3 de noviembre de 2009


En papel cuché

Beyoncé, demasiado sexy para Egipto

La diva del pop vuelve a provocar polémica por su forma de vestir, aunque no en Occidente. Si la semana pasada era en Malasia donde se criticaba su atuendo y se la obligaba a posponer un concierto, esta vez es en Egipto.

En medio de su gira mundial 'I Am...', Beyoncé tiene prevista una parada en un 'resort' de Port Ghalib, en el Mar Rojo. Será el primer concierto de la diva del pop en Egipto y las entradas han alcanzado precios superiores a los 400 euros.

Antes incluso de que Beyoncé haya pisado tierras egipcias, sus movimientos y sus vestidos ya han provocado la polémica entre los sectores más conservadores de la política del país. Según informaciones de la CNN, se ha acusado al Gobierno de un doble rasero moral, por permitir una actuación que va contra el código de regulación de costumbres del buen musulmán (la Sharia) y prohibir a un grupo islámico que cante canciones religiosas para niños.

En cualquier caso, no es la primera vez que una artista occidental causa controversia en Oriente, ni en Egipto. En 2007, un clérigo egipcio comparó a Shakira con una prostituta poco antes de una actuación de la colombiana en el país. Estas críticas han sido las que han motivado que los conciertos 'occidentales' se trasladen de la capital a ese 'resort' a miles de kilómetros de El Cairo.

http://www.20minutos.es
Foto: Trini Guzmán, Flickr
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A puertas cerradas

Yoani Sánchez

No sé por dónde comenzar a contar lo ocurrido en el debate de ayer, sobre Internet, organizado por la revista Temas. Sin dudas, la peluca rubia que me encasqueté me permitió colarme por la controlada entrada del centro cultural Fresa y Chocolate. Eso y los zapatos altos, los labios pintados, las argollas brillantes y un bolso enorme de color hiriente, hicieron que me trasmutará en un ser bastante diferente. Algunos amigos llegaron a decirme que me veía mejor así, con la falda apretada y corta, el contoneo sensual y las gafas de armadura cuadrada. Lo siento por ellos, el personaje que interpreté duró poco tiempo y hoy he vuelto a mi despeinada y aburrida apariencia.

A Claudia, Reinaldo, Eugenio, Ciro y otros bloggers no les permitieron la entrada. “La institución se reserva el derecho de admisión” y mis colegas del ciberespacio mostraron la impertinencia de quienes ya han sido excluidos de otros lugares, pero no quieren retirarse abochornados y en silencio. Adentro, yo lograba atrapar una silla a un costado del panel de los expositores. Algunos ojos diestros en mi enclenque fisonomía ya me habían detectado y una cámara me filmaba con la insistencia de quien prepara un expediente.

Un joven escritor pidió la palabra y lamentó que tantos hubieran sido impedidos de entrar; después vino alguien y mencionó términos como “enemigo”, “peligro”, “defendernos”. Cuando finalmente fui llamada, aproveché para preguntar qué relación había entre las limitaciones con el ancho de banda y las tantas webs censuradas para el público cubano. Aplausos cuando concluí. Juro que no cabildeé ninguno de ellos. Después llegó una profesora universitaria que cuestionó el por qué yo había recibido el premio Ortega y Gasset de periodismo. Todavía no he logrado encontrar la relación entre mi pregunta y su análisis, pero los caminos de la difamación son así de torcidos. Al terminar, varios se me acercaron para abrazarme, una mujer apenas con el roce de una mano me dijo “felicidades”. El fresco de una noche de octubre me esperaba afuera.

Si a todos los que no dejaron acceder hubieran logrado participar, aquello habría sido realmente un espacio de polémica sobre la red. Lo que ocurrió me pareció mustio y maniatado. Sólo uno de los conferencistas mencionó conceptos como Web 2.0, redes sociales y Wikipedia. El resto era la vacuna anticipada contra la perversa web, las repetidas justificaciones de por qué los cubanos no podemos acceder masivamente a ella. Tomé mi móvil y twitteé con premura “creo que lo mejor es organizar otro debate sobre Internet, sin los lastres de la censura y la exclusión”. Hoy en la mañana, con las ojeras de haber dormido apenas tres horas, estaba entregando manuales técnicos en la segunda sesión de nuestra Academia Blogger.

Algunas de las imágenes de este video me las hicieron llegar manos amigas y solidarias que estaban en el interior de la sala.

http://www.youtube.com/watch?v=IVHZIVE3dGE&feature=player_embedded

Vídeo y texto
Yoani Cánchez
desdecuba.com/generaciony
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La República de Panamá

Los panameños celebran hoy un aniversario más de la separación de Panamá de Colombia, ocurrida el 3 de noviembre de 1903, hecho que culminó en la proclamación de la República de Panamá.


Desde su declaración de independencia del Reino de España. el 28 de noviembre de 1821, Panamá se había unido voluntariamente a Nueva Granada, nación que integraba junto a Ecuador, Venezuela y la Gran Colombia.


La República de Panamá recibe su nombre por la ciudad Panamá, ldonde se celebró el cabildo y se firmó el Acta de Separación de Panamá de Colombia y de igual modo por el Itsmo de Panamá, que abarca dicho territorio.


La palabra Panamá es de origen indígena. Existen varios significados y referencias asignadas al nombre Panamá, sin embargo es comúnmente aceptado el significado «abundancia de peces y mariposas».


Algunos historiadores atribuyen el nombre al majestuoso árbol llamado localmente panamá (Sterculia apetala), de frondosa sombra y muy común en el área, bajo el cual se reunían las familias aborígenes.


Con respecto a la ciudad de Panamá, cerca del sitio de la fundación de la ciudad se encontraban pequeños asentamientos de pescadores llamados «panamá», lo que para algunos autores pudo ser el motivo para bautizar a la ciudad con dicho nombre.


Foto: Google

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El ruiseñor


Ricardo Miró

Desde la rama del ciprés dormido
el dulce ruiseñor canta a la luna
y la invita a bajar hasta su nido…
Ya ves qué casto amor tan sin fortuna…
Y eso que el ruiseñor, en su descuido
puede llegar volando hasta la luna.


Envuelto entre la luz embrujadora
da al viento el ruiseñor, todas las galas
que en su garganta mágica atesora;
y la luna se vuelve toda escalas
de seda y luz…(La luna dizque ignora
que su dulce cantor tiene dos alas…)


Calla el agua en los claros surtidores,
se duermen los arroyos cristalinos
y se despiertan a escuchar las flores…
Astro y pájaro, a un tiempo, están divinos…
Y ella baja hasta él, vuelta fulgores,
y él asciende hasta ella, vuelto trinos…


Lleno de sombra y de quietud, como una
pupila abierta al cielo indiferente,
un retazo perdido de laguna
sueña en la fronda del jardín… Presiente
la pálida belleza de la luna
aquel espejo claro y transparente.


El ruiseñor solloza dolorido
envuelto entre la luz embrujadora
cuando calla de pronto, sorprendido,
porque desde la rama en donde llora
advierte que la luna se ha caído
y flota sobre el agua onduladora.


Calla el agua en los claros surtidores,
se aduermen los arroyos cristalinos
y se despiertan a escuchar las flores…
Luna y pájaro, a un tiempo, están divinos…
Y ella asciende hasta él, vuelta fulgores,
y él desciende hasta ella, vuelto trinos.


El pájaro suplica, impreca y canta
mientras se multiplica a maravilla
la flauta de su eclógica garganta…
Y salta alegre al ver cómo se humilla
la luna que corriendo tras su planta
se viene sobre el agua hasta la orilla…


Ante el dulce deliquio que le miente
la luna, riendo del cristal del lago,
loco de amor el ruiseñor se siente,
y respondiendo al amoroso halago,
hunde el pico en el agua transparente
y se bebe la luna trago a trago.


Ricardo Miró (1883-1940), poeta y escritor panameño, considerado como la figura más representativa de la poesía de dicho país. Su lírica presenta influencias modernistas y neorrománticas. Cantó a la patria, a su paisaje, a la herencia hispana y al amor.


Foto Google
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Frases de sabiduría

Un poco de ciencia aleja de Dios,
pero mucha ciencia devuelve a Él.


Louis Pasteur (1822-1895)
Químico y microbiólogo francés
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2 de noviembre de 2009

El Cementerio de Camagüey

 
El Cementerio de Camagüey
 


Ana Dolores Garcia

Después de ciento noventa y cinco años de fundado, el cementerio de Camagüey resulta ser el más antiguo de Cuba que permanece al servicio de la comunidad. Se dice que la primera persona que fue enterrada en él lo fue el propio alcalde, don Diego Antonio del Castillo, el que dos años antes había sido comisionado por el ayuntamiento para que acometiera su construcción. Ya desde 1790 se venían haciendo gestiones para la creación de un cementerio, obteniéndose del obispo de Santiago de Cuba el permiso necesario para la adquisición de un terreno contiguo a la Iglesia del Santo Cristo del Buen Viaje, por entonces una pequeña ermita. No fue hasta mucho después, en 1812, que entre las demoras de las gestiones y la burocracia ya imperante, el Ayuntamiento pudo comisionar al alcalde para que emprendiera la obra. El cementerio estuvo terminado en 1814 y se inauguró en mayo de ese año.

En Camagüey, y durante mucho tiempo, no existieron cementerios públicos, tal como era la costumbre de la época en muchas ciudades pequeñas. Generalmente se enterraba a las personas en las iglesias o a su sombra, pues se han descubierto osamentas en el Callejón de la Soledad y en el de Joffre, aledaño a la Iglesia de Santa Ana. También se daba sepultura en las fincas. Excavaciones realizadas en las iglesias de La Merced, la Soledad y Santa Ana, mostraron osamentas reveladoras de aquella costumbre. En la iglesia de La Merced actualmente se pueden visitar las llamadas «catatumbas» debajo del presbiterio, que han devenido en ser una atracción turística más. A los pobres y a los esclavos generalmente se les enterraba, muchas veces en fosas comunes, en el llamado «Hato Viejo» cercano al lugar donde después se creó el cementerio.

En sus inicios, nuestro cementerio fue un pedazo de sabana bordeado por arbustos y con una sencilla portada de madera en la que se leía «Respetad este lugar». Esta portada fue sustituida años más tarde por un arco de mampostería con una inscripción en latín: «Beati mortui qui in Domini moriuntur», (Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor, Apocalipsis, 14,13), inscripción que se conservó hasta años recientes, cuando fue cambiada por «Dios dé gloria y paz a los que aquí reposan».

Desde su fundación, el camposanto camagüeyano ha ido aumentando sus dimensiones paulatinamente. Y, evolucionando desde aquel rústico inicio, llegó a contar con hermosos mausoleos y panteones. Hoy languidece con muchas bóvedas abandonadas o destruidas, y no pocas profanadas en busca de pequeños objetos de oro que pudieran hallarse en los cadáveres.

No sé si aún persistirá la costumbre de «alumbrar» las tumbas para estas fechas de los Fieles Difuntos. Al menos existía durante mis años vividos en Camagüey. Estos días los muertos se sentirían acompañados por sus familias, porque algunas gastaban el día entero en el cementerio, que se convertía en un amasijo de gentes y de alambres eléctricos, generalmente bajo una llovizna pertinaz, mientras los pedidos de responsos no daban descanso al cura de la iglesia del Cristo.

No faltan tampoco en el cementerio de Camagüey epitafios llenos de dolor o de bufa, epitafios patrióticos o con simples fechas, y a veces hasta sin nombre para ocultar el de algún ultimado ante el fatídico paredón.

El más aleccionador y conocido de todos los epitafios de este cementerio es el de Dolores Rondón, recitado de memoria por todo camagüeyano que se precie de serlo. (La historia de esta legendaria mujer puede leerse en otra entrada de este blog).


Sobre la tumba del patriota Agüero se leen los siguientes versos:

«Víctima infausta de un amor sincero,
sentido por el hombre y por la gloria
yace aquí el adalid Joaquín de Agüero.
Su vida guarda la cubana historia,
su muerte llora el Camagüey entero.»

Para la tumba de un conocido trovador, pareció oportuno el siguiente epitafio:

«Te debemos un trozo de vida empapado en alcohol»

Pero quizás la frase más jocosa que se pudo leer sobre una tumba camagüeyana fue la que apareció en la bóveda donde fuera enterrada la Sra. Rosalía Batista, fallecida en 1879. Su compungido viudo le dedicó el siguiente epitafio:

«Si el ruego de los justos tanto alcanza
ya que ves mi amargura y desconsuelo
ruega tú porque pronto mi esperanza
se realice de verte allá en el cielo.»

Sin embargo, a los tres años de estar solo el desconsolado viudo contrajo nuevo matrimonio. Y alguien, el mismo día de la boda, escribió lo siguiente bajo los versos del epitafio:

«Rosalía, no me esperes»

Ana Dolores García
Foto: Google
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