que está ahí?
Mefistófeles: Fíjate bien. Lilith.
Fausto: ¿Lilith? ¿Quién es ésa?
Mefistófeles: La esposa de Adán, la primera.
Ten cuidado con ella. La belleza de que
alardea es su peligroso cabello. Cuando
Lilith lo enrosca apretado alrededor de
los hombres jóvenes, no los suelta más".

Las leyendas en torno a Lilith son demasiado numerosas para poder resumirlas aquí, pero quiero resaltar que en la temprana Edad Media Lilith era esposa de Asmodeus, el rey de los demonios, del cual hay muchas leyendas en el Talmud hebreo. La unión de Lilith y Asmodeus era muy fecunda y constantemente procreaban demonios, a los cuales se culpaba en la Edad Media de todos los desastres naturales y de los infortunios personales. Según esta leyenda, los espejos son un pasaje para el bajo mundo y conducen a la cueva donde se refugió Lilith después de abandonar a Adán.

En esta cueva nacen los demonios que después infectan el mundo, y pasan a éste valiéndose de cualquier espejo. Así que ya saben: tengan mucho cuidado con los espejos, porque cualquier demonio, y la misma Lilith, pueden colarse en sus casas a través de ellos.

María C. Dominicis, NY
Ilustración: Google.
Grupo escultórico en la fachada de la Catedral de Notre Dame, París.

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Aquel diciembre cubano

Eladio Secades


En la Cuba que perdimos, diciembre era el mes de los balances y las celebraciones. Era como un mes vestido de fiesta. Constituido por una sucesión de domingos. Era el mes del circo, de los aguinaldos, del arbolito de Navidad. De enterrar al Año Viejo y esperar el Año Nuevo. Con las perspectivas de alegrías y desventuras presagiadas por nuestros astrólogos en los horóscopos de diciembre.

Los astrólogos son sabios con alma de comadritas. En nombre de una ciencia sideral e improbable, juegan a la murmuración como una tía soltera. Y toman la fecha de nacimiento para la sospecha de que cualquier día impar podrá atropellarnos un ómnibus. O fallarnos un negocio. O traicionarnos la mujer.

Lo admirable de los horóscopos no es el genio de quien los hace. Sino la credulidad deliciosa de quienes los leen y han llegado a formar una casta de gente misteriosa que antes de ir al cinematógrafo, se cerciora del influjo de Urano en la primera casa.

Diciembre era también el mes en que la esposa criolla se acordaba de que tenía capa y no tenía frío. Ya nadie podía evitar que le llamara invierno a un norte ridículo o al chubasco de humedecer los jardines. Y sacaba el mink más o menos legítimo. Aunque Juan se empeñara en ir con guayabera.

Nadie pudo saber jamás cómo el empleado modesto podía transcurrir todos los egresos de aquel diciembre cubano sin llegar al llanto o al suicidio, como un rito añadido a la euforia cristiana de la Navidad. La cosa empezaba el Día del Médico que más que cortesía, era sagrada obligación en un país donde persistía la creencia de que la consulta y el teatro no debían de pagarse. Y terminaba en los Reyes Magos. Que para la historia no llegan en diciembre, pero para el empleado sí. Porque todavía no había vuelto a cobrar. El sueldo de diciembre era escurridizo, infinito, heroico. No había bajo la bóveda del cielo bandoneón que se estirara más.

Después de que le habíamos enviado a nuestro médico una corbata en un paquete de regalo decorado con más cintas que una novia de campo, aparecía en la casa la mujer apegada a las tradiciones, que nos decía que ya iba siendo hora de armar el arbolito de Navidad. El árbol de Navidad es caro por lo mismo que está constituido por una serie de adornos baratos. Nos arrancaba un buen pedazo del sueldo. Bolita a bolita. El árbol de Navidad es como un enano insolente que se ha cogido para él solo todos los colores del Arco Iris. En su recargamiento de resplandores, deja de ser árbol de Jauja, para parecer farola de comparsa. Siempre queríamos que nuestro arbolito de Navidad tuviera más esferas y más bombillos que el del vecino. Y esa vanidad, sentida por la esposa y por los hijos, la pagaba el marido volviendo al Ten-Cent y regresaba con más luces, más bolas y más nieve.

Todavía faltaba el nacimiento. Había que comprar un puente para tenderlo sobre un río de papel crepé. Buscar un trineo y un pozo. Y jugar a los soldaditos de plomo con pastores y ovejas, que salpicaban de tristeza un establo improvisado con cajones de bacalao. Y ya estaba el arbolito, colocado siempre en un sitio que pudiera verse desde la calle. Porque en las conmemoraciones de diciembre, la satisfacción íntima no era completa si no se enteraban los demás.

Para el buen padre de familia de Cuba, diciembre tenía algo de frustración si no llevaba a los niños al circo. El complemento del domingo en el circo era el mantecado y el globo. Y el comentario de que el año pasado estaba mejor. A los viejos no hay quien les quite de la cabeza que la ópera y el circo antes eran mejores.

Después de pagar las entradas del circo, llegaba la Nochebuena, con la cena tradicional que representaba el orgullo máximo de la familia. No debía faltar nada, porque cualquier cosa que faltara, el turrón casi español o el membrillo que es el campeón de la idiotez de la repostería, dejaba en el ánimo un complejo de amargura. La castaña es un fruto, pero parece un camafeo. Recuerdo de la abuela.

En Nochebuena había que intoxicarse para quedar bien. La ingenuidad casera hablaba menos de lo comido que de lo que quedaba sin comer. Existía un poco de gloria en que sobrara para el día siguiente. Lo típico era el lechón comprado en el portal. Y ese vino que no era de marca conocida, pero que se colaba solo. Toda la familia se reunía en en festín que no tenía otro paréntesis de silencio que el instante en que el hermano mayor, con un poco de heroísmo, iba a abrir la botella de sidra que apretaba entre los muslos. Había que cerrar los ojos y esperar el estampido.

Eso era el veinticuatro, y el veinticinco ya llegaba Santa Claus. Los muchachos esperaban un juguete. Y el empleado modesto lo compraba, sabiendo que todavía debía reservar dinero para esperar el Año Nuevo y para los Reyes Magos. También para contestar las postales de Navidad. La felicitación de Pascuas es deuda sagrada que debe pagarse. Y el padre de familia la pagaba con otra cartulina donde llegaba el infante con el ombligo a la intemperie, al tiempo que el viejo de la joroba y la guadaña se alejaba por un trillo nevado que conducía a un horizonte con sol de litografía.

Quienes han hablado de otras epopeyas no se detuvieron nunca a pensar en el calvario de un sueldo sencillo en aquel diciembre interminable y cubano. ¿Qué podía quedar de ese sueldo cuando los hijos ponían el zapato y se acostaban a dormir soñando con un tren de cuerda o con un automóvil de hoja de lata? Los padres que no tenían Reyes Magos lo inventaban, lo sacaban de donde hubiera que sacarlo y esa madrugada caminaban en puntillas y llegaban a la vera de la cama de los muchachos, para depositar allí los juguetes que compraron sólo ellos sabían cómo.

Había también los Reyes para las personas mayores. El pañuelo con iniciales que a hurtadillas nos ponía la mujer en la mesa de noche. O el broche de fantasía que nosotros le poníamos a ella, mientras dormía o simulaba dormir. Eran expresiones mutuas de afecto, que dependían también del sueldo espartano de diciembre.

Diciembre es la meta del año. Es el mes que más se acerca a la vejez. Es la época de amarnos entrañablemente. Florecimiento del aguinaldo y edad en que el prójimo se interesa por nuestra salud en cortesía de tarjeta-postal. Los establecimientos se iluminan y se abarrotan. En la patria risueña, cristiana y libre, que perdimos, en medio de ese torrente enloquecedor se iba inmolando, pedazo a pedazo, centavo a centavo, el sueldo de diciembre del empleado pobre, del empleado bueno, que no quería que sus hijos aprendiesen a llorar demasiado pronto…

Eladio Secades, humorista cubano.
"Las Mejores Estampas de Eladio Secades
(Estampas Costumbristas Cubanas de Ayer y de Hoy)".
Ediciones Universal, Miami, FL., 2ª Edición, 1983

Ilustración: Revista Carteles, 1957, www.guije.com
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